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MIS SIETE REGALOS DE CUMPLEAÑOS

Relato enviado por : Smaragda el 09/10/2010. Lecturas: 11394

etiquetas relato MIS SIETE REGALOS DE CUMPLEAÑOS   Orgías   Anal   Gangbang   Corridas dentro .
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Resumen
Era el día de mi cumpleaños y queria un regalo especial, quería ser follada por ocho chicos. Hacia mucho tiempo que deseaba algo asi y estaba dispuesta a tenerlo a toda costa. Quería sentir una satisfacción plena que nunca antes habia tenido.


Relato
Hola amigos:

Con este relato quiero compartir la extraordinaria experiencia que tuve con motivo de mi 22 cumpleaños y que en la vida podre olvidar.


Antes que nada decir que, por razones obvias, no revelaré mi nombre pero mi apodo de guerra es Smaragda. Soy una chica de Sevilla de 22 años, liberada y liberal, que le gusta el sexo libre, siempre que puedo y con quien me apetece. No tengo pareja estable ni la quiero por el momento; quiero disfrutar de mi juventud, sexualidad y amigos sin que nadie me corte las alas por celos, deseos de posesión, ni nada por el estilo. Soy extrovertida, divertida, alegre, bastante alocada, directa, siempre digo lo que pienso y siento, tengo infinidad de amigos, no me da reparo hablar con cualquiera de lo que sea y no me corto a la hora de abordar a cualquier chico o chica que me guste o parezca interesante. Me considero inteligente y madura. Mi pelo es rubio y largo, ojos verdes, 1,76 m de estatura y delgada, buen tipo y aunque este mal que yo lo diga, me considero bastante guapa. Hago natación, paseo en bici y trato de cuidarme.


Con el único novio que he tenido cree a los 18 años un club o grupo de amigos, liberados sexualmente como yo, compuesto por cuatro personas; mi novio y yo junto con otra pareja. Con el paso de los años la relación con mi novio murió, pero el grupo de amigos había subido ya a 8 miembros. A fecha de hoy somos 16, siempre números pares y con igualdad de chicos y chicas y algo imprescindible, todos somos amigos, compañeros en la universidad o conocidos de hace mucho tiempo, es decir, nos conocemos bien.


Solemos salir casi siempre todos juntos o por grupos, dependiendo del día y la ocasión. Nos enrollamos entre nosotros por parejas, grupitos o lo que surja. Casi nunca tenemos malos rollos y entre nosotros no existen celos, sentimientos de posesión ni nada por el estilo, somos una piña y todos de todos. Esto no quita que fuera del grupo cada uno tengamos nuestras historias, amigos y de más. Solemos terminar casi siempre en mi casa ya que soy la única que vive sola, el resto lo hacen o en pisos compartidos o con sus padres.


Cada cierto tiempo nos reunimos para celebrar algún acontecimiento o admitir nuevos miembros al grupo que, sin ser elitista, tiene ciertas normas y condiciones que los aspirantes a integrarlo deben de reunir. La principal es que los nuevos deben ser conocidos por todos y de edad semejante a las nuestras, es decir, entre 20 y 25 años. Obviamente este margen de edad varía en función de la que tengamos con el paso de los años. Estas reuniones las hacemos en un chalet que alquilamos para sábado y domingo. Lo que en principio empieza siendo una típica fiesta de amigos siempre termina en orgia general o pequeñas orgias por grupos, según surja, nunca está preestablecido. Otra norma fundamental es que lo que en el grupo sucede no sale de él, salvo en ocasiones, como esta, en la que no doy detalles que identifiquen a nadie.


En esta ocasión el motivo fue celebrar mi 22 cumpleaños. Es costumbre que quien cumple años pueda elegir que es lo que quiere para ese día. En mi caso yo ya tenía decidido hacía un mes que es lo que deseaba. Desde hacía mucho tiempo soñaba con tener 8 chicos para mí solita y ese era mi deseo.


