Una muchacha estirada y puritana rechaza a un joven. La venganza no tardará en llegar.
Relato
Candance camino orgullosa por los pasillos del colegio.
Para ese mismo día en exactamente un mes podría mirar a todos los estudiantes sabiendo que ELLA era su presidenta. La que tomara las decisiones y la que todos debían seguir.
Y se lo merecía, porque era la mejor. No habia duda al respecto.
Sus padres se lo recordaban constantemente y ella sabia que tenían razón.
Entro al baño para acomodar su maquillaje antes d ir a su club de debate. Una presidenta debía verse siempre perfecta y debía prepararse, pues su victoria era inevitable.
Su principal rival no tenia nada contra ella. Era un chico silencioso y aburrido, siempre con la cabeza metida en libros.
Y esa hermana rara que tenia no ayudaba a su imagen.
Freno con determinación frente al espejo. Su reflejo fue satisfactorio, como de costumbre. Su pelo corto, oscuro y lacio caia perfectamente sobre los contornos de su cara, dándole un aspecto que otros podían considerar severo pero ella sabia que denotaba pasión por la atención a detalles.
Menuda como era, tuvo que ponerse en puntillas de pie para ver sus labios correctamente y delinearlos con un lápiz labial suave. Nada de rojos para ella. No, dios.
Sabia que tipo de mujer usaba esos maquillajes, y ella no era ni seria ese tipo de mujer!
Nada de delineador en sus ojos alargados y de un profundo color azul. No, demasiado maquillaje era para mujerzuelas o niñas inseguras, y ella no era ninguna de las dos.
Acomodo su vestido, fijándose que el dobladillo no subiera de la rodilla. Sonrió complacida al ver que cumplía con la reglamentación del colegio, que por supuesto ninguna de las chicas se gastaba en cumplir.
Pero las reglas están por un motivo, y ella iba a seguirlas!
Salio del baño complacida con su apariencia. Su cuerpo menudo encajaba bien en su vestido pulcro y recto. El colegio no era lugar para mostrar curvas.
...no que tuviese muchas que mostrar de todos modos...
Su cuerpo habia comenzado y terminado de desarrollarse a sus 14 y su talla de corpiño nunca habia cambiado: una cómoda y confiable copa A.
Una mirada la siguió mientras caminaba llena de seguridad hacia su clase.
La miro de reojo sin detener su paso fuerte. Era esa freak...
-ugh- pensó -esa chica no me saca los ojos de encima desde que rechace al perdedor d su hermano!
Candance no entendia porque su contrincante le habia pedido una cita. Era ridículo! El creía que ella saldría con alguien como el? Y menos durante tiempo de elecciones!
Dominic la observo mientras entraba al salón de debate.
Era hermosa... Debía admitir que en un modo ligeramente masculino por su cuerpo menudo y sin curvas... Pero aun así se encontraba a si mismo fantasiando sobre ella.
Su hermana le habia advertido que nada bueno podia salir de eso... Pero el decidio ignorarla esta vez.
Habia juntado el valor para invitarla a salir.
Y la realidad es que esperaba un rechazo. Y estaba preparado para aceparlo y seguir adelante con su vida.
Pero no estaba listo para lo que ella hizo.
Lo observo en silencio por un momento y luego dejo salir una carcajada de sus hermosos labios.
-vamos a empezar o que?- la voz de Candance lo devolvió a la realidad como un balde de agua fría.
Candance lo observaba impaciente. Sin ningún tipo de signo de arrepentimiento.
-tengo cosas que hacer- murmuro sin detenerse a explayar una excusa y salio molesto.
Su hermana lo esperaba afuera en silencio, girando una bolita de vidrio entre sus dedos.
-Hazló, sasha. Se lo merece
Su hermana le sonrió complacida. Busco en su bolso y le dio un pequeño recipiente con un polvo de un íntenso color rosa.
-tira esto sobre ella y diviertete observando, hermanito. Sabia que ibas a aceptar mi hechizo tarde o temprano.- dominic tomo el recipiente y comenzó a marcharse con una sonrisa de agradecimiento. Sasha lo tomo del brazo con suavidad- Pero recorda lo que te dije, Dom... No podes intervenir hasta que el proceso termine...Después es toda tuya.- Le guiño un ojo con una sonrisita maligna asomandose con picardía de los costados de sus labios- Como esas munequitas barbie que ella tanto odia verdad?
-Si el hechizo funciona como prometes, exactamente como una de esas.
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Quien se cree ese imbécil que es? Solo lo rechace, no tiene derecho a arruinar mi ropa con una maldita brillantina rosa!!
Cree que este acto infantil y estupido lo ayudara?? Si es venganza, no funciono ya que no solo es la broma mas tonta de la que haya escuchado sino que se soluciona con un lavarropas en menos de una hora.
