Jamás pensé que mi papá, me llegase hacer eso…. ( CON fotos)

Días antes, salí a celebrar con varios de mis compañeros y compañeras de clase, el que finalmente nos habíamos graduado. Bueno la cosa es que los padres de uno de mis compañeros, tienen cerca de la playa una casa de veraneo, con mucho terreno, caballos, y lo mejor de todo con la bodega llena de vinos. Para hacerles el cuento largo, algo corto, les diré que desde que llegamos no dejamos de beber, bailar, fumar, y follar. Hasta el cansancio. Razón por la que cuando llegué a casa, estaba en las fachas con que llegué. Es más hasta recordé, que dejé que el perro de la casa me montase, de lo borracha y drogada que me encontraba.

Ese lunes dormí como no tienen una idea, me vine levantando el martes en la madrugada, y al darme cuenta de lo apestosa que me encontraba, me di un baño, para luego seguir durmiendo. El resto de la semana, no dije, ni hice nada, que fuera a llamar la atención de mis padres, ya que sabía que ambos, sobre todo mi papá estaba bien cabreado conmigo.

El viernes ya después del medio día, yo me disponía a salir, cuando me detuvo mi papá, diciéndome. María de los Ángeles, quiero que me acompañes, y sin decir más nada abrió la puerta de casa, mi madre, se me acercó, y antes de que yo fuera a decir que tenía otro compromiso, con mis amigos, me dijo al oído, no se te ocurra llevarle la contraria a tu padre, que está como agua para chocolate. Bueno, al escuchar a mi madre decirme eso, y entendiendo que no me convenía llevarles la contraria, sin decir nada, salí de casa, me monté en su auto, pero durante todo el trayecto no dije nada, aunque tampoco mi papá me dijo nada.

Lo que si me extraño y mucho fue que saliéramos de la ciudad, estuve a punto de preguntarle a dónde diablos me llevaba, pero decidí seguir callada, y como a la hora de estar en la carretera, finalmente se detuvo, en lo que era una vieja casona, en el medio de la nada. Al bajarnos, mi papá en un tono muy amigable, comenzó a decirme, que esa era la antigua casa de su familia, y que pronto, la comenzaría a restaurar, para mudarse a ella.

Sacando un gran manojo de llaves, fue abriendo puertas, y mostrándome todo, hasta que me llevó a lo que sería el sótano, que para mi sorpresa, tenía una pequeña cava de vinos. Y de la manera más normal, descorchó una botella, que yo pensé que había tomado al azar, y me dio a probar una copa. Bueno la verdad es que el vino era un tinto bastante seco, pero de muy buen sabor afrutado. Pero al terminar de tomarme la copa, a los pocos momentos, sentí que todo me daba vuelta, las rodillas me temblaron, y seguramente fui a dar contra el piso.

Al despertar, ni idea tenía de donde estaba, es más ni recordaba cómo había llegado a ese oscuro lugar, pero al sentirme atada, además de tener la sensación de estar colgando, y también darme cuenta de que estaba completamente desnuda, comencé a preocuparme, y de inmediato sumamente asustada, me puse a gritar y llorar, pidiendo ayuda. La tremenda sorpresa que me llevé, fue cuando al abrirse una puerta, lo único que alcanzo a ver en principio, son las desnudas piernas de un hombre, y al levantar la mirada, mi sorpresa fue mayor, ya que se trataba de mi propio padre, quien completamente desnudo, y con cara de pocos amigos, se dirigía a donde yo estaba atada, y colgada como un jamón.

Yo aun mareada por el efecto de la droga que seguramente me dio a beber, no podía ni coordinar mis pensamientos, ya que el ver el parado miembro de mi padre, me tenía aun más confundida. Fue cuando él se fue colocando tras de mí, y diciéndome de manera bien hipócrita, esto que te pienso hacer, me duele más a mí de lo que te pueda doler a ti, pero lo hago por tu bien, necesitas aprender a no ser tan puta, o el resto de tu vida lo pasaras muy mal. Y terminando de decirme esas palabras, sin la menor consideración, me ha enterrado su verga dentro de mi coño. Que de no ser, porque era mi padre, por la incómoda posición en que yo me encontraba, y la manera tan bruta en que me penetró, lo más seguro es que lo hubiera disfrutado. Yo no dejaba de quejarme, y de llorar, sumamente confundida, y aterrada. Por todo lo que me estaba sucediendo.

Mi padre, por un largo rato, estuvo abusando de mí, enterrándome su verga una y otra vez, sin compasión alguna, diciéndome lo puta que yo era, y los muchos sacrificios que mi madre y él se habían tomado para criarme. Pero que no, yo había decidido ser puta, y para colmo, de las que se acuestan con el primero que les da un trago de vino. Yo en mi mente no podía creer, que mi propio padre me estuviese castigando de esa manera. Tan salvaje, y brutal.

Pero cuando continuó diciendo, ahora aprenderás conmigo, que debes ser sumisa, y que solo saldrás de casa, cuando yo encuentre un buen hombre que te cuide, como yo le he hecho, y lo hago ahora, aunque tú no creas, que tú madre, y yo hacemos esto por tu bien. Mi padre no dejó de humillarme, de hacerme sentir como una puta sucia, por haberme salido a divertir con mis compañeros de clase. Es más en cierto momento en que me tenía enterrado por el culo una especie de gancho del cual yo estaba colgando, yo misma comencé a decirme que en medio de todo mi viejo tenía toda la razón, y que todo lo que me estaba sucediendo, yo misma me lo había buscado, que él me hacía todo eso por mi propio bien.

De eso hasta mi propia manera de vestir me la comencé a cuestionar, diciéndome a mi misma que realmente vestía como una verdadera puta, tratando de parecerme a cantantes de rock. En uno de esos momentos en que comencé a pensar con claridad, mi padre me puso a mamar su verga, después de qu eme descolgó, del sótano y aun estando completamente atada me hizo caminar frente a él hasta que llegamos a una de las habitaciones de aquella casona.

Ya en esos momentos, ya yo no estaba llorando ni gritando como una loca pidiendo que me soltase, es más cuando mi padre ya en la cama me volvió a penetrar, haciendo que yo separase mis piernas al máximo, reconozco que en gran medida lo disfruté. Y así poco a poco, mi padre me fue enseñando todo lo que yo debía hacer, ante la más mínima insinuación de su parte. Sin rechistar, y mucho menos resistirme.

En la vieja casona pasamos todo el fin de semana, y al regresar a casa, ya yo era otra persona. Al ver a mi madre, la salude con un fuerte abrazo y beso en la mejilla, como hacía tiempo que no se los daba, apenas pude cambie todo mi guarda ropa, y en ocasiones basta que mi padre me diga algo para que yo algo ansiosa, trate de complacerlo de inmediato, de la misma manera en que mi mamá acostumbra hacerlo.

En estos días mi padre me dijo que me iba a presentar a mi futuro esposo, así que cuando nos ordenó a mi madre y a mí, que nos desnudasemos, frente aquel tipo extraño que nos visitaba, no pudimos menos que obedecerle.....