Pasados ya varios meses desde su primer encuentro en el Eros, la amistad de estas dos parejas sigue fuerte y creciendo. Una de las cosas que ha cambiado es, precisamente, su asistencia al Eros. Olga y Alberto han estado yendo un viernes al mes, más o menos, durante varios años. Lo hacían el viernes que se quedaban solos pues mandaban a los niños al pueblo de los abuelos, en tren, a pasar el fin de semana. Alberto trabaja los sábados por la mañana por lo que el matrimonio viaja por la tarde a reunirse en el pueblo con sus hijos y sus padres pero aprovechaban la noche del viernes para disfrutar del sexo a tope como a ellos gusta. Ahora Alberto y Juan se han aficionado a pasar las noches de los viernes jugando con la Wii con los hijos de Alberto, lo que aprovechan Olga y Magda para salir de “cena de compañeras de trabajo”y terminar la noche en el Eros. Magda y Juan van a casa de Olga y Alberto, Juan se queda con Alberto y los chicos y Olga y Magda se van, primero cenan en algún restaurante, después toman una copa en un pub y luego van al Eros, no siempre llegan solas, dos mujeres guapas solas son un reclamo ciertamente irresistible para cualquier hombre en busca de compañía. Ellas son brutalmente claras desde el primer momento, si quien se les acerca busca sólo follar, puede quedarse, es probable que lo haga aunque debe saber que no será en exclusiva, que deberá compartirlas con muchos otros, quien busque algo más que sexo ya puede irse por donde ha venido, ellas ya tienen sus corazones totalmente ocupados y por nada del mundo piensan cambiar a sus amados. Muchos huyen despavoridos pero, a menudo hay algún o algunos valientes o curiosos que acaban con ellas en el Eros.
Allí son las reinas absolutas, ya no se limitan sólo a follar a destajo con todo el que les gusta, montan auténticos espectáculos porno en los que la camarera estriper les hace de maestra de ceremonias y los espectadores también son actores. Llegan a casa cuando ya amanece, Olga a la suya, Magda a la de Juan y despiertan a sus amados para hacerles el amor con pasión.
Juan no termina de entender cómo es posible que después de haber estado follando toda la noche, ni se sabe con cuántos hombres y de haber tenido orgasmos innumerables, puedan llegar a casa y hacerles el amor con tantas ganas, pero lo disfruta a tope, el despertar de los sábados es, con mucha diferencia, el mejor despertar de la semana. Ellas lo tienen claro y explican las dos lo mismo, ciertamente que vienen de follar como diosas, pero vienen de eso, de follar, que no es lo mismo que hacer amor, por eso necesitan llegar a casa y adorar a sus dioses, hacerles el amor a sus verdaderos y únicos amados.
Esta noche de viernes Juan ha tenido trabajo extra, una importante investigación policial le ha tenido ocupado hasta las 3 de la madrugada. Al terminar decide ir al Eros, aunque los hombres solos deben pagar entrada, el portero, al reconocerlo, le saluda efusivamente y le invita a pasar negándose a cobrarle. Juan se alegra al ver a su amada y a su amiga más íntima alegres, disfrutando felices del montón del hombres con el que están mezcladas, pero él tiene poca gana de fiesta, ha sido un día muy duro, muchas horas seguidas sin parar, no ha cenado y casi no comió, se acerca a la barra y pide una Coca-Cola (sola) y lo que sea para picar. La primera en verlo es Olga, avisa a Magda que inmediatamente les pide a los que están con ella parar, se limpia el sudor y restos de semen y corre a la barra donde está Juan, abrazándolo y besándolo.
- ¡Qué alegría cariño, ¿cuándo has venido? ¿qué tal te ha ido?
- Bien, he terminado hace un rato y he pensado venir, pero estoy agotado, tú sigue, yo os espero tranquilamente por aquí hasta que terminéis.
