Me follé a una puta casada, y preñada…. ( CON fotos)

Pero como no conocía a nadie que me acompañase, discretamente fui a la recepción del hotel donde me hospedaba, y me puse a charlar un rato con el recepcionista, con el fin de que me orientase un poco en donde podía encontrar alguna puta. Pero el tío resultó ser gay, y al principio prácticamente se me ofreció de gratis, pero al decirle que mi interés real eran las mujeres, me dijo. Solo conozco una, pero tendría que llamarla para ver si está disponible. Yo no teniendo más remedio que esperar, me fui al bar a tomarme unos tragos, y como a la hora, y tras beber bastante, regresé a la recepción del hotel, donde el recepcionista, me entregó una dirección a pocas calles del hotel, por lo que tras darle las gracias y una propina, me encaminé. Realmente no tuve que caminar mucho, al poco rato estuve frente a una pequeña casa, en la que apenas toqué la puerta, salió una llamativa rubia, bien tetona, con un móvil en sus manos. Y de inmediato hizo que yo entrase, antes asegurándose de que nadie me había visto entrar.

Ya dentro de la casa, cuando le estaba diciendo que el chico del hotel me había dado la dirección, ella me tomó de la mano, y de inmediato me llevó a una habitación, mostrándome el móvil, me dijo. Disculpa, pero espero la llamada de mi esposo, que se encuentra en la ciudad. La verdad es que eso no me importó mucho, simplemente comencé a desvestirme, al mismo tiempo que ella lo hacía.
Fue cuando finalmente Raquel, que es como me dijo que se llamaba, quedó completamente desnuda frente a mí. Y fue en ese momento en que me di cuenta de que ella estaba preñada, no sé si con cuatro o cinco meses de embarazo. La cosa es que jamás me esperaba algo así. Por un momento estuve a punto de arrepentirme, pero la verdad es que ya viéndola bien, comencé a sentir una morbosa sensación, nada más de pensar, en follarla en su estado.

Aunque sin soltar el condenado móvil en ningún momento, como toda una profesional, Raquel se dedicó a mamar mi verga, y la verdad sea dicha, lo hacía con tanto gusto, que el que en todo momento no soltase su móvil, no me importó. Ya que lujuriosamente mientras me mamaba la verga, me acariciaba los testículos.

Al poco rato le dije que deseaba penetrarla, por lo que recostándose boca arriba, y separando sus piernas, me ofreció su depilado coño. Yo sin demora la comencé a penetrar, mientras que ella sabrosamente movía sus caderas, restregando su coño, contra mi cuerpo, a medida que mi verga entraba y salía de su coño. Fue en esos momentos en que sonó su móvil, pero en lugar de detenernos, apenas lo atendió, sin dejar de moverse, comenzó a hablar con su marido. Yo estaba sorprendido, ya que pensé que cortaría la llamada, o procuraría moverse menos, pero no fue así, aun hablando con su esposo, le contó lo que había realizado durante el día. Tal como si estuviera cortando las uñas, en cierto momento le escuché decirle a su esposo, que había charlado con su hermano, supongo que el de él, ya que de momento le aclaró que era el que trabajaba en el hotel. Pero sin importarme la conversación, yo continué penetrándola, una y otra vez. Hasta que de momento Raquel colgó, y continuó follando como si nada. Gimiendo y chillando, pidiéndome que le diera más y más duro por el coño. Lo que yo en todo momento trataba de complacerla, hasta el momento en que cambiamos de posición, y fue en esos momentos que me preguntó si me gustaría mamar su coño. Yo no me esperaba eso tampoco, pero quizás por lo excitado que me encontraba, no lo pensé dos veces, y sacando mi verga de su abierto coño, me dediqué a mamárselo. Lo cierto es que no soy de los que se la pasa mamando coños, y menos de una puta. Pero el que estuviera preñada, quizás fue lo que me provocó complacerla.

Así que mientras yo por un buen rato se lo estuve mamando, Raquel no dejaba de restregarlo contra mi cara. Haciendo que de momento yo sintiera, un chorro caliente que salía de su coño, al tiempo que ella chillando y gimiendo disfrutó de un tremendo orgasmo. Tras el cual y sin perder tiempo, dirigí nuevamente mi verga dentro de su coño. Y al tiempo que acariciaba su vientre, y sus grandes tetas, con aquellos pezones tan grandes como platos, luego de un buen rato, me vine por completo, dentro de su coño. Y justo al terminar de venirme, volvió a sonar su móvil, y nuevamente era su marido, para decirle no sé qué cosa, así que a medida que me lavé la cara, y me fui vistiendo, Raquel seguía completamente desnuda, charlando con su marido. Hasta que se despidieron amorosamente. Yo saqué mi cartera, pero en lugar de pagarle lo previamente acordado, le di algo más de dinero. No porque estuviera preñada, sino por el buen rato que me hizo pasar.