Era viernes por la tarde y suena el teléfono, era mi amiga Fernanda, curiosamente no la veía hacía tiempo. Ella había sido polola del amigo de mi marido “el Pelao” con el que tuvimos la experiencia del trío.
Relato
Era viernes por la tarde y suena el teléfono, era mi amiga Fernanda, curiosamente no la veía hacía tiempo. Ella había sido polola del amigo de mi marido “el Pelao” con el que tuvimos la experiencia del trío.
Conversamos de varias cosas y entre otras me preguntó por el Pelao, y yo le respondí que hacía unos días habíamos estado juntos en la casa. Por su puesto no le conté lo que habíamos hecho. Después de un rato de haber conversado, le dije que viniera a pasar el fin de semana a la casa y ella me preguntó si iría el Pelao, ya que no quería encontrarse con él. Yo le respondí que de ninguna manera ya que mi marido tenía que trabajar ese fin de semana, por lo que ella aceptó la invitación.
Horas mas tarde la Ferni llegó y conversamos de muchas cosas y creyendo yo que ella ya no tenía nada con el Pelao le conté lo que habíamos hecho. Sus ojos se abrieron con la impresión y me decía que no lo podía creer que Yo, la súper mujer fiel, pudiera haber participado en un trío con mi marido y su ex.
En un momento pensé que la había embarrado, pero me fui yo sorprendiendo cuando me pedía más detalle de lo ocurrido. Me preguntaba que como era hacer un trio, que qué se sentía tener dos penes simultáneamente y cosas por el estilo. Yo contestaba a todas sus inquietudes y preguntas, fui tan abierta como nunca lo había sido con una amiga al hablar de sexo.
Noté que le calentó el relato y además como hacía mucho calor esto se multiplicó. Me propuso que nos bañáramos en la piscina a lo cual accedí.
Nos levantamos y fuimos a mi pieza a ponernos traje de baño. Yo busqué mi bikini y la Ferni lo saco de su bolso. Ambas nos desnudamos en la pieza, y no se por qué nos quedamos mirando a los ojos en un minuto que nuestras caras se encontraron. Ella estaba en ropa interior y yo también, ambas estábamos con colaless, el mío era rojo y el de ella negro. Durante la mirada me sentí atraída por ella y a ella le pasó lo mismo. Sin decirnos nada nos acercamos y nos dimos un beso apasionado. Ella acercó sus manos a mis pechugas y yo
cogí su culo. El beso parecía eterno y caímos en la cama.
Yo sin querer zafarme de aquel abrazo lo hice y ella se compuso y me dijo que no sabía lo que había pasado. Que tal vez la calentura del relato la había hecho perder la noción de las cosas. Yo le dije lo mismo, le propuse que hiciéramos que esto no fue real, que lo olvidáramos, y así lo acordamos.
Para mi la situación en ningún momento fue desagradable, al contrario, me mantuvo caliente el resto del día y me costaba sacarle los ojos de encima.
Luego en la piscina nos bañamos y conversamos toda la tarde. A ratos volvía a preguntarme por lo del trío y siempre quería mas detalles. Fue tanta su insistencia que le relaté la última parte en que el Pelao me propone tener sexo con otra mujer y a lo cual yo accedí a hacer un cuarteto en que participara mi marido, el Pelao, una amiga y Yo.
Cuando le cuento esta parte ella me dice que el Pelao siempre le comentó sobre la fantasía de estar entre dos mujeres, y que en algún momento le preguntó si ella (la Ferni) lo haría. Ella por supuesto se negó y le decía que ella no era bisexual por lo que jamás haría cosas degeneradas.
Cuando me dijo esto Yo le pregunté: y que le había pasado hoy conmigo. Yo le confesé que a mí no me había desagradado, que al contrario me había gustado y que ella me parecía la persona ideal para cumplir la fantasía que se me había pasado por mi cabeza durante el trio.
Ella me contestó que también le había pasado algo, que no era la primera vez que se le había producido ganas de estar conmigo, que se había imaginado algunas veces al hacer el amor con el Pelao que yo participaba con ellos.
