Mi mujer descubre mis fantasias, mirando en mi pc, y me convierte en su esclavo sumiso y cornudo
Relato
Ese lunes por la mañana, Pablo, un joven ejecutivo de cuentas de una multinacional, se volvía a ir de viaje a Paris de viaje de trabajo. Miriam su joven y bella mujercita se levantó para desayunar con él. Su batita semitransparente dejaba ver la silueta de su esbelto cuerpo, resaltado por las braguitas de encaje blanco y sujetador a juego que se había puesto esa mañana. Después de desayunar acompañó a su marido a la puerta y se despidió de él con un cálido beso.
Esa tarde, después del trabajo y el gimnasio, cansada, Miriam volvió a casa para encontrarse en el salón el ordenador portátil de Pablo. Se lo había olvidado en casa y aun estaba encendido. Que raro, nunca se lo deja, no va a ningún sitio sin él se pensó Miriam. Con gran curiosidad, abrió el explorador de Internet y se dijo “a ver con que pasa tantas horas en la oficina”. Que sorpresa, cuando vio el historial de Internet, webs que no conocía, pero al poco de navegar por ellas, compró que su marido se pasaba las horas navegando en paginas de Dominación Femenina, de fetichismo, de relatos, de tríos y para mayor sorpresa de Miriam de cuernos y de tíos desnudos. Miriam no sabía como reaccionar, el enfado por la falta de confianza de su marido, que jamás le había confesado sus fantasías secretas, por mucho que ella le hubiera preguntado, se juntaba con un cosquilleo en su interior y leyendo esas historias sobre mujeres dominantes (ella siempre había sido una chica muy suya y le gustaba salirse con la suya y controlar la situación), así como esos magníficos cuerpos de machos, con sus enromes pollas (mucho más grandes que la de su marido), y las confesiones sobre cuernos y cuernos consentidos, hicieron que su coño se empapara. Masturbándose frenéticamente y mientras se corría, pensaba para si “te vas a enterar de lo que vale un peine, Pablito”.
Miriam llamó a Miguel, su amigo informático, y quedó con él esa noche. Recordando las fantasías de su marido y los relatos leídos, esa noche se vistió muy sexy para quedar con Miguel. Altísimos tacones, un vestido cortito y de amplio escote y un maquillaje “de guerra”, así como un minúsculo tanga y sujetador a juego la acompañaron a la calle, donde gozó con las miradas de admiración y envidia que daba a los hombres y mujeres que la veían. Coqueteando con Miguel toda la noche, éste le explicó como hacer un apañito con el ordenador de Pablo. Cuando se despidió de Miguel, en vez de los normales dos besos en las mejillas, se dejó besar por él en la boca, y disfrutó del beso, por primera vez era besada por otro hombre desde que estaba con Pablo (eso era lo que deseaba él también, no?)
Cuando Pablo volvió el viernes de viaje, saludó efusivamente a su novia, y después de deshacer las maletas y ducharse, se encerró en su despacho “cariño, tengo que enviar unos correos, que como me he dejado el portátil aquí tengo un montón de correo atrasado”. Te espero en el salón, mi amor, respondió Miriam. Nada más conectar el portátil, Pablo se metió otra vez en la web de marqueze, para leer uno de esos relatos que tanto le excitaban, pero para su enorme sorpresa, un mensaje de error le saludó nada más acceder a la web “VE AL SALON Y PONTE DE RODILLAS PERRO ASQUEROSO” decía la pantalla, y por mucho que tocara el mensaje no se iba. Estaba claro, Miriam le había descubierto por su descuido. Asustado, por como se tomaría su mujercita su secreto, Pablo fue al salón.