Y si se trata de un bizarro intento de convencerla de aceptar una cita, es el intento mas patético que haya visto.
Uh... La ducha esta tibia... Esto es agradable...
En cuanto termine tengo que continuar con mi discurso. Es fundamental que todos vean los beneficios de que yo los represente.
Soy la mejor para el puesto, pero todos deben entender racionalmente los motivos. Así que debo esforzarme!
Con esos pensamientos, Candance paso sus dedos enjabonados por su cuerpo con precisión. Era efectiva hasta en sus baños. No le gustaba gastar agua ni tiempo.
Pero algo extraño paso al subir su mano de su panza a su cuello. Rozo su pezon, sin prestar mayor atención a la limpieza de esa zona, pero algo fue diferente. Sintió un escalofrío.
Un pequeño salto de algo dentro suyo.
Bajo la mirada observando su cuerpo desnudo. Eso habia sido...raro...
Volvio a pasar sus dedos sobre el pequeño y perfectamente rosado pezoncito que adornaba sus pequeños pechos y el escalofrío volvio a recorrer su espalda.
Raro... Su cuerpo no solía ser tan sensible.
Contuvo el repentino impulso de volver a rozar... Tal vez inclusive girar con cuidado, los dedos por ese pequeño punto que repentinamente generaba ese efecto desconocido en ella, pero se contuvo.
No tenia tiempo para eso, y honestamente la idea le disgutaba...
Apago la ducha con celeridad y rodeo su cuerpo mojado con una toalla suave y...
-ah!-un ligero y repentino gemido escapo d sus labios. El roce de la toalla con su pezon habia producido una ráfaga sorpresivá, aunque no ligera de placer allí abajo.
Que estaba pasándole? No solía ser tan sensible!
Se vistió con cuidado de no volver a despertar otra sensación semejante, y tomo asiento.
El resto de la tarde fue pasada frente a su laptóp, corrigiendo y reescribiendo su discurso hasta llegar a ser satisfactorio.
Cerca de la media noche se permitió detenerse. Su espalda dolía, y estaba sumamente cansada... Mas que de costumbre.
No sabia que estaba sucediendo con ella ese día.
Se recosto con cuidado en su cama y cerro los ojos con suavidad, cáyendo en un sueño profundo sin dificultad.
A las 6 de la mañana su despertador sonó sonó como de costumbre.
Debía prepararse correctamente para un largo día de actividades. Estar quieto era para los perezosos. Ella debía mantenerse en el primer lugar de todo: notas, carrera política, popularidad...solo para nombrar algunas.
Se sentó entusiasmada por el examen de matemáticas que sabia iba a aprovar con 10, pero se detuvo antes de ponerse de pie.
Algo raro estaba pasando.
No podia decir exactamente que era... Pero algo se sentía diferente...
Se observo confundida, y no pudo créer lo que sus ojos le mostraban.
Sus pequeños pechos, que antes casi ni se asomaban de su torso, eran ahora dos pequeñas pero perfectamente paraditas montanitas. Nada extremo... Solo... Solo que ahora algo salia de su torso previamente liso y suave.
Se levanto, preguntándose como su pequeño corpiño no apretaba dolorosamente contra el tardío surgimiento de su pubertad. Se quito el corpiño que encajaba cómodamente y observo la talla: B.
Algo la incómodo.
Ella usaba una A. Desde su primer corpiño. Nunca habia tenido la necesidad de comprar uno mas amplio, y definitivamente no se habia cambado el brassier la noche anterior...
Como diablos habia sucedido este cambio de ropa interior?
Confundida abrió su placard. No sabia que pensar de lo sucedido, pero no se atrevía a pregutarle a sus padres. No queria quedar como una loca... Tal vez habia tenido algún tipo de lapsus de memoria?
Todo era posible en estos dias de alto stress.
Sin embargo su confusión no hizo mas que aumentar al observar las prendas que colgaban delante suyo.
El cambio no era radical, pero si notorio. Los vestidos eran mas coloridos, con un corte ligeramente mas ceñido y...
Oh dios! Esos eran escotes?
Nunca en su vida habia comprado una prenda de ropa con escote!
Bajo las escaleras furiosa. No sabia que estaba pasando con sus padres, pero no iba a aceptar este atropello a su privacidad!
Ella era una mujer fuerte y decidida, con principios marcados y gran inteligencia... No necesitaba de escotes, como esas mujerzuelas que se pavoneaban por la escuela.
-Me pueden explicar que demonios hicieron con mi ropa?? La quiero de vuelta y ahora!-chilló Candance, furiosa.