Decir que mi vida sexual desde los 18 años ha sido muy intensa. Raro es el día que no follo, con chico, chica, me da igual, soy bisexual y me encanta. Amigos, amigas, gente que conozco en la disco, no importa si la persona me gusta y atrae. Lo he hecho en pareja, tríos, intercambios, pero lo máximo había sido con tres chicos y me encantó. Soy multi-orgásmica, me encanta correrme el mayor número de veces posible y cuanto más tiempo dure el encuentro sexual mejor. Me gusta comerle la polla a los chicos, el coño a las chicas, que me lo coman a mí, la penetración vaginal, anal, no importa, no tengo tapujos ni límites siempre que sea de buenas maneras y de forma voluntaria. Lamentablemente pocos chicos pueden satisfacerme de forma individual por lo que busco que haya más gente que participe en el acto. No me considero por eso una enferma, simplemente me gusta disfrutar del sexo a tope. Puedo pasar perfectamente varios días sin sexo y sin desesperarme, pero si lo puedo tener mejor que mejor.


Como dije, soñaba con estar con muchos chicos que pudieran darme una noche loca y quedar plenamente satisfecha. Para ello, durante todo el mes anterior, hablé con mi sexóloga varias veces y ella me aconsejó como prepararme, puesto que no es algo que una chica deba hacer de forma imprudente y espontanea.


Llegado el día de mi cumpleaños iniciamos la fiesta como de costumbre, pero ya todos estábamos de acuerdo en lo que iba a suceder y salvo uno de los chicos, los demás estuvieron conformes. Charlamos, bailamos, bebimos y nos relajamos un rato. Llegado el momento las chicas se apartaron a un lado y colocamos en medio de la sala un confortable sofá que fue el lugar elegido por mí. Sentada en él fueron pasando por delante de mí cada uno de los siete chicos que participarían. Me encanta desnudar a un chico, es algo que me excita sobremanera. Me metí en la boca un caramelo de fresa y uno a uno les fui bajando la cremallera, les desabrochaba el pantalón y dejaba que cayera, les acariciaba el pene con el calzoncillo puesto y finalmente se lo quitaba y empezaba a lamer con suavidad y dulzura. Me lo tragaba lentamente hasta la garganta, hasta que me faltaba el aire. Lo metía y sacaba cada vez más deprisa al tiempo que jugaba con el caramelo, rozándolo con su polla. He descubierto que a los chicos esto les excita bastante. Acompañaba mis movimientos con una de mis manos, masajeando la polla. Les cogía del culo y les apretaba contra mí. Ellos colaboraban moviéndose a mi ritmo. Jugaba con mi lengua en el capullo, rodeándolo, dándole besitos suaves, rozándolo ligeramente con los dientes y succionando, todo de forma ordenada y sin prisas.


Al tiempo que hacia todo esto, los que quedaban libres, me acariciaban los pechos por encima de la blusa, los muslos por debajo de la minifalda y el clítoris por encima de las braguitas.


Una vez que terminé con el último, me puse de pie para que entre todos me fueran desnudando al tiempo que me acariciaban y besaban. Yo temblaba a medida que me quitaban las braguitas y rozaban los muslos, mientras me sacaban la blusa y sentía sus manos en mis pechos y pezones duros como piedras, me volvía loca y ansiaba llegar al paso siguiente. Una vez desnuda del todo, mientras seguía en pie, las caricias se convirtieron en manoseo, me oprimían los pechos, pellizcaban los pezones, metían los dedos en mi vagina y lamían mi clítoris. Por momentos creía que me desvanecería de lo cachonda que me estaba poniendo.


Tras diez largos y dulces minutos así me senté en el sofá, con el culo en el borde de este y recostada contra el respaldo. El primero se acercó y arrodilló delante de mí, me lamió el clítoris unos segundos y tras frotármelo con la punta de su pene, lo fue metiendo lennnntamente en la vagina hasta tocar los labios con los testículos y empezar a moverse con mayor velocidad. Mientras era penetrada por su verga, otro había colocado la suya en mi boca y yo la chupaba con frenesí. Me la tragaba entera, la besaba, lamía y succionaba mientras el otro no dejaba de penetrarme con más violencia por el coño. Pasados unos tres minutos, el que me follaba se retiró y dejó paso a otro que, sin preámbulos, me la clavo de un golpe hasta el fondo, lo que me hizo dar un saltito de placer y un suave pero inconsciente mordisquito en el pene que aun tenía dentro de mi boca. El chico sacó el pene de la boca y acto seguido ya tenía otro dentro que chupe, lamí y demás con la misma intensidad o mayor que el anterior. En estos momentos sentí como otro me presionaba mis pequeños pero redondos pechos, pellizcaba los pezones, los lamía, daba pequeños mordiscos y yo veía como me venía mi primer orgasmo. El coño se me inundó y chapoteaba por efecto del pene que entraba y salía de mí.


