Paso por la casa de mis padres

Paso por la casa de mis padres y al salir me encuentro con un cuadro en uno de los pisos, donde una de mis vecinas maduras, Laura de 44 años, que en mi juventud me quitaba el aliento, lloraba por que el padre de sus hijos no tenía dinero, ella no trabajaba, una de sus hijas estaba enferma, le digo como soy médico te la veo y cuando puedas me lo pagas, acepta... veo a su pequeña hija de seis años y veo que tiene un cuadro febril por la infección Gastroenteritis cuneiforme que tiene y con dos remedios se aliviara y extiendo la receta, ... me dice de donde quieres que saque dinero para los remedios..., la miro sorprendido y digo me debes la consulta y ahora quieres dinero para la receta ¿no crees que te estas pasando?.Se encoge de hombros mirándome. Bueno digo acompáñame a casa a ver que tengo para tu hija..., para volver no tengo dinero dice. Igual acompáñame le digo ya caldeado mi genio.
Vamos en mi auto a casa y en este al subir veo que esta mujer de bonito cuerpo, buen trasero y unos senos de admirar, va semi desnuda con una bata delgada y bajo esta su ropa interior y nada mas..., recordaba cuantas noche soñé con tenerla penetrada mientras maniobraba mi pobre miembro hasta que este explotaba en unos ríos de semen, para sentarse cómoda se suelta algunos botones de su bata, pero exagera y se desbotona hasta mostrarme sus delgadas bragas, con mi genio alterado veo unas exquisitas piernas, y la punta de sus bragas, no crees que muestras demasiado digo, me contesta si acaso no me gusta... demasiado digo en mi juventud eras mi divina mujer...
Sentada a mi lado me dice, ¿en verdad soñabas conmigo?, pregúntale a mi pobre pene las veces que lo sacudí pensando en tus piernas, me dedique a manejar y esta dama se me aproxima a mi cuerpo en el asiento, dejándome sus piernas pegada a la palanca de cambio, cada vez que la usaba tenía que tocarle su pierna apartándola, a la cuarta vez no la aparte sino que hice el cambo y mi mano quedo entre sus , una calle mas allá le recorría desde su rodilla hasta medio muslo una de ellas..., no crees, me dice, que te estas pasando, déjame mi pierna, en eso llegamos al edificio donde mi departamento está, entramos al estacionamiento mientras la recorro con mi mano esa pierna hasta su nalga. Al bajarse del vehículo me muestra sus diminutas bragas sonriéndome, al subir los cuatro escalones para llegar al ascensor ella adelante va moviendo exageradamente su trasero estimulándome, en el ascensor me ubico detrás de ella y la abrazo..., oye me dice pueden vernos y en eso se abren las puertas, llegamos a mi departamento y al entrar ella me dice..., me has manoseado y recorrido mi cuerpo como si no tuviera dueño, se entera mi marido arde Troya. No la dejo continuar atracándola contra la pared y beso sus labios, al principio Laura así se llama, se revela luego abre sus labios y mi lengua juega con la de ella en su cavidad.
Allí en mi departamento no me detiene nada y recuerdos de mi juventud me llevan a recorrer su cuerpo, su bonito cuerpo que aun mantiene, déjame me dice, por los problemas que tenemos de dinero peleamos seguido con mi marido y nos acostamos enfadados el uno del otro y si mal no me equivoco llevo cerca del mes que no se aparearme con mi marido y mi cuerpo me solicita sexo, ahora tu lo apremias con tus caricias e incitas a calentarse, que deseas ¿cobrar por adelantado los remedios y pagarte de la consulta con mi estimulado cuerpo? Ya deja o llévame a la cama estoy estimulada y caliente deseando que me consuelen arrellanándome un buen pene.
No lo pensé dos veces y la lleve a la cama la desvisto y saco toda su ropa desnuda miro su vagina muy bien cuidada rasurada dejándose al medio una rayita bien cuidada.