Se llevo la mano a la garganta, ligeramente confundida... Su voz era mas fina, mas suave, y su grito habia sído finito y agudo... Eso nunca le habia pasado antes!
Que demonios estaba pasando con élla?
Sus padres la miraron confundidos.
-princesa, nosotros jamás tocariamos tu placard. Sabemos lo importante que es la ropa para vos.
Candance parpadeo confundida. Sus padres hubiesen dicho privacidad. No ropa. Jamás habia mostrado mayor interés por la ropa... Ese tipo de interés era vacuo y súperficial y ella era demasiado inteligente para caer en ese tipo de cosas!
-pero... Mi ropa esta cambiada!!
-Cariño, no te ofendas pero eso no es raro... Creo que cambias tu placard entero cada tres meses... Seguro no tíraste la ropa simplemente? Soles ser un poquito olvidadiza a veces!
Candance abrió la boca ofendida. Ella era muchas cosas, pero olvidadiza y fanática de la moda no eran parte de su personalidad!
Subió corriendo la escalera furiosa.
Sus padres se miraron sonriendo. Su hija podia ser tan exagerada a veces!
Rebusco el placard en busca de algo decente para ponerse.
Su búsqueda comenzó por algo sobrio y sin ninguno de esos ridículos pequeños escotes...
Pero sin notarlo comenzó a rechazar conjuntos porque no convinaban.
-No... Esta remerita no es tan adorable...-Murmuro sin pensar.
Dejo caer la remera al oírse a si misma.
Que estaba pasando?? Ella jamás habia pensado algo así antes!
Pero ahora... La idea de usar uno de esos vestidos que conformaban su estilo le daba... Asco... Estos parecían tanto mas bonitos.
Tomo dudando un vestido rosa. Color que jamás antes habia considerado.
Era suave, y bonito. El escote era pequeño, pero levemente sugestivo.
Se lo puso con suavidad... Y algo en ella sintió placer. Era tan adorable y... Era sensual. No demasiado... Solo lo suficiente... Y se sentía tan bonita en el.
Se miro frente al espejo. El vestido no llegaba a su rodilla, cosa que jamás antes hubiese aceptado y ahora sentía tan correcto...
Que estaba mal con ella?
Pero su sorpresa no se detenía allí. Sentía el pelo mas largo...
No podia estar segura... Pero... Parecía...
Cerro los ojos tratando de controlarse.
Obviamente estaba exagerando la situación.
Era adolescentes y era común esos cambios fisicos y de gustos...
Ese vestido era tan bonito...
Tal vez deberia comprar otro... O dos... Y unos tacos que combináran...
O una cartera...
Dios, que eran estas ansias de ir al shopping?!
Algo raro estaba pasando... Esto no era común en ella...
Tomo su mochila y corrió al colegio... Estaba llegando tarde y tenia mucho para hacer.
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Dominic observo a Candance mientras ella entraba al aula.
Se veía hermosa. Sus pechos parados e inflados... Aun faltaba mucho para llegar al punto que debía alcanzar. Pero era un buen adelanto de las picaduras de mosquito que usualmente cargaba.
Se sonrió a si mismo. Su vestido ya mostraba mas piel de la que jamás antes habia hecho.
Recordó con una sonrisa aquella risa de rechazo. Candance pagaría por aquella humillación y pronto ella no se negaría a el... Ni a ningún otro hombre para ese punto.
Observo a Candance tomar asiento. El vestido se elevo pocos milímetros, revelando un hermoso lunar. Deseaba estirar su mano y acariciar su muslo... Pero no deseaba arriesgar el hechizo. Ella debía pagar... No solo por lo que le habia hecho a el. Sino por como trataba a todos... Pronto ya no seria más que una linda rubia que solo se preocupaba por todas aquellas cosas que ahora Candance consideraba superficiales.
Pronto ansiaría hacer todas esas cosas que atribuía a las chicas débiles de carácter.
Se preguntaba cuanto faltaría para que no pudiera evitar rogarle a un chico que le besara... Que levantara su pollera y la inclinara sobre la mesa... Entre pequeñas risitas y gemiditos llenos de ansias.
Dominic respiro con profundidad. Debía relajarse, o no podría evitar acercarse a ella.
Pero no iba a dejar que las cosas fuesen lentas. Su mejor amigo estaba al tanto de todo, y el si podia darse el lujo de jugar con ella hasta que la transformación estuviste completa.
Dean se acerco a Candance tras ver el rostro de su amigo. Sabia que era tiempo.
Se sentó al lado de la hermosa chica y sin decir nada apoyo su mano en su rodilla.
Candance lo observo furiosa! Su primer impulso fue gritarle y preguntarle quien demonios se creía, pero las palabras se congelaron en su boca.
