Yo tuve siempre una vida normal casado con una mujer muy linda y sexy, muy trabajadora e inteligente, más no se podía pedir. Nuestra vida al igual que la de los demás era un poco rutinaria del
Relato
Yo tuve siempre una vida normal casado con una mujer muy linda y sexy, muy trabajadora e inteligente, más no se podía pedir. Nuestra vida al igual que la de los demás era un poco rutinaria del trabajo a casa y los fines de semanas salíamos a veces con algunas parejas de amigos.
Hasta ahí todo bien, el problema fue cuando ella deja de trabajar por un tiempo para finalizar una carrera universitaria que tenía pendiente, los horarios cambiaron y la rutina se quebró, ella tenía horarios muy diferentes a los míos comenzaba a llegar tarde a casa y con eso mis celos empezaron a nacer. Yo, un tipo que siempre renegó de los celos, siempre que hablaba de la confianza en la pareja estaba celoso, no tenía sentido para mí, era como una lucha interna conmigo mismo. Pero las cosas se daban para que yo cada vez sienta mas celos, los horarios de ella eran cada vez más tarde, llegaba muy cansada, se acostaba sin comer y se dormía enseguida Eso se repetía cada vez más seguido y siempre presente el pretexto de los estudios. Ya casi no teníamos relaciones, por ese entonces yo estaba con mucho trabajo en mi empresa y por la noche tampoco tenía ganas de tener sexo.
Todo transcurrió así por un largo tiempo hasta que un día recibí un llamado en mi casa de una compañera de la facultad de mi esposa, le dije que ella no se encontraba en ese momento, entonces ella me preguntó si le pasaba algo a mi esposa ya que hace más de seis meses que no iba a la facultad, yo no sabía que responder mi cabeza comenzó a dar vueltas y para cortar la conversación le dije que ella tenía problemas familiares y que no sabía si podía volver a estudiar, me despedí, me senté en el sillón y me quedé pensando por largo tiempo. Qué sería lo que sucedía, seguramente tenía alguna aventura con algún compañero o algún profesor, por qué me mentía a mí si siempre fuimos una pareja que hablaba abiertamente sin tabúes, qué es lo que ella me escondía. Yo no sabía qué hacer cómo reaccionar frente a este problema me sentía en una encrucijada.
Ella esa noche llegó más tarde que nunca y como siempre me dio un beso y me dijo que estaba muy cansada de tanto estudiar, yo le dije que por favor se sentara que quería charlar con ella, pero me repitió que estaba muy cansada y que mañana podíamos hablar. Cuando se marchaba para la habitación, le comenté que había llamado una compañera de la facultad preguntando por qué ella había dejado de ir. Mi mujer quedó pálida y se sentó frente a mí, yo solo le dije que no estaba enojado por lo que ella pudiera estar haciendo, solo me molestaba mucho el engaño la mentira de los estudios, porque no lo hablo conmigo lo que sucedía. Ella seguía en silencio con la cabeza gacha, le hablé de todo lo que la quería de lo mucho que la amaba y que nunca quería estar lejos de ella, solo la dejaría si ella me dijera que ya no me amaba.
Mi esposa levantó su vista me miró a los ojos y con lagrimas en los ojos me dijo - Te amo más que a nadie en el mundo - y se quebró en un llanto desgarrador. La abracé y le dije que me contara todo que la iba a perdonar, ella seguía llorando y me pedía perdón y lo repetía sin cesar. Cuando se calmó comenzó a hablar y a contarme todo lo que sucedía con ella.
