Las Mallitas

Mi amiga ya había estado con su amigo muchas veces pero esta vez necesitaban dos chicas más porque la reunión iba a ser con cinco hombres en total. Mi amiga Verónica y yo aceptamos ir con Natalia. La única condición que los hombres ponían era que aparte de que las tres chicas deberían ser muy complacientes con los hombres, su vestuario debería ser el más provocativo que pudieran llevar.

El sábado por la tarde el amigo de Natalia nos llevó en su auto a la finca, él manejaba, Natalia iba junto a él, y Verónica y yo en el asiento posterior. Martín, el amigo de Natalia nos preguntaba sobre nuestra disposición sexual y nosotras le garantizamos que éramos muy cariñosas y complacientes con los hombres. Martín ya conocía a Natalia y sabía cómo era ella sexualmente tanto con él, como con otros hombres.

Martín nos había pedido que lleváramos vestuarios muy provocativos, con prendas que tuvieran muchas mallas y entre más lujuriosos y morbosos pudieran ser, estaría mejor para la reunión que él haría con sus amigos. Yo llevé unas medias negras en malla, zapatos negros altos, pequeña faldita corta negra, tanga hilo negra, y una blusa negra trasparente, sin brasier. Natalia llevó una pequeña falda blanca muy corta, una blusa blanca transparente, sin brasier, zapatos blancos altos y tanga hilo blanca. Verónica sólo se llevó un par de zapatos negros altos, una tanga hilo, y un vestido entero de malla negra, sin brasier.

Cuando llegamos a la finca Martín nos hizo nadar en la piscina, pero totalmente desnudas. Sus amigos estaban por llegar. Llegaron media hora después en dos carros. Cuando llegaron nos encontraron nadando en la piscina y les gustó mucho vernos desnudas allí. Martín nos pidió salir para presentarnos a los hombres, sus amigos. A ellos les gustaba vernos mojadas y desnudas. Nos pidió que nos secáramos delante de ellos y nos pusiéramos los vestuarios eróticos que nos había pedido. Ya estaba oscureciendo y realmente la única reunión que ellos tenían programada para esa noche era para beber, ver porno y tener sexo con nosotras.

Nos hicieron caminar varias veces alrededor de la piscina desfilando delante de ellos, mientras empezaban a beber whisky con hielo. Nosotras podíamos beber lo que quisiéramos y preferimos cerveza pues hacia bastante calor. Alguno de los hombres propuso darle una bonificación en dinero a la chica con el vestuario más erótico, todos estuvieron de acuerdo y rápidamente todos eligieron a Verónica, pues prácticamente estaba desnuda solo cubierta por esas mallas que no le cubrían nada. Natalia es muy voluptuosa y con su vestuario provocaba mucho a los hombres, también yo los provocaba, pero Verónica fue más ingeniosa que nosotras. A todos les gustaba vernos con mallas.

Martín nos había dicho durante el viaje que nos querían en malla porque cuando ellos iban a los prostíbulos de lujo que habitualmente visitaban, las que más les gustaban a ellos tenían mallas. Martín y sus amigos querían tener su propio burdel privado en esa noche del sábado y en esa finca caliente por la temperatura y por el sexo.

En la sala de la casa había aire acondicionado y la temperatura era muy agradable. Los hombres pusieron música para que bailáramos nosotras ante ellos, mientras ellos sentados en unos cómodos sillones nos miraban, bebían y masajeaban sus bultos sobre sus pantalones. Martín les dijo que las tres estábamos disponibles para todos, pero él se reservaba el derecho de comerse primero a Natalia, entonces Verónica y yo seríamos la diversión sexual para los 4 amigos de Martín mientras después les dejaría a Natalia para ellos.

Un rato después Martín se llevó a Natalia para una de las habitaciones. Verónica y yo nos quedamos con los otros cuatro hombres, ellos se quitaron la ropa y masturbándose sentados en las sillas y frente a nosotras nos pidieron que les empezábamos a dar muy buenas mamadas. Verónica y yo nos turnamos en medio de las piernas de los cuatro hombres mamándolos a todos. Muy pronto yo quedé sin la blusa transparente y sin la faldita, sólo zapatos y las medidas malla. Verónica seguía con su vestuario como al comienzo pero no necesitaba quitarse nada pues a través de sus mallas todos la veían desnuda. Todos estuvieron de acuerdo en que Verónica y yo mamábamos muy bien, les gustó mucho. A nosotras también nos gustaba mamar a esos hombres, pues tenían unas vergas muy bonitas.

