MEMORIAS DE MILA. Mi hermano y las braguitas. I

MEMORIAS DE MILA I.



MI HERMANO Y LAS BRAGUITAS



Todo fue imprevisto, inesperado. Por un cúmulo de circunstancias, mi hermano dos años menor que yo, está viviendo en nuestra casa. Yo trabajo solo por las mañanas. Yo trabajo solo por las mañanas. Ese día en la comida habíamos bebido un poco, y Fernando, mi marido había vuelto al bufete.
Bastian estaba en una butaca, y yo en el sofá sesteando cuando de repente se queda mirándome e una forma altiva y me espetó:
-Fernando y tu lo pasáis en grande, no?
-Que quieres decir?
-Estuve ayer curioseando en tu dormitorio y he visto todas las picardías que tienes en esa caja azul…
Oír aquello me indignó.
-Pero tu quien eres para hacer eso!
-Venga ya! Acaso no te acuerdas de que el primer coñito que acaricié en la vida fue el tuyo? …No te acuerdas de aquellos juegos a los que tu me incitabas?...
Su comentario entre natural y despectivo hacia mí, sobre aquellos viejos recuerdos me desconcertó un instante, y recontesté justificándome…
-Si, pero tu tenías solo quinde años y yo diez y siete. Aquello eran cosas de hermanos… normales, pero ahora lo tuyo es otra cosa y yo estoy casada. Además… lo de esa caja me lo he puesto solo una vez.
-Y lo pasasteis bien?
-Psss.....… pero no me gusta, parezco lo que prefiero no decir…
-Y que es lo que pareces? Dímelo!
-Pues eso… una furcia… una putita…
-Ponte esos zapatos rojos de tacón de aguja y unas braguitas…
Mi sorpresa fue impresionante! Se me debieron quedar los ojos como platos.
-Que dices! Venga ya… Estas loco! Que te hayas divorciado parece que no te ha sentado demasiado bien.
-Por eso mismo, no me gusta arreglármelo solo. Además, que pasa! Imaginarte así me la puso muy dura anoche, y tuve que calmarla un poco.
Mi hermano masturbándose fantaseando conmigo! Me ruboricé, en una sensación extrañísima porque al mismo tiempo me daba un vuelco el corazón.
-Que te has hecho una… pensando conmigo?
-De que te extrañas? Además estas buenísima.
-Bueno y que…?
-Pues que me apetecía follarte. Quieres que te cuete cual fue mi fantasía?
Su tono había cambiado… era avasallador. Me quede anonadada.
-No no quiero saberlo.
-Además, eres tú y tu ropita, la que me ha excitado. Te extraña? Ufff! Mira como la tengo de dura… solo de contártelo!
Se la acarició por encima del pantalón. Estaba completamente excitado, e intuir esa polla bastante más grande que la de Fernando me contagió su excitación, aunque tuve que contestarle modosamente:
-Pues vas a tu habitación y te relajas… y fantaseas con una de tus amigas!
-No… Tú eres mucho más interesante! … ponte esa braguita y esos zapatos de tacón, y me haré una paja viéndote el culito.
Me quedé descolocada… pero me había excitado su sonrisa maliciosa y su insolencia, y no contesté al instante. Mi hermano se dio cuenta de mi debilidad y añadió:
-Además, no te voy a tocar…
-Eres un guarro!
-No le vas a ser infiel a Fernando. Yo me hago una paja mirándote, y tú haz lo que quieras.
Sentí un escalofrío, estaba desconcertada, se hizo un silencio espeso… estábamos los dos solos en casa y en tres horas no iba a venir nadie. Tenía tiempo para seguir insistiendo, y me sentí vencida…
-Y eso te va a relajar…?
-Si… Vístete! Hazlo!
Me sentí incómoda, pero estaba excitada. Después de unos segundos le contesté en tono displicente pretendiendo ocultar mi excitación.
-Solo mirarme… y de espaldas…?
-Solo quiero ver tu culito.
-Bueno… si me lo pides… pero yo no quiero ni ver lo que haces!
-Hazlo… Quiero verte muy sexy… vístete!
Su tono había cambiado, era avasallador, casi chulesco… y volvió a insistir…
-He dicho que te vistas!
-Vale… si te empeñas… ahora vuelvo.. pero solo mirarme…
Mi tono despectivo no se correspondía con el escalofrío que sentí. Agaché la cabeza, me pasé la mano por la nuca acariandomela y me levanté. Fui haca el dormitorio… Bastian seguía en la butaca…

