Mis primeras experiencias de mi prima

El primer día que entró a casa para hacer un trabajo de la universidad con mi hermano me gustó, un muchacho de 24 años muy guapo, alto de 1.90m y robusto, su estatura era lo que mas me atraía, ya que por ser alemana radicada en México mi altura de 1.80m, me hacía ser "un bicho raro" entre los amigos, eso sin duda me hacía tener ciertos traumas con respecto a mi figura, soy rubia de ojos claros, bonita, pero por mi altura no me siento sexy.

Pedro, que así se llama, comenzó a frecuentar la casa y después de salir juntos algunas veces teniendo yo 16 años me pidió ser su novia y acepté sin darle mucha importancia ya que por mi edad lo sentía mas amistad que noviazgo y me gustaba salir juntos y divertirnos, cosa que no hacía yo muy frecuentemente por ser muy introvertida. Durante un año de esa relación no pasamos de besos, caricias y de sentir su miembro pegado a mi cuerpo cuando el me abrazaba, cosa que me hacía sentir nervios pero me gustaba, nunca pasamos de ahí, sin embargo me enamoré de él al grado que cuando terminó su carrera junto con mi hermano en la fiesta de su graduación me pidió que nos casáramos, lo cual acepté con gusto, con muchos problemas con los papás y con mi origen, permisos en embajadas y otros líos, terminamos casados, yo sé que mis papás terminaron aceptándolo gracias a que mi hermano y el comenzaron a trabajar en la empresa constructora de mi suegro, con buenos ingresos.

La primera noche después de la fiesta de la boda nos fuimos a la que ahora es nuestra casa, ya que nuestro avión saldría hasta el día siguiente por la tarde-noche, llena de nervios comenzamos con besos y caricias hasta que terminé desnuda ante él, era la primera vez que me veía alguien desnuda y me sentía temerosa de no gustarle, pero él me miraba con gusto, me abrazaba, me acariciaba suavemente todo el cuerpo y me llenaba de besos, me hizo sentir la mas bella del mundo y entregue mi virginidad a su amor y ternura, recostada boca arriba separé mis piernas y con mucha delicadeza él me fué penetrando, me sentí llena de él, sus movimientos mas que placer me hicieron sentir amada y muy en especial cuando sentí su cálido semen mojar mi interior, me sentí su mujer y su dueña en un sentimiento difícil de explicar. No sentí placer físico, al contrario cierta molestia, pero me encantó hacer el amor y lo hicimos otra vez más durante la mañana del día siguiente, sabía lo que era un orgasmo por las veces que me había yo masturbado pero no lo sentí al hacer el amor y honestamente para mi lo maravilloso fue convertirme en su mujer, no pasaba por mi mente algo mas que el amor que sentía, amo a mi marido y me hace sentir la mujer mas amada de la tierra.

La luna de miel fué en un crucero donde nuestra vecina de camarote una mujer de unos 28 o 30 años con un cuerpo excelente, buenísima decía Pedro y ciertamente lo estaba, platicando me dijo admirada

-"Eres muy joven para estar casada, es que eres una niña, espero que les vaya bien en especial a tu esposo que es muy guapo y sexy"

Yo reí, suponiéndolo un halago y no le dí importancia. Una noche después de bailar y beber unas copas en la disco del barco, llegamos al camarote donde Pedro abrió el balcón para ver la luna reflejarse sobre el mar, yo salí al balcón y quedé entre sus brazos para comenzar los besos y caricias, él me llevó dentro del camarote y seguimos el juego hasta quedar desnudos, algo nuevo había en mi, tal vez el alcohol o el ambiente o haber pasado la noche anterior sin hacer el amor o lo que fuera pero deseaba ser poseída, deseaba sentir placer. Pedro me recostó sobre la cama, me separó las piernas y comenzó a hacerme el sexo oral, su boca besaba mis labios vaginales como si fuera mi boca, su lengua recorría la entrada de mi vagina y mi clítoris con un calor húmedo y suave, a veces introducía la lengua dentro de mi vagina lo que me hacía cerrar los ojos y hacer mi cabeza hacia atrás, era algo nuevo para mi y era sumamente placentero yo sentí un orgasmo similar a cuando me masturbaba, tal vez mas intenso y me sentí satisfecha.

