Señoritas, mi nombre es Daniel, buenas noches, las invito a mi cabaña…
Gabi y yo nos miramos y sonreímos cómplices, salimos de la piscina, tomamos nuestras batas y fuimos con él.
Daniel paso sus manos por sobre nuestros hombros, una a cada lado y caminamos en silencio.
Relato
LUZ DE LUNA
Tengo poco más de veinte, soy de baja estatura, chaparra, de endemoniados cabellos negros que corren por mi espalda, de ojos oscuros como la noche, rostro de ángel, aunque quienes me conocen aseguran que hay perversidad de puta en mi mirada, me considero bonita, de tez cobriza, silueta armónica donde resaltan a simple vista el tamaño de mis pechos.
Estudio, vivo con mis padres y mi pequeña hermanita, aun dependo económicamente de ellos, no tengo apuros…
Sexualmente soy desinhibida, después de un par de desengaños hoy por hoy no busco compromisos, me interesa experimentar, hacer todas las locuras que imaginen, me excita el sexo casual, las situaciones locas y osadas, el sabor de lo imprevisto…
Mi nombre? Digamos que me llamó Noemí
Sucedió hace poco tiempo, un par de meses atrás.
Papá trabaja desde hace muchos años en una empresa multinacional de cosméticos, cumplió treinta años de servicio por lo que le dieron una gratificación para disfrutar en familia, no era dinero, sino un fin de semana ‘all inclusive’ en ‘Los Alerces’.
En mi ciudad siempre hace calor, es un pozo rodeado por montañas que impiden el pasaje del aire fresco del océano, así que las laderas de los cerros, en lugares un poco más elevados, se puede respirar un poco mejor y escapar del agobiante calor de verano.
Los Alerces es un lugar para acampar que está justamente al pie de las montañas, es un lugar para gente adinerada que naturalmente papá no hubiera podido pagar, no es para gente común.
Y ahí fuimos, viajamos el sábado en coche y llegamos pasado el mediodía, el calor era agobiante, desértico, no había viento y los grandes árboles del complejo parecían estatuas que vigilaban el lugar, inmóviles, paralizados.
En el lugar había muchas cabañas, la mayoría estaban deshabitadas ya que no era estábamos en los meses pico de alquiler, y no había demasiada gente, prácticamente éramos los únicos…
Nos acomodamos en nuestra cabaña, era todo muy estilo campestre, almorzamos, luego mis padres quisieron ir a dormir un rato la siesta para descansar del viaje, y mi hermanita, la inquieta, empezó con sus berrinches para ir a la piscina que ya había visto apenas llegamos.
Me ofrecí a llevarla, estaba dispuesta a disfrutar cada minuto que estuviéramos en ese sitio, me puse mi traje de baño, me da risa mencionar que me cuesta conseguir sostén del tamaño adecuado para mis pechos, tomamos un par de batas y salimos a disfrutar.
Como dije, no había casi nadie, además el calor era infernal, Bárbara, mi hermana ya se había zambullido y me tiraba agua a mí que permanecía al pie de la pileta acomodando las cosas y mirando un poco de reojo el cuadro, como inspeccionando el lugar.
Entre las pocas personas que había una llamó mi atención, otra chica, nadaba de lado a lado en la piscina en un lento y perfecto crol, se la veía muy sensual, con cabellos rubios y un conjunto de baño dorado brillante, como mujer puedo decir que su tanga era demasiado pequeña, una profunda colaless y que sus nalgas casi desnudas bañadas por infinitas gotas de agua se hacían muy sexis, irresistibles para cualquier hombre.
Como haciéndome la tonta busqué conversación con ella, no soy buena en soledad y mi hermana es demasiado pequeña, y mis padres, son mis padres…
Me metí al agua y la intercepté, fingiendo un descuido me interpuse en su línea de natación y provoqué un choque, ella dejó de nadar y se paró de golpe.
Cuidado nena, estoy nadando…
Perdón… es que estoy cuidando a mi hermanita y no me dí cuenta…
La odié en ese momento, odio que me llamen ‘nena’, pero tragué saliva, era ella o ninguna, era bonita, con unos enormes ojos verdes, mucho más alta que yo y también tenía muchos más años que yo.