Cuando este que me follaba se retiró para dar paso a otro, le pedí que se acercara a mí y me pusiera la polla en la boca, quería saborear de ella el sabor de los fluidos que inundaron mis entrañas. Yo ya estaba lanzada, no podía pensar en nada que no fuera lo que estaba viviendo y saqué el pene que tenia dentro de la boca y mientras lo masajeaba con la mano tragué el que tenia sabor a mí y lo chupe con unas ganas locas. El chico colaboraba conmigo empujando y sacando para aumentar la velocidad. Al salir de mi boca lo lamia con fuertes lengüetazos y succionaba para no dejar escapar ningún resto de fluido. Sentía como seguían lamiendo mis pezones y hurgaban con un dedo, no sé quien, la entrada de mi ano y metía uno hasta la mitad. Mientras sentía todo esto en mí, el que me follaba la sacó y llegó la cuarta penetración.


Este cuarto chico era el que tenía el miembro mejor dotado. La metió con prisa, sin hacerme daño y me folló como enloquecido. Imagino que ver a sus compañeros fallándome le puso como una fiera y gracias a la excitación de sentir su violencia me corrí por segunda vez, sin poder apenas lanzar un gemido, puesto que seguía con una polla llenándome la boca y con otra en la mano. De esta forma fui follada hasta que el séptimo terminó de hacerlo.


Yo ya sentía que no podría parar por mucho que aquellos siete chicos jóvenes y calientes hicieran conmigo. Me levanté del sofá y me coloqué en un lateral, tumbada sobre uno de los brazos de éste, con el culo mirando hacia arriba y apoyada con los antebrazos en el asiento. Este era el momento que más había ansiado durante la sesión, el momento de sentir dentro de la cueva de Alí Babá las vigorosas vergas de mis siete folladores. No podía esperar y les pedí que, por favor, me follaran bien follada, ya no tenía límites. El primero se puso en posición, me abrió ligeramente las piernas y puso la punta en la entrada de la cueva y poco a poco me fue dilatando y profundizando hasta llegar al fondo. Podía sentir como cada vez que la metía dentro de mí, me empujaba con más violencia hacia delante y gracias al brazo del sofá no perdía el equilibrio. Otro de los chicos se sentó en el sofá poniendo su polla al alcance de mi boca y la chupe de forma acelerada, dentro y fuera, una y otra vez mientras el otro me follaba el culito. Los tiempos de penetración no eran muy prolongados para evitar que se corrieran antes de que yo lo quería.


Cuando el que estrenó mi ano saco la polla, se puso detrás de mí el que la tenía más grande. Del mismo modo que el anterior la fue metiendo hasta tocar con los testículos mis carnes. La polla que tenía en la boca seguía entrando y saliendo de ella. A ritmo el otro me enculaba de puta madre. Fue en este momento cuando me corrí por tercera vez y para desahogarme por el placer dejé de chupar la polla que tenía en mi boca y lancé un fuerte grito que sobresaltó al resto y a los que miraban. Ya no podía dejar de gemir, injuriar, maldecir y moverme haciendo pequeños círculos con mi culo. El coño me chorreaba, me acariciaba el clítoris como podía con dos dedos y el de detrás no dejaba de follarme enloquecido. Viendo que no paraba y por miedo a que se corriera le pedí que dejara paso al siguiente.


La sacó y llegó el tercero que. Tras ponerme un poco de vaselina, me folló de la misma forma frenética, sin dejar de darme fuertes embestidas. Como no podía dejar de gemir, de gritar, prescindí de meterme en la boca más pollas y lo compensaba acariciando la verga al que se había sentado en el lugar del anterior. Estaba enloquecida y no dejaba de moverme compulsivamente, sentía que la polla que entraba y salía de mi culito se deslizaba con suavidad por efecto del condón y la vaselina, sin sentir ningún dolor.