Solo pudo mirarlo. No podia hacer mas que desear que esa mano se escondiera bajo su vestido... Lo deseaba con un ansia repentina y fuerte.
-La subo?-le pregunto el con suavidad.
Ella quiso gritarle. Realmente quiso hacerlo.
Pero la reacción que mostro fue todo lo contrario. Por primera vez en su vida una risita burbujeante broto de sus labios.
Fue repentino, audible y honesto. No hubo ironías ni burla. Algo en lo que estaban haciéndole le parecía excitante y divertido...
Y queria decir que si.
Queria saber que se sentía ser tocada allí... Era... Divertido... Y... Era bueno divertirse...
Dean sonrió.
-Eso significa si Candy?
-No soy Candy!- Dijo ella furiosa poniéndose de pie.
Corrió al baño confundida... Estaba excitada? Que estaba mál con ella?
Al entrar fue directo a los lavabos como de costumbre.
Elevo la mirada al espejo y retrocedió dos pasos espantada.
Devolviendole la mirada no estaba la chica que habia salido de su casa aquella mañana.
Su pelo llegaba a sus hombros y los pasaba... Ya no era oscuro... Apenas podia considerarlo marrón ceniza...
Sus pechos, suaves y ligeramente mas visibles en su escote mas generoso que el de esta mañana la saludaban inflados y paraditos.
Entro á uno de los baños y lo cerro con llave.
Se quito el corpiño con temor y espio el talle. Una C.
Una MALDITA C!
Respiro confundida. Algo estaba mal... Porque nadie decia nada?
Se colocó nuevamente el corpiño rozando su pezon sin querer.
Un gemido audible escapo d sus labios... Se llevo la mano presurosa a la boca.
Unas muchachas afuera comenzaban a murmurar.
-Voy a salir ahora y descubrir que demonios sucede!- se dijo a si misma determinada.
Y quiso hacerlo. Era su intención.
Sin embargo su mano no fue a la perilla.
No.
Su mano subió con lentitud a su escote.
Lo bajo con suavidad.
La curiosidad estaba matandola...
Apoyo la punta de su dedo sobre el pequeño pezoncito rosado.
Otro gemido escapo a sus labios. Era tan sensible!!
Las chicas afuera rieron. La escuchaban!
Deberia detenerse avergonzada... Pero solo se escapo una risita tonta de su rostro asombrado.
Era... Divertido...
Y ella... Queria divertirse.
Apretó con suavidad su propio pecho.
Estaba inflado... Lo podía sentir crecer lentamente bajo su mano.
Queria concentrarse en eso... Encontrar la forma de deternerlo. Preocuparse por eso... Pero la idea que la obsesionaba era volver a tocar su pezon.
Gimo nuevamente, mas fuerte. Su otra mano recorrió su panza y arribo a su ropa interior...
Estaba mojada... Nunca antes habia estado mojada...
-Que esta mal conmigo? Porque estoy haciendo esto? Las chicas de afuera pueden oirme y le contaran a todos.... Pero... Eso no puede ser tan malo.... No! Por supuesto que es malo!
su gemido fue fuerte y claro cuando su dedo corrió su bombacha para llegar a esa húmeda y suave
Escucho risas claras afuera.
-esa chica se esta tocando, Lucy! Ayudame a ver quien es!
Candance sabia que debía detenerse. Pero la idea de que la vieran... Hizo q sus dedos sintieran su clítoris mas mojado y latiendo bajo su tacto.
Subió la mirada para ver una de las muchachas, una compañera del consejo estudiantil, trepada a la puertesita del baño.
Con una risita de reconocimiento, se dejo caer y ambas chicas huyeron del baño.
Ahora todos sabrían lo que estaba haciendo! Que vergonzoso!
Queria detenerse y volver a sus vestidos largos y puritanos... Pero no queria. Queria...pero no realmente.
Estaba tan confundida.... Su cuerpo cambiaba con celeridad y su mente... Su mente se sentía adormilada...
Queria querer gritar y buscar una solución... Pero... Era todo esto realmente tan malo!?
Por supuesto que lo era! Se grito a si misma, deteniendo la mano y poniendose de pie.
Detendría esto y volveria a ser ella misma!
Salio del baño avergonzada e incomoda... Pero algo dentro suyo sentía todo esto tan divertido...
Entro a clase en silencio.
El profesor la miro cansado.
-Tarde otra vez- le dijo con tono de hartazgo.
Otra vez?? Se pregunto confundida. Nunca llegaba tarde!!
-toma tu prueba y sientate. Ya las coreegi.- le dijo el profesor ofreciéndole su examen.
Candance lo tomo y se sentó en su pupitre.
Lo miro.
6?
