Hay cosas que si te las cuentan no las crees, que hay que vivirlas en persona, y aún así uno no sale de su asombro.
Hoy tengo 37 años, soy un solterón empedernido, nunca me gustaron los compromisos, nací para ser libre, nunca digo que no, por eso tengo fama de mujeriego.
Trabajo hace años en una oficina estatal, somos varios compañeros, todos hombres, y todos se imaginarán como es la relación de compañerismo donde no hay mujeres, está el gordo, el tarta, el negro y así uno por uno todos tenemos nuestro apodos, yo soy ‘el pela’, por qué? fácil, a los 30 tenía una calvicie prominente. Otro tema, entre nosotros también sabíamos quien la tenía chiquita y yo sufría las bromas por el otro extremo, por tener una pija descomunal, ‘si te agarra el pela te mata’ ‘ ahí viene el tres patas’ ‘el trípode humano’ eran chanzas comunes que en realidad a mi me incomodaban un poco, pero bueno, Dios me bendijo con una gruesa pija de mas de veinte centímetros.
También estaba el flaco Rodríguez, el flaco era famoso porque llegado a los 50 años no parecía envejecer, lo comparabas con una foto de veinte años atrás y era el único que se mantenía en forma, para el tiempo se había detenido. Además había otro punto por lo que era famoso, por su esposa, ella tenía 45 pero tampoco parecía envejecer, era una mujer muy bonita, siempre lo cargábamos con ‘la negra’ como el la apodaba. Siempre tenía fotos de ella en su pc, como protector de pantalla, parecía ponerlas a propósito para lucir su joya, de hecho cuando el no estaba nos quedábamos mirando las fotos, impactados por su belleza.
Me llevaba bien con el flaco, a fines de Verano, cuando entraba el Otoño me invitó a cenar a su casa, al principio traté de evitarlo, no tenía con quien ir, pero el me convenció, la negra está al tanto, no hay drama me dijo.
Así que bueno, el Viernes me fui para la casa del flaco, lleve un pote de helado para el postre y un buen vinito para la comida.
Cuando llegué saludé a ambos, había un rico a aroma a comida en el ambiente y la negra estaba espectacular!
- Cómo andás pela tanto tiempo, ponéte cómodo….me dijo mientra tomaba el vino y el helado
Me senté nervioso, con el flaco a mi lado, el me hablaba pero yo no podía evitar mirarla todo el tiempo y me costaba concentrarme, la morocha era un camión!, tenía el pelo negro brillante, largo, bien recogido y atado formando una gran cola y una ancha bincha blanca que dejaba su frente al descubierto, una simpatía que mataba! Una blusa holgada en tono animal print en leopardo, con un escote de hombro, de esas que justamente dejan un hombro al descubierto, dos enormes tetas se mostraban amenazantes, recordé que el flaco hace unos años lloraba por la plata que había pagado en implantes de silicona, ahora que miraba creo que fue una muy buena inversión…
Acompañaba con un pantalón blanco súper ajustado, no entiendo como las mujeres pueden ponerse esos pantalones… le dibujaban a la perfección las curvas y además se traslucía bastante, lo que me permitía dibujar una pequeña tanguita oscura….
Con ese cuadro entenderán mi posición, estaba nervioso y excitado al mismo tiempo, cada vez que ella iba para la cocina no podía sacar la vista de su impresionante orto, era perfecto, además lo movía con cadencia y cuando volvía sus pechos no dejaban de saltar, además el flaco me enloquecía, ‘viste que culo’, ‘viste que gomas’, ‘en la cama es una perra’ y así seguía endulzándome el oído, no alcanzaba a entender bien la jugada pero parecía que me la servía en bandeja, mientras yo intentaba poner paños fríos ellos tiraban mas leña al fuego.
Llegó la hora del postre, ella sirvió una porción de helado para el flaco y otra para mi, luego se excusó, - ahora vengo dijo y se retiró un momento.
