Continúan la experiencias exhibicionistas de Neni ahora con la complicidad de un taxista.
Relato
Hola amigos lectores, luego de la exhibición que me regalo mi querida Neni y su comportamiento correcto en plena celebración me llevo a una conclusión, que era yo quien motivaba sus deseos de exhibicionista y más adelante de sumisión.
Los días pasados no pude disfrutar de sus encantos ya que el uniforme que exigía la escuela constaba de un sastre de pantalón holgado y saco, pero como siempre en todo calendario existen las celebraciones así que otro evento se acercó y como siempre todos a vestir de la manera más elegante, atractiva y por su puesto yo esperaba con ansias ver a Neni hermosa y reluciente.
El día llego, cual impresionante fue ver a Neni con una blusa negra con un escote que detallaba muy bien sus hermosas tetas, una minifalda a cuadritos como las escocesas como siempre a medio muslo, sus bellas piernas estaban cubiertas de unas medias canela con unos tacones de punta de metal o aguja que la hacían ver súper sensual. Semejante visión me puso súper acalorado y cachondo, lo que paso en la celebración fue de lo más habitual ceremonia y esas cosas, lo mejor vino después, todos pasamos aun salón donde habían preparado unas mesas para la disfrutar la comida ella se sentó a mi lado pegada al muro para evitar observadores y curiosos. Al sentarse Neni la minifalda que era bastante ceñida se le subió exageradamente y más aun con la cruzada de piernas que se dio, me quede ahí observándola en la plenitud de su belleza su tetas sus piernas eran de locura yo estaba con una erección increíble y temblaba de la emoción Neni tomo la iniciativa y me dijo al oído “Te gusta como vine hoy” le dije que me encantaba ella tomo mi mano la llevo directo a su muslo y me dijo “Tócalas y me dices que sientes” recorrí sus bellos muslos de un lado al otro hasta llegar a la altura de las ingles donde comprobé que llevaba portaligas y al tocar su trucita esta se encontraba húmeda por los jugos que fluían de su bella cuquita.
La cena se dio de lo más normal solo Neni y yo estábamos muy distraídos con los manoseos y frases picaras a los oídos que hacía que nos calentáramos cada vez más, hasta que tragos van y vienen, ella estaba algo mareada me pidió que la llevara a su casa ya que no se sentía bien salimos de la escuela cogimos un taxi rumbo a su casa, en el camino ella me dijo que se sentía muy excitada me pidió que la besara y que no la dejara de tocar como en la cena yo seguí con mis caricias y morreos levantando su minifalda e introduciendo mis dedos a su lubricada cuquita tanto así que nos olvidamos del conductor que muy sutilmente había acomodado el espejo retrovisor para no perder detalle alguno del bombón de mujer que viajaba atrás yo lo observe de reojo y con una mirada de complicidad le permití que siga observando lo que ambos hacíamos, el tipo iba con una mano en el volante y la otra sobre el pantalón conteniendo su excitación mientras mi Neni le daba una exhibición bien detallada de sus piernas y jugosa cuquita que en esos instantes ya había inclusive mojado el asiento con sus fluidos cuando llegamos a su casa nos despedimos con un último manoseo y beso muy ardiente. El taxista simplemente me dijo que el viaje no me costaría ya que le había alegrado la noche y había disfrutado mucho de la que sería desde ese momento mi sumisa maestra.
Continuara…