Después de un muy buen rato de estar mamando, arrodilladas en medio de sus piernas, y bebiendo de vez en cuando un poco de cerveza, doloridas de nuestras rodillas sobre el piso, y un poco de nuestras caderas, se pusieron de acuerdo para llevarnos a la cama. Dos de ellos eligieron a Verónica y los otros dos conmigo. A mí me llevaron a una habitación en donde me hicieron desnudar completamente y los dos hombres de pie junto a la cama me hicieron arrodillar para que se lo siguiera mamando a juntos. Me hicieron lamer sus bolas e incluso meterlas en la boca. Los hombres ya borrachos me decían que yo mamaba mejor que las del club nocturno a donde iba con frecuencia. Me decían que yo debería empezar a trabajar allá para cuando ellos fueran. Pero les dije que cuando quisieran me podían llamar directamente. Los hombres se rieron y dijeron que era una estupenda idea.

Se pusieron de acuerdo en tener sexo por la vagina y querían turnarse conmigo primero uno luego el otro. Así me tuvieron un buen rato turnándose muchas veces. Yo gemía mucho sin parar, en las otras habitaciones también se escuchaban los gemidos y casi gritos de Natalia y Verónica. Los hombres no cerraban las habitaciones de las puertas y se escuchaba todo. Recuerdo que cuando me llevaban a la habitación, Martín el amigo de Natalia, estaba sobre ella moviendo con mucha fuerza sus caderas.

Me acosté sobre la cama y abrí las piernas para esperar al primer hombre, pero casi sin darme tiempo de acostar sentí a uno de ellos que me agarraba por las piernas y las colocaba sobre sus hombros, la punta de su verga la colocó a la entrada de mi vagina y empezó a empujar con fuerza y sin detenerse pero entró rápido y fácil porque yo esta excitada y bastante mojada. Se movía con mucho fuerza y rapidez y me miraba a los ojos mientras yo gemía sin parar. El otro hombre decía que yo me veía muy linda allí debajo de su amigo. Los dos hombres se turnaron muchas veces conmigo, a veces con las piernas en los hombros, a veces simplemente con las piernas abiertas y las rodillas dobladas, otras veces de medio lado y otras veces en cuatro. Luego de mucho rato alguno de ellos dijo: "ya es hora de darle por el culo". Me pusieron en cuatro y me escupieron muchas veces en el ano y metían sus dedos para morbosearme y dilatarme. No sé cuál de los dos me penetró primero pero me hicieron gemir y gritar aún más, como también escuchaba a mis amigas Verónica y Natalia también dando casi aullidos de placer. A veces se escuchaban palmadas de los hombres y las nalgas, muchas de ellas eran en las mías. A los hombres les gustaba pegarle a las mujeres en el trasero y a nosotras nos excita que nos hagan eso.

Cuando los hombres quisieron eyacular me hicieron colocar de rodillas en la mitad de la cama, se quitaron los condones y me hicieron mamar de nuevo sus vergas, hasta que uno de ellos se botó en mi cara y el otro en seguida también lo hizo igual. Apenas terminaron de eyacular, se colocaron sus pantaloncillos y con sus vasos de whisky se fueron a la sala a descansar y a ver una película pornográfica. Allí se encontraron los cinco hombres mientras que mis amigas y yo nos reuníamos en el baño para limpiarnos el semen que nos habían dejado. Martín había eyaculado dentro de Natalia en el ano. Verónica tenía la cara y las tetas untadas de semen y yo la cara cubierta desde la frente hasta la barbilla. Las tres estábamos mareadas por la cerveza y por el cansancio de la actividad sexual pero sabíamos que los hombres nos esperaban en la sala para seguir. Natalia nos había dicho que a ellos les gustaba follar toda la noche, hasta el amanecer.

Regresamos a la sala y los hombres estaban viendo una película de una orgía. Yo me senté en medio de otros dos hombres que quisieron tenerme para ellos. Me acariciaban las piernas el trasero y las tetas y yo agarré con cada una de mis manos sus vergas que estaban caídas pero que pronto empezaron a endurecerse. Lo mismo hacían Verónica y Natalia con los otros hombres. En algún momento alguno de ellos propuso que bailáramos delante de ellos, desnudas y sólo con zapatos, mientras ellos nos miraban, bebían whisky y veían porno.

Un rato después yo estaba arrodillada mamando las vergas de los otros dos hombres amigos de Martín, mientras que los hombres que habían estado conmigo estaban haciendo lo mismo con Natalia y Martín se había llevado a la habitación a Verónica, sólo para él. Los hombres ya estaban bastante borrachos y nosotras bastante mareadas con la cerveza.