Al llegar el cuarto a las puertas de mi agujerito, eché los brazos hacia atrás y le pedí que me cogiera de las muñecas con fuerza e intercalara una penetración por el coño con otra por el culo, en pequeños intervalos, tirando de mí y soltando para que él se moviera lo menos posible. Así, en la postura que yo llamo "el avión", éste me folló por turnos el coño y el ano mientras yo, en una posición que apenas me permitía maniobra alguna, sometida, me dejaba follar por él. Creo que esta posición le puso tan cachondo como a mí porque el ritmo de embestidas era bastante fuerte y mis gritos y gemidos más numerosos. ¡¡¡ Cabrón, fóllame más!!! Le suplicaba y eso le aceleraba más y más.


Tras cinco minutos sacó la verga y llegó el quinto…y el sexto… y el séptimo…todos tomándome de las muñecas y alternando el coño y el ano. Cuando el séptimo sacó su polla yo ya me había corrido otras dos veces más. El coño chorreaba, estaba pringoso, y enrojecido y yo no tenía ganas de que esto terminara nunca.


Me levanté de mi posición y sentándome de nuevo en el sofá les invité a quitarse los condones. Tomé de las muñecas a dos de ellos y los acerque a mí, quería sentir sus pollas aun calientes y duras como piedras en mi boca de nuevo. Con una mano cogía una y otra y las lamía, besaba y follaba con los labios apretados contra ellas. Primero una y después otra, de forma intercalada y rápida al tiempo que, con la otra mano, me metía dos dedos por el coño y me frotaba el clítoris de forma acelerada, quería correrme de nuevo mientras les comía las polla.


Estos se retiraron después de un rato y otros dos se acercaron a ocupar sus lugares. Sin dejar de masturbarme las tomé con la mano libre y engullí en la boca hasta el fondo, procurando succionar bastante fuerte al llegar a la punta de la verga. Esto a ellos les gustaba, yo los miraba a los ojos y ellos a mí, notaba su calentón, que no podrían aguantar más y con la excitación del cuadro que estaba viendo, me corrí de nuevo mientras aguantaba una de las pollas dentro de la boca para impedir que saliera grito alguno y correrme con más violencia. Las piernas me temblaban y el coño se desbordaba.


Tras un par de minutos de relax invité a acercarse a los tres que faltaban. Mis manos ya estaban libres y cogiendo dos de las tres pollas, con ambas manos, me las metí alternándolas en la boca; chupando, masturbando con la mano, y succionando cada vez que la sacaba. Imagino que, por el morbo de la escena, cuando se la cogí al tercero y me la metí en la boca sentí como se dilataba dentro de mí. El me dijo que no podía aguantar más y que se quería correr. Asentí con los ojos y tras unos tres minutos de follarme la boca y de permanecer expectante, quedé alucinada de placer cuando él la sacó y derramó un impresionante chorro de leche caliente sobre mi cara, que resbalo por mis mejillas (algo entro en la boca) y cayó al suelo desde la barbilla. No podía dejar de mirar sus ojos, su cara de felicidad, mientras seguía echando pequeños chorritos de semen sobre mi barbilla. ¡¡¡Qué momento!!! Me sentí plena viendo como uno de los chicos que estaba haciendo posible el sueño de mi vida se corría. Tras echar su última gota, se lo agradecí lamiendo la punta pringosa de su polla y succionando para acrecentar su placer final. Me levanté y le di un dulce beso de complicidad en los labios.


Pero esto no había terminado, aún faltaba más. Uno de los seis que quedaban en liza se sentó en el sofá, se puso un condón y acto seguido yo me senté encima de su polla y me la metí hasta las entrañas. Estaba más que caliente quemando y empecé a cabalgar sobre el muchacho con gran velocidad un par de minutos. Paré y ordené a otro que se pusiera un condón y me la clavara, literalmente, por detrás. Me incliné hacia delante y noté como entraba dentro de mi ano, ya apenas ejercía presión pues estaba muy dilatado y elástico. Los dos al tiempo empezaron a follarme y yo me movía como podía. Mis gemidos fueron en aumento cuando me vino otro orgasmo, ya no tenía claro que numero hacia, debía de ser el séptimo. El cuerpo se movía de forma automática, sin control y durante el orgasmo no dejaba de comerme la boca del que tenía delante de mí. Quería llorar de placer pero no podía, otras sensaciones me lo impedían. Fueron cinco minutos intensos.


