Este relato narra lo pasado por una pareja de matriminio en la visita a un barco mercantil.
Relato
PESADILLA EN UN BARCO MERCANTE PARTE I
La historia que quiero contarles es mi primera experiencia sado realizada contra mi voluntad (YR por mi nombre en siglas) y la de mi esposo (JH). Les cuento que mi pareja y yo somos apasionados por el mar. Vivimos en la segunda isla más grande del mar caribe. Siempre visitamos la playa denominada Palmar de Ocoa y solemos pasear en nuestra embarcación un zodiac de color gris con motor. Me encanta cuando salimos quedarme solo con la parte de debajo de mi bikini (top less) y así tomar el sol por todo el cuerpo dotando de un color de piel bien tostado mis senos.
Esa mañana de sábado paseábamos en la bahía, yo llevaba la parte de debajo de un bikini color blanco. En el lado norte de la bahía estaba anclado un barco mercante de transporte de gas propano, el cual se guarece en esa zona para esperar turno de entrada a puerto y así protegerse de los vientos.
Mi esposo sugirió navegar cerca del barco para así apreciar su envergadura. Ya cerca me levante y me coloque mi parte de arriba del bikini, a fin de que nadie del barco pudiera verme semidesnuda. Al acercarnos notamos que algunos de los tripulantes estaban al borde del barco y nos saludaban. Uno de ellos bajo unas escaleras de cuerda y madera bajando por ella para conversar con nosotros. Nos acercamos y nos agarramos de la escalera. La persona nos dijo que había bajado solo para invitarnos a subir a que conociéramos el barco. Nos pareció interesante y decidimos amarrar nuestro zodiac y subir. Cuando me agarre a la escalera fue cuando me di cuenta de la altura que había que subir para llegar tope. Pero aun así comenzamos a subir, yo de primera, el marino segundo dirigiendo como deberíamos hacer la escalada, y después mi esposo. Fue tremenda subida parecíamos alpinistas subiendo una inmensa montaña.
Llegamos al borde y había unas 8 personas esperándonos, dos de ellos me tendieron la mano para que subiera el último escalón y pasara a la proa. Tendí mis manos y ambos me halaron y sin mediar media palabra uno de ellos me agarro por detrás aprisionando mis dos brazos e inmovilizándome.
Yo grite preguntando qué pasaba?
Pero la persona hizo caso omiso y siguió sujetándome fuertemente diciéndome al oído: tú serás la puta y esclava de este barco, harás todo lo que cada uno de nosotros queramos o de lo contrario tu castigo puede tener consecuencias fatales para ti. Trate de zafarme pero fue imposible.
Entonces pensé dentro de mí: ¡esto se va a terminar cuando mi esposo suba!
Y les dije: mi esposo no va a permitir esto. Y uno de ellos me propino una tremenda bofetada cortándome la boca y diciéndome: cállate perra, aquí tú eres una esclava y te obligaremos a estar sumisa sin voluntad y ni deseos. De inmediato me pusieron unas esposas a mis muñecas, muy apretadas. Así también lo hicieron a mis tobillos. Quede parada con los brazos atados en mi espalda y mis dos piernas bien unidas que casi no podía dar un paso. Estaba a merced de estos malditos delincuentes.
Todavía había en mí la esperanza de que todo esto acabara cuando mi esposo subiera. Pero mis esperanzas se desvanecieron cuando inmediatamente el subió y sin percatarse de nada, cuatro de ellos lo agarraron y procedieron a inyectarle algún producto que supuse que sería una droga o un tranquilizante. Solo pasaron algunos minutos cuando él estaba totalmente atontado con una mirada hacia el horizonte como si estuviera soñando. En este momento me di cuenta que lo habían drogado con una dosis muy fuerte.
El que parecía ser el líder del grupo, se me acerco y me dijo: como haz notado perra, ustedes están secuestrados y ambos serán nuestros esclavos. Aquí somos 18 tripulantes de varias nacionalidades y cada uno de ellos tiene el derecho de hacer con ustedes los que desee. Y Uds. tendrán que obedecer todos los caprichos de este barco. Y sino, puta del carajo, te venderemos en un país cualquiera donde no puedas regresar a tu vida jamás.