Cambiamos de tema ya que noté que la cosa se estaba como forzando, y amí me excitaba que fluyeran solas.
Horas después llegó mi marido y para sorpresa de él nos ve a mi y a la Ferni bañándonos en la piscina con nuestros bikinis bien ceñidos al cuerpo. Qué sorpresa dijo, dos mujeres en mi casa, verlas así es como estar en el paraíso. La Ferni sonrió y lo invitó a bañarse y él respondió que le encantaría pero había un pequeño problema, vendría el Pelao y suponía que a la Ferni esto no le agradaría y no quería que hubiera conflicto. Mi sorpresa fue mayúscula cuando la Ferni le contestó que para ella no era problema, que si bien su relación no había funcionado, ella no tenía problema de verlo. Esto me pareció mas que raro, ya que horas antes me había condicionado su visita si no venía el Pelao. A esto mi marido lo puso contento y dijo que prepararía un asado y que nos preparáramos para pasarlo super bien.
Al rato con la Ferni nos fuimos a vestir para prepararnos para el asado. Estando ambas en la pieza solas, en ropa interior y con la puerta cerrada, la Ferni me tomó por atrás abrasándome y en forma muy sensual me dijo al oído que hoy podíamos cumplir mi fantasía. Yo me volví hacia ella y nos besamos muy apasionadamente tocando yo su vagina y ella la mía. Instantáneamente nos mojamos a mil, el beso era distinto, había una suavidad y sensualidad que nunca había sentido, una mujer sabe como a las mujeres les gusta; fue perfecto y la calentura aumentaba y los gemidos comenzaron a ser notorios, parecía que fuéramos los únicos seres en esta tierra y el placer era el único objetivo de la vida. En un instante sentí que mi marido se acercaba por lo que volví a tener cordura y me zafé de los brazos y beso de la Ferni. Nos compusimos y le dije que no forzáramos las cosas que era mejor que estas fluyeran de manera natural. Aunque esto ya estaba ocurriendo.
Mi intención era el cuarteto, ser penetrada simultáneamente por mi marido y el Pelao y que la Ferni me besara y acariciara, no quería desahogar mi calentura sólo con la Ferni, quería repetir el sexo en grupo, eso era lo que mas me excitaba.
Minutos mas tarde estando en el quincho llegó el Pelao, mi marido ya estaba preparando el asado y la Ferni y yo preparando las ensaladas y el típico picoteo. El Pelao al ver a la Ferni quedó de una pieza, ya que ambas nos habíamos arreglado y sin modestia puedo decir que nos veíamos exquisitas, ambas con vestidos muy livianos, escotes pronunciados y bastante cortos. Nos saludó bastante frío y yo acercándome a su oído, le dije que hoy la teníamos que pasar muy bien, que se relajara que este podía ser un gran momento. Sé que el Pelao con su mirada me preguntó a qué me refería y yo con la mía le contesté al poner mis ojos sensuales que el cumplir la fantasía ya venía. Creo que me entendió ya que su cara cambió denotando morbo que se reflejaba de aquí a la China.
Entre tanto mi marido observaba nuestro comportamiento, lo que es habitual en él, ya que le encanta analizar los ambientes, y entendió lo que podía venir. Tomando la iniciativa se acercó a mí y la Ferni con vasos de pisco sour y al pasarnos los tragos nos dijo que esto era para iniciar la fiesta que los traguitos ayudan a relajar y a soltarse. El muy puto también supo lo que venía.
Comimos, conversamos de todo y nos reíamos como nunca, mientras el vino corría por las venas de los cuatro. Al terminar el café yo me levanté de la mesa junto con la Ferni y fuimos al baño. Estando en el le dije que le diéramos una sorpresa a los dos hombres, que nos vistiéramos bien aputadas y les bailáramos sensualmente. Así lo hicimos nos pusimos porta ligas negros, colaless rojo y unas minis de cuero con blusas muy transparentes y sin sostenes. Cuando estuvimos listas llamamos al Pelao para que pusiera las luces del living lo mas tenue posible y que pusiera música suave. Este así lo hizo y cuando aparecimos tomadas de la mano la cara de mi marido y su mejor amigo quedó en el suelo.
