La fantasía de ver a mi mujer coger con otro hombre no se hizo realidad, pero si me hizo cornudo y ahora voy camino a ser su sumiso.
Relato
Somos un matrimonio de 10 años de casados, con una vida sexual normal hasta hace un año, que fue aproximadamente el momento en que ciertos hábitos empezaron a cambiar, y de que manera!
Con mi mujer, en nuestras fantasías estuvo presente permanentemente la figura del trío HMH, tema que fuera introducido por mí, pero siempre en el campo de las ilusiones. Todas las veces que intenté ahondar con la idea del trío, ya sea concurriendo a lugares apropiados o contratando a un profesional, mi esposa me cortaba en seco diciéndome que estoy loco de pensar que ella se acostaría con otra persona estando yo presente, “me moriría de vergüenza” me decía.
Otro tema que formaba parte de mi fantasía era el de la sumisión, aclaro que solo mía, porque esto nunca se lo dije a mi esposa. Es probable sin embargo que por algunas de mis actitudes, lo haya percibido. Por ejemplo, en las previas me encantaba besar sus piernas de punta a punta, deteniéndome en sus pies, a los que les daba un tratamiento especial, también, ocurría que mientras estábamos acostados en cama viendo tele, ella comenzaba a tocar mis genitales como al descuido, y sin darle mayor importancia al hecho de que mi pene se ponía duro como piedra. Ambos ejemplos que di, los relato en tiempo pasado, porque como les dije nuestra manera de tener sexo cambió rotundamente.
Tal como les dije, hace un tiempo empecé a percibir ciertos cambios de conducta a la hora del sexo, pero no le otorgué mayor identidad pensando que se trataba de un período en que Valle, así se llama mi mujer, se encontraba en baja con su excitación, situación que creo la vivimos todos.
Una noche me tiró la bomba, me planteó, que tal como yo pretendí en varias ocasiones, ella tenía un amante, del cual no estaba enamorada ni mucho menos, pero que la hacía gozar como nunca había logrado hacerlo yo. Eso, me dijo “no significará que nosotros no tengamos sexo, por el contrario, se intensificarán nuestras relaciones porque me siento viva, me siento puta, me siento que puedo gozar la vida”. Y prosiguió “yo a ti te amo, eres el compañero de vida que yo quiero y pretendo envejecer a tu lado, por lo tanto pondré todo de mi parte para que también saques provecho de estas circunstancia, para que te deleites y complazcas tus apetitos sexuales conmigo, que soy la mujer que amas y deseas”.
Como entenderán quedé atónito, sin palabras, por lo que solo logré balbucear “amor, lo único que te reclamo es que siempre que yo hablé de trío, lo hice pensando en que buscaríamos juntos el macho corneador, como parte de nuestro juego”. Ella se puso tierna, me acarició la cabeza y me dijo “el juego sigue siendo nuestro, lo que pasa que cada uno tendrá su rol, el tuyo será el de carnero consentido, que es amado por su mujercita y al que le haré disfrutar lo que en su vida se imaginó”. Solo me quedaría por aclarar un tema mi amor, “no podrás penetrarme nunca más con esa verga que no tiene el tamaño adecuado para una puta como yo, pero no te preocupes, te estará permitido el sexo oral, incluso en mi ano, como así también podrás penetrarme con algún dildo vibrante y grande”. A continuación me dio un beso en la boca, se dio vuelta y se dirigió hacia el dormitorio a descansar. Para ese momento, mi erección era infinita, me dolía la pija de lo dura que se puso. En eso regresó a la estancia donde había quedado yo, estaba con unas bragas pequeñas, arrimó solo la cabeza y dijo “mi vida, solo me quedó aclarar un par de temas, el primero es que tal vez en un tiempo podrás participar pasivamente de algún encuentro con mi amante, y el segundo es que tienes totalmente prohibido masturbarte, tu goce solo dependerá de mi”. Y se retiró. Mi cabeza casi explota con todo lo que tenía que procesar, y mi miembro expulsó líquido seminal como nunca lo había hecho. Cuando llegué al dormitorio, estaba dormida.
