Mi novio y yo, por aquello de darle cierto giro a nuestra relación, ocasionalmente haciamos alguna que otra apuesta, la cual por lo general, cobrabamos o pagabamos en la cama
Relato
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Por lo que cuando durante uno de los partidos de futbol, de la copa América, él apoyaba a un equipo, y yo a otro. Cuando me dijo que si él ganaba, quería que yo buscase a una amiga mía, para junto con él hacer un trió. Yo le dije que no, que a lo sumo yo aceptaba la apuesta si él aceptaba traer a un amigo suyo, si quería hacer un trió conmigo, pensando que con eso se le quitarían las ganas de eso de hacer un trio.
Bueno, yo perdí, y Gustavo mi novio, o mejor dicho el equipo que al que él le iba, desde luego que ganó. Lo único que me dijo, fue. El siguiente fin de semana, lo vas a pasar de maravilla. Yo la verdad es que no pensé que lo de la apuesta iba en serio, pero cuando al llegar el día viernes me llamó a mi trabajo, y me dijo. Está noche Raimundo, nos viene a visitar. La verdad es que en esos momentos, no me pasó por la mente lo de la apuesta aquella. Por lo que yo ajena a su plan, apenas llegué a casa, me di una buena ducha, desde luego que me cambien de ropa, pensando que íbamos a salir. Pero apenas los dos llegaron, me di cuenta de que el plan era otro, ya que aparte que no estaban vestidos como para salir, trajeron algo de cenar, y de beber.
A medida que comenzamos a comer, y a beber, por su manera de mirarme los dos, supe que algo se traían entre manos. Ya yo había comenzado a reírme como una tonta, además de que tanto mi novio como su amigo, comenzaron a tocarme, y manosearme, por todas partes. Cuando yo justo iba a decirle a Gustavo, lo que su amigo me estaba haciendo, al tiempo que él me besaba. Mi novio me recordó que yo había perdido la apuesta sobre el futbol. No hizo falta que dijera más, de inmediato recordé que fue lo que yo había aceptado apostar. Así que cuando me dijo. Bueno Li ya sabes que es lo que tienes que ir haciendo.
Resignada comencé a ir quitándome toda mi ropa, frente a ellos dos, hasta que finalmente quedé completa y totalmente desnuda. Y tras darme un buen trago, los dejé que siguieran manoseando todo mi cuerpo. Hasta que en cierto momento, tras yo agacharme, me encontré con sus vergas fuera del pantalón. Por lo que no me quedó más remedio que ponerme a mamárselas, prácticamente al mismo tiempo.
A medida que yo continué mamado de forma alternada sus vergas, tanto Gustavo como Raimundo se fueron quitando toda la ropa, hasta quedar tan desnudos como yo. Ya en esos momentos supe lo que me esperaba. Aunque traté evitar el que mi novio o su amigo, me fueran a dar por el culo, pero al parecer eso era lo que más los motivaba a los dos. Porque de inmediato tanto Gustavo como Rainaldo quisieron darme por el culo, sin tan siquiera esperar a que yo me preparase.
Tras ponernos los tres de acuerdo, comencé a sentir como la verga de mi novio, taladraba mi culo, al mismo tiempo que yo le daba una tremenda mamada a la verga de su amigo. Así fuimos pasando el resto de la noche, cuando no era que uno me enterraba su pedazo de carne por el culo, lo hacían por mi coño, hasta que sin decirme nada ambos hicieron lo que dicen es un sándwich donde yo vendría siendo el jamón.
Aunque no es voy a negar que ocasionalmente hubiera fantaseado con que me hicieran eso, una cosa es imaginárselo, y otra muy distinta, y diferente el que te lo hagan. Cuando Gustavo y Raimundo me penetraron por mi coño y mi culo a un mismo tiempo, yo sentí que me moría pero de felicidad. No dejaba de gritar como una loca que no se detuvieran. Perdí el sentido de quien era quien, así que indistintamente tanto a mi novio como a su amigo les seguí diciendo que me dieran más y más duro.
No sé que me dio, pero el morboso placer experimentado por mí en esos momentos, al ser penetrada por mis dos principales agujeros, me llevaron a soñar despierta, de que lo ideal hubiera sido la presencia de un tercero, al que gustosamente mientras me daban por el culo y el coño, me encantaría mamar su verga.
Bueno como se lo pueden imaginar, Gustavo y yo terminamos en muy buenos términos. Tanto que ocasionalmente él y Raimundo, o cualquier otro de sus amigos, me viene a visitar a mi apartamento, donde ya se pueden imaginar lo que hacemos, los tres y en ocasiones hasta cuatro.
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131200 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:07) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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