No dije nada y comencé a degustar el postre, el flaco se sonrío meneando la cabeza. Pasados unos minutos la negra apareció y casi me desmayo… solo traía puesto un baby doll blanco transparente que llegaba a sus caderas y desnudaba su piel ante mi, terribles tetas, sus pezones duros apuntaban a mis ojos, ahora si podía contemplar la diminuta tanguita negra que tapaba su concha. Avanzó hasta la mesa, levantó un pie posándolo sobre la silla, comenzó a refregar su concha contra el borde de la mesa, tomó el pote de helado, pasó el dedo índice por la crema helada de mi copa y luego lo chupó provocándome, mirándome directo a los ojos…
El flaco con un golpe en la espalda, me sacó de la parálisis en la que me encontraba sumergido… - dale hombre! Que te pasa???... en mis años de galancete nunca había pasado por una situación parecida, por primera vez estaba en desventaja y a la defensiva…
La negra entonces me tomó de la mano y me hizo seguirla a su cuarto, ella caminaba delante mío y yo no podía sacar la mirada de terrible culo, sus anchas caderas se movían mientras sus glúteos quedaban al descubierto ante mis ojos, apenas protegidos por esa casi invisible colaless negra…
Ya en su dormitorio sin decir palabra se desnudó por completo y llevó mis manos a sus pechos, jugué un rato con ellos, eran enormes, apreté sus pezones, no conforme guió mi cabeza hacia ellos, los saboreé como dos melones, lengüeteaba sus pezones chiquitos y finitos como agujas, rodeados por una gran aureola. Cuando estuvo satisfecha se sentó al borde de la cama y se dirigió directamente a mi bulto, soltó mi cinto, luego mi botón, bajo la cremallera y agarró al monstruo escondido que saltó erguido y desafiante, - pela! que pedazo de verga tenés!!! y sin decir mas comenzó a besarla, beso a beso se fue poniendo bien dura hasta quedar como piedra, entonces ella abrió la boca todo lo que pudo y trató de introducirla, apenas si pudo pasar la cabezota, le costaba por el tamaño exagerado de mi miembro, al punto que me hacía mal con los dientes. Se lo hice saber, por lo que se limitó a masturbarme con ambas manos con suaves movimientos y recorrer mi glande con la lengua.
Excitada me hizo bajar un poco, acomodó el miembro entre sus pechos, me los apretó con ambos y comencé a masturbarme en ellos, que hermoso y suave se sentía!!!.
En eso el flaco se sumó a la fista:
- Viste? Te dije que el pela no nos iba a fallar…
- Si papito… tiene una verga impresionante, quiero sentirla adentro…
Seguía con mi pija entre sus senos y ahora también le chupaba la suya al flaco, tenía una buena pija también, no era como la mía pero seguro la negra no pasaría hambre….
- Acá mando yo dijo, soltándome y separándome, - desnudate, quiero sentirte… dejó de hablar y otra vez se concentró en chuparle la verga a su marido, le hice caso presuroso, era la primera vez que iba a compartir una mujer, la mujer de un amigo…
Cuando terminé de desnudarme tuve que esperar, puesto que a esa altura la negra estaba gimiendo en cuatro patas, el flaco se la enterraba hasta el fondo, al rato me dio el lugar, - pase amigo, sírvase!, me acomodé, la tomé de las caderas y contemplé su terrible culo, era hermoso! mi pija latía en deseo, ella se acomodó para recibirme, su ano quedó ante mi vista, se notaba que no era virgen, mas me calenté – preparate negra, te voy a matar! dije amenazante, - a si? veremos quien mata a quien! fue su respuesta, la tomé fuertemente de la cintura y la empujé hacia abajo, apunté mi miembro y se lo enterré lentamente, deslizándolo hasta el fondo, su concha era mas profunda de lo que pensaba, estuvo a punto de comérselo todo…. Le di con furia una y otra vez, hasta con bronca diría, por lo puta que era, - tomá puta! le gritaba, quería matarla con mi pijota pero logré el efecto contrario, lejos de amedrentarse la guacha disfrutaba con su argolla dilatada, gritaba y pedía mas! y mas! – dale! no pares! decía… me hervía la sangre, le arrancaba orgasmos uno tras otros de su interior….
El flaco me tomó de un hombro y me detuvo, - pará, pará… descansá un poco… y me reemplazó… así nos intercambiamos un par de veces dándole bomba, hasta que mi amigo la cambió de posición, la recostó de espaldas, le levantó las piernas y la cogió nuevamente, yo miraba, que muslos tenía!!! como se arqueaba esa putona! seguía comiendo pija como desesperada!!!!
Volví a relevar a mi amigo, otra vez le enterré mi sable hasta el ombligo y lo moví rítmicamente en su interior, la putona se masajeó rítmicamente el clítoris, se contrajo un y otra vez hasta largar un gran orgasmo, yo estaba al palo…
Lejos de rendirse, tomó la iniciativa nuevamente, giramos juntos, ahora yo estaba recostado y ella me cabalgaba, sus pechos se bamboleaban ante mis ojos, tomé firmemente sus nalgas con mis manos mientras hacía jugar sus pezones en mi pecho ó alternaba lamiéndolos todos, ella miró a su marido que estaba expectante y le dijo con tono de orden: - dale, sabes lo que quiero…
El obedeció como leyendo un libreto, fue tras ella y lo perdí de vista, ella se detuvo con mi pija adentro y puso sus manos en mis ojos impidiéndome la visión, se relajó apoyando sus tetas en mi pecho, percibí al flaco haciéndose lugar entre mis piernas, sospechaba de que se trataba y me excitaba, debí esperar unos minutos para confirmarlo…. Si… era cierto, mi excitación subió al máximo, la pija de mi amigo buscaba lugar en el otro agujero, mi pene lentamente fue recibiendo la presión del otro que con dificultad se hacía lugar en el culo de la negra, esta jadeaba como una perra en celo, sus palabras me enloquecían: - si, si, quiero que me rompan toda, me encantan esas pijas entrando y saliendo….
