Ella es enfermera, trabaja en un lugar donde estuve hospitalizado hace un tiempo por una dolencia estomacal, siempre me llamó la atención su gran culo y su par de tetas, pero era mas por lo grandes que eran que por un mero atractivo sexual, de hecho nunca pensé tener algo con ella.
Relato
Lo cierto fue que durante mi estadía en el nosocomio, llegamos a entablar una buena amistad, por lo cual al cabo de un tiempo, la familiaridad nos permitió hablar sin tapujos de muchos temas, durante este tiempo, mis ojos se iban inconscientemente de sus tetas a su gran culo y como usaba monos, siempre se lo miraba, imaginándolo sin ropa y mi polla entrando a su ano.
Un día, ella tenía un caramelo en su boca, y le pregunté inocentemente si le quedaba caramelo, a lo cual, la muy puta, se me acerca y me pasa el que tenía en su boca acompañándolo del respectivo beso.
Eso fue el detonante! esa misma noche al salir de su trabajo nos fuimos a un hotel. Nada mas llegar, la acosté boca abajo en la cama, y empecé a quitarle el pantalón, lo que me reveló el culo mas monumental que había visto, cubierto por un bikini de flores, se lo quité y empecé a mamar su ano, poniéndolo bien húmedo, también besaba su chocho, lampiño, como me encanta, mientras ella aullaba de placer y me pedía que le mostrara mi polla, a lo cual le complací, y antes de terminar de bajar mi ropa interior, ya ella se había abalanzado sobre mi falo, haciéndome crecer el glande a tal punto que pensé que iba a explotar con aquellos movimientos de su lengua y su garganta que nunca había sentido antes.
Al principio, comenzó a pelarme la verga, lentamente, como con recato, posteriormente, fue incrementando su hambre, y su velocidad, para metérselo de un tranco hasta la raíz. Pensé que vomitaría, pero no fue así, y mientras, mi cadera se movía acompasada a su ritmo, haciendo cada vez mas placentera esa danza de mi polla en su boca.
Temiendo que pronto acabaría me desprendí de esa aspiradora humana para volver a ponerla en cuatro patas, haciendo que su pecho descansara en la cama, cosa con la cual paraba aún mas ese monumental culo y su concha se abría para mostrarme esos labios menores abiertos y ese chocho chorreando sus jugos e invitándome a entrar.
Aún quería torturarla un poco!! Así que en esa posición comencé a mamarle su ano, aún con mas ahínco, metiendo la punta de mi lengua en su agujerito y dándole vueltas, con lo cual lo que hacía era incrementar su pasión y oírle implorar Cojéeme papi!! Dámelo ya!! Párteme el culo!! Dame ese pollón rico!!, y yo, oyendo esas súplicas, no hacía mas que entrar en calor.
A estas alturas, cualquier resto de recato de ella, había desaparecido, con lo cual me pedía, mejor dicho me imploraba que la penetrara ya, porque tenía más de un año sin llevar polla, y estaba loca de deseo.
Al voltearla, y tenerla boca arriba, observé esa inmensidad de mujer: Unas tetotas inmensas, mucha panza, y una chucha sin pelos abierta, en la cual afloraba un clítoris minúsculo, hinchado ahora por tanta mamada, y el chorro de baba emanando por su vulva. Como pude, abrí esas piernotas, y comencé a meter mi polla (que no es muy grande, aunque nunca me la he medido) lentamente, solo el glande al principio, y luego comencé a hundirlo lenta, progresivamente, hasta estar completamente dentro.
En este punto déjenme decirles que los gritos de la muy perra se debían escuchar en todo el hotel, aullando como una loba, y gozando, tanto, que en 2 minutos llegó al orgasmo, y en 2 minutos mas, volvió a llegar, así sucesivamente por seis veces que las conté.
La muy puta lloraba de la emoción y me pedía más, a lo cual, yo ni corto ni perezoso, satisfacía sin poner el más mínimo de los reparos. Aproveche, para cojerla en todas las posiciones posibles que por su gran volumen tolerara, encontrando para nuestra satisfacción, que en cuatro patas, y acostada de lado, abierta, con una pierna descansando sobre mis hombros nos brindaba el mayor placer a ambos, y se convertiría desde entonces en una práctica cotidiana.
A estas alturas, quise probar algo más, a lo cual intenté entrar en su ojito del culo. Fue difícil, era virgen!! Me decía que su ex-marido nunca ni siquiera intentó entrarle, y ella nunca tuvo la curiosidad de conocer esta vía de placer, lo que agregó mas morbo a la corriente situación, porque ella nunca había sido mamada del culo.
Al conocer esto, arreció mi ardor, con lo cual acrecenté mi ataque al desvalido agujero, logrando entrar a tan ajustado lugar después de varios intentos. En el momento en el cual mi glande superó la resistencia de sus esfínteres, sus piernas flaquearon, y su respiración se entrecortó. Me cago en la Madre!!! ¿Qué me haces? ¿Qué es esto? Que rico se siente!!! Me duele un poco, pero me excita!! No lo saques!!! ¿Te gusta? Gózame toda papito!! Párte ese culo que esta puta está aquí para ti, rómpemelo todo! No me dejes nada! ¿Te gusta ah?
En este punto, todo mi ser me pedía vaciarme, inundarle de semen ese agujero, y dejarle escurriendo mis jugos, sin embargo, mi morbo podía mas que mis ganas, y entonces le dije. Bueno, Ahora voltéate que te tengo alimento.
Hecho esto, le mostré mi polla, la cual engulló sin ningún recato, estando yo arriba de ella y mis nalgas apoyadas en sus grandes tetas, la muy puta, empezó a dedear mi culo, lo que agregó excitación adicional al panorama. La gorda, tragándose entera mi polla, y dándome en el culo. Llegó el punto de no retorno, en el cual me vacié como una represa, llenándole la boca, cara, oídos, cabello. En fin, todo un reguero de semen. Ella, muy diligente, limpió con su lengua todo este derrame, y mi polla, dejándola sin una gota de fluido, y tragándosela delante de mí con cara de deseo.
Ya fatigados, nos acostamos el uno al lado del otro, para repetir esta maratón tres veces esa noche. Desde entonces, con bastante frecuencia salimos, y hacemos más y más locuras, brindándonos momentos de placer que jamás creí posibles con una gorda como esa.