Yo estaba totalmente desnuda, sintiendo como Ernesto, el joven asistente de mi esposo, me proporcionaba un tremendo placer, poseyéndome sobre el sofá en nuestra biblioteca. Cuando sin esperarlo, Mauricio mi esposo, entró de golpe, apuntándonos a los dos con un arma. De inmediato Ernesto como pudo se puso de pie, justo cuando había comenzado a venirse dentro de mi. Yo evidentemente asustada también de inmediato me puse de pie, tratando de ocultarme tras mi joven amante. Lo siguiente que sucedió fue que Mauricio, de inmediato comenzó a vociferar sin dejar de apuntar a Ernesto. Hasta llegué a pensar que en cualquier momento nos iba a disparar, dirigiéndose sobre todo a Ernesto dijo. Hacen lo que les ordeno, o los mato ahora mismo.
Relato
Ernesto tratando de ocultar su miembro entre sus manos, y temblando como una gelatina, no dijo nada, en completo silencio, se limitó únicamente a mover su cabeza de manera afirmativa, mientras que yo, casi llorando le pedía a Mauricio que no nos matara. En ese momento mi esposo sin dejar de apuntarle a Ernesto le dijo. Yo que he ayudado a toda tú familia y a ti, ahora me traicionas acostándote con la puta de mi mujer. Es que acaso no tienes una novia, ¿por qué no te acuestas con ella? Ernesto permanecía en silencio, cuando Mauricio apuntándole directamente al miembro de Ernesto, que aún lo mantenía oculto entre sus manos. Le ordenó que respondiera, a lo que el pobre Ernesto tartamudeando por el miedo, le dijo. Es que mi novia, y yo aún no mantenemos relaciones, ella quiere llegar virgen al altar. Así, y por eso es que aprovechas de este viejo, para clavarte a mi mujer, desgraciado. Ernesto estaba blanco como un papel, y yo no paraba de llorar, inútilmente tratando de ocultarme de mi marido, que me ordenó que me callase, diciéndome. Cállate, está no es la primera vez que me engañas, así que ya sabes lo que te espera. Mauricio de inmediato continuó, diciendo. Así que tu novia es virgen ¿verdad? Y Ernesto moviendo afirmativamente su cabeza le respondió, con un tenue hilo de voz que si. Mauricio ya algo más calmado, pero sin dejar de apuntar a Ernesto, le dijo. Bueno, vas hacer esto, mañana cuando le hables, le dices que el viernes, los invité a cenar. Y no se te ocurra contarle nada de lo sucedido, o advertirle. Acuérdate que tanto tus padres, tu tías, y dos de tus hermanos, trabajan en mi fabrica. Si no haces lo que te ordeno, de seguro sería muy doloroso para todos ellos, que los despida, por lo que tú me has hecho. Y dirigiéndose a mí, al tiempo que agarraba la hebilla de su gruesa correa, me dijo, puta inmunda, rata de dos patas. Sube a la habitación, que ya te daré el castigo que mereces por puta. Sin atreverme a decir nada, ni tan siquiera tratar de recoger mi ropa, completamente desnuda, lentamente fui subiendo por la escalera. Mientras que Mauricio, le siguió diciendo. Tan solo dile que te promoví, y que lo vamos celebrar con una cena, en mi casa. Yo me asomé a la ventana del cuarto, y cuando vi a Ernesto que se montaba en su auto, le mandé un beso. Luego tranquilamente entré a ducha, y mientras aseaba mi coño sentí que entró a la habitación Mauricio, por lo que le pregunté. Cariño tú crees que hacía falta que me insultases de esa manera. Mauricio, mientras se quitaba la ropa, me dijo. Si querida, te aseguro que eso puso a pensar a Ernesto, de que yo no estaba jugando, y el viernes lo tendremos aquí en compañía de su novia. Cuando salí del baño, ya estaba lista para que Mauricio me castigara como le gusta hacerlo, en ocasiones como esas. Por lo que yo me recosté boca abajo sobre la cama, separé mis piernas y levanté mis nalgas, para que Mauricio, como él mismo dice, caerme a palo. Al poco rato Mauricio se trepó sobre la cama, y dirigiendo su dura verga al centro de mis nalgas, me penetró por el culo, como a él más le gusta. Cuando llegó el viernes, el restaurante donde compré la cena, la trajo a tiempo. Mauricio al ver la ropa que me había puesto, de inmediato me dijo, anda a cambiarte, recuerda que lo de la cena es una excusa, así que procura lucir bien seductora. Por lo que me quité el encubridor vestido oscuro que me había puesto, y en su lugar me puse una falda verdaderamente corta, así como una de mis blusas más reveladoras, sin nada de ropa íntima. Al poco rato llegó Ernesto con Yadira su novia, ella tenía puesto un vestidito rojo, algo corto, y sumamente ajustado a su delgado cuerpo. Tras presentarnos a la chica, y después de que le mostramos parte de nuestra casa, comencé a servirnos algunos tragos, los que a medida que fuimos cenando celebrando la supuesta promoción de Ernesto, yo misma le seguí sirviendo a la tal Yadira, varios tragos bien cargados, por lo que al poco rato, después de terminar de cenar, la pobre ya comenzaba a dar muestras de estar algo mareada. Pero como Ernesto desde que llegó, no dejó de ver mis nalgas, se hizo de la vista larga, en lo que se refería a los tragos que le serví a su novia. Por lo que ella al poco rato ni idea tenía de quien era. Momento en que aprovechó Mauricio, y con la excusa de mostrarle