Me equivoqué de camarote...

Todo fue saliendo a pedir de boca, aunque habíamos llegado con un día de anticipación, dio la suerte de que nos pudiesemos alojar esa noche en un magnifico hotel, donde tras cenar en un afamado restaurante, nos fuimos a uno de los Pub del hotel, hasta que ya cansados de bailar y beber subimos a nuestra habitación, donde apenas pasamos la puerta, Fede me comió a besos, al mismo tiempo que me fue quitando toda mi ropa hasta dejarme totalmente desnuda, mientras que él aun comoletamente vestido, sacó su miembro y medio en broma y medio en serio, me puso a mamar su verga, para luego enterrarmela divinamente. Lo que más me excitó en ese momento era el esta totalmente desnuda, y mi marido completamente vestido. Algo así como si fuera una especie de fantasia que tanto él como yo teníamos. La cosa es que esa noche, hasta me lo introdujo por mi ano, como cuando comenzamos a salir de novios.

Al siguiente día apenas nos despertamos, yo me di una buena ducha, y mientras Fede tambien se duchaba, me aseguré llamando por teléfono, que ya podíamos embarcarnos, ya que el Crucero había llegado al puuerto en horas de la madrugada. Ua una vez en el barco, y que nos instalaron en nuestro camarote, nuevamente tras retirarse el maletero, y cerrar la puerta del camarote, o como le digan. Fui yo la que sin quitarme la ropa, desnudé a Fede completamente, y en lugar de ponerme a mamar su miembro le sugerí que él me bajase las bragas con los dientes, para luego ponerse a mamar todo mi coño de manera increible. Bueno finalmente me enterró toda su verga dentro de mi depilado coño, después de levantarme la flada y soltar los botones de la blusa que cargaba puesta en esos momentos. La cosa es que nos divertimos tanto, que ni cuenta nos dimos cuando el barco zarpó.
Ya estando como un par de horas navegando, y tras darnos una ducha y vestirnos, fuimos a el salón comedor, donde nos sirvieron una tremenda cena, además de que fuimos atendidos a cuerpo de Reyes. Y disfrutamos de un sin número de esquisitos platos, y postres. Con razó aumenté unos cuantos kilos, durante toda esa semana por el Caribe. Pero al irnos a cambiar de ropa, par airnos a bailar, Fede comenzó a sentirce mal, al parecer se encontraba mareado, pero como nunca antes yo había visto a nadie marearse. Tal fue su estado que llamamos al Doctor, y apenas entró a nuestro camarote, la Doctora una americana muy simpatica, le recetó Benadril, pero además me comentó que por lo que ella había visto, mi esposo es de las personas que sufren de mareos cronicos, lo que significa que seguramente pasaría gran parte de la travesia en la cama, ya que el Bennadril le iba a producir mucho sueño.
Yo desde ese instante comencé a lamentarme el haber querido tomar un crucero por el Caribe, ya que mi esposo pasaría la mayor parte del tiempo acostado, y durmiendo. Aunque durante los momentos en que llegabamos a una de las islas, mientras bajaba a tierra, la pasbamos de lo mejor, pero nada más bastaba que pusiera un pie en el barco, para que a los pocos minutos, ya estuviera completamente mareado, y por lo tanto indispuesto.
Así que como a la tercer noche después de que se durmió, yo no quería resignarme a mi mala suerte, y decidí vestirme para ir al casino, y luego ver uno de los espectaculares show, que montan. Bueno lo cierto es que aun y a pesar de que Fede estaba realmente indispuesto, yo la pasé de lo mejor, en el casino no tansolo gané un buen premio, sino que podía pedir lo que yo quisiera de beber, o comer. Y luego despues del show, el capitan me invitó a su mesa junto con otras personas, y me comentó que lamentaba que mi esposo continuase indispuesto, cosa que seguramente la Doctora, que tambien estaba en la mesa seguramente se lo comentó. Esa noche bailé con varios hombres, entre ellos con un primer oficial, un chico frances, muy simpatico, pero que me comentó que su marido también se encontraba a bordo.
Así que después de esa magnifica noche, me dirigía a nuestro camarote, y seguramente en el asensor que me llevó hasta esa cubierta, fue que donde cometí el error de apretar el botón que no era, ya que sin fijarme en que cubierta me encontraba me dirigí de inmediato a donde yo suponía estaba nuestro camarote. Pero apenas pasé la puerta, y ver lo extremadamente lujoso que era esa habitación, y lo llena de gente que se encontraba, a pesar de lo bebida que me encontraba, raídamente entendí, que me había equivocado. Ya estaba por darme la vuelta, y marcharme, cuando un sujeto joven y encantador, rubio, con apariencia y acento eslavo, entregandome una copa de Champan me saludó. Yo debí seguir mi camino, pero me pareció que no hacía nada malo si aceptaba esa copa, y permanecía dentro de esa suntuosa suite, por unos cuantos minutos. Así que para no seguir con el error, mientra me tomaba la Champan le dije, que me encontraba en esa suite, por equivocación, ya que además de no conocer al dueño de la fiesta, debía irme a mi camarote a atender a mi esposo, que se encontraba durmiendo el mareo que el barco le provocaba.
El tipo ese, de la manera más simpatica que pudo, aparte de presentarse, me invitó que me quedase por lo menos un rato más, que seguramente mi esposo seguiría duirmiendo placidamente. Así que no vi nada malo en aceptar su invitación, y de inmediato me integré a la fiesta. Donde seguí bebiendo, de todo un poco, y hasta comencé a bailar con otros de los invitados, algunos hablaban en ingles, uno que otro en frances, y un par de ellos en italiano, y otros tres en español, pero con fuerte acento latino. Hasta que en cierto momento vi como una de las mujeres presente en la fiesta, sin más ni más se ha quitado casi toda su ropa, luego lo hizo otra pero acompañada seguramente de quien era su pareja, y así, ya varias personas se fueron despojando de sus prendas, momento en el que yo debí haberme retirado, pero no lo hice. Al contrario, como que al ver lo alegre que todos estaban, también terminé por quitarme no parte, sino toda mi ropa. Seguí bailando con quien me lo pedía, y dejando que me acariciasen y besasen, por todas partes, sin pensar en el pobre Fede, ni por un solo instante nuevamente. Así que a medida que la fiesta continuó transcurriendo, vi a un tío mamandole el coño a otra tipa, y luego a un par de chicas besandose, y acariciandose, frente a todos. Por lo que cuando el tipo que me ofreció la copa de champan, cuando llegué, se me acercó y tras sacarme a bailar, comenzó a besarme y tocarme, de manera descarada por todas partes, yo no se en que estaba pensando, pero terminé abriendo mis piernas. Para dejarlo que me enterrase su tremenda verga. Ya a partir de ese instante, no tan solo él se me acercó, sino que varios de los hombres presentes, mientra él me daba divinamente por el coño, comenzaron acariciarme por tadas partes, y cuando menos me lo pensaba sentí que otro de ellos, comenzó acariciar mis paradas nalgas, y no contento con ello, comenzó a ir introduciendo sus ensalivados dedos, dentro de mi culo. Lo que al poco rato fueron sustituidos por su verga, así que esa noche me convertí sin querer en el centro de atención de varios de los presentes. Yo nunca en mi vida había participado de una orgía, es más ni tan siquiera de un trio, lo más que había llegado a ser, era haber salido con un compañero de trabajo, con el que terminé acostandome, cuando era novia de Fede. Al Igual que había hecho con uno que otro de mis compañeros de la universidad, pero siempre a solas con ellos. Por lo que encontrarme de momento siendo el centro de atencipon de la mayoria de los hombres presentes, me calentó o excitó tanto, que me deje hacer todo lo que se les ocurría, incluso hasta eso que llaman una cubana o una rusa. Así que mientras alguno de ellos continuaba clavandome su verga dentro de mi coño, algún otro me daba por el culo, al tiempo que le mamaba la verga a otro, o mantenía alguno de sus miembros entre mis paradas tetas.