Magda hace ya tiempo que ha desarrollado el pleno control mental que las mujeres tienen sobre sus hombres, por eso comprende rápidamente que Juan no está bien y que la necesita, no dice nada, sabe que él no le va a contar nada, así que se limita a exclamar con naturalidad y alegremente
- Yo ya he terminado, espérame un momento y nos vamos.
Va a hablar con el portero, se acerca a Olga y le dice algo al oído y va a buscar sus ropas. Olga se acerca a Juan y le besa
- Podéis iros tranquilos, yo estaré bien y el portero me llevará casa, vive cerca y le viene bien.
Un generalizado murmullo de desilusión se extiende por todo el local cuando ven a Magda salir vestida y despidiéndose
- Lo siento amigos, estaba muy bien con vosotros pero me reclama el Amor, ya seguiremos otros días.
A lo que Olga y la camarera añaden
- ¿Qué pasa, perros, que no os bastamos nosotras?
Magda abraza a Juan y salen del club.
Por supuesto Juan no está bien, no es solo cansancio, ha sido un día de una tensión tremenda, se ha tenido que jugar la vida varias veces y ha tenido que matar a dos hombres. No es la primera vez que Juan participa en tiroteos, pero siempre ha salido indemne y nunca ha herido a nadie. Hoy no ha tenido más remedio que disparar a dos sicarios y han muerto.
Llegan a casa casi sin hablar, conduce Magda que, de vez en cuando, hace alguna caricia cariñosa a su amado. Cuando llegan Juan va directamente a la cama, Magda le ayuda a desnudarse y se acuesta con él, está muy cansado pero tampoco puede dormir, ella pega su cuerpo al de él abrazándole con brazo y pierna, besa su pecho y le acaricia amorosamente, solo dice
- Descansa cariño, duerme amor, yo estoy contigo, descansa amor.
Pero ella no sabe nada, piensa Juan, ¿cómo voy a descansar?, en su mente sólo caben los recuerdos del día, imágenes de disparos, sangre y cuerpos inertes. Ella ciertamente no sabe nada de lo ocurrido, no necesita ni quiere saber nada de eso, ya se lo contará él cuando quiera y pueda, lo único que necesita saber es que la necesita, que necesita su calor y su cariño… y va a darle todo lo que tenga.
Al principio parece imposible pero el derroche de paciencia y de amor de Magda consigue que el pene de Juan crezca y eyacule en su boca. Con el orgasmo y las muestras de Amor recibidas Juan parece relajarse por fin y se duerme, Magda también se duerme abrazada a él.
El sobresalto de una pesadilla de Juan les despierta a los dos, está sudando horrores y tiene frío, ya es de día y deciden levantarse. Están terminando de ducharse, juntos, cuando suena el timbre de la puerta, son Olga y Alberto, a ella se le nota claramente que casi no ha dormido, no saben qué pasa, ni siquiera tienen idea de si pasa algo pero saben que quieren estar con sus amigos y compartir lo que sea, sea lo que sea. Mientras desayunan Juan les cuenta todo lo ocurrido, no tiene remordimientos, sabe que hizo lo que tenía que hacer y nadie le recrimina nada, toda su actuación fue de una corrección impecable. También tenía asumido desde siempre que estas cosas podían pasar en cualquier momento, son los gajes del oficio que entienden desde que entran en la Academia, pero no puede evitar sentirse tremendamente mal.
- Amigo mío, esta vida es una constante resta de costes y una suma de beneficios, tu has restado dos vidas indeseables … ¿has sumado las vidas que has salvado en esta operación?
La lógica empresarial de Alberto es aplastante, no admite objeción, pero Juan sigue sintiéndose fatal.
Olga y Alberto no son gente de atascarse en lamentaciones, todo lo contrario, son personas acostumbradas a encontrar soluciones y a sacar siempre lo mejor de la gente que les rodea, se miran un momento y deciden poner en marcha su particular máquina anti depresión. Olga se sirve otros dos cafés mientras manda a Magda a su casa a cambiarse de ropa aprovechando para preguntarle qué coño hacen que no viven ya juntos
- Ya sabes que antes nos tenemos que casar y ya está la fecha de la boda- responde cansinamente Magda.