Como podia haberse sacado un 6??
Comenzó a mirar las preguntas... Y noto con horror que no recordaba las respuetas!
Habia dado el examen hacia una semana y recordaba haber escrito mucho... Pero ahora faltaban algunas respuestas... Y tampoco podia recordarlas...
Esto era feo, raro... Se detuvo en seco. Feo, raro? En otro tiempo hubiese usado palabras mas elaboradas para describir esta situación... Pero ahora simplemente no podia recordarlas!
Una sensación agradable detuvo sus pensamientos.
Allí estaba dean, con su mano nuevamente en su pierna.
-Hola candy
-no soy candy. Soy Candance
-Candy... Las chicas me contaron de tu aventura...
Candance se sonrojo! Quiso golpearlo. Quiso gritarle.
Pero en cambio
-en serio??-pregunto entre risitas. Su mano subió a su pelo y comenzó a girar un mechon rubio oscuro coquetamente
-En serio, Candy- dijo el subiendo lentamente su mano.-Entiendo porque... Yo mismo quiero descubrir esas partes ocultas. El sennit de tu cuerpo
-El que?- Pregunto Candance confundida. Sintió que deberia conocer la palabra... Que la habia conocido... Pero era tan cómplicada... Y solo quéria consentrarse en aquella mano masculina subiendo por su muslo...
-Nada hermosa... Nada con lo que tengas que preocupar tu rubia cabecita.
Ella dejo escapar una risita infantil y burbujeante. Se sentía bien reír así. Se sentía bien aquella mano casi alcanzando su ropa interior. Era... Divertido... Y queria divertirse.
-Vamos al baño Candy. Y dejame ver lo que tocabas hoy.
Ella quiso protestar.
Pero... Pero queria ir al baño. Queria enseñarle lo que estaba tocando.
-Candy?-su mano salio de la pollera-vamos?
Ella asintió emocionada, sin saber como controlarse.
La guió de la mano al baño de hombres. Era mucho mas pervertido así... En su baño. En donde solo las mas putitas entraban.
Ella trato de detenerse, pero Dean la sostuvo por la cintura y la miro a los ojos.
-Candy. Veni conmigo. Voy a hacer que te diviertas...
Candance abrió los ojos. Divertirse? Esa palabra era en todo lo que podia pensaar los ultimos dias!
-Deja de decirme Candy...-Murmuro luchando la sensación. Ella era mas fuerte que esa cosa extraña que la habia invadido.
El la llevo al espejo, parandose detrás suyo.
-Miraté, hermosa...- le digo rodeando su panza con ambos brazos.- Esa chica que ves allí es una Candance?
Ella se observo roja.
Sus labios estaban mas rellenos que de costumbre, sus pechos no podían ser mas pequeños que una D a este punto, su vestido era ya realmente escotado y ceñido.
Queria odiar el vestido, pero era tan sexy y a la moda!! Quedaría tan bien con esos tacos rosas que habia visto en el shopping!
Su pelo ahora era rubio claro. Largo por su cintura, y ondulado.
-Sos Candy.- Dean le susurro al oído, subiendo las manos por su esternon hasta sus pechos, amplios y suaves-Sos una linda - Apretó sus pezones - Putita - Bajo el escote revelando sus pechos blancos y grandes.
-D...Dean, no!
-No? No pareces muy segura... Ni siquiera trataste de correrte...-Dijo el riendo besandole el cuello.
Un giggle escapo de sus labios.
-No tengo que querer esto!- Pensó Candance entre beso y beso.- tengo que detenerlo, tengo que decirle que pare! Pero... Mm!!- Largo una risita boba nuevamente al sentir que terminaba de quitarle el vestido- Pero es tan divertido! Porque deberia parar? Porque soy una mujer decente e inteligente!!
B...bueno... No se sentía tan inteligente ultimamenmte... Todo... Todo parecía mas colorido y simple... Y ya no se preocupaba por esas cosas tan complicadas como la política. Queria preocuparse... Pero le daba dolor de cabeza...
Esos eran temas que la gente aburrida debía ocuparse... No?
-Donde esta tu cabeza Candy?- Pregunto el risueño al ver su carita confundida y con el mas ligero puchero en sus labiencitos gruesos y sexys. Solo obtuvo un risita de respuesta. Estaba lista... Este era el punto del que Dominic le habia hablado. Estaba lista para comenzar a ser la perfecta bimbo que dejaría que cualquier hombre la tocara.
La inclino con suavidad contra el lavabo.
La cabeza de Candance... No. Candy, daba vueltas... Quería concentrarse. Pensar. Razonar el porque no debía hacer esto... Pero su cabeza estaba como dormida... Solo podia pensar en lo divertido que seria ser usada como una hermosa muñequita sexual... Esa palabra la perseguia... Divertido! Era lo que queria. Le aburria todo el resto.