Por supuesto esa noche tuve que tomar pastillas para dormir, ya que no podía conciliar el sueño y ni siquiera podía pajearme. Me daba vueltas en la cabeza la imagen de Valle cogiendo con otro tipo, que para colmo ni siquiera me dijo quien era. Yo tampoco hice por preguntar debido a la conmoción que la situación me produjo. El éxtasis se producía cuando me la imaginaba chupando una pija grande, abriendo toda su boca para saborearla y ni les cuento lo que me enloqueció pensarla en cuatro, con su hermoso culo en pompa, siendo penetrada con una verga mayúscula, que la desgarraba del dolor pero no permitía que le sacara.
El amanecer del día siguiente fue como todos los días de un matrimonio normal, como lo fue siempre, pero a la hora de vestirnos para dirigirnos al trabajo, me extendió una bombacha suya, no de las más chica y me dijo “póntela, esto seguro que te tendrá caliente todo el día, para que cuando regreses no pierda tiempo en calentarte”. Eso ya me puso a mil.
Sentirme todo el día un putito con la bombacha de mi mujer puesta, me mantuvo realmente caliente, se notaba que mi mujer me conocía más de lo que yo creía. Un par de horas antes de salir de regreso a casa, me envió un sms que decía “vida mía, hoy mi amante no tuvo tiempo de satisfacerme, por lo que esa función la deberás cumplir vos. Como no tienes permitido penetrarme, pasa por un sexshop y compra un vibrador de tamaño razonable, recuerda que mi amante tiene una pija grande. Deberás además comprar un vibrador de igual tamaño para vos, porque el que tengo en casa ya no va para el tamaño de agujero que pretendo que tengas. No olvides lubricantes”. No podía creer lo que estaba leyendo, era cierto que teníamos un vibrador pequeño con el que me masajeaba próstata de vez en cuando, mi culo estaba acostumbrado a ese diámetro de 2 cm, pero me encantó que tenga intenciones de romperme el culo. Inmediatamente de leer el mensaje, mi pija quería explotar. Me llamó la atención de que lo que más me excitaba y no dejé de pensar a partir del mensaje, fue que Valle se dedicaría a romperme el culo, dejando como algo secundario el hecho de que quería que la penetrara a ella con el vibro.
Llegué a la tienda totalmente empalmado, caminaba con dificultad, encima la bombacha se introducía en mi culo, volviéndome más loco aún. Me pare frente al estante de los vibro y apareció la duda. Quería llevarle a ella un tamaño gigante, pero la muy astuta me encomendó uno igual para introducirme a mí. Realmente pensaba en todo, me condicionó inteligentemente, y eso me hizo admirarla. Al fin me decidí por un realístico de 20 cm de largo, que empezaba en su punta con un diámetro de 2 cm, llegando en su base a tener 5 cm. No sé qué será de mí sí me lo introduce por completo en el primer día, creo que me mandaría al hospital.
Arribé a nuestra casa como todos los días, y ella preparaba algo de comer con un atuendo para dormir bastante sexi, mientras veía algo de tele. Me recibió con un beso cargado de cariño y me dijo “comemos algo en breve, tienes tiempo de bañarte, pero cuando estés desnudo antes del baño, avísame para que vaya”. Sorprendido respondí “no irás a introducirme ahora ese aparato que traje, verdad?”, “no mi amor, no te preocupes, primero te prepararé”.
Obediente me dirigí al dormitorio y la llamé cuando estuve desnudo, al ingresar me dijo que me ponga posición cuatro, con el culo en pompa. Tomó unos guantes de latex, me embadurnó en orificio con gel y comenzó a jugar con un dedo, haciendo círculos y amagando introducirlo de vez en cuando. Supongo que el ano empezó a dilatarse rápidamente, porque mi situación de calentura era máxima, había estado todo el día en ese estado. Cuando me relajé un poco, metió un dedo en mi culo, la satisfacción fue hermosa. Lo metió y sacó varias veces y sin que lo advirtiera introdujo el segundo dedo, me sentí realmente lleno. El juego continuó, hasta que el tercer dedo se hizo presente en el interior, algo me dolió, pero lo aguanté porque fue espectacular. En un momento sacó todos los dedos e introdujo algo que era fino en su punta, pero que se abría camino abriendo tremendamente el agujero. Me dijo entonces “esto te ayudará a relajar los músculos de ese culito, es inexpulsable, porque después de la parte gordita, se hace finito, por lo tanto queda adentro tuyo. Ve a bañarte y luego ven a cenar, sin sacártelo por supuesto.