El que tenía detrás se retiró, me levanté y otro se sentó en el sofá. El resto ya tenían el condón puesto y no paraban de acariciarse sus miembros. Me senté sobre este otro y pedí al cuarto que no se cortara, que follara con fuerza mi culo. Los tres cabalgamos de nuevo, como si fuéramos un solo cuerpo, acompasados y excitados. Estuvimos así más o menos cinco minutos, como con los dos anteriores.


Siguiendo la misma rutina nos levantamos y repetí la escena con los dos que quedaban. Me senté encima del siguiente y el que la tenía más grande me enculó con confianza, ya conocía la entrada de mi agujerito. Con los empujones que me daba al clavármela me impulsaba contra el que estaba sentado debajo de mí. Le ponía las tetas en la cara, el intentaba morder los pezones pero no podía con el vaivén. Realmente, el que tenía detrás, tenía una polla bestial porque podía notar como hacia presión sobre las paredes de mi ano que ya estaba al rojo. ¡¡¡Qué violencia dios mío!!!...¡¡¡ Qué forma de follar!!!... no quería que terminara nunca. Le imploraba que aumentara la fuerza de las embestidas y la velocidad, pero que por favor parara si notaba que iba a correrse, no quería que aquello terminara. Pedí a un tercero que acercara la polla a mi boca, quería tener todos mis agujeros ocupados por sus miembros. Se acercó y me la metió en la boca follándomela pues yo apenas tenía libertad de movimientos. Las chicas que me leáis y hayáis tenido tres pollas al tiempo entenderéis el morbo que nos provoca y la excitación tan sublime que produce, lo que hace que el placer aumente de forma también psicológica. En este último bocadillo estuvimos como 10 interminables minutos.


Reconozco que, llegado este momento, estaba ya agotada, pero aun tenía fuerzas y deseos de seguir mientras ellos aguantaran. Paramos un ratito para refrescarme y tomar algo de líquido pues sudaba como en una sauna. Uno me metía dos dedos por el coño mientras yo bebía de rodillas en el suelo, el judío aun quería marcha.


Tras cinco o diez minutos de descanso, ya me fallaba un poco el control, les pregunté si tenían aun un poco de gasolina para el asalto final, a lo que respondieron que sí. Les pedí el esfuerzo porque quería batir mi record que estaba en 8 orgasmos en una misma sesión.


Para este último asalto colocamos los cojines del sofá en el suelo, a modo de cama. Me puse a cuatro patas y el que me follaría primero ya sabía cuando hacerlo. Apenas me había arrodillado tomo mis muñecas hacia atrás e hicimos el avión. Primero por el coño y después por el culo, intercalando, una y otra vez. Tiraba de mí y aflojaba, tiraba y aflojaba pero ya no la sacaba del ano, se había quedado de ocupa en él. Me follaba con una fuerza inusual a estas alturas. Yo hacía mucho tiempo que ya no me cortaba a la hora de gritar, gemir o maldecir. Cabrón, le dije, túmbame en el suelo sin sacarla y sigue fallándome hijo de puta. Poco a poco fuimos cayendo al suelo y una vez tumbada, con las piernas semi abiertas, no dejo de follarme, de taladrarme el culo hasta que, en vistas de que iba a correrse, paró y se levantó.


Me incorporé y volví a la posición del perrito e invité al segundo a follarme. Al momento me tomó de las muñecas hacia atrás al tiempo que me clavaba la polla hasta el fondo del recto. Sentí como de forma inesperada mi coño se encharcaba por octava vez. ¡¡¡Qué delicia!!! No dejes de follarme cabronazo que me estoy corriendo, no pares por tu padre, le dije. El se enrabieto y como el anterior me acostó y siguió fallándome mientras yo sentía los últimos coletazos de este glorioso orgasmo.


El tercero me folló en la misma posición del perrito pero, en esta ocasión, le pedí que fuera por el coño para que lo vaciara pues estaba inundado y no dejaba de gotear lentamente. ¡¡¡Qué placer dios mío!!! no podía creerme que lo estuviera haciendo y a punto de conseguirlo. Entre tanto, otro se había colocado con la polla en mi cara, pidiendo sin palabras que se la chupara, de rodillas y con el cuerpo inclinado hacia atrás, como dejándome espacio para hacerlo mejor. Es increíble que aun la tuvieran tan dura y grande. El que estaba delante de mí tenía el capullo ya rojo como un pimiento y la piel algo reseca, por lo que se la chupé a conciencia para refrescarla y humedecerla. Pasados unos minutos el de atrás dejó de follarme y escupí la polla que tenía en mi boca.