Por cierto, me llamo Noemí – le dije tratando de entablar un diálogo
Bonito nombre, nena, yo soy Gabriela, puedes decirme Gabi…
Volví a odiarla, otra vez el ‘nena’ en sus palabras, nuevamente a tragué saliva y la observé en detalle, realmente me había equivocado en mi percepción al borde de la piscina cuando la imaginé de mi edad, ni siquiera treinta, pisaba los cuarenta…
Pero no podía quedarme con la duda, fui directa
Cuantos años tienes? te ves muy bien…
Ella solo se rio y siguió nadando sin contestar, en su lento y perfecto crol, llegó a la orilla y regresó de la misma manera a donde estábamos, se detuvo y dijo limpiando el agua de su rostro
Nena, podría ser tu madre… estoy llegando a los cincuenta…
Me quedé con cara de boba mirándola, ojalá yo pudiera llegar a su edad en el estado que estaba ella, diablos… sana envidia, concluí que me había equivocado con ella, obviamente… podría haber sido mi madre, sin embargo, ella me siguió el juego y estuuvimos bastante tiempo hablando.
Llegaron mis padres y un poco como que ya no dio para que siguiéramos charlando así que solo me dijo
Nena… déjame tu celu, yo te llamo…
Como odié ese ’nena’, pero en fin, ya empezaba a acostumbrarme, le di mi número sin esperar nada, para mí solo había significado una tonta charla…
Al anochecer, cenamos en la cabaña, el aire acondicionado mitigaba el calor sofocante del exterior, se hizo tarde y cada uno fue a su cama. Yo miraba el cielo despejado por la ventana de mi cuarto, plagado de estrellas, en un silencio absoluto, mi pequeña hermana dormía plácidamente.
Entró entonces un WhatsApp a mi móvil
“Nena, no venís a la piscina? el agua está hermosa”
“Es tarde…” contesté apresurada, viendo que era casi media noche
“Dale tonta… estoy sola… no voy a comerte…”
Me sacó una sonrisa, lo pensé unos segundos, no tenía nada que perder…
Tratando de no hacer ruido busqué otro traje de baño, el de la tarde había quedado en el baño y estaba mojado, tomé mis sandalias, una bata y salí tratando de no despertar a nadie.
Al salir de la cabaña una ola de calor pareció devorarme, era insoportable, fui raudamente a la piscina…
El agua era un espejo, perfecto, inmaculado, la luna no era llena, faltaban unos días, el círculo no era perfecto, pero se veía enorme, brillaba como nunca y se reflejaba, como descansando en la superficie, como si ella también se estuviera refrescando.
Esa paz solo era perturbada por los brazos de Gabi, que seguía nadando como en la tarde, incansable…
Dejé a un lado la bata y me metí en silencio, para sorprenderla, por algún motivo todo eso me excitaba…
Ella me vio, sonrió cómplice y me hizo señas para que mantuviera silencio, me indicó que mirara a un costado, donde había varias sillas para reposar, alguien ocupaba una, por lo que pude ver por el reflejo de la luna un tipo sentado nos observaba con suma atención, lo noté delgado y estilizado, con un pantalón blanco de bambula holgado, estaba descalzo, con una camisa también blanca, de mangas largas y el frente sin abotonar, podía distinguir su pecho, era cómico, pero a pesar de la negrura de la noche tenía gafas de sol, en una de sus manos tenía una copa grande, adiviné que sería vino tinto, bebía pacientemente…
Gabi me sorprendió, comenzó a jugar conmigo, me tocó y me besó en el cuello, me dio caricias en las tetas sobre el bikini, me supo muy loco, respondí a sus juegos, a sus besos, obviamente la intención de estos juegos entre mujeres eran que el espectador que teníamos nos viera, y el solo observaba en silencio lo que hacíamos, avanzamos con ricos besos, besos de chicas, labios con labios, lengua con lengua.
El tipo entonces dejó la copa a un lado y vino al borde de la piscina, nos dijo
Señoritas, mi nombre es Daniel, buenas noches, las invito a mi cabaña…
Gabi y yo nos miramos y sonreímos cómplices, salimos de la piscina, tomamos nuestras batas y fuimos con él.
