ME SORPRENDIERON ESPIANDO (1)

ME SORPRENDIERON ESPIANDO (1)


Desde el lugar donde estaba Escondido podía ver como las dos chicas se acariciaban con pasión calentándose más de lo que ya supuse estarían, el calor del lugar aumentaba al igual que el calor y la excitación que sentía al verlas cachondearse.

Una de ellas traía puesto un bikini rosa que le quedaba ajustado marcando sus curvas y aprisionando los senos que supuse estarían duros y en espera de ser acariciados y besados por su amiga, que tampoco desentonaba en cuanto a cuerpo, ella llevaba puesto un bikini color amarillo oro, también diminuto y que marcaba especialmente su rico trasero de buen tamaño y paradito.

Tomadas de la mano se metieron juntas a la pequeña alberca, jugueteando se echaban agua una a la otra acariciándose despacio el vientre y también las piernas, juntas se sentaron en la bardita que dividía a la alberca en dos partes y observe como la parte de arriba del bikini de una de ellas era quitado por su amiga.

Pronto empezaron los besos y chupones en los senos de ambas, con los ojos semicerrados y algunos jadeos demostraban que lo que hacían les gustaba y a mi me excitaba sobremanera, ya me había desabrochado el pantalón y empezaba a masturbarme despacio para poder disfrutar de todo el espectáculo.

Las dos chicas terminaron de despojarse de sus bikinis y acostándose encima de la bardita vi como una de ellas con las piernas abiertas le ofrecía su cosita a otra de ellas, desde donde estaba podía ver como la lengua de la chica recorría la cosita de su amiga y jalaba los labios lenta y deliciosamente.

La otra con una mano en la cabeza de su amiga la incitaba a seguirla chupando mientras le murmuraba que sentía muy rico lo que le hacia, cambiaron lugares para que la otra chica fuera chupada, de una bolsita que traía una de ellas con una sonrisa saco un consolador largo color carne de doble cabeza, que a la amiga le entusiasmo mucho al observar el juguete.

Entre las dos empezaron a chupar el juguete entre risas y algunos comentarios al oído que se hacían, lo mamaban de lo mas cachondo y desee que fuera el mío el que chupaban, después de mamarlo se lo metían en la boca por turnos también.

Se dieron un beso cachondisimo las chicas para después una de ellas pasarle el juguete a su amiga por los senos bajando hasta su cosita húmeda, con cuidado se lo fue metiendo, ella le decía que lo hiciera con calma pues estaba muy grueso y largo.

La amiga empezó a meterle el juguete con mas velocidad mientras veía como la chica que estaba siendo penetrada por el sobaba su cosita pidiendo mas juguete, después de unos minutos de gozar así, optaron por hacer un rico 69, la chica seguía penetrando a su amiga con el juguete pero esta ahora entre gemidos le chupaba la vagina a su amiga con una fuerza e intensidad deliciosos, ya que le arrancaba unos gemidos de verdadero placer.

Además de chuparla le metía dos dedos sobandole por dentro su cosita, cuanto esto sucedía la chica pegaba unos gritos deliciosos que a mi me calentaban mucho, ahora se tendieron las dos juntas formando una tijera y se metió cada una un lado del juguete, empezaron a moverse rápido y delicioso mientras gozaban y jadeaban de mucho placer.

Supuse que juntas se castigarían hasta alcanzar varios orgasmos ayudadas por el juguete que tenían metido entre las piernas, pronto supuse habían alcanzado un orgasmo pues ambas se convulsionaron de una manera deliciosa para después moverse mas despacio como terminando de gozar.

Yo estaba tan en lo mío masturbándome que no me di cuenta que pise mal y me caí encima de una silla que se rompió al caerle yo encima, el ruido alerto a las chicas que cubriéndose con sus toallas fueron a ver que sucedía, me encontraron tirado en un rictus de dolor y lógicamente con el pene de fuera.

Ambas picaras me ayudaron a levantarme preguntándome si me sentía bien, no pude contestarles pues estaba temeroso de meterme en problemas, una de ellas me dijo si me había gustado lo que había visto, yo dije que si pero que no quería problemas.

Una me dijo que dependía de mí, que si me portaba bien olvidarían que las había observado, a lo que dije que si que estaba sus órdenes, ya con más confianza, me quitaron el short que traía y ellas se despojaron de nuevo de sus toallas quedando desnudas.

Me dijeron que tendría que hacer muchas cosas para que me armaran un escándalo cosa a la que accedí con cierto temor de meterme en problemas, con actitudes mas perversas una de ellas empezó a besarme mordiendo mis labios pero sin lastimarme, mientras que la amiga me mamaba el pene con delicia y me masturbaba lento pero firme.

Ahora se juntaron las dos a besarme bajando sus manos hasta mi miembro para masturbarme juntas, una de ellas recostada me abrió sus pierna y con calma y firmeza la empecé a penetrar hasta que mi miembro desapareció en su interior, la otra chica se sentó en su cara ofreciéndole su cosita que se abría con dos dedos para deleite de su amiga que le metía la lengua lo mas profundo que podía.

Yo tomaba a la chica de los tobillos separando mas sus piernas y penetrándola de una manera deliciosa haciéndola gemir muy rico, también besaba y acariciaba la espalda de la chica que estaba montada en su amiga.

Después de un rato de coger a la primera chica, la otra quiso probarme así que se puso de perrito, la otra chica con su mano guió mi pene hacia la cosita de amiga hasta que después de empujar con firmeza poco a poco fue desapareciendo en le interior de su amiga que me recibió entre gemidos de placer.

La tomaba de la cintura para que la penetración fuera mas profunda y gozara mas, ya que yo metía y sacaba mi pene casi en su totalidad de su interior, la amiga la besaba y acariciaba diciéndome que le diera mas fuerte y la hiciera venir, haciéndole caso acelere los movimientos de penetración para que después de unos minutos se viniera entre gritos y después yo derramando mi semen en su espalda que su amiga unto y chupo otra parte.

Nos abrazamos complacidos y les comente que que rico me habían castigado las dos, en esas estábamos cuando a lo lejos escuchamos que se acercaba gente, nos vestimos rápido y nos fuimos, como los tres teníamos hambre nos fuimos a comer y entre la platica nos dimos cuenta que vivíamos en diferentes ciudades pero a media hora de distancia así que nos pusimos de acuerdo para seguirnos viendo y una de ellas entre risas dijo que así podrían seguirme castigando el tiempo que quisieran y los tres nos reímos.