ace unos días me fui con mi esposa a un hotel todo incluido para descansar un poco del estrés del trabajo, nos tocó un clima excelente, ambos estábamos muy relajados tomando muchos cocteles deliciosos, mientras nos asoleábamos frente a la piscina mi esposa me dijo que se sentía muy cachonda y tenía ganas de hacer algo excitante
Relato
Hace unos días me fui con mi esposa a un hotel todo incluido para descansar un poco del estrés del trabajo, nos tocó un clima excelente, ambos estábamos muy relajados tomando muchos cocteles deliciosos, mientras nos asoleábamos frente a la piscina mi esposa me dijo que se sentía muy cachonda y tenía ganas de hacer algo excitante, le pregunte que tenía en mente, me dijo que había un mesero cubano que le llamaba mucho la atención desde que llegamos, el tipo era muy alto como de 1.90, mulato y bastante fornido, me pidió que lo invitáramos esta noche para que la pasara rico con nosotros, por supuesto la idea de ver a mi mujercita con otros hombre siempre me pone muy caliente, le dije que me encantaba la idea pero ella tendría que encargarse de convencerlo para que se metiera a la cama con nosotros, no lo pensó dos veces, casi de inmediato y sin mucho trabajo ella empezó a coquetear con él, yo fingía que no me daba cuenta de lo que hacía, ella se fue sola a nadar en la piscina para acercarse a él, solo veía desde lejos como el tipo rápidamente le siguió el juego, después de un rato ella regreso para contarme que hablo con el mesero, su nombre era Omar logro que acepte nuestra invitación, no imagino que tanto le habrá dicho, me dijo que además me tendría una sorpresa más pero no me diría hasta la noche.
Quedaron de verse a las 10 de la noche en el bar del hotel cuando su turno de trabajo terminara, mi esposa se puso un vestido color blanco súper escotado y unos tremendos tacones del mismo color, se transparentaba claramente su tanga sobre el vestido, por lo que muchos huéspedes no perdieron la oportunidad de mirar a verle las nalgas, sus tremendos senos se veían suculentos, no dejaban mucho a la imaginación, muy puntual apareció Omar pero para mi sorpresa no venía solo, trajo un amigo que también era cubano, el tipo era igual de alto pero un poco más músculos y de ojos claros, por lo visto esa era la sorpresa que me preparo mi esposa, ella me miraba con unas sonrisa pícara, nos presentó a su amigo que se llamaba Gonzalo, ambos eran bastante agradables, después de varias rondas de tragos y ya entrados en confianza decidimos que era hora de subir a nuestra habitación, mi esposa me tomo la mano mientras ellos nos seguían, en el frigo bar del cuarto yo tenía un botella de tequila lista para ponernos más relajados, la abrí y todos nos tomamos unos cuantos shots, les contamos un poco de las travesura que nos gusta hacer, eso dejo el clima bastante cachondo, se les empezaba a notar las erecciones en los pantalones, cuando me di cuenta Omar le comía la boca con un tremendo beso apasionado a mi esposa, mientras una de sus manos se perdía entre sus muslos entreabiertos, en ese momento supe que no había marcha atrás, mi dulce esposa iba a entregarse a esos dos cubanos, Gonzalo se sentó detrás de ella y entre los dos comenzaron a manosear todo su cuerpo, no paraban de acariciarle los senos delicadamente, yo me quede sentando en el sillón frente a la cama disfrutando el espectáculo, de repente Omar me miró preguntándome te gusta lo que ves? obviamente les dije que sí me estaba gustando, les pedí que siguieran tocando así a mi esposa.
Entre ambos le quitaron el vestido a mi esposa, quedo solamente con esa diminuta tanga que apenas la cubría unos pocos centímetros, la hicieron desfilar para ellos, hablaban de lo bien que lo pasarían con el gran cuerpo de mi esposa, Gonzalo le arrancó la tanga de un jalón, le pidió que se recueste sobre la cama, le separó los muslos y se arrodilló entre ellos, comenzó a lamerle la concha muy suavemente, mientras Omar se puso cerca de la boca de mi esposa, se bajó los pantalones dejando ver un tremendo miembro venoso de más 20cm de largo, era uno de los pene más grandes y gordos que he visto, a ella apena le cabía en la boca pero no paro de chuparlo con enjundia, unos minutos después cuando ella ya estaba bien mojada, Gonzalo le pido que se pusiera en cuatro patas sobre la cama, se puso de pie lentamente sin dejar de observarla, rápidamente se desvistió, pude ver su pene semi erecto, empezó a sobarlo hasta que fue creciendo cada vez más, no era tan grande como el de Omar pero si un poco más cabezón, se arrodilló detrás de ella y se la metió entera hasta el fondo, ella dio un gran grito de placer, Omar también se recostó en la cama para que mi esposa se la siguiera chupando mientras el otro se la cogía con todas sus fuerzas, no paraba de meterla, ella acabo muy rápidamente con un tremendo orgasmo muy escandaloso, Gonzalo también acabo poco después dejándole la vagina llena de semen, se levantó de la cama y se sentó junto a mí en el sillón agotado, Omar no perdió su turno, la hizo acostar boca arriba, le abrió las piernas para montarse sobre ella, la penetró en pose del misionero con su pene completamente erecto, provocó que mi esposa de un aullido que era una combinación entre placer total y dolor rico, ella ponía los ojos de forma desorbitada por semejante miembro que tenía adentro de ella, se la cogió hasta que no pudo más, la hizo acabar dos veces más, finalmente se la saco y acabo sobre su vientre llenándola de semen caliente, yo no podía más con mi calentura, mi pene estaba duro como piedra, Omar dijo que ya era mi turno, me desvestí rápidamente, seguí exactamente donde él se quedó, cuando se la metí pude sentir lo caliente que se encontraba el cuerpo de mi esposa, me sentía tan excitado que me la cogí con todas mis fuerzas, logre que ella se acabara una vez más y poco minutos después me vine dentro, ella estaba exhausta pero muy satisfecha, ellos se retiraron poco después, notros nos metimos a bañar recordando cada detalle de esa increíble noche.
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131394 veces
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PAREJA_RELLENITA
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:39) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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