Me di la vuelta y me puse tumbada hacia arriba, con las piernas muy levantadas, casi tocando la barbilla con las rodillas. La visión de mi coño y de mi ano era perfecta. El cuarto ya sabía lo que tenía que hacer, se arrodilló delante de mí y me la clavó por el coño. ¡¡¡Virgencita mía, que gustazo!!! Me folló velozmente durante unos instantes, la posición era muy cómoda para él. Paró, la sacó y sin avisar me penetró el culo, que en esa posición estaba plenamente abierto. Notaba que el pobre ya estaba casi al límite y le pedí que parara y dejara al siguiente.


El quinto hizo lo mismo. Se arrodilló frente a mí y me la clavó en el agujerito, hasta los huevos. Podía sentirlos golpearme cada vez que me la clavaba. Este al sacarla lo hacía del todo, después la ponía en la entrada y de un fuerte empujón entraba en su totalidad, la sacaba del todo y volvía a meter. Eso me encendió del todo, sentía como cada vez que me la metía por el culo abría de nuevo el agujero una y otra vez. Yo ya sentía como venía el noveno, sí, el noveno orgasmo y le pedí, más bien le ordené:

.- Cabrón, fóllame el coño que me voy a correr.


Sin dudarlo obedeció y en la tercera envestida me corrí de la forma más violenta que había experimentado esa noche. El seguía metiendo y sacando con gran velocidad. Mientras, yo no dejaba de encharcarme el coño y podía sentir el chapoteo que producía la polla al entrar y salir. Eso fue el clímax final, no por conseguir igualar mi record, sino porque el placer que sentí, unido al morbo del momento, me proporcionaron un orgasmo más intenso y duradero. No podría precisar cuánto duro, pero fue un tiempo considerable y el cabrón este no dejaba de follarme. ¡¡¡Qué orgasmo dios mío!!! fue épico.


Este último orgasmo me dejó bastante agotada por lo que me di la vuelta y tumbé boca abajo, totalmente extendida. En esta posición estaba más cómoda para afrontar al sexto. Este se sentó por debajo de mi culo, con las piernas abiertas y cerrando las mías. Me abrió los carrillos y untó un poco de vaselina en mi orificio. En esta posición estaba más cerrado que en otras. Con dos dedos la fue metiendo hacia dentro hasta extenderla bien. Con mis manos cogí mis nalgas y las abrí invitándole a entrar. Él puso su capullo en la entrada y lentamente fue metiendo toda la polla. Yo sentía que me lo partiría en dos, me dolía un poco pero el dolor era aceptable. Las paredes del recto ejercían mucha presión sobre aquel misil que, poco a poco, fue aumentando de velocidad. El movimiento era de atrás hacia delante y lo iba haciendo con tal fuerza que todo mi cuerpo se arrastraba en los cojines yendo y viniendo. Realmente aquella verga me estaba dando de lo lindo y empezaba a producirme un intenso placer, el leve dolor había desaparecido. Metí una de mis manos por debajo de mi cuerpo para alcanzarme el clítoris. Cuando lo encontré empecé a frotarlo con rapidez mientras el otro no dejaba de metérmela sin piedad. Viendo que yo empezaba a jadear se sintió más osado y me agarro del pelo con una de sus manos. Tiraba de mi cabeza mientras cabalgaba sentado en mi culo. Con voz firme y segura me dijo:

.- ¿te gusta perra que te folle así?

Yo no podía articular palabra alguna y asentía con la cabeza. Sentía pequeños calambres por las piernas y perdía la noción de lo que hacía. Sin previo aviso se tumbó sobre mi espalda y metiendo las manos por debajo de mi cuerpo me agarró fuertemente las tetas mientras seguía sodomizándome. Acercó su cabeza a la mía y tras morderme el hombro y el cuello me susurro al oído:

.- Nena, hacía mucho tiempo que soñaba con follar tu culito de esta manera, me pones siempre muy cachondo.

.- Mi culo estará listo para ti siempre que quieras pero no hables y fóllame más- contesté.

Muchas veces había follado con él desde que nos conocemos y siempre se portó bien, tenemos una buena relación.

