Lo que uno hace por necesitar dinero

Resumidamente voy a relatar este suceso horrible pero a la vez excitante que me ocurrió hace algunos meses cuando a causa de una enfermedad de me hijo necesite dinero y ni modo yo tuve que verme obligada a hacer lo que a continuación relato. Mi nombre es María Luisa, soy una mujer mexicana de treinta y cinco años de edad, sin presumir diré que tengo un buen cuerpo y soy bonita pues me lo han dicho. Desde que me gradué como profesora de matemáticas me dieron mi plaza en una escuela secundaría pública que está ubicada en la ciudad de Puebla, México y en esta institución ya llevo trabajando casi diez años, por esto nunca pensé que algún día uno de mis compañeros maestros me iba a humillar de tal manera solo por dinero, mi relación con todos maestros y alumnos siempre había sido la mejor, jamás le he faltado el respeto a nadie en lo absoluto, sin embargo ya ven como dicen algunos “A la gente buena le pasan cosas malas”. En esta escuela también trabaja Pedro quien es profesor de geografía, fue el maldito que abuso de mi y Pedro bueno es un aparentemente caballero de buenos modales, tiene casi cuarenta años, es un tipo no muy apuesto pues es algo obeso y posee piel morena, pero sin duda lo peor de él es su asquerosa pene de hombre, pues parece que nunca se lo lava y esto lo digo porque le huele y sabe horrible. Debo confesar que antes que me ocurriera esto a mí ya había escuchado rumores de que ese profesor le gusta manosearse a sus alumnas, sin embargo jamás pensé que fuera verdad, también con lo que me hizo no dudo que el muy pervertido ya haiga hecho suya a más de una de sus alumnas adolecentes.

En fin en esos meses por azares del destino mi hijo sufrió un accidente y los médicos me dijeron que a menos que se le practicara una cirugía en su pierna derecha, el no iba a volver a caminar. Así fue como yo casi irrumpiendo en lagrimas se suplique al director del colegio me adelantara por lo menos tres de mis salarios quincenales que equivalían a un valor de más de 10, 000 pesos. Petición a la que se negó y no porque no quisiera sino porque sabía que el colegio no contaba con dicha cantidad, el sólo me concedió unos días libres para arreglar mis problemas familiares según él, pero sin duda para mí que soy madre más que problemas era sin duda un infierno, podía decir que sentía que encima de mí estaban cayendo todas las plagas descritas en el libro de relevaciones de la biblia, o sea un Armagedón lento y doloroso. Después de ver que era imposible dicho préstamo yo regrese a mi salón de clases solo para recoger mi bolso púes ya había terminado la jornada del día, al llegar no pude evitar llorar ahí mismo sobre mi escritorio y en ese tocaron a mi puerta, yo antes de permitir la entrada limpie las lagrimas de mis ojos y después de esto dije que pasara quien sea que fuera en ese momento y ahí es donde entro Pedro quien primero saludándome muy alegremente me dio algunas palabras de consuelo.
Yo estaba vestida con un traje de oficina color rojo que estaba formado por una chaqueta y una falda a las rodillas, mis piernas estaban enfundadas con medias cristalinas e igualmente portaba unas zapatillas negras de tacón normal. Me dijo que había escuchado la petición que le hice al director, petición que me fue enérgicamente negada y también ahí me ofreció darme el préstamo en ese mismo instante, sin embargo me dijo ¡Yo puedo darte el dinero pero ay una condición! Yo diciéndole que haría lo que fuera para que me diera el dinero para la operación de mi hijo y así pudiera volver a caminar, el siendo muy directo me dijo ¡Súbete la falda por favor! Yo confusa le dije ¿Disculpa?, ¡Súbete la falda y déjame verte la raja vaginal por favor! Al instante supe cual era su condición pero no tenia opciones, así que con temor y vergüenza. Yo levante mi falda y baje mis bragas por completo, después de esto me senté en mi escritorio abriendo mis piernas para dejarlo hacer lo que le placiera ¡Umm, deliciosa tu rajita mamacita! Fue lo que me dijo, yo pensé al instante que libero su pene que me iba a penetrar pero no fue así, no más bien el dándome una orden me dijo ¡Chúpamela! Con un enorme asco y soportando su horrible olor tuve que llevármelo a la boca, como pude se lo estuve mamando por unos minutos, torpemente si pues ni a mi marido siquiera me mando que le chupe la verga y sin duda lo más repugnante fue cuando al paso de unos seis minutos él eyaculó todo su semen en mi boca, ahí ya no soporte más. Yo cerrando mi boca para no vomitar, como pude subí mis bragas y acomode mi falda, sin esperar más a toda prisa fui como loca al baño donde vomite ahí mismo en la taza, no saben lo mal que me la pase, sin duda fue lo más horrible que me ha pasado en mi vida.
Después de lavarme mi cara regrese al salón por mi bolso y ahí mismo en mi escritorio encontré un cheque con la cantidad que necesitaba, de sólo pensar en lo mal que me la pase no quise tomarlo, pero al recordar a mi hijo tuve que tomarlo con vergüenza y haciendo para abajo mi propia autoestima. Gracias a ese sucio dinero mi hijo pudo curarse, poco después como pude junte la misma cantidad y en la plena vía pública le avante en la cara el dinero a ese infeliz pervertido y al mismo tiempo presente mi renuncia a ese colegio, no saben las ganas que tuve de decir la verdad de mi renuncia pero para no buscarme enemigos mejor calle y sólo alegué que yo y mi familia nos mudaríamos a otra ciudad.