Cuando pensé que con mi orgasmo se terminaba todo, él me metió el dedo índice y con el apretaba la parte superior de mi vagina mientras con su lengua seguía lamiendo mi clítoris, algo dentro de mi iba haciendo que perdiera yo el control, mi cuerpo se tensaba cada vez mas, gemía de placer y sentía mi humedad salir de mi vagina, su otra mano oprimía mis pezones con suavidad y eso me gustaba. El me tomó de la mano y me puso de pie a un lado y de la cama, me subió un pie sobre de esta y parado detrás de mi comenzó a penetrarme, así de pie los dos, conforme su miembro entraba en mi vagina yo sentía un enorme placer, él me abrazaba por la cintura y yo con mi cabeza hacia atrás recargada en su hombro, comenzó a entrar y salir de mi con movimientos fuertes que no me lastimaban, ¡me encantaban!, mi cuerpo entero se comenzó a poner tenso, se lleno de una tensión muy especial que me producía mucho placer, me hacía gemir con fuerza y de forma incontrolable pero a la vez era desesperante, me sentía al límite, nunca al masturbarme, ni hacía un momento con la lengua de Pedro, había sentido esto, sentía venir mi relajación pero se detenía como para llevarme al límite, necesitaba explotar, relajarme, deseaba que pasara, me urgía tener un orgasmo.

Me puso de rodillas sobre la cama, de perrito como le dicen, y él parado en el piso me penetraba con fuerza, empujaba dentro de mi y al sentir su miembro tocar el fondo de mi vagina sentía una molestia muy placentera, placer, sentía placer, un enorme placer que me tenía loca de felicidad y no sabia en que terminaría, ¿amor?, no, no estaba amando a Pedro lo estaba gozando, mi cuerpo no estaba respondiendo a ningún sentimiento que no fuera el placer, Pedro, Pablo, Juan, esposo, amigo, conocido o desconocido no importaba, lo importante era sentir ese placer tan indescriptible y que pasara eso que sentía yo venir y debo confesar que con temor, estaba ante algo desconocido para mi, yo gemía y gritaba

-"Ahh, ahh, ahh, mas, mas, mas, no pares, no pares".

No me reconocía al gemir y gritar así, me sentía mal y me preocupaba lo que Pedro pensaría de mi pero no lo podía evitar yo ardía, me derretía, al grado que al sacarme su miembro para darme la vuelta y ponerme boca arriba sobre la cama, mi única reacción fue decir

-"No, no, por favor, no seas cruel, no te salgas amor, métemelo, métemelo, te lo ruego"

Ya boca arriba él subió mis piernas en sus hombros y dejó caer su cadera sobre mi y su miembro, sumamente endurecido, entró de un golpe hasta el fondo de mi vagina, haciéndome abrir la boca para soltar un sonido gutural de placer, algo como "agrr". El se comenzó a mover entrando y saliendo con mayor rapidez, mi cuerpo comenzó a temblar, no tenía control sobre mis músculos y eso me asustaba.

Pedro se dejaba caer con fuerza cada vez que entraba en mi y eso me mataba de placer, yo le dije temblando y asustada

-"Pedro, no me dejes ahora, me desmayo, ayúdame que me voy"

Y era real me sentía perdida en algo desconocido que me hacía temblar las piernas sin control, él bajó mis piernas a su cintura, se recostó sobre mi apoyando sus antebrazos al lado de mi cabeza, y siguió moviéndose dentro de mi muy, muy rápido y con voz entrecortada por la agitación me decía

- "Déjalo venir Andrea, estás en mis brazos, lo vas a gozar, deja que venga sin temor, solo disfruta reina, disfruta que eres mujer"

Y abrazada de su espalda dejé de oponer resistencia y me abandoné a lo que fuera, sentía mis ojos cerrados subirse hasta mi cerebro, retuve la respiración con mi boca abierta, de la que no salía ningún sonido y llegó a todo mi cuerpo un inmenso golpe de placer que me hacía ver estrellitas y que se repetía en espasmos muy fuertes y deliciosos, solo pude exclamar "Ohh Dios" y mordí mi labio inferior, mi vagina, mi útero, mi ano, mi pubis, todos mis músculos del vientre se contraían rítmicamente llenándome de un placer que me hacía sentir que me desmayaba, no paraban y los disfrutaba como loca, y mientras esto me pasaba a mi haciendo que casi perdiera el conocimiento él me dijo

"Yo Andrea, yo, lléname de placer"

Pero no supe que hacer, quería que tuviera un orgasmo tan maravilloso como el mío pero tan solo supe abrazarle la espalda, él dejó de moverse y empujando su miembro hasta el fondo de mi vagina derramó su semen dentro de mi, en varios chorros y gran cantidad, no dijo nada, solo cerró los ojos y se recostó sobre de mi y yo me puse a acariciar su espalda mientras le decía

- "Me gustas Pedro, esto es increíble, me gusta, me vuelve loca sentir tu semen, que me llenes de ti"

