No dejes a una mujer excitada; no sabes lo que puede llegar a hacer.
Relato
Todo sucedió en la misma tarde.
Salí temprano de mi trabajo y Víctor, un amigo que conocí hace un par de años en la universidad, me esperaba a la salida, era viernes y yo ya tenía planes en los cuales él no estaba contemplado y es que no esperaba su visita repentina, pero, para mi desgracia o fortuna mmm qué delicia, siempre me ha atraído, tiene un porte muy varonil, no muy alto, cuerpo marcado, moreno claro, con unas piernas increíbles que me agrada sentir entre las mías y unos ojos color miel que reflejan toda su pasión cuando centra la mirada en mí.
Solíamos hacer los trabajos de la escuela en mi casa y siempre me daba órdenes: "haz el resumen del primer capítulo, ¡escribe, yo te dicto! Haz las conclusiones… y peticiones por el estilo, las cuales yo cumplía con mucho gusto con tal de tenerlo cerca y sentir su aliento sobre mi cara.
En uno de tantos trabajos en mi casa, Víctor estaba jugando con un lápiz mientras yo estaba presionada por terminar las conclusiones de una tarea, y a pesar de estar solos yo definitivamente me centré en el horrible escrito para que no pensara mal de mí, pues si me veía muy lanzada lo más seguro es que no quisiera nada serio conmigo, de pronto se paró detrás de mí, apartó mi cabello largo y comenzó a lamerme el cuello, la verdad no sabía qué hacer, lo deseaba mucho y sólo tenía ganas de sentir la humedad de su saliva por mis pezones que para ese entonces ya se habían puesto duros, no paraba de imaginar que me metía el lápiz en la vagina para sacarlo e introducirlo en su boca, claro todo eso estaba nada más pasando por mi cabeza excitada.
Dejé de escribir y él me dijo, ¿tienes unas tijeritas? Es que me lastimé con el lápiz, ¡vaya hora para decirme que se lastimó! Pronto mi fantasía se desvaneció, total que subí a mi recámara por las mugres tijeritas y al bajar extendí la mano para dárselas, ¡¡¡¡Ohhh no se vaya a desangrar el pobre!!!! él no las tomó, sino que me sujetó del brazo mientas se encimaba en mí dejándome sentir su erección que definitivamente presionaba mi abdomen y lo presionaba hasta dejar sentir cierto dolor.
Me tomó con mucha fuerza y como si fuera dueño de mi casa me llevó a las escaleras listo para cogerme, se bajó el pantalón y al instante sobé su pene mientras lo dirigía a mi boca con ansias de sentir qué tan duro lo tenía dentro en mi paladar. Me gustaba masturbarlo y sentir como su verga se endurecía y cambiaba de tamaño, así que al instante en que se lo chupaba le sobaba los testículos y abría la boca muy grande para recibir sus fluidos que se me antojaban a más no poder, para mi sorpresa antes de que se corriera sobre mi rostro se detuvo y el muy desgraciado me dijo ¿qué no vas a seguir con el trabajo? Yo no podía creerlo pero se apartó y fue al baño, mientras me susurraba no quiero que te emociones… Yo estaba ansiosa por abrir la puerta, encontrarlo masturbándose por mí y chupársela muy rico, pero una vez más el deseo que dó sólo en mi mente.
Así que yo con toda mi excitación reprimida y con mi gran orgullo, que por cierto, no sé hasta qué punto sea bueno, me aparté de la puerta del baño y me dirigí hacia la computadora nuevamente, me odiaba por eso, cuando él salió se dirigió hacia mí y me dijo: me excitas mucho pero ya ponte a trabajar sino no acabamos, mira no soy tan malo te guardé algo y acercando su mano a mi boca dejó que le lamiera los residuos de su semen.
Sucedió lo mismo muchas veces más, me excitaba, nos fajábamos a más no poder y a punto de venirse se alejaba, tal vez, el no poder tener un orgasmo con él era una de las cosas que más me atraía y me calentaba, porque debo admitir que después de esas veces de "trabajo" en mi casa, lo veía en la escuela y el tenerlo cerca me ponía húmeda, ¡cómo me frustraba cuando no teníamos que entregar avances del trabajo y no tener un pretexto para tenerlo en mi casa! esos días llegaba enojada, me encerraba en mi cuarto mientras me masturbaba con un espejo enfrente para ver como se dilataba mi clítoris, pensando en él.
