Mi marido, su amigo y yo (Primera parte) ( CON fotos)

Un día mi marido comenzó a plantearme la idea de fantasear con un trío a lo cual me resistí pero con el tiempo sin darme cuenta comencé a participar de su fantasía. Nos imaginábamos que otra persona estuviera con nosotros, gozábamos y les puedo decir que el juego no me desagradaba, sentía que le daba en el gusto a sus instintos sexualmente pervertidos. En un par de ocasiones mi marido me dijo que buscara el momento y la persona con quien pudiéramos hacer nuestra fantasía realidad y yo como tenía algunas trancas sobre el sexo, le dije que eso era imposible que sucediera, yo podría estar dispuesta a darle el gusto fantaseando pero muy diferente era hacer esto realidad.
Él deseaba hacer un trío con otro hombre, ya que pensaba que con eso yo me liberaría sexualmente y podría estar dispuesta a sentir y dar placer, que dejaría en la historia mi tranca sobre el sexo.
Antes de este juego verdaderamente el sexo por placer no me atraía en absoluto, pero cuando efectivamente me calentaba daba y sentía placer intenso y al tiempo de llevar con mi marido este juego, comencé a imaginarme que tiraba con mi marido y otro hombre al mismo tiempo.

Ahora paso a contarles mi experiencia de la cual no me voy a olvidar nunca:

Un sábado mi marido invitó, como de costumbre, a su amigo Pelao. Llegada la noche ellos conversaban en el living escuchando música y tomado unas piscolas, mi marido me dijo que los acompañara, le dije que sí pero que antes me iba a duchar, y así lo hice, me puse unos shorts con unos colaless espectaculares y una blusa la cual se podía notar que no llevaba sostén y se me notaban los pezones parados, lo cual me di cuenta que fue lo primero que me miro mi marido y su amigo, hablamos de muchos temas y vi que en la mesa estaba el computador de mi marido con unas fotos mías que él me había tomado tiempo atrás, eran unas fotos muy intimas para mi pues son muy eróticas, en ellas estoy casi desnuda y en ropa interior; son unas fotos sexy.
Al parecer mi marido se las había mostrado al Pelao y aunque yo me sentí avergonzada de que el Pelao las hubiera mirado a la vez me gustaba y me calentaba lo que él estuviera sintiendo y pensando. Fue en ese momento cuando el Pelao empezó a preguntarme cosas intimas y calientes, por ejemplo que si yo me masturbaba que si tenía fantasías y que clase de fantasías; y yo le contestaba todo y a la vez sentía que me estaba calentando la situación pues eran esos dos hombres enfrente de mí mirándome con deseo y esperando cuando iba ser el momento o quien iba a tomar la iniciativa o propuesta de hacer un juego de a tres.
Yo por mi parte me volvía más sensual con mi manera de hablar y los provocaba cuando me paraba a la cocina para servirme un trago. Me agachaba enfrente de ellos disimulando que algo se me caía y les
mostraba mi traste enfrente de ellos, yo sabia que mi marido volaba de lo caliente que estaba de ver semejante espectáculo y saber que su amigo estaba allí deseándome, yo le pregunte al Pelao que cual era su fantasía y me dijo que él quería que una mujer le bailara y se fuese quitando la ropa, y me preguntó de manera descarada que si yo podía bailar para él.
Estaba claro que mi marido le había contado su fantasía al Pelao y que si se daba podía participar. Después supe por el Pelao que mi marido le había pedido que me seduzca, que no había problema si me llevaba a la cama.
Mi marido me lo pedía también y yo accedí. Entre a mi pieza y me cambie de ropa me puse un vestido ceñido de color negro muy sexy me mire al espejo y me di cuenta de lo bien que me quedaba (modestia aparte
claro) me puse unos zapatos altos que me hacían resaltar el traste y el cual se veía mas parado, solté mi pelo y abrí la puerta detrás de ella estaban
ellos esperando por mí, pues creían que yo no iba a ser capaz de salir cuando me vieron vestida así me di cuenta de la gran calentura que estaba produciendo en mi querido marido y su amigo.
