Mi fantasia era ofrecer a mi mujer en venta como esclava. Se lo proponia mientras haciamos el amor y ella, sumisamente me decía, que podia realizar mi fantasia cuando quisiera.Ella es una mujer muy bonita con unas contorneadas piernas que hacen seguir las miradas de todo aquel que se fija en ella, un culito que con cacheteros me hace perder la cabeza. Viste faldas que delinean su hermosa figura. Más de uno la mira con pensamientos libidinosos. Siempre que va por los alrrededores de un supermercado hay un hombre que se la pasa diciendole las delicias que le harie si ella fuera suya. Mi mujer lo mira despreciativamente pues el tipo no le cae nada bien. Esto me lo ha contado cada vez que llega de hacer compras en ese sector. Un día fuimos juntos y me indicó cual era el individuo que le proponia cosas obcenas......
Relato
En una ocasión fuí solo y lo contacté, diciendole que el era el que le coqueteaba a mi mujer. El tipo se asoró y se excusó creyendo que le hiba a hacer un reclamo. Quedó estupefacto cuando le propuse venderle a mi mujer.Acepto encantado y acordamos el precio y las condiciones de entrega. Me canceló el dinero que le pedia y me hizo firmar un documento en el que acordabamos todas las condiciones. El día de la entrega la hice vestir seductoramente con una falda que resaltaba muy bien su figura y una blusa que insinuaba sus delicisos senos. Ella no sabia lo que le esperaba ese día. Llegamos a la cita donde se realizaria la entrega. Ella lo vió y se puso un poco asustada. El me alcanzó unas esposas y me pidió que se las colocara. Al ver lo que estaba haciendo se puso muy nerviosa y me pregunto que era lo que pasaba. Le expliqué cual era el trato y le pedí que no opusira ninguna resistencia. Estendió resignadamente las manos para que se las sujetara. Acto seguido se la entregué a su dueño. El la tomo y empezó a manosearla. Ella opuso un poco de resistencia. El se enfadó y le propino una cachetada y la llevó hasta el centro de una estancia y la sujeto de una saliente del techo. Estaba completamente a su disposición. Me pidió que observara todo lo que le hiba a hacer . Lagrimas le escurrian por las mijillas a mi mujer al tiempo que me suplicaba con la mirada que no la dejara así. Empezó a acariciarle los pechos, le quito los zapatos y subió las manos por debajo de la falda acariciandole los muslos. Le quitó las pantimedias dejando ver sus deliciosas pantorrillas. Le quitó la falda y con una navaja le rasgó la blusa para quitarsela. De un tirón le quitó el sujetador y le arrancó las bragas dejandola completamente desnuda. La siguió manoseando y ella ponia un poco de resistencia, lo que lo enfureció. Te voy hacer aulla, le susurró al oido. Cogió un látigo que colgaba de la pared y se lo pasó por la cara. Se retiró un poco y lo blandió. El fuete saco un chasquido en el aire e inmediatamente se enrrolló en la cintura. Ella se retoció de dolor.