Daniel paso sus manos por sobre nuestros hombros, una a cada lado y caminamos en silencio.
Llegamos a la cabaña, encendió el aire, hacía demasiado calor, lo miré en detalle, aparentaba unos cuarenta, cincuenta tal vez, alto, espigado, de hermosos ojos verdes…
Nos pidió cinco minutos solo para darse una ducha, nosotras estábamos en la piscina pero el bajo un calor agobiante, dejó caer la camisa, luego el pantalón, no tenía ropa interior y se dirigió al baño, no pude evitar mirar sus pompas, tenía hermosas pompas…
Dejó la puerta abierta, con obvia intención, abrió la ducha y se metió en ella, esta vez era mi turno de observar, solo dejaba correr el agua por su cuerpo, dándonos a ambas la espalda, esperé ese momento, se hizo rogar, al fin giró sobre su eje y se puso de frente a nosotras, mirándonos a ambas, no puede evitarlo, mis ojos se fueron a su sexo, su pene estaba en reposo, pero poco a poco se engrosaba y se alargaba, estaba depilado, se me hacía tan sexi…
El agua corría por su verga de una forma tal excitante que solo hacía que me mojara, tomó un poco de jabón y comenzó a lavarla, pronto su sexo se cubrió en una mezcla de espuma y agua tan rica que solo hacía que me mordiera mi labio en incontenible deseo…
Gabi me sacó de mi estado de hipnosis, me tomó de la mano y me llevó lentamente a un jacuzzi con espuma que estaba a un lado, nos metimos en él, Daniel no tardó en unirse, nuevamente al medio de nosotras dos, nos pidió que continuáramos lo de la piscina, entonces ella me sonrió como provocándome, se acercó y me beso, ese beso fue tan caliente que de acordarme me excito, su lengua jugando con la mía, tan caliente que se me fue la respiración y él solo disfrutaba...
Después nos acercamos a Daniel y lo besamos, primero una y luego la otra, y el no hacía nada...
Entre beso y beso comenzamos a acariciarle esa hermosa verga bajo de la espuma que a esta altura estaba dura como piedra, que rico era tocarla mojadita, él hizo lo propio y nos quitó el taje de baño, al menos la parte la parte de arriba dejando nuestras tetas descubiertas y nos pedió que nos las chupáramos una a otra, Gabi no tenía unas tetas enormes, pero si eran lindas y se las lamia con esmero solo para provocarlo, ella me devolvió el favor y dijo
Nena! Pero que tetas enormes tienes…
A esta altura ya me había resignado el ‘nena’, y no le di importancia…
Esa imagen fue muy caliente para Daniel, nos pidió pediste ir a la cama, húmedos como estábamos, se recostó y nos pidió jugáramos para él...
Obvio lo hicimos, nos besamos, nos tocamos, todo era tan erótico hasta que en un punto nos pidió que se la chupáramos, que rico! dos chicas chupándole la verga!
Eso fue caliente, la pasábamos de boca a boca y en intervalos, nos besábamos ,una le chupaba la pija y la otra iba por los huevos, al estar depilado sabía tan rico y tan suave!...
En un punto nos pidió que una le chupara la conchita a la otra y así paso ella, comenzó conmigo, el fue por mis tetas, Daniel me lamía los pezones y Gabi la concha... explote en orgasmos, gimiendo
Mmmm…. ayy…. Mmmm…. mmmm… ayyyy!!!! ayyy!!!!
Solo lo escuche a Daniel decir ‘pero que putas que son"...
Ella me besó, sentí en sus labios el sabor de mis jugos, luego Daniel hizo lo mismo, demasiado excitante, eso fue bien rico, ella reclamaba su turno, así que me colé entre sus piernas y comencé a chupársela, Daniel en este caso optó por ponerle la verga en la boca para que ella hiciera lo propio y fue delicioso ...
Ahora ella acabó en mi boca, y el inmediatamente nos pidió que nos pusiéramos en cuatro, empezó a chupar nuestros culos, bien rico, mientras nosotras nos besábamos y gemíamos.
Le pidió a Gabi que ella me lo chupara también y fue a su ayuda… ahhh!!!, mierda como me moje con eso, me puso la verga en ese punto y me dió por el culo bien rico, fue delicioso ,grite como puta y ella solo lo besaba ...
