Lo cuento y yo misma no lo creo…

Hasta hace unos cuantos meses, me encontraba con el que era mi novio, Esteban. Los dos estábamos en su apartamento, completamente solos, besándonos y acariciándonos, cuando él muy tímidamente me propuso que hiciéramos el amor. Aunque yo me encontraba tremendamente excitada, y con muchas ganas de hacerlo.


Nada más de escuchar la manera tan tonta y tímida, en que me lo planteó, estuve a punto de decirle que no. Ya hasta tenía pensado decirle que deseaba llegar virgen a la boda, cuando accidentalmente coloqué mi mano sobre su caliente miembro, les diré una cosa fue sentir su cálido bulto contra mi cuerpo, y otra el tenerlo bajo mi mano, aun con la tela de su pantalón de por medio.


Les confesaré que quedé impresionada, y llena de curiosidad, por el tamaño de su bulto, por lo que a pesar de lo mojigato que era Esteban, acepté. Sin decirle nada, comencé a quitarme la ropa frente a él, hasta que me quedé completamente desnuda. De inmediato lo ayudé a él a desnudarse, y cuando finalmente se bajó los pantalones e interiores, vi algo descomunal. No es que yo haya visto muchos hombres desnudos, pero si los suficientes como para saber que mi novio era algo especial.

Por un breve momento nos seguimos besando y acariciando, sus manos hábilmente comenzaron acariciar mi coño divinamente, apretando delicada pero firmemente mi clítoris, por lo que yo sin demora alguna, separé mis piernas y él recostado sobre mi cuerpo, comenzó a introducirme todo su miembro, cosa que comencé a disfrutar, aun con cierto recelo y temor, a que como otros chicos con los que he salido, se viniera de un momento a otro, por lo excitado que se encontraba. Pero no fue así, Esteban por un buen rato estuvo metiendo y sacando su verga de mi coño, produciéndome un extremo placer, a tal grado que alcancé múltiples orgasmos, yo no dejaba de gemir y mover mis caderas, como una loca, sintiendo como todo su miembro entraba y salía una y otra vez de mi bien abierto y lubricado coño. No lo podía creer, tan y tan diferente al resto de mis otros novios, que hasta pensé que Esteban, seguramente se había tomado alguna pastillita para durar tanto.


Lo mejor de todo fue cuando él, me propuso cambiar de posición, que se colocó tras de mí, y agarrando y apretando mi coño entre sus dedos, al tiempo que su verga no dejaba de entrar y salir de mi vagina. Nuevamente disfruté como nunca de un sin número de orgasmos, al tiempo que yo chillaba como una loca, mi novio continuaba clavándome divinamente toda su verga, una y otra vez.


Esa fue la primera vez de muchas veces que mi novio y yo mantuvimos sexo, como locos en su apartamento así como en cualquier otro sitio que me lo pidiera. Al principio nada más me conformamos con hacerlo dos o tres veces en semana, y de la manera tradicional, pero en cierta ocasión, Esteban aun no terminaba de venirse, cuando me pidió que le permitiera dejar que me lo empujase por mi culo. Lo cierto es que yo estaba tan y tan excitada en el instante en que me lo dijo, que no lo pensé dos veces, por lo que de inmediato le dije que sí, y zas que sacándolo de mi coño, en la misma posición en que nos encontrábamos que me lo empuja por el culo.

El grito de dolor que pegué, se debió escuchar hasta en sótano del edificio, pero a medida que me lo continuó metiendo y sacando, aun con mis lágrimas chorreando por mis mejillas, quedé loca y sin idea del raro placer que me hizo sentir. Ya a esa altura de nuestras relaciones, me encantaba que me lo hiciera como a él se le antojase, mientras que yo buscando satisfacerlo más a él, le propuse en una ocasión mamar su miembro, y él a mamar mi coño, cosa que aceptó gustoso, pero siempre, siempre Esteban me pedía más y más. Quedando yo completamente, satisfecha, sudada y agotada como no tienen una idea.

Yo pecando de indiscreta, se lo conté a mis amigas, y muchas no me creían, decían que yo exageraba. Así que un día, una de ellas me retó a que hiciéramos un trió con mi novio, cosa que mi no pareció tan mala idea en ese momento, pero conociendo a Esteban con lo tímido que seguía siendo antes de meternos a la cama. Se me ocurrió no decirle nada en lo absoluto, así que metí a mi amiga en su apartamento sin que él se diera cuenta, y esperé a que él y yo estuviéramos en lo más caliente de nuestra relación, para hacerle una seña a Dinora mi amiga, la cual salió de su escondite, se quitó toda la ropa frente a nosotros dos y ante la sorprendida mirada de mi novio mi amiga se metió en la cama. La cara de Esteban al momento de ver a mi amiga, metiéndose a nuestra cama, fue algo impresionante, pero mucho más impresionante fue la cara que puso Dinora al ver el miembro de mi novio. Ya yo como de costumbre había disfrutado de mis múltiples orgasmos, cuando ella sin decir nada, se acostó entre nosotros dos, y de la misma manera sin decirle nada, Esteban le clavó su verga dentro del coño de ella, que casi llorando de alegría, comenzó a mover sus caderas como yo lo hacía. Mientras que de momento no sé precisamente como fue que Dinora y yo comenzamos a besarnos, y después de un corto rato, ella chupaba mi clítoris de manera salvaje.

Después de esa noche, ya no era yo sola quien hablaba maravillas de Esteban, sino que una de mis mejores amigas, le contaba a las demás lo mucho que aguantaba mi novio sin venirse, y lo mucho que disfrutó esa noche con mi novio y conmigo. Aunque Esteban le gustó mucho lo que hicimos, me pidió que no lo repitiéramos, a menos que se lo dijera antes. Cosa que hice como al mes siguiente, pero en compañía de Sandra otra de mis amigas, a la que mientras Esteban le daba salvajemente por el culo, ella y yo nos mamábamos los coños mutuamente.

Para mí, la presencia de alguna de mis amigas, fue una especie de descanso, en medio de las intensas relaciones que mantenía con mi novio. Hasta que un día, fue él quien me propuso, para sorpresa mía, que si yo estaba dispuesta a realizar un trió junto a un primo de él. Lo cierto es que debí haberle dicho que no, pero en el momento en que me lo pidió, me tenía bien clavada por el coño, por lo que yo ni tan siquiera pensé en las consecuencias de lo que me estaba diciendo.


Peor a un, su primo se encontraba en la otra habitación y cuando me escuchó a gritos decirle a Esteban que si, se apareció tan desnudo como lo estábamos mi novio y yo, siendo dueño de un miembro de similares proporciones que las de mi novio. Cuando sentí esa cosa enterrarse dentro de mí culo, pensé que me moriría reventada por dentro. Pero rápidamente el dolor le dio paso al inmenso placer, de ser clavada por dos hombres al mismo tiempo. El resto de la noche, les mamé sus miembros a los dos, e hicieron conmigo lo que les dio su real gana, hasta me pidieron que me empujase una botella por el coño y otra por mi culo, lo que hice, para satisfacción de ellos y mía.


Lo malo fue que cuando desperté toda llena de semen por todos lados, encontré una escueta carta de mi novio diciéndome que no me quería ver más, que habíamos terminado, por la manera tan puta en que yo me había comportado con su primo y él.

Lo peor de todo es que se lo contó a sus amigos, yo ignorándolo comencé a salir con varios de ellos, terminando la mayoría de las veces, irremediablemente en la cama de algún motel, o mamando sus vergas dentro de un auto. Ahora entre mis amistades y conocidos, tengo una fama de puta viciosa, que no me la quita nadie.