Nuestro Tío el Negro nos descubrió.... ( CON fotos)

Llegó mi primo Santiago, que es más o menos de mi misma edad. La cosa es que finalmente tenía con quien hablar, escuchar música, y salir a pasear, sin sentirme fuera de lugar. Ya que el resto de mis primitos, todos son niños pequeños. La cosa es que mi primo Santiago y yo nos empatamos, digo sin que nuestra familia lo supiera, por aquello de que como somos primos, no se pusieran a decir tonterías.

Santiago y yo, no perdíamos oportunidad para salir solos, sin la molestosa presencia del resto de nuestra familia. En ocasiones de noche, ya después de que todos se acostaban, tanto él como yo nos escabullíamos de nuestras habitaciones, para encontrarnos fuera de la casona. Al principio lo más que hacíamos, era hablar de las cosas que nos gustaban. Pero desde el mismo primer día, nos comenzamos besar a escondidas, luego buscamos un lugar donde ambos nos sintiéramos más a gusto, y subiendo por uno de los riachuelos que atraviesan la finca, encontramos una escondida poza.

En la poza, continuamos besándonos, y acariciándonos mutuamente. Así que poco a poco en la poza, mi primo y yo nos fuimos quitando la toda la ropa, y bueno, pasó lo que pasó. Él y yo comenzamos a tener sexo, pero de una manera tan salvajemente viciosa, que luego no perdíamos oportunidad de volver a divertirnos, y disfrutar mutuamente. Y de no haber sido por eso quizás nadie se hubiera dado cuenta de lo nuestro. Pero nuestro tío al que todos de cariño le decimos el Negro, como que se dio cuenta de lo que había entre Santiago y yo.

Y un día en que toda la familia salió para la ciudad, yo me quedé en la casona del abuelo, con mi primo. Pensamos que ya todo el mundo se había marchado, y sin tan siquiera asegurarnos de que nos encontrábamos solos, nos fuimos al medio de la sala, y sobre el sofá, después de apenas estar un corto rato besándonos, nos fuimos desnudando mutuamente. Ya lo de Santiago y yo, era más que todo por vicio. Lo digo porque quizás de haber considerado a Santiago como mi verdadero novio, lo más seguro es que ni yo me hubiera puesto a mamar su verga, como lo hice en un sin número de veces, y mucho menos lo hubiera dejado que me diera por el culo. Pero así estábamos los dos, tendidos sobre el sofá, disfrutando de un sexo salvaje, cuando de golpe escuchamos la voz de nuestro tío el Negro que nos dice. Miren que bonito se ven mis sobrinos favoritos, teniendo sexo en el medio de la casa de mi papá.

A Santiago del tiro se le pasmó su verga, y yo del susto, casi me pongo a llorar, al ver que nuestro tío, nos había encontrado teniendo sexo, como si fuéramos un par de bestias salvajes. Nuestro tío sin dejar de vernos, se nos fue acercando, diciéndonos a los dos. Ahora ustedes me han puesto en un predicamento, o se lo digo a mis hermanos, o me quedo callado. Si se los digo, dirigiéndose a Santiago le preguntó ¿Qué le vas a decir a tú tío Osvaldo? Que el coño de su hija es bien rico, que lo hace mejor que una puta. Pero de inmediato se dirigió a mí, y me preguntó. ¿Y tú que le vas a decir a la mamá de Santiago, y a la tuya? Que tu primo te la mete todita, y que a ti te gusta…

Tanto mi primo como yo no supimos ni que responder, pero de inmediato nuestro tío continuó diciendo. Pero si me quedó callado, ¿Qué gano yo? Y a medida que seguía hablando se nos fue acercando, soltando los botones de su camisa. Yo seré rubia, pero de tonta no tengo ni un pelo, por lo que de inmediato me di cuenta de cuáles eran las intenciones de nuestro tío el Negro. Pero Santiago, por lo visto no cayó en cuenta, del juego de nuestro tío, hasta que yo dirigiéndome directamente a mi tío de manera seductora, le dije. Bueno tiito lindo, y querido ¿qué te parece? si en lugar de hablar con nuestros padres, mejor no te pones a jugar con nosotros dos.

Al yo decirle eso, el rostro de mi tío se iluminó, y fue cuando mi primo, al parecer finalmente comprendió lo que realmente estaba sucediendo. Yo se que nuestro tío, de seguro, no se lo iba a decir nada a nuestros padres, aunque le hubiéramos dicho que no. Pero cuando me puse a pensar en lo rico que sería el tener sexo, con mi primo y mi tío, al mismo tiempo. Decidí de inmediato proponérselo, de la manera en que lo hice. Yo pienso que no había terminado yo de preguntarle ¿qué te parece? si en lugar de hablar con nuestros padres, mejor no te pones a jugar con nosotros dos. Cuando ya mi tío el Negro se estaba quitando sus pantalones.

Santiago como que será muy listo para otras muchas cosas, pero me pareció que no fue hasta que yo se lo explique con calma, que mi primo entendió, lo que sucedía. Así que mi tío se recostó sobre el sofá, mientras que yo agarrando su tiesa verga, me la fui introduciendo dentro de mi depilado coño, ante la mirada excitada mirada de mi primo. Quien al ver como la verga de mi tío entraba y salía de mi coño, se colocó tras de mí, y agarrándome por mis caderas, dirigió su parada verga directo al hueco de mi culo.

Por un largo rato, disfruté de lo que mi primo, y mi tío me estaban haciendo, mientras que yo cabalgaba, moviendo mis caderas como una loca, sobre la negra verga de nuestro tío, mi primo sabrosamente me daba por el culo. Gracias a Dios los tres estábamos solos en casa, ya que mis gemidos y gritos de placer, seguramente se escuchaban por toda la finca. Así estuve con ellos dos por un buen, y largo rato, disfrutando de un sin número de orgasmos, como nunca antes los había disfrutado. Hasta que tanto mi tío, como mi primo me dejaron completamente inundado mi culo y mi coño, con su semen.

Los tres quedamos felizmente agotados, pero fue cuando a mí se me ocurrió seguir con la fiesta, por lo que sin decirles nada, me dirigí al baño, y traje dos pequeñas toallas empapadas en agua. Con las que colocándome entre mi primo y mi tío, me puse a limpiar sus vergas, antes de ponerme a mamárselas. Al parecer Santiago, se excitó tanto con eso de que yo les mamase la verga a los dos, que casi de inmediato se vino dentro de mi boca. Pero mi tío, una vez que la volvió a tener bien dura y parada, no dudó ni por un segundo en enterrármela por mi culo. Diciéndome al tiempo que lo estaba haciendo, lo sabroso que yo culeaba, y lo putita que era…

Bueno el resto de nuestras vacaciones en la finca de nuestro abuelo, tanto mi tío, como mi primo, volvieron en infinidad de ocasiones a enterrarme sus vergas sabrosamente. Había días en que si por la mañana le mamaba la verga a mi tío, en la tarde o en la noche, mi primo me enterraba la suya. Pero yo prefería y aun prefiero, cuando los dos están juntos.