Me contó que antes de conocerme ella tenía una vida sexual muy activa que salía con muchos chicos sin comprometerse con nadie, es que ella tal vez no se sentía querida por ellos pero en la cama se sentía toda una diosa siempre hacía todo lo que le pedían, hasta solía tener sexo con más de un hombre. Pero todo cambio cuando me conoció y decidió dejar esa vida atrás. Después de un tiempo de casados ella creía haberse olvidado de todo eso hasta que comenzó la facultad y se encontró con un viejo amigo, él la invitaba a salir pero ella siempre la rechazaba hasta que un día, él le comento que se iban a reunir todos los chicos y chicas de la barra, ella moría por ir y no pudo rechazar la invitación. La reunión fue un viernes que ella me dijo que tenía un final y se quedaba a dormir en la casa de una compañera. Ese viernes ella salió con el amigo y se dirigieron a un departamento, allí se encontró con viejas amigas de la noche y también con viejos amores, se sentía como si el tiempo hubiera vuelto como si tuviera otra vez 18 años. En la fiesta tomó unas cuantas copas de champagne de más y quedó totalmente desinhibida, en el departamento había varias habitaciones y ella era convidada por los chicos a ir a una ella primero se negó pero después se olvidó de todo y fue con un chico a una. Hicieron el amor de todas las formas posibles. Después salió de la habitación el chico y entró otro, al cabo de un tiempo ya se había cogido a todos los chicos que estaban en la fiesta, no salía de la habitación para nada, se quedó toda la noche hasta la mañana siguiente en la cama cogiendo con cuanto flaco entrara a la habitación.
Al otro día se despertó con un fuerte dolor de cabeza y completamente desnuda no recordaba nada de lo que había sucedido. En el departamento solo quedaban seis chicos, las chicas se habían marchado hace tiempo, ellos le contaron lo sucedido y ella no lo podía creer les decía que todo era una mentira hasta que uno de ellos puso una cinta de video en una video casetera que había en la habitación y ella comenzó a observar todo lo que había sucedido esa noche con ella, como la penetraban por delante y por detrás como lamía esos penes hasta tragarse la ultima gota de esperma, como se turnaban los chicos para cogérsela. Ella por un momento quedó paralizada pero después comenzó a excitarse otra vez y sin darse cuenta ya estaba de cuatro en el piso bajándole el pantalón al chico que tenía de frente y comenzaba a besarle el pené que estaba muy erecto por ver la filmación. Al momento que ella hacía eso otro chico se acomodaba debajo de ella y comenzó a penetrarla con toda fuerza, mientras otro se acomodaba por detrás y comenzó a penetrarla por el ano. Ella no sentía dolor solo placer, estuvieron así todo el día ellos se turnaban para cogérsela entre todos y ella estaba insaciable. Ellos le acababan en la boca la vagina y el ano todo dentro de su cuerpo estaba lleno de ese néctar tan hermoso llamado semen.
Así estuvo hasta la noche cuando al darse cuenta de la hora pidió que la llevaran a casa.
Esa noche ella me había dicho, como tantas otras que estaba muy cansada por los exámenes y que se iba a acostar. Ese tipo de fiesta se fueron repitiendo y cuando no había fiestas salía con uno o dos chicos Ella terminó de contarme todo yo estaba muy excitado y no podía creer todo lo que ella había hecho, no por la cantidad de cuernos que me había metido, sino porque no podía entender cómo podía soportar tener sexo con tantos tipos. Charlamos por un buen rato ella me decía que me amaba mucho pero que no quería dejar de tener sexo con cuanto hombre se le presentara. Yo solo le dije que la amaba más allá de todo eso y que si ella realmente era feliz yo iba a respetar su decisión y que la quería más que antes por tener el valor de ser tan sincera conmigo, solo que nunca más invente prestos, que si quería salir con alguien que me lo dijera sin ningún problema que yo no la iba a decir nada. Y que cuando hicieran alguna otra fiesta que me llevara con ella sin que nadie supiese que era el marido.
Ella me miró sin poder creer lo que yo le decía, y me abrazó fuertemente y me dijo;
- Gracias mi amor, te quiero mucho y soy muy feliz.
De eso ya paso un buen tiempo y hoy aprendí a compartir mi esposa con otros tipos, a veces ella pasa fines de semana enteros fuera de casa y al volver me cuenta siempre hasta el último detalle y después sellamos todo haciendo el amor toda la noche.
EL ESPOSO DE LETICIA ESTABA FUERA DE LA CIUDAD LO QUE APROVECHAMOS PARA FORNICARLA TODA AQUELLA NOCHE, LE DIMOS POR ELCULO BAÑANDOLE EL ROSTRO DE ESPERMA.
Relato erótico enviado por Anonymous el 28 de October de 2008 a las 00:14:11 - Relato porno leído 98044 veces