Desde que compre a Hursus, apenas entró en confianza conmigo, ya desde bien cachorro, una de las cosas que le enseñé fue a jugar a la lucha. Al principio para mi era sumamente fácil ganarle, o mejor dicho vencerlo con una sola mano debido a que aun era un cachorro, pero ya después del año, que se había desarrollado de manera bastante saludable. Me costaba mucho más trabajo, pero al final siempre lo vencía. Es decir lo ponía boca arriba con su espalda pegada al piso, y agarrándolo por el cuello lo sujetaba.
Relato
En ocasiones jugábamos en el patio trasero de casa, en otras en la sala, y en ocasiones hasta en la cocina. Por aquello de que no me fuera romper o ensuciar mi ropa, me quedaba en interiores o traje de baño, por lo mucho que me hace sudar. Aunque Hursus desde luego que nunca se ha quejado, en ocasiones me daba la impresión de que deseaba seguir jugando, con la esperanza de vencerme. Por lo que me veo en la obligación de levantar la voz y decirle basta, para que él se quede quieto.
Bueno recientemente salí con unos amigos, a beber. Como de costumbre hago los viernes en la noche. Pero ese viernes o mejor dicho ya el sábado, yo regresé a casa, sumamente borracho. Tanto que me vi en la necesidad de dejar mi auto, y venirme con unos amigos que me trajeron a casa. Despues de que ellos me dejaron y entré a casa, Hursus desde luego qu me recibió ladrando y dando saltos de alegría, seguramente con la esperanza de que nos pusiéramos a jugar como de costumbre.
Pero yo a pesar de la gran borrachera que carga, en decirle basta, seguí caminando rumbo a mi cuarto, y comencé a quitarme la toda la ropa, para darme una reconfortante ducha antes de caer en la cama. Pero mientras tanto, Hursus continuó jode que jode, ladrando, y saltando. Cuando terminé de quitarme toda la ropa, y ponerme una toalla alrededor de mi cintura, me dirigía al baño para ducharme, Hursus al ver que no le hacía caso, agarró uno de mis zapatos, y tras agarrarlo en su boca, se me atravesó, buscando llamar mi atención, cosa que logró de inmediato.
Al ver que lo seguía Hursus se dirigió a la sala de casa, y dando saltos y brincos se me escapaba. Yo en mi desespero por recuperar mi zapato, le dije. Bueno Hursus tú lo has querido. Y me tiré al piso, quedando en la posición que uso para jugar con él. Desde luego que mi perro que es muy listo, me evadió con facilidad, debido a lo borracho que yo estaba. En mi intención de darle alcance, ni cuenta me di cuando la toalla que llevaba en la cintura se me cayó. Por lo que me quedé completamente desnudo, pero no le di importancia a eso. Continué tras Hursus, gateando, tratando de agarrarlo, hasta que seguramente por el estado en que yo estaba comencé a sentirme mucho más mareado, tanto que perdí el sentido. Por lo que quedé acostado boca abajo.
Realmente no tengo idea de cuánto tiempo estuve así, pero estaba durmiendo, cuando comencé a sentir que me tocaban las nalgas, y algo húmedo pasaba sobre mi culo. La sensación no fue para nada desagradable, es más hasta recuerdo que separé mis piernas, y paré mi culo. Lo que hizo que dicha sensación fuera más intensa. Pero no bien comencé a disfrutar de ese extraño masaje, sobre mi ojete. Cuando busqué la manera de despertar, y fue cuando me di cuenta de que mi perro era el que me había estado lamiendo mi culo profunda y profusamente.
Ya prácticamente tenía a Hursus sobre mis espaldas, y creo que hasta hubiera tenido tiempo de incorporarme y gritarle basta. Pero algo dentro de mi hizo que me quedase tal y como estaba, en cuatro patas, y con mi culo bien abierto. A los pocos segundos, sentí esa cosa caliente y dura que punteaba mis nalgas, yo no sé pero una de mis manos agarró el miembro de Hursus, y lo colocó justo directamente sobre el hueco de mi culo. Fue cuando comencé a sentir que me estaba penetrando. Al tiempo que yo mismo me preguntaba ¿qué estaba haciendo yo?