Mi marido puso música muy sensual y el Pelao se veía que lo que estaba viviendo era imposible de creer empezaron ambos a decirme que bien me veía. El Pelao observaba mi traste y las pechugas, decía que grande y que buena están; empecé a moverme al ritmo de la música y sé que me movía con sensualidad pues yo sola lo hice imaginando que había hombres mirándome bailar. Me empecé a acercar a ellos los cuales estaban sentados mirando el espectáculo que les daba, empecé a acercarme a mi marido y me rocé en su pierna mientras que el Pelao sufría.
Mi marido me puso la mano en el traste y le decía al Pelao que este trasero estaba para comerse. Luego me acerque al Pelao con un poquito de susto y le mostraba subiéndome el vestido un poco, me decía que yo estaba muy rica, en esas mi marido se paró y me dijo que me pusiera otro vestido que era mas sensual y mas atrevido. Yo por mi parte solo quería complacer a esos dos hombres, me cambié y me puse un vestido blanco súper corto que si me agachaba un poquito se me veían los colaless, seguí con el ritmo de la música moviéndome mas y a la vez la situación me tenía completamente caliente.
Mi marido se paro de la silla y me empezó a tocar mientras el pelao miraba el espectáculo. Mi marido me tocaba el trasero metiendo las manos y le decía al pelao: tócala esta súper caliente.
En eso mi marido condujo la mano del Pelao hacia mi y él comenzó a tocar mi traste de una manera muy suave. En ese momento el Pelao se paró del asiento y yo quedé en medio de los dos, y empezó un juego que me ponía cada vez más caliente, lo podía sentir en mi cara. En eso me comencé a besar con el Pelao, era la primera vez desde que conocí a mi marido que me besaba con otro hombre.
Comencé un juego de lenguas mientras mi marido se deleitaba tocándome las pechugas pues el estaba detrás de mí y metía sus manos por el vestido, baje la mano y toque por encima del pantalón del Pelao y sentí su erección en ese momento.
Me sentí mucho más caliente y me voltee hacia mi marido y me besé con él. Me metía su lengua con tanta fuerza a la boca y se le sentía las ganas que tenía que esto pasara.
Me tiraron los dos al sofá del living y el Pelao me subió el vestido me metía
los dedos a mi vagina que estaba como nunca mojada y para sorpresa de él, estaba bien afeitadita. El Pelao no lo podía creer, me decía que zorrita tan linda y tan rica.
Luego cambiaron y mi marido me tocaba y me empezó acariciar con su lengua y lamerme por todos lados; me sentía empapada y el Pelao se quito la ropa y me puso su pene hinchado en la cara y también se sentía su calentura al estar súper mojado y mientras mi marido me chupaba yo le chupaba el pene al Pelao y me sabía riquísimo.
Mi marido se paro y empezó a clavarme su pene que se sentía caliente dentro de mí y se dedico a darme y yo me dedique a mamarsela al Pelao.
Mi marido me repetía que me amaba y que me agradecía por hacer su fantasía realidad en eso yo sentía que me llenaba con una gran cantidad de su semen en mi vagina. En ese momento sentí mi primer orgasmo también mientras mamaba al Pelao su pene con mas intensidad.
Luego el Pelao quería tirarme y le dijo a mi marido que se quitara para el hacerlo también. Y así fue: el Pelao me hizo ponerme a lo perrito y me la metió con mucha fuerza; en ese momento yo sentía que me moría mientras a mi marido se le volvía a parar.
Cambiaron de nuevo y mi marido continuo, yo me senté encima de el mientras el Pelao fue a la cocina, buscó el aceite le pedio a mi marido que me lo sacara y me comenzo a lubricar mi zorrita y mi culo con sus dedos para dilatarme. Me imagine lo que venia, ya era tarde para arrepentirse, ellos me iban a dar los dos al mismo tiempo.