Alberto llama a su empresa y da unas instrucciones comunicando que no le esperen ya. Juan se viste sin saber muy bien para qué, pero se deja hacer, se siente querido, se siente afortunado y agradece a la vida el haberle hecho coincidir con estas personas.
Recogen a los hijos de Olga y Alberto y marchan a pasar el fin de semana en su pueblo. Las dos horas que dura el viaje en coche son el principio del levantamiento de moral de Juan, a ello contribuyen principalmente los niños, adoran a Juan, están encantados de tener un amigo poli que además sea tan simpático y que les haya enseñado tantos juegos, además a la ya preadolescente María, a sus 12 años, ya no se le escapa “que Juan es que es muy guapo y está muy bueno”. Al medio día, el telediario que están viendo mientras comen es otra inyección de moral para Juan, hablan de la brillante actuación policial que ha acabado con una peligrosa banda internacional y hacen especial referencia al valor de un agente que jugándose su propia vida ha conseguido salvar la de varios inocentes abatiendo a dos criminales buscados por delitos en 20 estados y acusados de más de 100 asesinatos.
Olga y Alberto también tienen sus “íntimos” en su pueblo, con algunas de ellas reciben la noche en un bar, un grupo de mujeres sin más hombre que Juan, Olga y Magda tienen toda su atención centrada en Juan y no quieren distracciones y Alberto ha reunido a los hombres en una partida de cartas. Olga está cansadísima, apenas ha dormido la noche anterior, cuando ve que la situación ya está como ella quería se despide, necesita descansar. Magda la acompaña, Juan quiere acompañarlas pero Magda lo sujeta, con un beso cariñoso y guiñándole un ojo le dice que se quede que haga el favor de atender bien a esas tres chicas tan guapas que le acompañan.
Juan no ha estado nunca, él sólo, con más de una mujer y de pronto está con tres y ninguna de ellas Magda, siente vértigo, pero ellas no dan tregua y su caballerosidad no le permite achicarse y cuando se da cuenta está en la cama de una de ellas, con las tres. Cuando hace el primer riego de semen sobre sus caras se acuerda de su problema de eyaculación precoz que ve ya tiene totalmente superado. También se sorprende a sí mismo de su propia habilidad , del dominio que ha alcanzado de sus manos y su boca para coordinarlas con su poya y poder tener permanente satisfechas, al mismo tiempo, a tres hembras ansiosas de macho. Ellas alucinan con “lo bueno que está este tío y lo bien que folla”, “¡qué bien que se lo monta la cabrona de Olga, cómo sabe elegir los amigos!” y “qué envidia le tienen a Magda, casi no la conocen, pero qué suerte tiene”.
Juan ya se ha corrido dos veces y ellas no sabe cuántas cuando decide que ya va a ser el último, ellas se quejan pero aceptan pidiéndole que les dé por el culo. Juan utiliza las fuerzas que le quedan para conseguir que una a una, tengan unos intensos orgasmos con su pene dentro de su culo y sus manos activando con maestría todo el resto de sus cuerpos. Ellas quieren su semen otra vez, pero él no puede más, necesita descansar, no importa, ellas están más que satisfechas y le dejan marchar pidiéndole por favor que vuelva más por el pueblo.
Magda despierta cuando Juan entra en su cama
- ¿Qué tal, cariño, te lo has pasado bien?
- Seco, me han dejado seco, menudas lobas
- Entonces … ¿no te queda nada para mí?
- Para ti siempre tengo.
Después de hacer el amor con Magda, Juan durmió como un niño hasta que lo despertaron a la hora de comer.
EL ESPOSO DE LETICIA ESTABA FUERA DE LA CIUDAD LO QUE APROVECHAMOS PARA FORNICARLA TODA AQUELLA NOCHE, LE DIMOS POR ELCULO BAÑANDOLE EL ROSTRO DE ESPERMA.
Relato erótico enviado por Anonymous el 28 de October de 2008 a las 00:14:11 - Relato porno leído 98143 veces