Me obligan a poner mi espalda contra uno de los postes, ponen mis manos juntas
detrás del poste y me las atan con sogas, luego atan mis tobillos juntos y me
los atan contra el poste, hacen lo mismo atándome las piernas por debajo de mis
rodillas, por encima de ellas, a la altura de mi cintura, a la altura de mi
......
Relato
Luego terminar de levantar la mesa
y limpiar todo, lavarme la cara y escuchar a la mama Sara decirles a sus chicos
que fueran a jugar un ratito abajo, que después ella iba. Los chicos van al
sótano para jugar y me ordenan seguirlos. Ama Julieta y Amo Enrique y yo detrás
de ellos camino al sótano, a donde jugarían un rato, obviamente yo iba a ser el
juguete.
Una vez en el sótano de la casa con mis dos jóvenes Amos,
Julieta y Enrique, me hacen quitar el short de cuero y el top blanco, dejándome
solo con las medias y las botas puestas. Me colocan muñequeras y tobilleras, me
paran entre dos postes y me atan de tobilleras y muñequeras a los postes, pierna
y brazo derecho a un poste, izquierdos al otro, dejándome de pie en medio del
sótano, piernas y brazos abiertos.
El joven Amo me baja las medias de lycra hasta media pierna y
la Ama Julieta toma un látigo de varias puntas para comenzar a flagelarme la
cola y espalda. El Amo Enrique mientras tanto toma una fusta y me castiga por
delante, pegándome con la fusta las tetillas, mejillas, genitales y entrepierna.
Después mi joven Ama cambia el látigo por la fusta que estaba utilizando su
hermano, y su hermano me pega varias veces con su puño en el abdomen. Luego de
este castigo físico deciden torturarme un poco más, para lo cual el Amo Enrique
se acerca a mí con una bolsa llena de broches de ropa, y comienzan a colocarme
entre los dos broches por todas partes. Entre Ama Julieta y Amo Enrique me
colocan broches en mis pezones, axilas, brazos, cara, lengua, genitales y
entrepierna. Estaba sumido en un terrible dolor mientras ellos observaban su
obra terminada, llamaban a su madre para que viera como me habían dejado, y
tocaban suavemente los broches para hacérmelos sentir aun mas. La madre bajo,
vio como estaba, se rió y felicito a los hijos y les pregunto si hacia mucho que
estaba así. Le dijeron que no, pero ella igual les dijo que me los fueran
quitando despacito.
Una vez libre de broches, me sueltan, me ordenan que me
quitara todo y que me diera una breve ducha en una ducha que tenían colocada
también en el sótano, al lado de un inodoro. Me meto bajo el agua fría, y trato
de relajar la piel castigada por los broches y latigazos, mientras la madre y
sus dos hijos me observaban sentados en la cama. Luego, mientras la Ama Sara se
colocaba un arnés con prótesis en su entrepierna, me ordena cerrar la canilla
del la ducha y que me coloque ahí mismo en cuatro patas. Se pone de rodillas
detrás de mí y me viola con la prótesis. Mientras la mama me violaba los hijos
se acercaban y me obligaban a lamerles los zapatos. No me tuvo mucho tiempo ahí,
solo quería jugar un ratito con mi ano. Luego me ponen de pie, me sientan en una
silla y van al ropero a elegir lo que me tenía que poner.
La Ama Julieta se acerca a mi, se sienta frente a mi, y abre
un bolso con cosméticos, y comienza a maquillarme como si fuera una mujer, con
rubor, pintándome los labios y uñas, y colocándome una peluca. Luego me hacen
vestir con la ropa elegida. Zapatos clásicos cerrados de cuero blanco y taco
alto, medias de lycra hasta entrepiernas para portaligas blancas, portaligas,
bombachita de encaje color lavanda, un corset también color lavanda que me
colocaron apretando bastante para lo cual yo tenia que tomar aire, pero que una
vez colocado me tomaba todo el abdomen marcándome bien la cintura, y también me
pusieron unas tetas falsas de silicona. Una vez todo vestido así y maquillado
parecía una travestí pero que estaba bastante buena. Deciden luego colocarme una
falda que me llegaba hasta las rodillas y una blusa blanca que transparentaba el
corset que tenia puesto debajo. Vestido así me hacen caminar por toda la casa,
luego me dejan sentarme con ellos, siempre vestido como mujer, para ver un rato
la televisión y tomar algo, como si fuera una amiga de la familia.
Así unas dos o tres horas, y a eso de la cinco de la tarde me
llevan nuevamente al sótano, me hacen quitarme la blusa y la falda, dejándome
nuevamente vestido con la ropa interior, tacos altos, medias, bombacha y corset.
Me obligan a poner mi espalda contra uno de los postes, ponen mis manos juntas
detrás del poste y me las atan con sogas, luego atan mis tobillos juntos y me
los atan contra el poste, hacen lo mismo atándome las piernas por debajo de mis
rodillas, por encima de ellas, a la altura de mi cintura, a la altura de mi
diafragma y de mi pecho, por debajo y por arriba de mis falsas tetas, y también
atándome el cuello al poste. Quede semivestido de mujer, maquillado y con peluca
y tetas falsas incluidas, atado de pie derechito contra el poste, y me hicieron
saber que quedaría así hasta que llegara el Amo Mario del trabajo, que seria en
un hora media aproximadamente.