Los hombres que estaban conmigo me llevaron a la habitación en donde habían tenido sexo con Verónica y en las mismas sábanas revueltas me acostaron para hacerme doble penetración, uno de ellos por la vagina y el otro se montó en mi cara para penetrar ni por la boca. Yo escuchaba los gemidos de Verónica y de Natalia, pero yo no podía gemir porque me estaban follando por la boca. Los dos hombres se intercambiaron varias veces haciendo lo mismo. Luego se pusieron de pie sobre la cama y me hicieron mamárselo juntos y lamer sus bolas. Estos dos no me hicieron meter sus bolas en mi boca, aunque me hubiera gustado hacerlo. Me pusieron en cuatro y empezaron a turnarse en mi ano. Los dos terminaron eyaculando en el ano, por fortuna dentro de sus respectivos condones. Pero antes de retirase me dijeron que les quitara los condones y les limpiara sus vergas con la lengua. Aunque la idea no me gustó mucho el comienzo, porque eran dos hombres que yo no conocía hasta esa noche, lo hice para complacerlos. No puedo negar que hacerlo me excitaba mucho especialmente porque cuando se chupaba me acariciaban la cabeza y los dos me dijeron que yo era una buena hembrita en la cama, como a ellos les gustaba.

Se fueron para la sala con sus vergas limpias y de nuevo yo me reuní con mis amigas en el baño. Verónica estaba un poco asustada porque Martín había eyaculado en su ano, pero Natalia la tranquilizó diciendo que a ella también le dejaba el semen adentro y que Martín estaba sano. Regresamos a la sala desnudas y descalzas pero los cinco hombres estaban dormidos en las sillas con su borrachera. Nosotras bastante mareadas nos fuimos a dormir las tres en la misma cama.

Yo desperté cuando ya estaba de día y tenía un hombre abriéndome las piernas para penetrarme. No sé cómo llegué allí pero me imagino que aquel hombre me llevó en sus brazos. Yo no estaba excitada y no me podía penetrar con facilidad, el hombre empujó y me dolió un poco y empecé a gemir bastante. De pronto escuché gemidos de mis amigas. Aquel hombre se movía adentro de mi y yo gemía y me abrazaba a él. Ese hombre era uno de los dos primeros que había estado conmigo y me dijo que yo le había gustado mucho y que por eso quería repetir. Yo le dije que él también me ha gustado mucho. Cuando terminó se fue pero observé que no tenía condón, el se rió y me dijo que no me preocupara que él estaba sano y que él sabía que nosotras tres éramos unas putas sanas y que no éramos putas de prostíbulo. Me prometió llamarme para que lo atendiera muy pronto, pero con la condición de que todo el sexo conmigo fuera sin condón y que él sería muy generoso conmigo. Me advirtió que le gustaba mucho el sexo durante los días de la menstruación, pero allí si usaba condón, pero que igual sería muy generoso conmigo. El hombre se llamaba Kike.

Después del mediodía los hombres se quejaban de mucho dolor de cabeza por su embriaguez de la noche anterior y el excesivo calor de ese día. Nos metimos en la piscina un ratito, nosotras tres desnudas, aunque habíamos llevado nuestros bikinis ellos no quisieron que nos pusiéramos nada. Como la finca era privada no había problema en que nadie más nos viera. Los hombres se sentaron a la sombra y nos dijeron que querían que entre las tres les diéramos unas buenas mamadas antes de regresar a la ciudad. Así lo hicimos turnándonos con todos. Antes de regresar todos apuntaron nuestros números de teléfono y MSN para estar en contacto con nosotras y regresamos a la ciudad.

Una semana después me llamó Kike para decirme que quería que amaneciera con él. Así lo hice y lo complací tal como quiso. Kike me pidió que me pusiera las medias mallas negras, sin tanga, sin brasier, zapatos negros altos y encima una gabardina. Desde ese día cada vez que Kike me llama para ir a su apartamento debo vestirme de la misma forma. Y cada vez que tomo el taxi para acudir a su cita noto que el chofer me mira por el espejo varias veces creo que adivina que voy para una cita sexual y el chofer del taxi de regreso creo que adivina que he tenido sexo con un hombre. Cuando lo pienso me excito. Los otros hombres llamaron a Natalia y a Verónica para obtener sus servicios sexuales con frecuencia. Una vez me llamó Martín pero no era para tener sexo con él, pues prefiere a chicas mas voluptuosas que yo como mis amigas, pero me preguntó si yo estaba disponible para atender a un amigo suyo al que le había mostrado mis fotos desnuda y quería estar conmigo. Le dije que si.

FIN

Autorizo a publicar mi correo: camilitarod@live.com para quieres quieran escribirme y enviarme sus comentarios morbosos.