Abrí la caja y fui poniendo sobre la cama lo que allí había: los zapatos rojos de tacón de aguja, los pantys y medias, las braguitas todas rojas…
Empecé a desnudarme mientras decidía que ponerme. Cuando Fernando me regaló le dije de todo. Y ahora… me excitaba verme así!
Bueno, pensé… cuando mas sensual me vista, antes se excitará.
Me puse un panty liguero rojo, los zapatos y las braguitas. Cuando me puse de pie me quedé mirándome en el espejo. No podía salir así… era demasiado descarado, así que me puse un salto de cama con encajes rojos. Volví a mirarme en el espejo; si me ponía solo las braguitas y los zapatos parecía una mujer entregada… si me vestía así, parecía… lo que parecía! Una mujer predispuesta a que la tomaran como quisieran… aquello me estaba poniendo… tenía los pezones duros, marcando y transparentando bajo el encaje. Me acaricié un pecho, luego los dos, bajé una mano entre las piernas… no se cuanto tiempo estuve así, acariciándome hasta que oí:
-Mila?
-Sii.. ya voy!
Iba a pasar… me estaba esperando ya impaciente y eso me puso mas ardiente todavía… Me quedé mirándome en el espejo acariciándome… no podía salir así, tenía que relajarme… en el espejo ví como mi dedito se abría paso entre las bragas y se perdía dentro de mi coño… me cogí con la otra mano un pezón y le dí un pellizquito… estaba apunto de …
-Mila?
-Si… sssiiii… yaaa… ya voy…
Su voz solicitándome me había llevado al orgasmo… mi contestación entrecortada lo demostraba… había sido un gemido…
Salí del dormitorio andando despacio, mi hermano tenía que estar oyendo el taconeo por el pasillo. Estaba turbada; iba a hacerse una paja mirándome... y yo me había excitado hasta masturbarme solo con pensarlo. Llegué al saloncito con la mirada bajada, con un taconeo lento y delicado. Me acaricié el pelo y la nuca, quedándome quieta hasta que le oí decir:
-Párate… ¡date la vuelta… así…
Hacía lo que me pedía…
-Siéntate en el sofá!
Me senté en el sofá, ladeada… doblando las piernas…
-No te muevas… me la voy a sacar… la tengo muy dura… así… ves andando hasta la pared… así… apoya las manos en la pared…
Hacía lenta y sumisamente lo que me pedía… Bastian estaba dominando la situación… me quedé allí… “castigada” cara a la pared…
-Mueve despacio el culito… sigue… súbete esa camiseta… despacio… poco a poco…
Me sentía entregada, haciendo todo lo que me pedía… sentía un cosquilleo mientras mi hermano seguía diciéndome cosas descaradas… morbosas… me estaba haciendo actuar como si fuera una Striper… toda la piel de mi cuerpo se me había erizado… noté un cosquilleo… con una mano movía la braguita… la otra comenzó a acariciar el culito… mis caderas comenzaron a ladearse instintivamente… estuve así un rato en el que solo se oía la música…
-Me gusta… sigue… no pares…
Seguí acariciándome lentamente como el me pedía… mis nalgas… mi pubis… la cintita del tanga… moviendo las caderas… me estaba derritiendo… estaba deseando… me estaba insinuando moviendo las caderas,… estaba completamente húmeda… deseando…
Hasta que oigo:
-Que lástima, te vas a perder una verdadera polla! Quieres verla? Date la vuelta y mírala, me la has puesto durísima!
Estaba poniéndome muy húmeda; con las dos manos en la cintura del tanga estiré hacia arriba y la cintita del tanga se perdió en mi coño. Noté el roce… como me masajeaba el clítoris subiendo mi excitación.
Giré la cabeza y lo que ví… no era una polla, era un pollón! Con una mano acaricié mi pubis mientra con la otra abría mis nalgas insinuando que… tuve otro orgasmo, y aún con la voz entrecortada le dije:
-Que quieres que haga ahora…?






CONTINUARA…