Al unísono dijeron que hembras mas ricas, esto si que se está poniendo bueno, mi marido inmediatamente se llevó su mano y se manoseo el pene. La Ferni me llevó al centro del living y comenzamos bailar suavemente, me tomaba de la cintura y me atraía de espalda hacia ella. El Pelao trato de pararse para acercarse y la Ferni le dijo que no se impacientara que iba haber de todo y cuando correspondiera. En eso miré a mi marido y lo invité a que se sentara.
Seguimos bailando y tomé la iniciativa de abrazar a la Ferni y nos besamos por tercera vez en el día. El asombro de los hombres fue mayúsculo y sin dar tregua nos acercamos ambas hacia el Pelao, nos arrodillamos frente a él y comenzamos a tocar sobre el pantalón su pene, el cual ya estaba duro como piedra. Subí mi mano y bajé el cierre para volver a ver ese aparato que me había desvirgado mi culo días atrás. La vez anterior no me había fijado tanto en el tamaño pero me impresioné al ver el grosor que tenía, no me explicaba
como había entrado en mi culo. En ese instante la Ferni me dijo que cómo me había podido meter tal cosa y el Pelao respondió que al estar verdaderamente caliente una mujer le entra cualquier cosa.
Tomando la base del pene del Pelao se lo ofrecí a la Ferni y ella inmediatamente bajo la cabeza para metérselo en la boca. Comenzó a chupar mientras yo comencé a besarme con el Pelao. Luego él me dijo que se lo chupáramos entre las dos y como buena gueicha obedecí al instante. La sensación de chupar esa tranca con mi amiga y juntar nuestras bocas en cada succión era indescriptible. El olor, la saliba y los gemidos no tenían parangón alguno a lo que yo había vivido sexualmente hasta ese momento.
Mientras tanto mi marido se pajeaba con la escena y tomó la iniciativa de buscar la cámara de video para grabar el acontecimiento que se estaba desarrollando. Luego la Ferni le dijo a mi marido que dejara la camara y se acercara a nosotros, quería que el calentón, inventor de estas experiencias, se la culiara. Así lo hizo, se terminó de sacar la ropa y estando la Ferni en cuatro patas este se la metió sin preguntar. Comenzó el bombeo y la Ferni gemía atragantada con el pene del Pelao. Yo mientras tanto chupaba sus tetas y me masturbaba, el Pelao viendo que yo no recibía mucho me hizo subirme de guata sobre él y que le pusiera mi vagina en la boca, mientras yo podía seguir chupándolo y tocando a la Ferni, era un 69 APOCALIPTICO.
Allí estábamos los cuatro culiando simultáneamente, igual que esas películas porno que tanto le gusta ver a mi marido. Su mujer por fin era una puta y a mi me estaba encantando disfrutar la libertad sexual en pareja. Seguía sintiendo que a cada instante amaba más a mi marido y que lo mismo le pasaba a él.
El Pelao estaba haciendo estrago con mis sensaciones, me chupaba la vagina y me metía los dedos por el culo. Me decía que hoy probaría su tranca por el culo sin lubricar antes. Eso me puso nerviosa pero el morbo era superior a mi, cada vez sentía que al entrar sus dedos mi culo se dilataba y él metía mis jugos vaginales dentro del ojete.
Por otro lado, mi marido seguía culiándose a la Ferni y en eso el saco su pene y se lo presentó a la entrada del culo. Ella al darse cuenta le dijo que no, que el culo primero sería para el Pelao. Mi marido se sintió algo ofendido, se preguntaba por qué a estas zorras les gustaba que el Pelao se las metiera por ahí, yo sabía lo que era, el grosor del pene del Pelao excitaba. A pesar de ello, mi marido hizo caso omiso y de un solo empujón se lo metió a la Ferni, ella gimió como una perra pariendo, no había compasión, era como si al bestia de mi marido le gustara que ella se negara; le gustó forzarla.