Llore, y empecé a sentir la impotencia que me daba no poder hacer nada ni siquiera moverme. Le dije llena de coraje: si me dejan en otro país volveré al mío y los declararé a las autoridades.
El interlocutor se rio con una carcajada llena de sarcasmo y me volvió a dar un golpe en la cara y caí al piso del barco pues no pude retener el equilibrio atada como estaba. Me ayudaron a levantar y me dijo: ¡puta del carajo es que no has entendido! Mira a tu esposo ¿dónde está su voluntad?
Le da la orden a otro de ellos y le dice pon al puto de esposo de ella a que mire hacia acá.
Y el agarro mi parte de arriba del bikini y me la quito de un solo tirón, quedando mis senos totalmente al aire, los agarro y apretó con fuerza haciéndome llorar de dolor. Y me dijo vez puta que nosotros sabemos eliminar la voluntad de los seres humanos. Míralo como ve lo que yo te hago, puedo hacer lo que quiera y él ni siquiera se inmuta. Dentro de poco el será el que nos ayude a que te hagamos de todo a ti. Ese marido tuyo te sostendrá para permitirnos hacerte las cosas más aberrantes que se nos ocurran. Su voluntad será complacernos en todo y solo por mendigar un poco de droga cuando lo hagamos un asqueroso adicto. Ya verás puta del carajo.
Continúo diciendo: bien deja de llorar que todavía nadie te ha hecho nada. Dijo riendo: vamos a llevarlos a ambos a su lugar de descanso…. Y volvió a reírse.
Yo casi no podía caminar atada como estaba y a mi esposo lo llevaban dos de ellos, casi cargado por que no podía sostenerse solo. Llegamos a un cuarto estrecho con una sola ventana pequeñísima. El lugar tenía un baño, un toilet ambos descubiertos y una llave que fungía como ducha. El lugar para dormir es un grupo de cartones en el piso.
Uno de ellos trajo una cadena e intento ponérmela en el cuello, para lo cual me rebele, pero estaba atrapada y al final el logro ponérmela alrededor de mi cuello, apretándola bien y poniéndole un candado. Casi no podía tragar pues la cadena estaba demasiado justa. Con el extremos de la cadena agarrada la persona me halaba para que me acercada a una orilla de la habitación donde estaban los cartones en el piso. Me halo hacia el piso y me caí de rodillas pues no podía mover mis manos ni mis pies. La bestia esa, porque así debo llamarlo, puso la cadena como a medio metro del piso pasándola por un hueco en el acero de la pared y allí coloco otro candado. Procedió a soltar mis piernas dejando mis manos en mis espaldas unidas por las esposas. Casi no tenía movimiento pues lo más alto que podía pararme era hincada. No podía llegar siquiera al sanitario. Con mis senos desnudos quede hincada llorando.
A mi esposo le pusieron las esposas en sus muñecas también atadas a la pared de acero del barco. Algo retirado de mí. El seguía en el limbo pareciera que no se había dado cuenta de nada. Los malvados lo desnudaron completo y lo dejaron tirado sobre los cartones. El no hacia ningún movimiento. Uno de ellos antes de salir volvió a inyectarlo en sus nalgas. Murmuro: eso es para que comience tu cambio total…. Ser una puta total.
Las horas pasaban lentas supongo que serían como las 12 del mediodía. Mi panorama y el de mi esposo era tenebroso, definitivamente no tenía ni idea de lo que nos esperaba. Es un mundo que uno no puede imaginarse, lleno de sadismo, asquerosidades y atrocidades, y sobre todo porque uno se convierte en un animal preso sin derechos y solo para satisfacer las necesidades y desviaciones de otros.
Todo empezó en una charla....hasta que Carla me convirtió en Un Marido Dominado, Sumiso y Cornudo
Relato erótico enviado por domo54 el 16 de January de 2009 a las 18:15:48 - Relato porno leído 88076 veces
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marinerosado
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
verla
(2 de October de 2011 a las 01:21) dice:
me parece excelente espero queiras punlicar las demas partes, me gustaria mucha dominacion hacia la mujer ya sabes cojida or todos y usada al maxio espero lo quieras hacer gracias katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:49) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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