Hace más de un año, me sentía algo decaído, y para serles franco mi verga ya llevaba tiempo que no me respondía como antes, ya no estaba completamente dura y parada, sino todo lo contrario, mustia, y como sin ánimo. Lo que me llevó a comunicarme con mi Doctor de cabecera, y al consultarle por teléfono, y contarle lo sucedido, me orientó para que fuera a una uróloga de su confianza.
Relato
Realmente no me fue muy difícil sacar cita con ella, pero cual no fue mi sorpresa que al verla, me pareció conocida. Aunque no podía ubicar ni de dónde, ni cuándo, la había conocido. La cosa que al parecer ella pareció no reconocerme, por lo que pensé que seguramente yo estaba confundiéndola con otra mujer. Ya que de por si la Doctora es de muy buen ver, y pensé que seguramente de haberla conocido no la olvidaría.
Tras tomar mis datos, pesarme, tomar mi presión, su enfermera me indicó que pasara al consultorio, y que de inmediato me desvistiera que la Doctora me iba hacer un examen rectal. La verdad es que la sola idea de que me fueran a introducir un dedo por el culo, no me agradó mucho realmente, además yo sé, que ya existen pruebas, que por medio de la sangre se sabe si hay o no, presencia de elementos que reflejan problemas en la próstata, pero como me explicó la doctora, hay que esperar varios días a que llegue el resultado del laboratorio, mientras que con el examen rectal es algo bien rápido.
Pero antes de que yo pudiera decir algo, la autoritaria voz de la enfermera, me ordenó nuevamente que me desvistiese completamente. Quizás me puse a pensar en lo morbosa de la situación, en que una doctora, me tuviera completamente desnudo, y encima de ello me no tan solo me introdujera su dedo por dé tras, sino que seguramente también me debería agarrar la verga y mis huevos para realizar un buen examen. Y más soñando despierto con que eso iba a suceder, comencé a desnudarme del todo.
No bien me quité toda la ropa, incluso hasta mis zapatos, la doctora comenzó a orientarme sobre el tipo de examen al que me iban a someter, si como me lo había imaginado, y leído al respecto, lo del dedo es algo que se puede considerar un clásico dentro de la medicina. Pero cuando me comentó que después me introducirían por mi ano, un objeto cilíndrico, con el fin de observar por ese medio el estado de mi próstata, y obtener una muestra para una posterior biopsia o examen entre otras cosas. Digamos que no me quedó más remedio que aceptar.
La doctora me pidió que me apoyase sobre una pequeña mesa, y ella junto a su enfermera comenzaron según ellas a examinarme. Pero para mí era como que las dos primero estaban acariciando mis nalgas, para luego centrarse en mi hueco. Yo confiadamente deje que una de ellas, me introdujera su dedo enfundado en un fino guante de goma o látex, por el culo. A medida que comencé a sentir ese dedo, como me lo introducían lenta y suavemente atravesando mi esfínter, me fui sintiendo un poco más relajado. Yo pensaba que ese tipo de examen a lo sumo duraría unos cinco minutos, pero pienso yo que ya llevaba como unos diez minutos, sintiendo como ese dedo entraba y salía de mi culo, una y otra vez. Lo que a su vez, para mi sorpresa comenzó agradarme. Además a medida que la doctora o la enfermera continuaban metiendo y sacando sus respectivos dedos, la doctora me comentó del sin número de terminales nerviosos que tiene el ano, por lo que para algunas personas, lejos de incomodarle, lo ven o sienten como algo sumamente placentero y agradable, como en mi caso, dijo de manera seductora la doctora.
Yo lo ignoraba en ese instante, pero ellas lo que realmente estaban haciendo era de manera muy sutil, dilatando el ojete de mi culo, fue cuando la doctora le comunicó a la joven enfermera que me colocase el explorador, yo ni para atrás quería ver, no fuera a ser que del susto, detuviera el examen. Y comencé a sentir esa cosa cilíndrica, larga y bien gruesa, de punta roma, penetrándome por el culo, pero de manera suave, y ayudada, por una gran cantidad de vaselina.