Pero ese día… a la salida de mi trabajo, todo fue distinto, Víctor me dijo, ¿tienes tiempo en la tarde? Es que necesito encontrar un nuevo lugar para rentar, ya no quiero seguir viviendo en la casa de mi primo; obviamente a pesar de mis planes, accedí, tal vez podíamos revivir algunos momentos de pasión como antes... pronto recordé que un amigo estaba buscando a un compañero de cuarto para rentar, así que se lo comenté, a él le emocionó mucho la idea y me dijo: creo que tienes que hacer unas llamadas, ¿crees que nos pueda recibir hoy en la tarde? Yo le dije no sé, es cuestión de llamarle, así que él me sugirió ir a la casa de su primo para que yo le llamara a mi amigo y así fue, cuando llegamos hice la llamada y arreglé la cita para las 6 de la tarde, mientras yo hacía la llamada, Víctor se dirigió al cuarto de su primo como para pedirle un favor, yo sólo escuchaba susurros y pronto apareció y me preguntó ¿no tienes hambre? Yo le dije que sí y el me respondió pues ven al cuarto de mi primo que te voy a dar de comer mamita, el lugar era pequeño, no tenía muebles más que un colchón individual sobre el suelo.
Ahora sí se me hizo chiquita, estás sola para mí, para mis ganas y para lo que quiera de ti, si vieras cómo te me antojabas en tu casa cuando hacíamos trabajos estúpidos y cómo me daba miedo que llegaran tus tíos y nos descubrieran, anda abre las piernas que la tengo muy dura y pienso metértela muy fuerte, hoy no te salvas, no hagas ruido porque se le puede antojar a mi primo que esta en el cuarto de enfrente, mis huevos están que revientan.
No podía creerlo sólo pensaba en lo rico que me la iba a meter, así que me desnudé completa, él se encimó sobre mí con fuerza mientras me miraba a los ojos en el momento que me la introducía y me decía grábate esta mirada pues cuando estemos haciendo otras cosas vas a recordar este momento, me apretó los senos, me los chupó, dejó caer su saliva sobre ellos mientras me los frotaba al mismo tiempo que metía y sacaba con fuerza su pene de mi sexo.
Por primera vez se corrió sobre mí pero no dentro, sobó la piel donde cayó su semen y me acercó su mano para que la lamiera, yo, me quedé muy excitada, toda mojada y sin tener un orgasmo, pero una vez más el y sus gandalladas hicieron de las suyas: "apúrate mami, que tenemos que ver a tu amigo."
Así que otra vez con las ganas atoradas me levanté, no sabía qué hacer y me vestí, pensé en ir al baño para masturbarme y sacar toda mi excitación pero mi mente perversa me lo impidió, pues tal vez, después de la famosa cita, él tenía más ganas y si yo las guardaba iba a tener un orgasmo como nunca en mi vida, al regreso, así que me apresuré recogí mi ropa me vestí rápidamente y nos dirigimos hacia la casa de mi amigo Francisco.
En el camino, Víctor me dijo que se sentía culpable por haber engañado a su novia y yo sólo pensé ¡maldito! Porque no me lo dijo antes de metérmela, y sólo le dije ¡bien! gracias por avisarme que salías con alguien, claro está que estaba muy molesta y para colmo lo mojado no se me quitaba y así entre discusiones y demás llegamos a la casa de Francisco.
Cuando llegamos, los presenté y cómo era de esperarse Francisco le dio el famoso "tour" para que mi amigo conociera el departamento, yo los esperaba sentada en un sillón de la sala, de repente, alguien me toma por la espalda, me tapa los ojos y hablando con una voz muy sensual me dice: ¿Qué, ya no te acuerdas de mí? Era Cristian un chico con el que solía jugar al doctor cuando era niña, ¡cómo me gustaba que me metiera la mano el doctorcito y que me dijera tenemos que revisarte afondo!, claro que a mis 23 años los juegos cambian…
Qué bueno que te dejas ver chiquita hace años que no sabía de tí, me comentaba mientras yo sólo lo miraba con nervios y con ganas… "no pensé encontrarte aquí", yo menos, le contesté, mientras no dejaba de ver que bien se había puesto, listo para desnudarlo y decirle quiero que seas mi doctor como antes, eso pasaba por mi mente mientras sentía cómo mi tanga se volvía a humedecer. Cristian me dijo ¿te vas a quedar un rato más verdad? Yo le contesté, no sé, tengo que verlo con un amigo pues estamos buscando un lugar para que rente.
