Mi regalo de cumpleaños…

Me agarraron tan desprevenida, que lo único que pude ponerme sobre mi biquini fue el short y la blusa, que con los que había llegado a la casa de uno de nuestros amigos, y donde finalmente me celebraron mi cumpleaños. En la fiesta bailamos, bebimos, y la pasamos de lo mejor, pero ya a eso de las diez de la noche la mayoría se había marchado. Por lo que tan solo quedamos, un par de amigas mías con sus novios, mi novio, el dueño de la casa al que de cariño todos le dicen el negro, y otro amigo nuestro al que llamamos el gordo.

Creo que fue ni novio Sergio, quien tuvo la idea de que jugásemos la botella, pero después de que yo perdí la blusa, mis dos amigas con la excusa de que era muy tarde se retiraron en compañía de sus novios. Yo creí que dejaríamos de jugar, pero ante la insistencia de Sergio continuamos jugando. No les voy a contar paso a paso lo que fue sucediendo, lo que si les diré, es que después de que perdí el short y mis sandalias, el gordo perdió casi todo, quedándose únicamente en interiores, fue cuando Sergio antes de ir por unos tragos, me ha dado un tremendo beso, frente a sus dos amigos, quienes lejos de disimular y ver para otro lado, se nos quedaron viendo descaradamente, sobre todo el condenado gordo que no dejaba de relamerse los labios, al tiempo que por sobre su interior se agarraba su miembro de manera provocativa. Pero por fastidiar al gordo, a mí me tocó imponerle la penitencia, y le ordené que se le declarase al negro, quien tomó eso a manera de broma. Pero cuando yo volví a perder, me tuve que quitar el sostén ante ellos tres, y mi penitencia fue besarlos a los tres. Todo eso con el visto bueno de mi novio, quien por lo visto se estaba divirtiendo mucho.

El gordo fue el primero en besarme, y la verdad es que la situación de estar besando a otro hombre, frente a mi novio y su amigo el negro, me calentó, luego al besarme el negro, a diferencia del gordo, sus manos al mismo tiempo que me besaba, comenzó acariciar mis nalgas. Cuando me tocó besara a Sergio, que les diré, ni cuenta me di cuando me quedé completamente desnuda entre sus brazos, sin la parte inferior de mi biquini, ya que con sus manos me agarró sin demora mi coño, y a medida que me besaba me fue introduciendo sus dedos, sin importarle que sus amigos estuvieran ahí viéndonos.

Yo estaba tan excitada y caliente, que cuando Sergio me medio susurró en el oído, preguntándome si deseaba disfrutar de una noche completa de placer, que si quería tener sexo con todos, ni por un instante dudé en decirle que sí. Mi novio terminó de quitarse lo que le quedaba de ropa, y tan solo le hizo seña a sus amigos que se nos acercasen, en cosa de segundos, Sergio se dedicó a mamar mi coño, al tiempo que divinamente continuaba introduciéndome sus dedos dentro de mi vulva. Yo estaba bien concentrada, disfrutando de lo que mi novio me estaba haciendo, que cuando su amigo el Negro, comenzó a sobetearme las nalgas, yo las relajé del todo, y a los pocos segundos sentí como derramaba algo liquido entre ellas, resultó ser ginebra, y casi de inmediato el Negro se dedicó a lamer intensamente mi culo. Mientras que el Gordo, por no quedarse atrás, no dejaba de besarme en la boca introduciéndome su lengua, y de cuando en cuando se dedicaba también a chupar mis tetas, mordisqueando divinamente mis pezones. No sé si podrán imaginarse como yo me encontraba en esos momentos, disfrutando del placer que ellos tres me producían, al punto que disfruté de múltiples orgasmos gracias a ellos.

Después de que los tres cambiaron de lugar, en varias oportunidades. Yo estaba pidiéndole a ellos que finalmente me lo metieran, por lo que Sergio comenzó a penetrarme divinamente por el coño, y de momento sentí que el negro tras embadurnarme el culo con algo grasoso, dirigió su verga, al centro de mis nalga, y sentí como mi esfínter cedía, ante la presión de la cabeza de su verga, no bien habíamos comenzado a movernos los tres, cuando al voltear a ver que hacía el gordo, encontré su verga a centímetros de mi boca, y sin dudarlo de inmediato me dediqué a mamársela. En ciertas ocasiones me había preguntado a mi misma como sería hacerlo con dos hombres al mismo tiempo, y la verdad es que la realidad fue muchísimo mejor que lo que yo pudiera imaginarme, así que mientras se lo mamaba al gordo como una loca, mi novio y su amigo hacían de mi un sándwich.

Durante el resto de la madrugada, en repetidas ocasiones, estuve manteniendo sexo con los tres, al mismo tiempo y después por separado, ante la tranquila mirada de mi novio. No sé a ciencia cierta del número de orgasmos que disfruté, lo que si se es que realmente disfruté todo lo que me hicieron. Al punto que al final me quedé dormida, sin tener idea en los brazos de quien. Cuando desperté, ya eran cerca de las tres de la tarde, mi novio me acompaño a la ducha, y mientras yo misma me aseaba, lo escuché decirme, de manera casual, que todo lo de la noche anterior había sido mi regalo de cumpleaños. Al terminar de vestirme, no vi ni al gordo ni al negro, durante par de meses, ni tan siquiera hablamos de lo sucedido. Cuando nuevamente volví a ver a sus dos amigos, ellos se comportaron como si nada hubiera pasado entre nosotros cuatro.

Lo bueno de todo eso es que ya sé que para mi próximo cumpleaños, Sergio posiblemente invite a más amigos suyos.