Me incomodaba pero me gustaba, creo que lo que más me atraía era lo morboso de la situación. Fui muy obediente, me bañé con el adaptador en el culo, me vestí y fui a cenar. “Antes de sentarte quiero que me muestres si tienes ese culo lleno como te dije” con eso me recibió mi esposa. Me bajé los pantalones, abrí las nalgas y se lo mostré, entonces me hizo seña de que podía sentarme a comer. Sentarse con algo en el culo no es cómodo para nada, pero me lo aguanté, porque nunca se me desparó la vega que quería explotar.
Cenamos como lo hacíamos todos los días, hablando sobre el trabajo, la actualidad, los amigos, etc, como lo hace cualquier matrimonio normal, con la diferencia que yo tenía mi culo lleno y la pija a punto de explotar. Así transcurrió la cena hasta que nos fuimos a acostar, entonces, Valle se desnudó y me ordenó que yo lo hiciera también, y que empezara de inmediato a masajear sus pies. Ese es un tema que también me excita, por lo que puse el mayor de los ahíncos, porque lo disfrutaba, luego pasé a besar sus pies y a chupar cada uno de los dedos cual si fuese un órgano sexual cada uno de ellos. Cuando la noté satisfecha con eso, empecé a subir por la pantorrilla, recorriendo con mis manos, mis labios y mi lengua cada centímetro de sus largas piernas, hasta llegar a su sexo. Allí me ordenó “chúpalo bien cabrón que mi amante no pudo satisfacerlo hoy, por lo tanto te toca, y trae ese vibrador que te hice comprar”. Así lo hice, chupé ese sexo que ya no era mío como si hubiese sido la última vez, en el medio de la acción pensaba que ese coño había sido penetrado por otra verga, y más me enloquecía, más lo disfrutaba y más gemía ella de placer, hasta que me pidió la que penetrase con el vibrador, lo que la llevó al orgasmo en un tiempo muy breve gritando “así mi amor, así mi cabroncito, me vuelvo muy puta cuando pienso en ese amante que ahora no está ah..ah…aaaaaah…!!!!!!.
Quedó extenuada tendida en la cama, y se adormeció por varios minutos. Yo, a pesar de que esperaba a ver si podía satisfacerme porque estaba por morirme de la calentura, la observaba con gran pasión, pensando que realmente estaba satisfecha con la sesión que yo le había brindado. En eso se despertó, me dijo que me sacara el adaptador del culo, y que trajera el vibrador que compré para mí. Me hizo poner de rodillas en la cama, me lubricó el ano, introdujo la punta vibrante del dildo y me ordenó sentarme lentamente. Ese aparato se abría paso en mis entrañas, con dolor pero me encantaba. Se puso delante de mío, y con las manos friccionaba mi pija, y a la vez succionaba mis tetillas,……………me enloquecía. “Siéntate en esa gran pija que compraste, te das cuenta que vos solito elegiste ese tamaño?, te das cuenta lo putito que eres y por eso no tienes derecho a penetrarme?. Vamos, la quiero más adentro de ese oyo.
La verdad que la situación me superaba, mi cuerpo estaba empapado de transpiración, mi pija ya explotaba y mi culo se debatía entre el goce y el dolor, “creo que esa pija no entra más mi vida, me vas a romper el culo”, le dije, a lo que rápidamente respondió “vamos putito que te encanta, ese culo puede tragarse dos juntos de ese tamaño, dale quiero que se pierda entero dentro tuyo”. Dichas esas palabras no aguanté un segundo más la morbosidad del cuadro que estaba viviendo, e inicié un orgasmo del que nunca me olvidaré, eyaculé como caballo, “ah…aaah…me encanta lo que me haces, te amo, soy tuyo mi amor, …………hazme lo que quieras pero dame siempre este goce……………………………………!. Y quedé tendido, rendido en la cama, en la que dormimos como una pareja normal hasta el otro día.
Me parece que estoy convirtiéndome en cornudo y sumiso, pero con el mayor de los placeres, y además mi vida ante nuestros amigos y familia, por el momento es como si nada hubiera cambiado. Más adelante veremos, esto recién comienza.