Fue tanto el jaleo, que en cierto momento me debí quedar dormida, por agotamiento, o por lo borracha que me encontraba, la cosa es que al despertarmer, ya estaba comenzando a amanecer, y una camarera, me entregó mi vestido, mi cartera y zapatos. Los que a duras penas me ayudó a ponerme, y me retiré, dejando esa suite llena de gente desnuda, y borracha. Pero justo antes de salir, el tipo que me invitó a quedarme me dijo que yo había sido nombrada la reina del sexo, y que cuando quisiera regresar estaba cordialmente invitada.
La verdad es que no se como llegué a mi camarote, apenas pude me di una fria ducha, me lavé bien por todos lados, puse mi vestido en la ropa sucia, y tal como sali de la ducha me acosté. Ya a la tarde, me vine despertando con un cierto dolorcito de cabeza, Fede también se despertó, para luego vestirnos y bajar en el muelle de San Juan, donde a pesar de mi resaca, disfruté con mi esposo de una buena cena. Lo que a él le extraño fue que varios hombres, y alguna que otra mujer me saludasen de manera tan afectiva. Yo le dije que los había conocido en el casino, o en la cena con el capitan, y cambie el tema de conversación. Luego de eso al regresar al barco, Federico se tomó sus pastillas, y al poco rato ya dormía como un bendito. Mientras que yo me fui, a disfrutar de mi reinado del sexo, lo que continue haciendo, por el resto de las noches en el crucero....