El estudio, ew! Las elecciones eran tan tediosas! Pero... Pero divertirse era *risita* divertido!
-Candy, concentrate tontita- Dijo el riendo, observando su rostro perdido en el aire, su boquito entreabierta con una sonrisita sensual e inocente. Queria que estuviese completamente conciente a la hora de entrar por primera vez en ella. Ella asintió riendo tontamente.
-Perdón... Estaba pensando en...
-No estas aca para pensar- La detuvo el pasando un dedo suavemente por sus labios vaginales. Un fuerte jadeo se escapo de los labios de esa hermosa rubia platinada. La acomodo sobre el lavabo, disfrutando como sus enormes pechos se presionaban contra el borde. Estaba a solo dos tallas de ese perfecto doble D que iba a alcanzar. Y no podia esperar... Pero sin duda podia confórmarse con esos perfectos y enormes pechos blancos y suaves apretujados y duros contra el fríó borde, lo que hacia que esos pequeños pezones rosas se pararán llamándolo a lamerlos como golosinas.
-Concentraté, Candy.-Le dijo serio, bajando su cierre. Algo en ese ruido hizo que Candy levantara mas su culito, exponiendose, ansiosa.
Los pensamientos se mezclaban con sus sentimientos. Y ni siquiera eran pensamientos profundos... Y lo sabia... Sabia que cada vez era menos y menos conciente de eso... De que antes... Antes era diferente... Pero... Diferente era mejor?
-Quiero que te concentres, hermosa bombo-Dijo el con suavidad. Ella abrió la boca para protestar, pero el metió la punta de su pene adentro de ella.
Candy gimio. Esa sensación... Estaba cubriendola por completo... Su cabeza era una nube blanda y todo era mas fácil ahora. Ya no estaba estresada ni confundida... Solo... Solo queria diertirse... Y esto *risita* es divertido!!
-Estas concentrada en esto, Candy?- Ella asintió- Estas concentrada en sentir que te penetro?- pregunto hundiendo su pene dentro suyo.
Un gemido de placer broto de sus labios. Esos labios tan gruesitos y suaves ahora que parecían estar constantemente en un eterno y sensual puchero.
-S...si!-Gimio ella sin poder pensar en nada mas ya. Nada mas que aquel pene entrando y saliendo de ella con fuerza. Las paredes de su coño estaban tan apretaditas contra su pene que Dean estaba seguro que jamás habia tenido una mejor cogida que esta.
Sin aguantar mas su lucha interna, Candy comenzó a acompañar el movimiento con su cadera, buscando que ese delicioso miembro la penetrara con mas profundidad... Mas fuerte, mas duro...
No parecía importar que fuera una virgen... No le dolía... Solo sentía un placer que la inundaba... Que la hacia gemir sin importar si alguien mas podia oír... Que la obligaba a mover las caderas con desesperación por ese delicioso pene que la penetraba con fuerza.
Dean apretó su culito con sus manos y comenzó a apretarlo contra el. El movimiento de esas caderitas redondas era perfecto, coordinado para que cada embestida le diera la perfecta dosis de placer. Ese polvo mágico realmente funcionaba... Si... Esa puritana aburrida se habia convertido en la perfecta putita...
Llevo sus manos a esos perfectos pechos, levantandola del lavabo. Los estrujo entre sus dedos y comenzó a estimular sus pezones.
Los gemidos de Candy subían cada vez mas y mas de volumen. Eran perfectos, tan de putita que podría jurar que tendeia que pagarle despues de terminar de cogerla.
Con una ultima embestida, acabo dentro suyo con una potencia que nunca antes habia logrado.
Candy sintió un suave calor dentro suyo. El habia acabado dentro suyo... Pero... No podia encontrar en su cabecita porque eso podría molestarle... La sensación era tan rica...
El la tomo de su culito y la separo tirando con suavidad. Ella intento enderesarse pero el la detuvo.
-No. No Candy...- La reto. Ella lo miro, girando su cabecita confundida.- Vas a quedarte aca. Las clases terminaron... Pero estoy segura que algún chico va a entrar y... Le va a gustar la sorpresita de encontrar esta pequeña bimbo apoyadita aquí esperando que alguien mas le de esa pija que tanto ansias.
Algo dentro de Candy quiso quejarse. Candance... Aun no habia perdido toda la batalla... Ella no podia dejarse poseer por cualquier pervertido...
No... Diría que no y eso era todo.
-N... No...?- Murmuro duditativa, pero aun sin intentar enderezarse.
El río. Apoyo su mano en su pezoncito duro y lo giro con suavidad, produciendo ese gemido tan sensual y entregado.