Yo estaba de lo más tranquilo, y hasta puedo decir que en parte concentrado, y disfrutando de la que la doctora y su enfermera me estaban haciendo, cuando de momento al ver a la doctora, me doy cuenta de que ella prácticamente está semidesnuda, pero como si fuera poco entre sus piernas colgaba una aparato, largo de forma cilíndrica, y pegado a su cuerpo por medio de varias correas.
Yo al ver eso pensé protestar, pero bastó que la enfermera me diera un pequeño empujón, para que yo sintiera. El aparato que estaba usando la enfermera también pegado a su cuerpo, comencé a sentir que se iba poniendo más y más grande dentro de mi culo. Hasta casi unos segundos antes yo tenía completo control de mí, pero al sentir esa gran cosa dentro de mi cuerpo, algo raro me sucedió, desee que continuasen haciéndome cuanta poca vergüenza se les ocurriera a ellas dos.
Así que la misma Doctora, me tomó por mi corto cabello, y sin decir mucho realmente, digamos que me obligó a que mamase esa cosa larga, cilíndrica y de color oscuro con mi boca. A medida que yo mamaba el juguete de la doctora, su enfermera no dejaba una y otra vez de introducirme esa tremenda verga de goma oscura por el culo.
Entre las dos no se cansaron de sodomizarme, una y otra vez, obligándome también a que les limpiara sus juguetes con mi boca. Es más que yo recuerde en ningún momento opuse resistencia alguna. Las dos se burlaban de mi de cómo movía mis nalgas, y buscaba sentir más y más dentro de mi sus respectivos juguetes. Yo estaba como drogado, la verdad no me importaba mucho lo que me estaban haciendo ellas, lo que deseaba era que no terminasen nunca. La doctora me cacheteaba con su verga por la cara, mientras que su enfermera me nalgueaba a gusto y gana, sin que yo protestase.
Luego me recostaron sobre el sofá, y pude ver cómo me continuaba introduciendo esa gran cosa por todo mi culo, al tiempo que la doctora me comenzó a manosear mi decaída verga, la verdad es que en mi vida me había sucedido algo así, hasta que finalmente, aunque mi verga no llegó a ponerse dura ni erecta, eyaculé apenas unas transparentes gotitas en las manos de la doctora, quien usó mi cuerpo para limpiárselas luego.
Al terminar, la doctora se me quedó viendo y me preguntó ¿te acuerdas de Carmencita? Y de inmediato me dijo es mi hermanita, la que salía contigo, hace más de un año. Hasta que le distes por el culo. Bueno de ahora en adelante por lo que veo, me da la impresión que seguirás buscando quien te siga dando a ti por el culo.
La verdad es que fue cierto, aunque al principio no quise aceptarlo, y fui donde otro urólogo, el me dijo que yo lo que tenia era una especie de varices, en mis testículos, varicoceles que no fueron atendidas a tiempo, a demás de al parecer múltiples infecciones de las que se agarran por querer comerse cuanto culo a uno se le atraviesa, sin las medidas de salubridad y protección adecuadas. Por lo que la vida útil de mi verga ya estaba en picada, por más que yo quisiera mi verga no volvería a levantar la cabeza. No conforme con el diagnostico de ese urólogo, me volví a someter a los mismos exámenes con otros dos, buscando una segunda y una tercera opinión, y lamentablemente el resultado fue siempre el mismo.
Yo no lo podía creer, a mis treinta años de edad, tan joven, y ya sin poder hacer más nada, esa noche me encontré con un amigo, con el que me emborraché para ahogar mis penas, pero al despertar me encontré con que mi mejor amigo, me estaba consolando, al tiempo que no paraba de darme sabrosamente por el culo….
La doctora es paralizada con una descarga electrica, para luego ser violada...
Relato erótico enviado por chicax el 19 de September de 2004 a las 10:00:00 - Relato porno leído 68288 veces
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Por eso dedica 30 segundos a valorar La doctora y su enfermera me sodomizaron….
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:13) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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