Así estuvimos un buen rato, por el peso de ambos me resultaba incómodo moverme dentro de ella, pero mi amigo disfrutaba de una mejor posición y le daba pija en el orto sin parar, en mi verga dura disfrutaba como la otra entraba y salía de su interior , parecía tocarla, estaba tan cerca….
- Dale, movete! me dijo con cierto enojo…
- Pará, estoy incómodo, fue mi respuesta…
- Paren, paren, dijo mientra hacía salir a mi compañero de atrás.
Lo hizo recostar a su gusto, quedamos en una rara posición con nuestras piernas entrecruzadas y nuestras bolas casi tocándose, nuestras pijas quedaron una contra otra, erguidas apuntando al techo, ella se acercó a contemplarlas nuevamente, la mía le sacaba mas de una cabeza, otra vez ella jugó con ambas masturbándolas al mismo tiempo, alternaba chupándosela toda y luego lamía la mía, tenía ganas de metérsela en el culo… pero ella mandaba, volvió a la carga, pasó una pierna a cada lado y se fue dejando caer, primero apuntó mi verga en su concha y luego la otra en su culo, se dejó caer… aulló…. Yo miraba y no entendía como tenía una concha tan profunda, nunca me había pasado, así estuvo un buen rato, otra vez comiendo ambos miembros, yo estaba por acabarme hasta que ella paró la acción: - basta… se me acalambraron las piernas…. - vos quedate ahí le dijo a mi amigo – y vos vení me dijo.
Bueno, creí que esa noche de sorpresas llegaba a su fin, pero ella se acercó a mi oído y me susurró algo que me heló la sangre, nunca lo hubiera esperado, pero me descolocó totalmente:
- Sabés que me gusta? hizo una pausa….
- Me encanta ver como le rompen el culo a mi marido….
No lo podía creer… que puta degenerada… y mi amigo? El flaco se la morfaba? Yo siempre fui al frente, nunca había huido de ninguna batalla y esta no sería la primera vez, de hecho me había comido algunos purretes por unos pesos… mi amigo sumisamente levantó las piernas sin chistar y ella le lubricó el culo por un momento, - dale, me dijo así que tomé las piernas de mi amigo y me acerqué para someterlo mientras ella apuntaba mi pija erguida hacia su esfínter. Pobre flaco… gritó y se retorció cuando lo penetré, pero no le tuve piedad, se la mandé todita hasta el fondo para complacer a esa perra, fui un poco con suavidad hasta notar que su esfínter se acomodaba a mi alrededor, ella disfrutaba con la acción, miraba como le rompía el culo a su marido, lo masturbaba y al mismo tiempo se masturbaba ella, - te gusta? te gusta?, le preguntaba, el flaco gemía, de golpe acabó todo, saltando la leche hasta su pecho, sentía las rítmicas contracciones de su esfínter en mi verga, la guacha lo exprimió hasta la última gota….
- Ahora vas acabar vos me dijo, y me acomodó cerca de la cara de su marido, ella arriba me masturbó mientras pasaba la lengua por la cabezota, como movía las manos con suma maestría! No aguantaba mas… - me acabo, alcancé a decir… la muy turra justo cuando largaba la primera gota bajó mi pija y se la puso al alcance de su marido… así acabé, ella me siguió masturbando apuntando directamente a la boca del flaco, chorro tras chorro terminaron en su boca y lo obligaba a tragar…. Al mismo tiempo le acariciaba el pelo mientras le decía: - te gusta papi? Dale, dale, tomate toda la memita como le gusta a mamita….
Cuando terminó selló la jornada con un profundo beso de lengua….
Quedé reflexionando un rato, acomodando mis ideas, que perversa y putona era esa mujer, la bisexualidad oculta del flaco… por gusto propio ó por imposición de esa mujer fatal?
Soy un caballero, mi boca fue una tumba, seguimos trabajando como siempre, nunca mas hablamos del tema, nunca mas me invitaron a cenar, nunca tuve las respuestas….