-Quietita ahí, putita.-Le dijo divertido. Ella asintió con una risita ansiosa. La idea de decir que no comenzaba a parecerle tan ridícula...
Ella asintió con suavidad. Ya no podia esperar... Pronto otro chico entraría y podría sentir esas cosquilla en todo su cuerpo que las embestidas producían. Ese placer que le derretia los pensamientos...
Dean salio tras darle una palmada juguetona en su culito, dejándola sola para la larga espera.
Los minutos pasaron con lentitud... Intento distraerse pensando en ropa... Se compraría un vestido rojo... Apretado y con el escote mas bajo que pueda encontrar... Y esas hermosas botitas con tacos de 10 centímetros!
Pensar en comprar ese conjuntito solo ayudo a excitarla mas. Era tan extraño!!
El sonido de la puerta abriéndose hizo que jadeara con ansiedad.
-Que... Que diablos!?- la voz de un chico pregunto desde atrás suyo. No levanto la mirada hacia el espejo ni volteo. Le... Excitaba la idea de no saber quien la penetraría...
-por favor... Por favor cogeme...-Dijo con tono suplicante y excitado.
Sintió que el chico retrocedía unos pasos dudando.
La idea de que se fuera y tuviera que esperar por otro chico que tal vez no vendría por horas la desespero.
Giro con celeridad y cayo a sus pies ansiosa.
Gateo a el mirando a un muchacho con expresión nerviosa y tímida en el rostro, vistiendo una remera con un personaje de un comic y amplias gafas.
Continuo retrocediendo mientras ella lo perseguía gateando como una gatita en celo.
-Q...que haces??-Pregunto nervioso, al ser acorralado contra el rincón de la pared. Ella aprovecho su confusión para apoyarse en sus rodillas y bajar el cierre que la separaba del objeto de sus deseos.
Tomo el pene entre sus manos, sintiendo que su boca se hacia agua con la idea de lamer y tragar sus jugos.
Comenzó pasando su lengua suavemente desde la punta hasta la base de su pene, disfrutando cada centimetro.
El muchacho se rindió al placer, cerrando los ojos y disfrutando mientras la rubia platinada con los pechos tan grandes como dos sandías metía su pene entero dentro de su perfecta boca.
Conocía la reputación de Candy. Gracias al hechizo, nadie recordaba a la vieja Candance. Solo estaba Candy, la pequeña bimbo que rozaba la ninfomania.
Candy estaba perdida en un mar de deseo y risitas, y ya nada mas le importaba. Era feliz así. Mucho mas feliz de lo que habia sido en el pasado.
Todo era simple y divertido.
Continuo succionando ese pene con ansias. Lo tomaba con sus dos manos, acariciandolo con deseo, lamiendo y succionando cada vez con mas velocidad, deseando mas que nada que sus jugos terminaran en su boca y puidiera tragarlos como la buena putita que era.
Con una ultima succion fuerte y precisa, finalmente acabo en su boca, con un gemido ronco y lleno de placer. Ella se apretó a el, aprovechando cada gota y no se separo hasta haberla tragado toda.
El le acarició la cabeza tubado y agitado.
-Bu...buena chica...-Murmuro.
Candy asintió contenta. Era una buena chica!! Estaba cumpliendo su trabajo!
Se puso de pie y lo miro a los ojos.
-Vamos a hacerlo de nuevo mañana?-pregunto con una risita sugestiva
-P...por favor- asintió el torpemente, sin poder creer su suerte.
Candy río entusiasmada y brinco fuera del baño, feliz con su nueva posición, y ansiosa de probar todos los hombres que desearan probar a la pequeña bimbo del colegio.
Dominic sonrió complacido tras apagar su televisión. Gracias a las brujerias de su hermana, habia podido observar toda la transformación de su nueva bimbo en aquella pantalla.
La magia realmente podia hacer cosas increíbles. Y ya no podia esperar mas para probar su nuevo juguete y darle su ultimo castigo.
Camino hacia la casa de Candy con presura. Deseaba poseerla como nunca habia deseado antes algo. Esa pequeña putita lo complacería como el deseaba sin discusión, y el castigo seria permanente luego de que terminara la ultima fase del plan.
Toco la puerta y espero impaciente.
Escucho pasitos de tacón y pudo imaginarse a esa pequeña putita corriendo a abrir la puerta en tacones altos y sensuales.
Cuando la puerta se abrió la imagen no lo desilusiono.
Allí estaba la hermosa rubia platinada, con un vestidito rojo escotado y ceñido y tacos altos q le formaban el perfecto culito.
Sin decir palabra la tomo por la cintura y la beso con pasion, jugueteando con la lengua traviesa de Candy.