Al instante bajaron Víctor y Francisco, y pude ver en la cara de Víctor por primera vez una expresión como de celos ¿y quién es él, me preguntó? Ahhh, es Cristian , un amigo de hace años, le respondí, al momento Víctor me toma de la mano mientras me dice vámonos tenemos que ver otros departamentos además un amigo quedó de pasar por nosotros en media hora para seguir buscando lugares.
Yo sólo pensé: ¡vaya ahora sí no le importa la novia, ahora sí me quiere a su lado, ahora sí me toma de la mano!, en eso Cristian me dice, no te vayas… por qué no te quedas con Francisco y conmigo mientras Víctor va con su amigo a ver los departamentos, no tienes nada que hacer ¿verdad?
Y la verdad por el enojo que me había hecho pasar mi amigo en la casa de su primo y porque prácticamente no le importé nada cuando tuvimos sexo accedí a quedarme con Francisco y Cristian.
Víctor salió molesto, tragándose su enojo y me dijo, paso por ti en la noche para llevarte a tu casa, está bien le dije, nos vemos al rato mientras cerraba la puerta, así que regresé a la sala y le dije a mis amigos y bien ¿qué hacemos? Pues podemos ver una película sugirió Francisco, así que instaló el dvd, apagó las luces, sirvió algo de tomar y los tres nos sentamos en un sillón chico, por lo tanto estábamos muy juntos.
Comenzamos a ver la película, no pasaron ni los primeros 20 minutos cuando sentí la mano de Cristian sobre mi pierna, pronto ví cómo su pene se levantaba empujando su pantalón que lo aprisionaba y que pedía a gritos salir de ahí, Francisco no se quedó nada atrás y comenzó a tocar mi seno izquierdo mientras besaba y lamía mi brazo, en unos 5 minutos más ya tenía a los dos excitados, acariciando todo mi cuerpo, yo la verdad tenía las ganas acumuladas y no me resistí, qué rico se sentía.
Aún así me aparté y es que la verdad me dio miedo porque nunca lo había hecho con dos personas a la vez, Cristian comprendió mi preocupación y me dijo, vamos a hacerlo más tranquilo que te parece si hacemos una representación donde tú eres mi novia y conoces a Francisco en un bar, le das un beso, yo te descubro y te celo…
Me parece bien, (la verdad es que eso de actuar me excita mucho pues siento que no soy yo y puedo sacar mis fantasías sin remordimientos), el juego comenzó, se supone que yo estaba con Cristian en una mesa en un bar, me senté sobre sus piernas, lo rodeé con mis brazos y lo besaba apasionadamente, ¡vaya que eso de actuar justifica los deseos ocultos!
Mientras yo lo besaba él metía mano por debajo de mi sostén mientras apretaba con fuerza mis pezones, yo quería más, tenía ganas de tomar su mano y decirle a ver nene, aprieta más fuerte que quiero que me dejes tus dedos marcados… comencé a sobarle el pene que crecía sin control, cambié de posición, él sentado sobre un banco y yo sentada sobre él con las piernas abiertas que lo rodeaban y aprisionaban, comencé a masturbarme con todo y ropa con su duro miembro y de pronto me percaté de que habíamos olvidado a Francisco así que le dije "espera amor voy a hacer pipí", en el supuesto juego claro está y me dirigí al baño, la verdad sí tenía ganas de orinar así que dejé la puerta cerrada pero sin seguro, Francisco abrió y me dijo, se supone que aquí es donde te conozco y es en esta parte donde le pones el cuerno a tu ficticio novio Cristian.
Cierto le conteste, yo aún no terminaba de hacer pero a Francisco no le importó, se acercó a mí y se sentó sobre mí mientras metía su mano para sentir el chorro caliente que salía de mí, no podía creerlo, después se hincó sobre el piso pasó la lengua pos sus labios insinuando descaradamente que me deseaba a más no poder, me quitó la blusa, levantó mi sostén abrió mis piernas y metió su lengua al instante que bebía y chupaba con gusto lo que yo hacía, lo cual era una combinación de fluidos y a mí me excitaba de sobremanera.