Allí le esperaba Miriam, pero que cambio. Le esperaba sobre unas altísimas sandalias de tacón de aguja que dejaban casi totalmente descubiertos sus preciosos pies, resaltados por con unas uñas rojísimas. Nada, más, pero se había rasurado el coñito, que había quedado sin un solo pelo. Pablo se quedó atónito de ver así a su mujercita. Miriam da un paso adelante y plassssssss le arrea un bofetón a Pablo mientras le dice, así que quieres ser un esclavo, yo te voy a enseñar lo que es ser esclavo. Se sienta y le ordena: bájate los pantalones y los calzoncillos y recuéstate sobre mi regazo, Pablo, atónito, pero excitado por el tono autoritario que escuchaba por primera vez en su mujer, obedece. “ he visto todo” dice Miriam mientras azota el culito de Pablo hasta dejarlo rojo “conozco tus secretos, y todas tus fantasías. Se que quieres ser mi zorrita sumisa y que te haga cornudo, y todo lo demás también lo se. Quiero que sepas que yo disfruto de esto y que está en mi naturaleza dominar a los hombres. Así que esta es tu oportunidad. Si quieres que siga, has de ser consciente de que todo va a cambiar aquí para siempre. Así que si no es lo que quieres, puedes levantarte e irte, pero si te quedas, serás mi esclavo para siempre.” Pablo sentía miedo, pero la excitación por ver asi a su mujer eran superiores, por lo que contestó, “lo acepto, Miriam”. “túmbate, dice Miriam” y se pasea con sus tacones sobre Pablo, mientras este no pierde ojo de su sexo depilado, hasta que Miriam llega a su cara y planta su taconazo en la boca de Pablo, que este rápidamente se afana en mamar “si, veo que es cierto, te gusta mamar, no te preocupes mi amor, que desde hoy nunca te va a faltar de mamar en esta casa”. A continuación se sienta con su sexo sobre su cara, asfixiándole, mientras Pablo, ávido hunde su lengua en el sexo de su mujer. A continuación le ata un consolador a su polla enhiesta y le mete otro en el culito. Las sensaciones son demasiado fuertes y Pablo explota en un violento orgasmo, tumbado, violado por su mujer, excitado y asustado por la cadena de sensaciones que está experimentando. Miriam se acerca a la cara de Pablo y le susurra tiernamente al oído “así que deseas que te ponga los cuernos, no? Pablito? Pues que sepas que te voy a complacer, y que vas a asistir en directo como me folla el portero de la discoteca que tanto me mira siempre” . Miriam se levanta, hace una rápida llamada y al minuto aparece Clot, el negro de la discoteca, un hombretón de 190 y 100 kilos de puro músculo. En la entrada del salón Miriam rodea con sus brazos el torso enorme del negrazo y se deja comer la boca por él, delante de Pablo que no puede dejar de mirar, notando como su polla le traiciona y se vuelve a poner dura. Miriam se sienta en la cara de Pablo otra vez, para que le coma el coño mientras ella le mama el rabo al negrazo, es el rabo más grande que jamás ha visto Pablo, hasta en las paginas guarras en las que navega. Cuando la tiene bien dura, Clot pone a Pablo a cuatro patas, le pone vaselina en el culo y le penetra lentamente mientras Pablo se deja hacer, entregado a su destino, escuchando como Miriam alienta al negrazo a follarse a su marido. Pablo gime de dolor, hasta que una extraña sensación de placer se apodera de su cuerpo, entregado al bombeo del negro. Miriam se ha puesto en el sofá, abierta de piernas, mirando la escena, con las piernas completamente abiertas, y sus taconazos sobre el sofá, masturbándose frenéticamente. Clot se gira, “ven negrazo” dice Miriam, y Pablo puede ver en primera fila, como esa enorme verga se mete en el coñito de su mujer, como por primera vez una polla ajena penetra en su coñito. “ven aquí” dice Miriam y cuando Pablo se acerca, mete un pie en su boca y le dice “lámelos” mientras se entrega con pasión al rabo de su amante negro y gime y solloza de placer, como Palo no la había pido nunca. Clot aúlla violentamente, saca su rabo del coño de Miriam y de su coñito abierto brota un manantial de leche blanca. A cuatro patas, Pablo limpia su coño con olor a polla de negrazo mientas Clot, de nuevo con ganas se la vuelve a clavar. Le da la vuelta y sigue fallándole mientras ella se sienta encima de Pablo otra vez, par que le coma el coñito otra vez. Miriam explota en un fuerte orgasmo, gritando a su marido “esto es lo que querías, zorrita? Como me gusta”. Al momento comienza a masturbar a Pablo, que se corre, con la polla de Clot en su culo, pero de su polla a penas salen unas gotitas. AL momento Pablo nota como las embestidas de Clot se aceleran y como un espeso manantial de leche caliente le inunda. Clot se retira y del agujero de Pablo sale un río de semen que chorrea por sus piernas. Pablo limpia su polla con la lengua por última vez y queda en el suelo extasiado.
Unas horas después Pablo despierta desnudo en el suelo y pegajoso se das una ducha y va a la cocina, donde le espera Miriam como si nada.