Lo que mi amiga y yo hicimos… ( CON fotos)

La verdad es que las dos nos estábamos aburriendo como ostras, cuando a mi se me ocurrió abrir una botella de ron y servirnos unos cuantos tragos. Ya que como era viernes en la noche, y ni ella ni yo pensamos en nada especial.

Comenzamos a beber cuando Magda me dice. Rosa te enterastes de lo que le pasó a mi vecina. Yo la verdad aunque vivimos en la misma urbanización, no me había enterado de nada. Así que cuando le pregunté, que había sucedido con su vecina. Me contó que su marido la encontró teniendo sexo, con un chico de la urbanización. Que los agarró a los dos completamente desnudos, en el patio de su casa. La verdad es que le dije a mi amiga que eso no era problema mío, y no me interesaba saber los pormenores. Pero Magda al parecer quería contarme todo el chisme, y continuó diciéndome. Lo peor de todo es que mi vecina tiene como setenta años, y el chico con quien se estaba acostando, no creo que llegue a los diesiocho.

La verdad es que al escuchar eso, me asombre, ya que en ese instante me acordé de quien era esa señora. Y sin dejar de beber, le dije que quizás se había vuelto loca,por falta de atención de su marido, ya que esas cosas pasan. Magda se sonrió, y dándose otro trago me continuó contando los chismes de la urbanización. Nada que valga la pena repetir. Hasta que me dijo lo de otra residente de nuestra urbanización, la que vive al lado del parque.

Según Magda, algunos chicos la han visto, teniendo sexo con uno de sus perros. Cosa que yo no creía. Bien Magda dejó de contar chismes, y me preguntó que podríamos hacer para pasar el rato. Fue cuando en broma le dije. Pues que más, buscamos a mis perros, y nos ponemos a follar con ellos. Yo dije eso en broma, pero no creo que mi amiga así lo haya tomado.

Ya que de inmediato mostró mucho interés en dicho tema. Y así seguimos bebiendo, y charlando. Solo que nuestras charlas se fueron poniendo cada vez más y más calientes. Así que cuando Magda comenzó a preguntarme como sería tener sexo con un perro, al principio no le hice mucho caso, pero fue tanta su insistencia sobre el tema, que le dije. Bueno si quieres probar, que te parece si vas al patio y buscas al Negro.

Aunque yo se lo dije en broma, Magda lo tomó muy en serio. Al punto que apenas terminé de decirle eso, se levantó, fue al patio, y trajo al Negro. Uno de los dos perros de la casa, de cuerpo grande, muy bien formado, pero de raza indefinida. Yo no creí que mi amiga tomase eso en serio, pero cuando la vi, que después de que lo trajo, hasta la sala, comenzó agarrar el miembro de nuestro perro, y esa cosa de color rozada, comenzó a crecer en la palma de su mano. Yo me quedé en silencio observándola.

Ambas ya habíamos bebido bastante, pero al ver como mi vecina, y amiga jugueteaba con el miembro de mi perro. No se, pero pienso ahora que me dio curiosidad, así que me les acerqué, y comencé a pasar mi mano por sobre la espalda de mi perro, para tranquilizarlo, diciéndole. Tranquilo Negro, Magda y yo solo queremos jugar un rato contigo.

De momento vi como mi amiga, comenzó de manera desesperada a quitarse casi toda su ropa, hasta quedar prácticamente desnuda. Yo no salía de mi asombro, al ver como ella nuevamente comenzó a manipular el miembro de mi perro, entre sus dedos, y para mi mayor sorpresa se lo ha llevado a la boca, poniéndose a mamarselo de verdad, verdad. Lo lamía como si fuera un helado, lo chupaba de manera intensa, al tiempo como si ella misma estuviera poseída, por quien sabe qué, se agarraba sus senos, y ella misma se los restregaba con fuerza. Mientras que yo embelezada, sin darme cuenta mantenía el miembro de Negro sujetado entre mis dedos, además de que simplemente la observaba como Magda de comportaba.

De momento se subió sobre mi cama, y separando sus piernas, le ofrecía su coño a mi perro, que de inmediato se dedicó a pasar su tremenda lengua por sobre y dentro de la vulva de mi amiga, al tiempo que ella gemía como una loca de placer. Pero a los pocos minutos, el Negro dejando de lamerle en coño a Magda, se treó sobre ella. Enterrandole su miembro dentro de la vulva de ella. Magada actuaba como una loca, de verdad disfrutaba intensamente lo que ella y Negro estaban haciendo.

Mientras que yo sujetaba parte del miembro de mi perro, Magda movía sus caderas, y chillaba de placer como una verdadera loca, o mejor dicho como una verdadera perra.

Fue tanta la excitación que sentí al estar viendo como el Negro le enterraba toda su verga a mi amiga, la verdad es que hasta la envidie. Por un largo rato, Magda disfrutó de Negro. Luego al este soltar un gran chorro de su semen dentro del coño de mi amiga, como no dejé que el bulto que se le formó en su verga entrase dentro del coño de Magda, al terminar, ella con los ojos en blanco, no dejaba de gemir placenteramente. Y cuando Negro retiró su verga de Magda, casi de inmediato se dedicó a lamerle el coño a ella. Lo que hizo que mi amiga disfrutase mucho más de lo que ya estaba disfrutando.

Yo estaba también deseosa, de hacer todo lo que Magda hizo con Negro, pero en su lugar busqué a copo de nieve nuestro otro perro, que es de color blanco. Y con la fabulosa ayuda de Magda, dejé que mi otro perro me penetrase, pero a diferencia de Negro, Magda no le agarró su miembro, por lo que yo sentí como entró dentro de mi cuerpo, todo su grueso bulto, haciendo que al igual que mi amiga yo también chillara de placer, como toda una perra.

Durante los dos días que nuestros esposos estuvieron de pesca, mi amiga, y yo dosfrutamos hasta el cansancio de la compañía de mis perros. Los que ocasionalmente dejo que me monten, cuando estoy sola….