Mi papá me dijo que me iba hacer un regalo… ( CON fotos)

Me acuerdo que me comentó, después de decirme que me tenía un regalo, que me dijo, o se le escapó decirme. Es para que no me olvides. Como si eso fuera tan fácil, después de todas las cosas que hacemos juntos.

Al parecer, mis padres esperaban que yo fuera un niño, pero cuando nací yo, lo cierto es que al parecer estaban decepcionados. O por lo menos, así me parece a mí.

Como hija única, apenas aprendí a andar, siempre me las arreglaba para estar a su lado. Así que desde bien jovencita, comencé a estar visitando bares, casas de juego, galleras, en fin a todo lugar que él iba, yo lo acompañaba, incluso hasta lo acompañaba a la casa de sus novias.

Ya cuando cumplí los 18, ya no tan solo lo acompañaba, en ocasiones, hasta me tocaba manejar de regreso a nuestra casa, por lo borracho que él estaba. Pero en otras ocasiones nos teníamos que quedar en el pueblo, ya sea porque mi papá se detenía a visitar a una de sus tantas novias, o porque yo también me había puesto a beber, igual que él, y estando así no podía manejar, porque de seguro nos matábamos. En esas ocasiones nos quedábamos en la casa del pueblo, por lo menos hasta que nos bajara la borrachera.

Pues en una ocasión que nos quedamos en nuestra casa del pueblo, al parecer la novia que mi papá tenía de turno, después de que lo calentó, lo mando pal carajo. Cuando él le dijo que no se iba a divorciar de mi mamá. Aunque ya para esos momentos mi mamá ya tenía como diez años de muerta, pero como murió en la ciudad, y mi papá ni yo se lo hemos dicho a nadie en el pueblo, aun hay gente que le manda saludos.

La cosa es que cuando mi papá regresó, justo entró a la casa cuando yo salía de la ducha. Y como pensé que estaba sola, así tal y como me encontraba fui a la cocina para tomarme otra cerveza, antes de acostarme. Cuando él me vio pasar, así denuda, lo que hizo fue, pedirme que le trajera otra cerveza, para él.

Yo pienso que como estaba tan bebida, y que a pesar de la ducha que me di, como seguí tomando. No me importó mucho, que mi papá me viera así, sin ninguna ropa puesta. Además apenas le di la cerveza, me dijo que me sentase en el sofá, justo a su lado, y seguimos bebiendo, y charlando como si nada. Pero al rato me hizo una observación sobre mis tetas, al tiempo que suavemente me comenzó agarrar una de ellas.

Y así siguió conversando conmigo, sin dejar de agararme las tetas, luego me preguntó por qué no me depilaba el coño, al tiempo que con uno de sus dedos, comenzó a enrollarlo en los pelos de mi coño suavemente, mientras que yo me quedé, de lo más tranquila, con mis piernas bien abiertas, manteniendo una montada en el sofá.

Fue cuando le recordé que hacía muchos años, antes de que mi mamá muriera, ella al parecer le dijo que pensaba depilarse. Y lo que le dijo mi papá fue. Eso lo hacen las putas. Mi papá sonriendo se acordó de eso, pero de inmediato me dijo. Anita hija, es que esos eran otros tiempos. Pero sin dejar de acariciar, mi peludo coño. Fue cuando pensé. Este viejo desgraciado, lo que quiere es acostarse conmigo, sin importarle un coño, que yo sea su hija. Pero de inmediato, también me dije a mi misma. La malo de todo esto, es que yo también me quiero acostar con él.

Así que a medida que mi viejo continuó acariciando mi coño, y mis tetas, yo también comencé acariciar su parada verga, por encima de la tela de su pantalón. Él se me acercó más, yo separé más mis piernas, y sin más ni más comenzamos a besarnos. Luego dirigió su cara a mi coño, y sin más ni más, comenzó no tan solo a besarle, sino que me lo lamió todo, y hasta me lo chupó, al punto que me hizo disfrutar de un tremendo, y húmedo orgasmo.

Que me dejó pidiéndole que me lo metiera. Fue cuando apenas sacó su verga del pantalón, que con todo y ropa se colocó sobre mi, mi coño estaba tan sensible, que a medida que me fue penetrando , yo chillaba, y gemía de placer, como si fuera una marrana en celo.

Bueno, esa fue la primera de muchas ocasiones, que mi viejo, y yo hicimos el amor. Y me preguntaran que tiene que ver eso con el condenado caballo. Bueno les diré, que al igual que el caballo, mi viejo tiene una gran mancha blanca, en un lado del tallo de su verga.

Así que cuando estaba en la hacienda, salí a revisar todo antes de irme para el pueblo, fue cuando pasé por el potrero y vi la mancha blanca en la verga de aquel caballo, de inmediato me han dado una ganas tremendas, de estar con el viejo. Pero como él estaba en la ciudad. Y ya había yo despachado a los tres peones que trabajan para nosotros. Lo único que se me ocurrió, para bajarme la calentura fue. Desnudarme por completo, por un rato me puse a mamar aquella tremenda verga, cuando se me ocurrió, buscar un banco, y tras colocarlo entre las patas del caballo, ponerle una tolla encima, para poderme recostar, con mis piernas bien abiertas.

Yo agarré aquello entre mis manos, y la dirigí directo dentro de mi coño. la sentí como se puso bien dura, tanto que casi me levanta. Y así estuve, jugueteando con aquella tremenda cosa dentro de mi coño, enterrándome la hasta donde ya no podía metédmela más. Hasta el momento en que sentí como todo mi coño fue inundado por la caliente leche de aquel animal, al tiempo que yo disfrutaba de un morboso clímax.

Yo sigo teniendo sexo ocasionalmente con mi viejo, siempre, y cuando su nueva novia no esté. Ni mi actual novio tampoco. Con el caballo, bueno como piensan ustedes, les voy a decir que no, si si. Claro siempre y cuando ya los peones se hayan marchado, no quiero que después en el pueblo anden diciendo, que soy una loca, que le gusta que se la cojan los caballos….