El se quedó quieto dentro de mi, yo sentía uno que otro pequeño espasmo, como residuo de ese orgasmo tan maravilloso, mi cuerpo estaba totalmente relajado, suelto, no podía moverme en una sensación maravillosa de placer y tranquilidad y después de un rato Pedro me dió un beso en la boca se dejó caer de lado en la cama, yo sentí que no lo había podido satisfacer y él se metió bajo la sabanas, diciendo

"ven vamos a dormir"

Yo estaba agotada y asustada, no sabía complacer a mi hombre, me levanté y su semen escurrió por mis piernas, por lo que me puse mi panty y al ir a cerrar el balcón noté que la vecina había estado en su balcón muy al pendiente de nuestra pasión.

Al meterme a la cama le pregunté

- "¿te gusto cogerme? Ya que esto fué solo coger ¿o no?"

El sonrió a mi estúpida pregunta y me respondió

-"Si, fue coger por puro placer, me gustas mucho y te deseo como mujer, pero vamos a dormir amor"

Yo insistí con mis preguntas tontas diciendo

"¿Me porté como una puta verdad?, pero es que me salí de control, perdón"

El me dijo

"Andrea, entiende esto, te portaste como una mujer que disfruta de su sexualidad y así debe de ser, ¿Cómo puede un hombre tachar de puta a una mujer que él hace gozar? Y mas si es a la mujer que ama"

"¿Sentiste amor al estar cogiéndome?......... insistí

"Por favor Andrea, si o no ¿Qué importa? , ¿disfrutaste del sexo?

"Mucho, pero …."

"Pero nada, olvida todos tus prejuicios, somos pareja y las parejas se deben procurar placer sexual al máximo sin importar como nos comportemos durante el acto, y vamos mejor a dormir amor"

Por primera vez en toda la noche me decía amor, yo me quedé pensando que él había tenido deseos de mi, de gozarme como mujer sin importar nuestra relación, quería sexo con una mujer, se empeñó en que yo disfrutara y lo logró al máximo pero yo no supe responderle, solo me quedé quieta dejando que hiciera con mi cuerpo lo que él quería, él era un buen amante y yo era una niña en brazos de un hombre. Sin embargo yo lo había disfrutado, hizo que me encantara el sexo, quedar así agotada de placer es maravilloso, y me quedé dormida.

Al día siguiente Dana la vecina de camarote se acercó a donde estábamos asoleándonos y me dijo

-"Que noche tuvieron, los oí, los oí mi niña, ¿no me compartirías a tu hombre?, mmmm.. "

Yo con vergüenza y admirada de la propuesta casi espantada le pregunté

- "¿De verdad? ¿los tres?"

No lograba captar como un hombre se pudiera coger a dos mujeres al mismo tiempo, Pedro que estaba presente, solo dijo

-"No hagan bromas de eso que las van a escuchar"

Así evitó que quedara yo como idiota, sin embargo su vista no se alejaba de las curvas de Dana, realmente nada tengo que hacer frente a ese cuerpo y me daban celos, pero también nació el deseo de que él disfrutara de un buen sexo con una mujer experimentada y no como yo que tan solo me dejaba coger, yo sé que con el tiempo se aprende lo que es instintivo, pero ahí en ese ambiente donde todo incita a disfrutar a plenitud y él ¿enseñando a la niña?, que triste me sentí de mi misma.

No tiene caso platicar muchos detalles y menos la historia de Dana, pero la noche antes de llegar a nuestro destino, después de haber cenado, bebido y bailado los tres donde Pedro sintió y tocó el cuerpo de ella bajo un vestido muy sexy que usaba, terminamos juntos en nuestro camarote. Pedro me abrazó y me comenzó a desnudar mientras me besaba, y al quedar yo en ropa interior ví que Dana dejaba caer su vestido al suelo, solo usaba una pequeña tanga sus pechos generosos y bien formados, su vientre plano y fuerte al igual que sus piernas, hermosas y bien torneadas y unas nalgas redondas y firmes, solo pude decirle a Pedro al oído

-"Que bien formada está esta mujer, es realmente bella"

Pedro la miró y se acercó a ella y la besó en la boca, bajando por su cuello, sus pechos y su vientre, se arrodilló en el piso para bajarle la tanga y besarle su sexo perfectamente depilado, ella se recostó boca arriba en la cama con sus piernas dobladas y separadas mientras él se desnudó rápidamente y metió su cabeza entre las piernas de ella y se dedicó a hacerle el sexo oral durante mucho rato, abrazado de sus muslos mientras ella con sus manos acariciaba sus propios pechos oprimiendo con los dedos sus pezones que se endurecían por sus propias caricias.