En eso el Pelao le decía a la Ferni que la amaba y que nunca esperó que esto se diera a pesar de que muchas veces al tirar se imaginaba estas escenas. La Ferni respondió que la sensación era increíble, que ella también lo amaba, y que tontera era pelear y llevarse mal si en la cama lo pasaba extraordinario con él; en ningún momento de su separación olvidó como se sentía culiar con él. La Ferni le pidió que cambiara su genio, que las cosas no había que forzarlas, que las situaciones agradables, como era la que estaban viviendo, se debía dar solas.
Entre tanto amor y deseo yo me imaginaba nuevamente siendo penetrada por ambos al mismo tiempo, pero con la guinda adicional que la Ferni me besara y tocara. Por ello, le pedí a mi marido que dejara el culo de mi amiga y que se recostara boca arriba en el sofá, así lo hizo y yo me monté en su tranca, el Pelao entendió lo que venía e incorporándose se puso tras de mi y me metió su pene con delicadeza, diciéndome lo rico que era mi culo.
La Ferni se me acercó y me comenzó a besar y a chupar mis tetas. La sensación ahora si que era completa, no había nada que imaginar, todo era real. Ambos penes dentro mío, sentía como estos se unían en un punto dentro de mí y los orgasmos llegaron sin detenerse. Nuevamente le pedí a mi marido y al Pelao que se fueran dentro, quería regalarle luego mi culo y vagina a la Ferni, para que me limpiara con su boca. Así fue, ambos machos aumentaron su ritmo y la Ferni gemía junto conmigo. Los gemidos se trasformaron en gritos de placer y el semen llegó a mi interior, sin salirme aún le pedí a la Ferni que se recostara en el sofá boca arriba junto a mi marido y le puse mi culo sobre su boca, ella se corrió en un momento, pero le dije: zorra tu querías esto ahora debes limpiarme. Ella, la que nunca a sido sumisa, se entregó a su nueva labor, me comenzó a chupar y el semen del Pelao y mi marido comenzó a llenarle la boca. Mientras esto ocurría yo besaba a mi marido y le decía lo lindo que era y que si le había gustado. Por supuesto el respondió que sí.
En eso el Pelao se incorporó y tomando a la Ferni la hizo subirse a cabalgar sobre su pene, mi amiga estaba fuera de si y el Pelao le dice a mi marido, ahora el sándwich le toca a la Ferni. Mi marido que ya tenía su pene erecto se lo metió sin compasión. La Ferni me decía que la sensación era increíble y me pidio que la besara y chupara. La escena se repitió pero siendo la Ferni la protagonista. La Ferni al igual que yo entro en un tren de orgasmos, le pedía mas al Pelao y mi marido, por su puesto que ellos le daban y como ya habían eyaculado una vez, duraron muchísimo más.
La Ferni con su culo y vagina casi destrozados pedía a gritos que se corrieran y de tanto insistir en ello ambos se fueron dentro. La Ferni me miró y me dijo que ahora me tocaba a mi limpiarla lo que no me molestó en lo absoluto. Me puse en posición y ella dejó caer el semen en mi boca la chupe y completamente y me tragué el semen de ambos.
La verdad es que quedamos exhaustos y decidimos ir a dormir. Este era el primer día de un largo fin de semana, iban a ocurrir otras cosas que pronto relataré.
Lo mas importante que puedo decir es que ya éramos dos parejas iniciadas en el juego del intercambio y sexo en grupo, lo que ampliaba nuestro horizonte sexual.
PD: Escríbanme a mi email mujerhot7006@gmail.com
Ojala me envíen alguna foto mia con su semen o un Photoshop.
Un beso
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131391 veces
Si te ha gustado Mi marido, su amigo, su ex y yo ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi marido, su amigo, su ex y yo ( CON fotos).
rmgp67
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:26) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:01) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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