Mi esposa y el junior

Me llamo Valentín tengo al igual que mi esposa 35 años y llevamos ocho hasta ahora felices años de casados con dos hijos de 9 y cinco años.

Desde hace aproximadamente unos dos semanas que encuentro rara a mi esposa Hermelinda, es una mujer bien proporcionada con excelentes caderas para que se equilibre un macho en sus agitados estremecimientos carnales de sus apasionadas entregas en el coito, sus senos sin ser grandes llaman la atención, no es muy alta pero en la cama es una loba en celo cada vez que tenemos sexo me desbarata mi pobre pene hasta lograr de este las regadas de mi leche provenientes de mis testículos, es una prodigada y feroz mujer en su entrega amatoria, cualquier macho no es capaz de calmarla.

Como decía me sentía pleno y seguro de ella hasta hace unas semanas, un día tomo su celular y como fiera me dice que quiero y me lo arrebata, sorprendido le digo quiero ver la hora…, otro día desesperada entra en el dormitorio en busca de su teléfono que se había quedado en su velador…, una noche que ella pensó que dormía se encierra en el baño y llama o recibe una llamada, me imagino por lo que dice a un macho por este aparato… decía que en este día no había sido posible salir, pero que me engañaría por el día siguiente diciéndome que se juntarían una chicas, donde trabaja y beberían unas cervezas, rápidamente vuelvo a mi cama para que no sospeche… al día siguiente me miente.

Disimuladamente la espere escondido en mi automóvil esa tarde y ella sale de su trabajo mirando para todos los lados antes de caminar por una estrecha calle e ingresar a una casa. Demora una hora en salir de esta y venía gozosa arreglándose su falda, pasa a mi lado sin verme.

Una semana después repite la mentira, esta vez voy con mi revolver en mis bolsillos a esperarla, en verdad no se por que iba armado si matarla no podía por que la amaba. Al igual que el otro día entro en esa casa, espero unos minutos y a la media hora golpeo en esta, sale una mujer algo mayor unos 50 años apenas cubierta con una bata que poco cubría, me dice estaba bañándome y mi hijo está ocupado que quieres, le muestro el revolver y ella asustada me dice que harás, contesto matar a tu hijo que esta con mi mujer en su pieza…, la mujer sorprendida me dice no, no lo hagas, me acompaña a una pequeña ventana donde se veía el cuarto del hijo, en este se desarrollaba una feliz entrega… mi mujer feliz con sus faldas arremangadas sobre sus caderas, sin calzones, ensartado recibía las atenciones del joven macho quien en esos momentos se preparaba a ensartarle su feroz y descomunal miembro en la vagina de mi mujer, esta desesperada abrazaba al macho gimiendo y pidiéndole si, rómpeme mi sexo como me lo rompiste el otro día, y abría lo que mas podía sus piernas pare devorarse ese pene en su vagina, con grandes suspiros de pasión y entrega…, mire a la madre del chico que en ese momento atravesaba a mi mujer enloqueciéndola de placer, y vuelvo a mirar a mi mujer gimiendo y entregándose con delirio al apareamiento de ese inmenso pene entre sus piernas y mi pene estaba parado del placer de ver tan deliciosamente gozar a mi hembra, me excite y me exaspere por parearme con una hembra, no se como lo hice, pero cogí a la mamá del muchacho que estaba a mi lado, madre del semental que estimulaba excitando a mi mujer empotrada en la cama, gimiendo de placer… y me acomode sobre ella, bajándome mis pantalones y ropas clave entre sus piernas excitado mi pene en su vagina y esta hembra me decía al oído, si mi macho mi hijo tiene a tu mujer, pero tu tienes a su madre gozándote, dale, dame dura que seré tuya… en el cuarto mi mujer se desesperaba con ese miembro entre sus piernas gritando y gimiendo, mientras yo hacia gemir y sollozar satisfaciendo a la madre del chico que compensaba a mi hembra. Ambos machos terminamos casi juntos en nuestras entregas de la leche en las matrices de nuestras damas, cuanto goce viendo a mi mujer satisfaciéndose y yo enloquecía con mi cópula a la madre de este macho satisfaciéndome aun más en mi entrega carnal.

La madre del chico me dice no tienes para que matar a mi hijo, cuando el ocupe a tu mujer, tú me ocupas a mí y te dará mayor placer sentir como tu mujer se queja ahí dentro y yo aquí gimiendo con tu pene entre mis carnes… ahora ándate para que no nos pillen y salgo de esa casa.

Dos semanas después mi mujer repite su paseo con sus amigas, y nuevamente entra en esa casa, espero unos minutos y golpeo… sale la madre del chico me mira me sonríe y me hace pasar, había arreglado la tapadera de mirar al dormitorio de su hijo entre vidrio y tul veía a mi mujer siendo acariciada y besada por su cuerpo, mientras excitado desnudaba a la madre del muchacho… ahora me desnudo y ambos sin ropas nos acariciamos mientras vemos como mi mujer recibe entre sus piernas ese miembro que la descalabra, se escuchan sus ahogados gritos y ayees de pasión al ser cubierta, mientras yo desesperado manoseaba a la madre … me excitaba ver a mi mujer con otro hombre satisfaciéndola y me trastornaba pasionalmente atravesando con delirio a la mamá del profanador de mi mujer…, que placer y delirio era sentir como esa mujer gemía y sollozaba ensartada por mi pene y en la otra pieza mi mujer gemía ensartada por el hijo de esta…, que cuadro mi mujer con el hijo y yo con la madre. Pronto acabamos y regué nuevamente el jardín de esa mujer.

Descansamos un momento y luego me hice presente con revolver en mano en la pieza donde mi mujer aún goteaba líquido por su vagina desnuda y el júnior de la empresa tirado a su lado… quedó la gritería y el escándalo mi mujer me rogaba que me calmara que no disparara, el júnior trataba de meterse bajo la cama, los únicos calmados éramos la madre y yo…, mi mujer me dice que hará lo que yo desee, pero que no haga daño a nadie. Le ordeno vístete y luego le digo al muchacho hablaremos los dos.

Salimos de esa casa y llevo mi mujer a un motel, nos encerramos en una de las cabañas y ella vuelve a prometerme que hará lo que yo desee, pero que no la lastime. La miro y le ordeno desnúdate, ella lo hace, ahora desnúdame le digo , lo hace… estaba excitado y descontrolado de pasión y calentura donde había visto a mi mujer ser poseída por otro macho, la deseaba cubrirla yo con todo…, le ordeno besa mi pene y lámamelo, lo hace sentía un enorme placer sentir mi pene en su boca y clavo este dentro de su boca hasta su garganta tosiendo ella sus arcadas al entra tan profundo… eres mi hembra, mi mujer, mi puta le digo…, ábrete de piernas que te lo meteré todo de un golpe mi miembro en tu vagina y regaré tus carnes del útero, la maltraté y sacudí hasta mi locura, ella gritaba adolorida, por favor me decía, piedad cada vez que la empotraba, perdóname me decía, pero necesitaba ese pene, mientras la cabalgaba hasta la llegada de sus orgasmos y la entrega total de su cuerpo.

De esto han pasado cuatro meses Hermelinda nunca mas me ha sido infiel, hace dos meses le llene su útero de semen dejándola nuevamente preñada, esta feliz de tener en su vientre nuevamente un ovulo fecundado por mí.