Dana comenzó a gemir de placer por lo que Pedro hacía con su boca en todo su sexo, yo recordaba como a mi me lo había hecho y eso mojaba mi panty, por lo que metí mi mano y me puse a acariciar mi sexo, había diferencia entre mi sexo aún con el pelo bien recortado y un sexo tan bien depilado como el de ella, con razón él lo disfrutaba tanto, ella le dijo "No pares, que termino" y dío un gemido mas fuerte, cerró los ojos y apretó la cabeza de Pedro sobre su sexo, Yo había pasado a ser solo una espectadora, no era tomada en cuenta, pienso que se habían olvidado de que existía y decidí sentarme a ver el espectáculo, llena de celos pero me daba gusto que él estuviera disfrutando. El se puso boca arriba y ella tomó su miembro con sus manos y comenzó a lamerlo y lo llenaba de su saliva, Pedro gemía cerrando sus ojos y decía

-"Ohh dios, que rico lo haces"

Y cuando ella metió el pene a su boca el solo pudo decir "Uff, es maravilloso". Esto duró un rato y después ella se montó sobre de él, lo comenzó a besar de una forma deliciosa, sus lenguas se juntaban antes que sus labios, ella lamia los labios de él para después unir sus labios moviendo sus lenguas dentro de sus bocas de forma casi desesperada, y entre esos besos que eran un intercambio de lenguas y salivas, ella con una mano acercó el miembro de él a su vagina, él dobló sus piernas y empujando su miembro se lo dejó ir hasta el fondo, haciendo que ella gritara "ohggg" al sentirse penetrada.

Ella se enderezó y se puso a cabalgar a Pedro rápidamente gimiendo y gritando

-"Ohh, ohh, que rico estás, es grande, delicioso, me gustas, me gustas"

Detenía sus movimientos y lentamente se sentaba sobre el miembro de él y giraba su cadera en esa postura, en una de esas sentadas Pedro le dijo "Ohh, mujer que delicioso coges" ella nuevamente aceleró sus movimientos y haciendo su cabeza hacia atrás dio un grito y dijo

"Ya, ya, ya me vino y es maravilloso"

Para después dejarse caer sobre el pecho de él dándole un largo y profundo beso en la boca para después tomar uno de sus senos con sus manos y acercarlo a la boca de Pedro diciendo

- "toma chupa, lame, mámame "

Y él lo hizo apasionadamente, ella se levantó y al hacerlo me vio y me dijo

-"Guauu, que gran hombre tienes"

Se arrodilló al lado de él se puso a chupar su pene, metiéndolo y sacándolo de su boca, ella me dijo

"Ven aquí y disfruta de este gran dulce"

Yo me desnudé, me acerqué y junto con ella comencé a lamer el miembro, haciendo lo que ella hacía, de pronto me dijo "móntate en el" y viendo a Pedro a la cara abrí mis piernas y lo monté, su miembro entró dentro de mi, lo sentía enorme, como nunca, y haciendo lo que había visto me moví rápido para de pronto sentarme sobre él y lo apretaba con mi vagina mientras giraba mi cadera suavemente.

Todo había sido demasiado para él y en una de esas sentadas que me dí sobre de él, apretó mis pechos con sus manos y me dijo

- "Que delicia Andrea, ten, ten, te lleno"

- "Todo amor dame todo tu placer"

Respondía yo y él cerrando sus ojos soltó su semen dentro de mi vagina, yo me senté sobre su miembro y así nos quedamos viéndonos a los ojos, no me había logrado venir, pero me sentía satisfecha, su semen quemaba mi vagina y su orgasmo había sido excelente, su cara de satisfacción lo decía todo. Me agaché sobre de él y besé su boca, sentí su pene salir de mi y me bajé de encima de su cuerpo, Dana al ver el pene y él pubis de él lleno de semen, se agacho y la mujer se puso a lamer y tragar el semen, al oír gemir a Pedro diciendo "ufff, que linda mujer" yo también me puse a limpiarlo con mi lengua, sentí cierto asco al principio, pero al probar el semen no me molestó su sabor y el placer que le daba a él lo compensaba. Dana separó mis piernas y metió entre ellas su cabeza para lamerme el semen que aún me escurría yo puse mi mano para evitarlo pero el contacto de su lengua me hizo dejarme caer de espaldas en la cama y muy a mi pesar, por que me tocaba una mujer, mi orgasmo llegó como postre a tanta excitación.

Los tres amanecimos desnudos en nuestra cama…….. después seguiré mi relato.