Ella se entrego con ansias al beso, presionando su cuepo al de el.
-Vamos al cuarto, pequeña Candy.
Ella asintió jadeante, mirandolo con ánsias que solo una putita podría tener ante el sexo.
La llevo al cuarto impaciente, comenzando a acariciar su culito perfecto mientras subían las escaleras.
Ella gimio con suavidad cuando Dominic, sin poder aguardar a llegar a su habitación, metió un dedo en su ropa interior, y sintió lo mojada que ya se habia puesto Candy.
Ese vestido era de tan fácil acceso que solo habia tenido que correr su mano hacia adelante de su culo para poder penetrarla con su dedo índice.
La detuvo en la puerta, sin dejarla entrar. La haría sufrir.
Metió otro dedo y los movió en circulos dentro de su coño húmedo y expectante.
-Como fue tu día, mi putita?- le pregunto con un poco de maldad, deteniendola cuando intento tocar su miembro. La haría rogar por el. La haría rogar como la puta que el habia creado.
-B...bien...-Sus ojos rogaban entrar al cuarto, rogaban ser penetrados. Era mas que un simple deseo. Lo necesitaba. Era adicta a ser poseida, a ser usada como una muñeca de placer. Su muñeca de placer... Por supuesto que no tenia problemas en compartir...
-Por favor entremos...-Le rogo ella con sumisión. La misma estiradita que se habia mofado de el al invitarla a salir ahora rogaba por ser poseida como una cualquiera.
-Aun no-Dijo el severo frenandola. Hundió sus dedos en su coño disfrutando al sentirla retorcerse de placer-cuando yo decida, iremos.
La retuvo allí por varios minutos, prsionando y girando sus dedos con fuerza por momentos y por momentos solo frotando con suavidad para mantenerla excitada.
Sólo cuando la desesperación de Lacey fue tan grande que tuvo que retenerla para que no se arrodillara frente a el, le permitió entrar.
Sin delicadeza, la posiciono como si fuese una perrita en celo en su cama y sin aviso la penetro con fuerza.
Tomándola por la cadera comenzó a embestirla con pasión y dominación, disfrutando de escuchar esa perfexta mezcla entre gemidos y risitas, y de ver esas amplias y hermosos pechos moverse hacia adelante y atrás con un movimiento hipnotizante.
-Candy... Escuchame bien- Empezó a decir entre embestida y embestida- Este es tu castigo por ser una perra maldita con todo el mundo. De ahora en mas nosotros pensaremos por vos y vos... Vos te limitaras a ser mañoseada, a ser cogida y a verte bonita. Lo entiendes?
-s...si!!-grito ella entre gemidos
-Y ya no le dirás nunca mas que no a nadie... Ya no vas a rechazarnos, vos vas a necesitar de nuestras pijas porque ese es el tipo de putita que sos ahora... Te hace feliz la idea de ser así el resto de tu vida?- Le pregunto apretando sus pezones sin dejar de penetrarla. Ese coño estaba tan apretado y mojado que sentía que podia continuar todo el día sin detenerse. Cada embestida se sentía como la primera.
-si!! Soy muy feliz así!
-No...Candy es una bimbo... Y las bimbos hablan de si mismas en la tercera persona... Deci eso bien
-Candy es muy feliz así- Repitió siguiendo con sus caderas el movimiento continuo, mostrando incluso mas ansias que el de que su pene continuara dentro de ese coño perfecto.
-Y si candy quiere ser una bimbo el rsto de su vida, candy debe quedar embarada...- Ella lo miro con un pequeño asomo de confusión- Así son las reglas, Candy... Debes hacer eso y sras una bimbo el resto de tu vida.
Dominic sonrió con placer. Sabia que Candance jamás aceptaría algo semejante, que nada la degradaría mas. Y ella ya no podia hacer nada al respecto. Candy haría lo que el dijera por sexo, y no habia forma de evitarlo.
Acabo dentro de Candy con placer, disfrutando como ese cuerpo perfecto tambien se contorcionaba de placer en un largo y sonoro orgasmo.
-Los chicos van a seguir acabando dentro tuyo... Y tarde o temprano quedaras embarazada... Y ya no serás una política ni nada mas que la perfecta bimbo que solo desea complacer...- le tomo la perita rescostandola en la cama- Voy a cuidar de vos... Vas a vivir conmigo... Vas a tener ejercicios diarios para mejorar tus habilidades... Viendo películas porno y practicando con un gran dildo... Y cuando nos visiten amigos... Vas a mostrarles que tanto mejoraste... Te gusta la idea Candy?
Candy asintió entusiasmada! Una vida dedicada enteramente al sexo? Quie mas podia pedir una chica?