Cuando Miriam mi hermana mayor, llegó llorando a nuestro apartamento. La verdad es que me asusté, hasta que me dijo, entre lagrimas que había terminado con su nuevo pretendiente, por ser un desgraciado, que lo único en lo que pensaba era en sexo.
Relato
Yo la verdad es que me alegré de escucharla, ya que el tipo me caía requetebién, y la manera en que me miraba, me dejaba entender que yo también le caía bien. Así que sin decirle nada a mi hermana, me di una refrescante ducha, y puse mi llamativa mini falda que sin mucho esfuerzo de mi parte deja que muestre gran parte de mis paradas nalgas, además una sencilla blusa, mis tacos altos, y tras cepillar mí cabelló, agarré mi bolso y salí a la calle.
A mi hermana Miriam le hice ver que iba a la Universidad, pero la realidad es que me dirigí a la tienda, propiedad de Gregory. Con la idea supuestamente de comprarme algo, o por lo menos eso fue lo que le dije cuando lo vi. Casi de inmediato Gregory me comentó, que mi hermana y él habían terminado, fue cuando yo de la manera más presentada que pude, le dije que ya me lo veía venir, no por él, sino por lo niña que era mi hermana mayor.
Gregory se me quedó viendo, y de inmediato me dijo, pero tú eres menor que ella, a lo que yo en mi defensa le respondí. Sí, pero soy mucho más madura que ella, y a lo que Miriam le tiene miedo, yo lo disfruto. Realmente no hablamos mucho, Gregory cerró la tienda, y apenas regresó a mi lado me ha plantado un tremendo beso que me dejó, loca y sin idea.
Así que nos seguimos besando, hasta que sentí sus grandes manos sobre mis nalgas, agarrándolas por completo. Ya desde ese momento en adelante, yo supe que me iba a costar con Gregory, dentro de la tienda. En cosa de pocos momentos, mientras me besaba de manera ardiente, y sus manos tocaban todo mi cuerpo, me comentó que él era un fanático del sexo extremo, a lo que yo de tonta, riéndome le respondí. Al igual que yo.
Así que cuando sacó de uno de sus bolsillos del pantalón, uno de sus juguetes, y colocándose tras de mí, lo insertó en mi boca, yo no tenía excusa alguna para negarme, al mismo tiempo que me fue desnudando con gran facilidad.
No conforme con eso, Gregory sujetó mis manos a un perchero, por medio de unas especies de brazaletes de cuero, y cadenas, manteniéndome inmovilizada, con mis brazos levantados y mis piernas separadas, sin que yo pudiera decir o hacer nada, para evitar que continuase. Así que después de manosear todo mi cuerpo, mientras me obligaba a mantener esa humillante posición, Gregory me volvió a besar, al mismo tiempo que me jaloneaba por el cabello, para luego, en cosa de segundos también desnudarse completamente, fue cuando por primera vez le di un vistazo al enorme bulto que colgaba entre sus piernas.
El ex novio de mi hermana, se colocó tras de mí nuevamente, y sin decirme nada comenzó a penetrarme de manera salvaje, introduciendo su verga sin consideración alguna dentro de mi depilado coño. Por lo que yo chillé y lloré como una verdadera estúpida, más por estar siendo violada, que por el mismo dolor, o mal estar que me produjo su salvaje penetración.
No conforme con todo o que ya me había hecho, Gregory me colocó en el piso, como si yo fuera una muñeca de goma, sin quitarme los brazaletes de cuero que había colocado en mis muñecas, y pasando la cadena alrededor de mi cuello, ya estando tendida en el piso, con mis piernas bien abiertas, sin consideración alguna continuó enterrándome toda su monstruosa verga. Y para completar a medida que me continuó violando, fue pinchando mis tetas, provocándome un extraño y diferente tipo de dolor.
Era del todo inútil, que me quejase, ya que con la cosa que me metió en la boca, apenas y podía respirar. Por un largo rato, él me continuó penetrando, de manera bien salvaje, haciendo que yo aunque no quisiera disfrutase de múltiples orgasmos, como nunca antes los había tenido de manera tan seguida.
En cierto momento pensé que ya todo había terminado, pero la realidad fue que de la misma manera que me tiró sobre el piso, me levantó y me tiró sobre una pequeña mesa de metal, con ruedas, y tras volverme a sujetar de pies y manos con los brazaletes de cuero, sobre aquella pequeña mesa, mi culo quedó por completo a su disposición. La verdad es que no tiene idea de lo mucho que lloré, cuando Gregory, me volvió a penetrar con su monstruosa cosa por el culo. Pero al rato, yo misma no cesaba de mover mis caderas, restregándolas contra su cuerpo, no sé realmente que buscaba yo, pero no podía dejar de hacerlo, a medida que él una y otra vez me volvía a enterrar toda su gruesa y larga verga.
Yo quedé devastada, agotada, molida, en fin sumamente satisfecha. Cuando Gregory me quitó los brazaletes, y dejó que me vistiera, tras lavar mi coño y mi culo en el pequeño baño de la tras tienda, justo antes de marcharme, me acerqué a él, le di un beso en la boca, y sonriendo le dije, que nos volveríamos a ver. Cosa que por lo menos una o dos veces en semana hago, dispuesta a dejarme hacer lo que a él se le antoje.
Todo empezó en una charla....hasta que Carla me convirtió en Un Marido Dominado, Sumiso y Cornudo
Relato erótico enviado por domo54 el 16 de January de 2009 a las 18:15:48 - Relato porno leído 88074 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:28) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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