Debido esta confianza le dije:

.- Sácate el condón y vuelve a meterla que la quiero sentir bien.

Al instante saco la polla del culo, se quito el condón y la volvió a meter antes de que el orificio se cerrara. Cuando ya la tenía bien clavada añadió:

.- Quiero correrme dentro de ti, sería la primera vez.

.- Sabes que no me gusta, aguanta un poco- le repliqué.

.- Ok reina, como quieras- concluyó.

Siguió perforando mi recto durante unos cinco minutos más. Me gustaba la sensación de tener su polla desnuda dentro de mí. La sentía deslizarse libre y me llenaba de placer.


Después de sacarla nos levantamos, ya era hora de que estos bravos muchachos consiguieran lo que querían, correrse. Se habían portado bien y era su turno.


Como solo quedaban seis, decidí que tres se corrieran sobre mi culo y tres sobre mi cara, son los dos lugares donde más me gusta que me echen la leche.


Me volví a colocar sobre el brazo del sofá en la posición de antes y el primero me la clavó. No debieron pasar más de tres minutos cuando sentí que me la sacaba del ano, se quitaba el condón, y me echaba toda su leche por encima del culo. ¡¡¡Qué calentita estaba!!! Me giré para poder verlo pero por la posición me fue imposible. Tres grandes chorros de leche tibia vertió sobre mí y ésta fue resbalando hacia abajo pasando por el coño.


Cuando se hubo desahogado se retiró y el segundo me la clavó casi de forma inmediata, se le veía con prisas, bastante había aguantado el pobre. También tardó poco y como el anterior me soltó la leche sobre el agujerito del culo. Creo que algo de semen penetro dentro y aunque no me gusta que se corra nadie dentro de mí, no me importó que entrara algo en ese momento. Cuando terminó se retiró y llegó el tercero.


Este prefirió meterla por el coño. A mí ya me daba igual el orificio que fuera, aunque agradecí que dejara descansar mi agujero negro. Empezó a follar cada vez más aprisa. Metía y sacaba con rapidez mientras me daba algún que otro pequeño azote para motivarse. Tras casi cinco minutos el pobre, no sé por qué, no era capaz de correrse. Le invité a que probara por detrás ya que el coño estaba muy relajado y ofrecía poca presión. Me hizo caso y me taladró por ahí. Entraba y salía y no era capaz de correrse, yo me desesperaba y temía que no lo hiciera. Esperar la leche sin saber cuándo llegaría me ponía de los nervios y desesperaba. Córrete cabrón le gritaba, dame tu leche hijo de tu padre. Mis palabras le animaban a follarme más deprisa. El resto de los presentes le vitoreaban y él aumentaba la violencia hasta que por fin la sacó, se quitó el condón y me inundó la parte baja de la espalda de semen, caliente como ninguno y abundante, muy abundante. El pobre no dejaba de gemir por el placer y el esfuerzo sobrehumano sufridos. Cuando hubo echado la última gota me di la vuelta y me metí su polla en la boca y la succione con fuerza. Aun le quedaban un par de gotitas que, con otro pequeño gemido, expulso dentro de mí, una cantidad apenas perceptible pero que pude saborear.


Bueno, me quedaban aun tres por correrse. Para ellos me tumbé en el suelo y les invité a sentarse sobre mi pecho. Me coloque un cojín tras la nuca para tener la cabeza inclinada hacia delante. El primero se sentó sobre mí y metió la verga hasta la garganta. En esa posición yo ya no tenía fuerzas para realizar más felaciones por lo que, él me folló la boca hasta que en el momento preciso la sacó y se corrió sobre mi cara. Tuve que cerrar los ojos porque a esas alturas ya no tenía puntería y algo me cayó cerca de ellos. Cuando terminó, con ella aun mojada, la volvió a meter en mi boca y me la folló durante unos segundos más. Tras sacarla la di unos lametones y unos besitos de agradecimiento y se incorporó.


El segundo se puso en la misma posición y al poco de empezar a follarme la boca la sacó y se corrió sobre mi cara. Era tal mi desesperación que abrí la boca en un vago intento por recoger parte de su leche dentro de ella. Mientras se corría daba pequeños golpes con el capullo en mi barbilla, agitándola para echarlo todo. Al terminar se levantó y se fue.