Ya estaba excitado y verla así mas aún y rápidamente me despojo de mis ropas y sin cortesía alguna me acuesto sobre su cuerpo penetrándole de un golpe mi pene en su vagina, el bramido creo que se escucho en todo el edificio, ¡Ahg, salvaje!, ¡Oh, ah, hmm! Resonaban en la pieza donde ferozmente dos personas daban esparcimiento a sus placeres más bestiales del placer de estar uno satisfaciendo al otro. Fue media hora no más, pero que media hora donde mi pene revolvía su matriz y su vagina apretaba, soltaba y estiraba de mi pene como si esta fuera una mano que manera más exquisita de menearse de esta mujer en los ardores del apareamiento, su cadera se meneaban en forma escandalosas, como me meneaba, me apareaba desesperadamente con todas mis fuerzas, mis caderas se agitaban lujuriosamente, estaba loca de placer, gemía y gritaba, me acariciaba, besaba los gemidos, las contorsiones de Laura al estimularse su ardiente pasión, sus suspiros y llantos, sus gruñidos de consuelo, esa mujer estaba a cien grados y deseaba macho para calmarse. Sus esbeltas piernas pataleaban al aire en su desesperación por saciarse. Estaba disfrutando cada momento de aquel acto sexual con esa mujer. Ella aparentemente también disfrutaba la situación, no dudaba en demostrarlo. Sus gritos, sus gemidos y su respiración lo decían todo. Finalizado el acto de la entrega total del uno al otro nos relajamos..., imagínate que a mis 39 años con casi veinte de años de casada apenas tengo cuatro hijos, cuando debería tener solo tres, pero mi marido es poco amigo del sexo, y a veces pasamos por aprietos económicos y debo trabajar, reemplace a una amiga como secretaria mientras ella paría su hija, lo que esta no me dijo que esa hija era del hijo del dueño de la empresa un joven galán de 22 años gozador del sexo femenino como solo él con dinero podía gozarlo, pronto fui invitada por este a almorzar en lujosos restaurante y el me permitía tomarme la tarde libre mientras tuviera en su compañía y se deleitaba de sus conquistas en su departamento diciéndonos que nosotras éramos su postre y que postre se servía... seis veces fui su postre, durante ese periodo de dos meses e el primer mes me embarazó..., ahí mi cuarta hija hoy enferma ya que querías saberlo..., te cobraste de mi deuda de la atención a ella, ahora deberás de darme los remedios y te pagaré por adelantado pues deseo ser tuya nuevamente... y comienza por acariciarme mi pene y luego lo lleva a su boca llevándola a un cataclismo carnal en mis excitaciones, arrebatos y frenesíes sensuales. El pelo de su pubis era mas oscuro tirando a negro o castaño oscuro, se dibujaba una línea de unos dos dedos de grosor que recorría todo mi monte de Venus como un pequeñísimo erizo, sus labios mayores estaban rasurados y solamente quedaba algo de esa franja peluda al inicio del capuchón de su clítoris. Esa visión de su vulva con el depilado corto pero dejando ver que era una mujer hecha y derecha, apetecible, desesperada por sentirse acoplada por un apareamiento, le gustaba y parecía de lo más sensual esperándome que la dominara clavándole mi miembro en su vagina para poder descargarme de mis desesperados deseos carnales… me aprovecho para empotrarme salvajemente sus entrañas rebosándole su matriz de mi tibia leche, semen y espermas. Sentía esos líquidos deslizarse por sus muslos, nalgas y caer sobre las sabanas, este semental la tenia agarrada de sus caderas en cada eyaculación mas fuerte me apretaba a su cuerpo, ya casi inconciente por placer que había dado en este apareamiento gemía, jadeaba, chillaba recompensada por mi adolescente fuerza de semental joven arremetiendo contra esta hembra que en mi juventud fue la dueña de mis grandes masturbaciones, a mis 29 años puede desahogarme del placer de tenerla como mi mujer... ya mas calmado le digo no tienes por que sufrir cuando no tengas dinero tu me llamas y yo veré cuanto puedo colaborar contigo para que no sufras algún problema económicos, eso sí pagaras por adelantado y luego cobrare los intereses.
Eres un truhán me dice, pero sabes saciarme y lamento no haberte atendido en tu adolescencia por que la abríamos pasado muy bien.
Con sus remedios la regreso a su hogar y la cito para comprobar los resultados de la hija en diez días más y ahí nos pondríamos de acuerdo, para vernos otro día.