Hursus me penetró con facilidad, y casi de inmediato comenzó a moverse sobre mí, apretándome con sus patas delanteras, y buscando anclarse con las traseras. Es cierto que me rasguño, pero eso no lo sentí en el momento, sino mucho después de que mi perro terminó de usarme cual si yo fuera su perra. Yo movía mis caderas, de lado a lado, apretaba y soltaba mi esfínter, a medida que volví a sentir algo más grande y grueso que se abría paso entre mis nalgas. Yo no lo podía creer, que lo que mi perro me estaba haciendo, me gustase tanto.
Por lo que se, después de que sentí que inundó mis tripas con su leche, nos quedamos abotonados por un largo rato, pero al terminar, o mejor dicho al bajarle la hinchazón, a la verga de mi perro. Y finalmente sacarla de mi culo. Me le quedé viendo, como se limpiaba con su lengua. A medida que gateando, me le fui acercando, hasta que mi boca estuvo sobre su rosado miembro. Y nuevamente comencé a preguntarme a mí mismo ¿qué estaba haciendo yo? Al tiempo que le daba una tremenda mamada a la verga de mi perro. Por casualidad mis nalgas quedaron justo al lado de lengua, y apenas la sentí lamiéndome nuevamente mi culo, continué mama que mamá.
Al despertar al día siguiente, a medida que dando tumbos me dirigía al baño, recordé lo sucedido. Y antes de entrar al baño vi nuevamente a Hursus lamiendo sus bolas y verga. Yo actué como si nada hubiera sucedido, tras bañarme y expulsar una gran cantidad de semen de Hursus de mi culo, me dije a mi mismo que eso no volvería a pasar. Que había sucedido por accidente, por quedarme desnudo, y dormido. Pero lo peor de todo es que la manera en que Hursus comenzó a verme, ya que apenas tenía contacto visual con él. Movía su rabo, se me acercaba, tratando de colocarse tras de mí.
Además yo recordaba muy claramente, lo que había disfrutado que Hursus me comiera el culo. Por lo que ya el lunes en la noche, como que no aguanté más, me quité toda mi ropa, y sorprendí a Hursus, cayéndole encima completamente desnudo. Él me persiguió a mi, yo a él, y finalmente en el fondo de mi patio, oculto de cualquier mirada indiscreta, dejé que Hursus me diera alcance, apenas e puse en cuatro patas, y le lamí su verga, Hursus me volvió a lamer el culo, y apenas terminó, me montó, como si yo fuera su perra.
Bueno ahora casi ya no salgo con mis amigos, por lo que prefiero pasar un buen rato con mi perro que con ellos.
mi mama salio de la casa temprano y quise entrar al perro para que me acompañara, pero lo que hizo adentro fue mas de lo que imagine, me descuide y me follo.
Relato erótico enviado por judagimazo1 el 05 de February de 2014 a las 15:59:48 - Relato porno leído 507766 veces
Yo inmovilizada mientas el cochino se acercó con su verga erecta y como tenia falda y a pesar calzones rotos no se le dificulto y de inmediato me metió su verga en mi vaginita y como ya se imaginaran el tamaño de su verga, sentí que me partieron mi vagina con todo y mis piernas.
Relato erótico enviado por Anonymous el 15 de June de 2009 a las 01:10:29 - Relato porno leído 193456 veces
hola amigos lectores de este espacio virtual mi historia trata de una vez que tube una aventura casi pecaminosa para mi, con mi perro este espacio me parece un lugar ideal y recomfortante para desaogarme o simplenemte contarlo imvito a que ustedes tambien hagan lo mismo lo comprobaran.
Relato erótico enviado por maryorit el 06 de February de 2006 a las 10:42:04 - Relato porno leído 177953 veces
Si te ha gustado Luchando con mi perro, me convertí en su perra... ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Luchando con mi perro, me convertí en su perra... ( CON fotos).
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:52) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Luchando con mi perro, me convertí en su perra... ( CON fotos).
Vota el relato el relato "Luchando con mi perro, me convertí en su perra... ( CON fotos)" o agrégalo a tus favoritos