el resto de la casa un rato, se la llevó. Mientras que yo, una vez que me encontré a solas con Ernesto, para distraerlo, me lo volví a llevar a la biblioteca, y apenas cerré la puerta, nos besamos. Por lo que con suma facilidad, a medida que Ernesto me besaba y acariciaba todo mi cuerpo, me arrodillé ante él, y tras extraer su verga me la puse a mamar. Mauricio por su parte, me contó que cuando entraron al salón en que tenemos la piscina bajo techo, y las máquinas de hacer ejercicios, Yadira estaba asombrada al ver todo. Que cuando Mauricio le comentó que si ella lo deseaba, podía probar las maquinas, para que Yadira a pesar de lo mareada que se encontraba, sin pensarlo mucho, felizmente se montara en alguna de las maquinas, para probarlas. Pero de inmediato aun con el fuerte trago en una de sus manos, se quejó del calor que ella sentía, y de lo incomodo de su vestido para probar dichos aparatos. Por lo que Mauricio, le insinuó que en confianza, Si ella hacía lo quería, se podía quitar el ajustado vestido, para que pudiera seguir probando de manera más cómoda, todos los equipos. Por lo que Yadira sin pensarlo mucho, tras entregarle la bebida, sin más ni más, fácilmente se quitó su vestido rojo. Y de inmediato estando únicamente con su braga, y sostén puestos. Alegremente se montó en una de las maquinas, puso hacer ejercicios. Por su parte mi marido, me dijo que a medida que ella comenzó a levantar las pesas para brazos, él le puso algo más de peso. Por lo que ella tuvo que hacer un mayor esfuerzo, lo que a su vez le produjo más calor. Por lo que cuando Mauricio, en cierto momento en que ella se puso a descansar, él le volvió a entregar la fuerte bebida que se estaba tomando. Yadira había comenzado a sudar, cuando Mauricio colocándose frente a ella, le indicó que colocase los pies en las bases de apoyo, por lo que tuvo que separar las piernas, para realizar de forma más apropiada el ejercicio. Yadira terminó de beberse el trago, y cuando Mauricio colocó sus manos sobre las rodillas de ella, y las comenzó a deslizar por sus muslos, la chica por lo visto no dijo nada. Y mientras ella continuó cerrando y abriendo sus piernas, mi marido lentamente sin prisa alguna, fue acercando sus manos al coño de ella. Por mi parte a medida que estaba mamando la verga de Ernesto, me fui quitando toda mi ropa. Hasta quedarme totalmente desnuda, ante él. Quien de seguro por miedo a que mi marido lo agarrase completamente desnudo, permaneció vestido. Lo que no impidió que al poco rato, dejara de mamar su parada, y joven verga, para recostarme sobre el sofá con mis piernas bien abiertas, invitándolo a que me penetrase. Yadira en el estado en que se encontraba, a medida que Mauricio comenzó acariciar su coño, por encima de la fina tela de su braga, se quedó con sus piernas abiertas, y cuando él se las le fue retirando, ella se concentró únicamente en seguir haciendo como loca los ejercicios de los brazos, hasta que una vez que se las quitó, Mauricio atraído por el joven coño de la novia de Ernesto, comenzó a besárselo, y a los pocos segundos ya se lo estaba mamando. Sin que la chica ofreciera resistencia alguna. Introduciendo su lengua y lamiendo su clítoris de manera constante, hasta que ella dejó de hacer los ejercicios de los brazos, y colocó sus manos sobre la insipiente calva de mi marido, para comenzar a restregar el rostro de él contra el coño de ella, hasta hacerla disfrutar de un tremendo orgasmo. Después de eso Mauricio la llevó hasta la mesa de los masajes, entras acostarla, comenzar a besarla, para luego de volver a darle otra rica mamada de coño, ir montándose sobre ella, al tiempo que tras separar sus piernas la fue penetrando. Mientras que Ernesto, cuando me preguntó que me había hecho mi marido, al simplemente darme vuelta, y recostarme boca abajo sobre el sofá, para mostrarle mis nalgas, rápidamente comprendió. Como mi marido me había castigado, por lo que quizás tratando de imitarlo, me ha penetrado por mi culo, al tiempo que con una de sus manos me apretaba sabrosamente mi coño. Yo la verdad es que lo pasé muy bien, y por lo que Mauricio me contó la chica hasta le mamó su verga, después de que la desvirgó. Al final de la noche, Ernesto sin decir nada, después de que yo, ayudé a Yadira a asearse, y vestirse. Como ella estaba dormida, él aprovechó, y se la llevó a un motel. En donde según me dijo, a los pocos días cuando se casaron, hasta por el culo le dio. En ocasiones, cuando mi marido, y yo nos ponemos de acuerdo, para hacer cosas como esas, pienso que un día de estos, alguien se va a dar cuenta del engaño, y nos va a descubrir. Pero mientras tanto aprovecho.....
Todo empezó en una charla....hasta que Carla me convirtió en Un Marido Dominado, Sumiso y Cornudo
Relato erótico enviado por domo54 el 16 de January de 2009 a las 18:15:48 - Relato porno leído 88074 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:23) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:56) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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