Esto se sentía riquísimo, fue una sensación nueva, fue la locura para mí entonces mi marido me la metio por la zorrita y me atrajo más hacia su pecho para permitir que el Pelao metiera su pene en mi traste. Yo grité de placer y sentí como mis músculos se expandían para dar cabida a esos dos penes que estaban dentro de mi. Yo gritaba y pedía más, en esos momentos sentía uno y otro orgasmo seguidos, era delicioso sentir esos dos cuerpos; este era mi primer sándwich, nunca imaginé que podía hacer algo que para mi siempre fue aberrante.
El Pelao no tenía compasión alguna, me sirvió a su gusto y yo quería más, estaba poseída, mi marido me había transformado en Puta de puro placer.
Los dos me tiraban al unísono, mi marido me preguntaba si estaba gozando, me decía que si me gustaba, el muy tarado no se daba cuenta que estaba gozando como una zorra. El pene del Pelao lo sentía cada vez mas grande, sabía el lo que hacía, subía y bajaba el ritmo como a mi me gustaba, yo quería más, en ese momento por mi cabeza pasaban tantas cosas que llegué a imaginar que dos no eran suficiente, me habría encantado tener un tercer pene en la boca. También imaginé que una amiga me calentaba mientras los dos me tiraban.
Pasaron los minutos y yo sufría un sin numero de orgasmos, hasta que el Pelao me preguntó donde quería que acabara. El no se había puesto condón, y dado que me estaba tirando por el traste, quise sentir la sensación de que se fuera adentro. Por ello le respondí que se fuera donde el quisiera y crucé los dedos para que satisfaciera mi deseo.

A mi marido nunca le había prestado mi traste para tirar y ahí estaba yo siendo sodomizada por su mejor amigo. El placer que sentía mi marido era indescriptible, me decía todo lo que me amaba, que esto era para sacar a la mujer caliente que había dentro de mí, que había llegado la hora de gozar de verdad y que el Pelao por ser su mejor amigo lo había elegido para esta ocasión.
En eso que mi marido transmitía su placer yo lo besé apasionadamente y ambos se fueron dentro de mi, nunca había sentido tanto semen dentro mío y menos en mi traste, fue grandioso.
Nos quedamos tranquilo por algunos minutos antes de separarnos. Yo estaba cansadísima y por mi mente pasaban muchas cosas. Mi marido de esto se dio cuenta y me dijo que esto era por placer y según él, el objetivo se había logrado. Yo me desprendí en eso de mis pensamientos y verdaderamente me liberé de mis trancas.
En eso el Pelao le comentó a mi marido la tremenda mujer que tenía al lado y yo les pregunté que si les había gustado. El Pelao y por su puesto mi marido dijeron a la vez que sí.
Mientras tanto yo seguía caliente, me paré los tomé a ambos de sus penes y me los llevé al Jacuzzi. Nuevamente fui penetrada por todos lados y le confesé a mi marido que mi fantasía era que acabaran ambos en mi boca, él sabía que a mi de vez en cuando me gustaba comerme su semen, pero esta vez fue con doble ración.
Al terminar esa noche y antes de irnos a dormir, el Pelao me preguntó si yo alguna vez había fantaseado con tener sexo con otra mujer y le contesté que sí, es más le conté que mientras ambos me tiraban, yo fantaseba que otra mujer me calentaba, besándome y tocándome.
Al dar esta respuesta el Pelao me preguntó que si estaba dispuesta a cumplir esta fantasía y yo le dije que no sabía, que era difícil que eso se diera
Después de esta experiencia la relación en la cama con mi marido ha cambiado extraordinariamente, hoy disfruto y hago disfrutar. Las experiencias con nuestro amigo las repetiremos y si pueden aparecer otros mejor, pero no de manera forzada, si no que salgan en forma espontánea, porque así creemos que calienta más.