Ya solo quedaba uno y mi boca no daba para mucho más. Este último era el que me taladro el recto sin condón, el que quería correrse dentro de mí. Levanté las piernas un poco y le dije que lo hiciera por el culo o por el coño, lo que prefiriera. También añadí que podía correrse, cuando le viniera, dentro de mi boca, pero que si la metía por el ano se pusiera preservativo. Dejó de meneársela, se lo puso, se arrodilló y me la hundió en su orificio preferido como si estuviera poseso. Yo apenas la sentía, lo tenía casi dormido pero a él le gustaba. Tras unos cinco minutos, para mí interminables, la sacó y sin decir ni pio se quitó la goma y me la metió por el coño. Yo estaba con los ojos ya cerrados y ni me di cuenta de lo que me venía. Al abrirlos vi como me follaba por delante. Podía observar como entraba y salía una y otra vez y eso me complacía. Ya hacía tiempo que tuve mi último orgasmo y sorpresa la mía cuando me vino el decimo y último. Le agarré de los antebrazos y le dije que si dejaba de follarme lo mataba. El me dijo entre gemidos que le venía.

.- Aguanta unos segundos por tu madre- le respondí y terminé de correrme.

Acto seguido le hice sacarla. Me arrodillé delante de su polla y le insistí:

.- Córrete dentro si quieres.


Me la metió del todo y la chupé y chupé hasta que sin avisar sentí como se corría dentro de mi boca inundándola, sin dejar de meter y sacar. Él no paraba de gemir y decirme:

.- Toma mi leche cabrona, es lo que has querido todo el rato.


Me tenía cogida de la nuca y presionaba mi cabeza hacía él. Le miré a los ojos y vi como levantaba la suya hacia el techo. Durante un minuto más no dejó de follarme la boca y entre gemidos insistía:

.- Toma zorra, tómala toda - mientras intentaba expulsar la última gota, pero sin éxito, hacía rato que la había soltado. Mientras, yo me afanaba por retener la leche en mi boca y no tragarme ni una gota. Cuando la sacó escupí toda en el suelo pero me quedo un agradable sabor. No soy de las que les asquea el semen, me encanta, pero si no es con una pareja estable de mi absoluta confianza no me gusta, para mí es como un acto de amor y de complacencia hacia él.


Bueno, por fin todo había terminado y aun seguía viva…jajaja…por suerte para contarlo.

Me levanté y todos los demás se acercaron a mí para felicitarme y ver que tal estaba. Debo decir que en el fondo las chicas se sentían un poco desilusionadas porque ellas no habían participado ni gozado, pero a fin de cuentas era mi día y había deseado esto.


Pero en fin, al final la que más y la que menos pudo resarcirse de alguna manera con el que aun tenía fuerzas. Era la una de la madrugada y la noche era larga.


He de reconocer que tras tres horas de intenso placer y gran agotamiento, me sentía mejor de lo que había imaginado y mereció la pena. Tras todo. esto me fui a dar un baño con mi amiga Marie que sabe como relajarme. Después de bañarme, vestirme y ponerme guapa me reuní con el resto y pasamos una velada de lo más entretenida.


Antes de terminar quisiera saludar a Marie, mi amiga, mi compañera, mi amante, por todo el apoyo que me presta y sus ánimos. Aunque como dije soy bisexual ella es mi ojito derecho y el izquierdo. Entre nosotras hay entendimiento, no hay celos, ni posesión, compartimos lo que tenemos, incluidos amantes, rollitos y amistades. Eres especial Marie y te quiero más de lo que mi corazón es capaz de querer.


También añadir que aunque algunos o muchos podáis pensar que soy una puta o una enferma del sexo, os equivocáis y en el fondo me da lo mismo. Soy una chica, como dije, liberal y liberada, abierta a todo lo que pueda ser placentero y se haga de forma adulta y libre.


Creedme si os digo que revivir aquel día para vosotros me produce también un gran placer por lo que, tras terminarlo, con vuestro permiso me desfogare con mi compañera Marie.


Animo a las chicas que me lean a que al menos una vez en su vida prueben una experiencia como la mía. Estoy segura que os gustará si os preparáis a conciencia y nunca lo olvidareis.


Felicidades por la web, administradores.


Si os gusta prometo narraros más experiencias.


Un besito húmedo para todos/as.

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katebrown (18 de October de 2022 a las 20:51) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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