Después fue su turno, lo mismo, me pidió hacer con ella, le lamí su esfínter y por algún motivo el ver como se lo chupaba lo excito y terminó en su espalda, ni la había tocado, pero su semen voló como ametralladora...
Yo lamí su verga para sacar lo que quedaba y recogí lo que había quedado en su espalda, fui sobre los labios de Gabi y la besé, tan rico, que ahhhh!! Esa imagen de las dos comienzo su semen, de boca a boca, entre nuestras lenguas uf!!!
Pero aún no era tiempo de terminaron fuimos por lo último, él se recostó nuevamente y me puso a cabalgarlo, con mi sexo sobre su boca, Daniel me empezó a chupar la concha con sus manos en mis glúteos, juro que lo hacía tan rico... dios era hermoso... Gabi entonces lo cabalgo pero sentándose sobre su verga, mientras él me la chupaba y la cogía a ella, nosotras quedamos frente a frente, mirándonos, gimiendo como putas, me sentí acabar otra vez, la tomé por la nuca y apreté mis labios contra los suyos, contuve mis gritos en un eternos beso, estaba temblando…
Me hice a un lado, solo me quedé observando como cogían, acariciándome dulcemente los pezones, cuando ella sintió que Daniel acabaría, vino a mi lado, ambas quedamos con las boquitas bien abiertas, esperando, Daniel solo apuntó su hermosa verga, la leche salió disparada, se la chupamos como al principio, nos besamos, toda su verga, sus bolas, nuestros labios y nuestras lenguas quedaron impregnadas en mezcla de semen de Daniel y saliva compartida entre Gabi y yo…
Mi vista pasó sin querer por el reloj de la pared, eran más de las tres de la mañana, diablos! en que estaba pensando!!! Solo tenía mi traje de baño y la bata! Que le diría a mis padres si de casualidad me sorprendieran a mi regreso?
Por suerte nada sucedió, volví a la cabaña y me moví como un ladrón en la noche, me metí en la cama y pronto concilié el sueño.
En la mañana del domingo mi madre me sorprendió zamarreándome para que me despertara, era tarde y no entendía por qué tenía tanto sueño, así que me levanté media zombi y me di un tiempo a que mi cabeza se acomodara, desayune liviano y me acordé de la cabaña de Daniel…
Esperé un descuido de mi familia y me escapé con la excusa de salir a caminar, en verdad fui a la cabaña de Daniel, había tenido sexo con un extraño, y en verdad tenía muchas preguntas…
Al llegar un coche de gran porte estaba sobre la puerta, Daniel salió de la cabaña con unas maletas a cuesta, era evidente que se estaba retirando, lucía esas gafas de sol de la noche anterior, cuando advirtió mi presencia se las retiró por cortesía, sus ojos verdes me encandilaron más que el sol.
Buen día Daniel
Buen día Noemí…
Noemí? Curioso, no recordaba haberle dicho mi nombre…
Ya te vas?
Si,… lamentablemente, tengo que volver a la ciudad, mi esposa y yo tenemos cosas que hacer…
Me sobresalté, mi esposa? como que mi esposa? y anoche? donde estaba? miré hacia adentro y por el contraluz solo pude ver una silueta en el interior, una mujer
No entendía nada, solo sabía que estaba en problemas, ¿si esa mujer se cruzara conmigo… que diría?
Daniel notó mi rostro desencajado y con una pícara sonrisa dijo
Tranquila… todo está bajo control… - y agregó en voz alta
Querida! Tenemos visitas…
Y lo que sucedería juro que no lo vi venir, ella vino a nuestro encuentro, la luz dio en su rostro, sus cabellos rubios, la misma Gabriela…
Ellos rieron por mi inocencia, ella me acarició dulcemente el rostro y solo dijo
Si ’nena’, Daniel es mi marido, tenía objeto que anoche lo dijera?
Si te gustó la historia y eres mayor de edad puedes escribirme con título ‘LUZ DE LUNA’ a dulces.placeres@live.com
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131391 veces
Si te ha gustado LUZ DE LUNA vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar LUZ DE LUNA.
dulces.placeres
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:28) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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