En ese momento Cristian abrió al puerta y al ver la escena y seguir en su papel me dijo perra desgraciada eres una puta, sin importarle lo que estaba viendo se dirigió a mí, me tomo de la mano y me apartó de la boca de Francisco, yo me levanté, más bien me levantaron a la fuerza, y estaba escurriendo por lo que dejé el piso mojado ¡ven niña! me decía, te voy a dar tu merecido, mientras nos dirigíamos a una de las recámaras de la casa, Francisco nos siguió, ellos en su papel de rivales comenzaron a discutir al momento que me quitaban los pantalones y la tanga que llevaba debajo de las rodillas y que por obvias razones no me había alcanzado a subir, me empujaron sobre la cama mientras me decían eres una perra y te vamos a dar tu merecido.
Yo nunca había visto a dos hombres con una erección en vivo y al mismo tiempo así que eso fue doble excitación para mí y comencé a masturbarlos a ambos se las chupaba por tiempos, te gusta el sexo era lo que me decían mientras sobaban mi cabeza como insinuando, qué niña tan mala, yo estaba muy mojada y sólo asentía con gemidos.
De pronto Cristian se deslizó hacia mi vagina y comenzó a chuparme el clítoris a la vez que daba pequeñas mordidas en mis labios yo no podía más, sentía que el orgasmo se aproximaba, era tan rico, que podría vivir haciéndolo sin parar, jadeaba con mucha fuerza al mismo tiempo que le chupaba su rico pene a Francisco.
No pasó mucho tiempo y Francisco le dijo a Cristian deja de chupársela cabrón que la vas a secar y yo quiero joderla, él, muy metido en lo que hacía sólo levantó su mirada y sin parar de lamer apenas alcanzó a decir, no te quejes pendejo si sólo te la estoy preparando, yo la verdad no quería que terminara, ¡qué bien lo hacía, nada se compara! pasaron un par de minutos más y se apartó de mi vagina.
Pronto Francisco tomó su lugar y de un solo movimiento introdujo su miembro en mi sexo que chorreaba a más no poder, la metía y la sacaba como un auténtico perro, lo quería con fuerza y en más de una ocasión se le deslizó el pene hacia mi ano intentando meterla por atrás, lo cual consiguió y como yo ya estaba bien caliente quería que me desgarrara del dolor, eso me excitó aún más, al mismo tiempo yo besaba a Cristian y le hacía un oral en recompensa de lo que me había hecho sentir con el oral, Francisco empezó a gritar de placer, al momento que sacaba su pene y descargaba su leche sobre mis piernas y abdomen, luego se levantó y se salió de la habitación.
Me quedé con Cristian que ya se había venido en mi boca, y me dijo… oye nena, estás que ardes, yo creí que después de beberme su semen se iba a apartar pero me dijo ahora te toca a ti, y sin que se le bajara la erección me dijo, móntame, yo accedí rápidamente, él frotaba mis senos redondos y pesados que se movían de arriba abajo, no aguanté más y comencé a masturbarme el clítoris sin dejar que sacara su pene de mi vagina.
No pude contenerlo más y me corrí a pesar de que llevaba mucho tiempo reteniendo el orgasmo para sentir más placer, lo dejé todo mojado, yo estaba muy sensible y decidí detenerme pues sentía que sino sacaba su vergota de mí conchita me la iba a romper, pero Cristian me detuvo y me dijo, no mamita yo ya te hice sentir, ahora quiero correrme otra vez, así que te aguantas y aunque te arda te lo voy a meter, eso va a hacer que te acuerdes de mí cuando me salga.
Así que seguí montada, él seguía frotándome las tetas y apretándolas, cuando bajó su mano a mis nalgas no pudo más y sacó su leche deliciosa, los dos quedamos exhaustos, yo lamí su pene, nos abrazamos y nos besamos, después me dirigí al baño para limpiarme y encontré a Francisco en el cuarto de a lado, me dijo, esto se tiene que repetir ¿eh? estás bien rica.
Comencé a vestirme y escuchamos el timbre, era Víctor que venía por mí, lo hice esperar un poco, bueno la verdad fueron como 15 minutos porque también tenía que maquillarme para que no sospechara nada, todos nos arreglamos, tomé un vaso con jugo de piña para no oler a tanto sexo y me acompañaron a la puerta.
Víctor me tomó de la mano y se despidió no de muy buena gana de mis amigos, ya en el carro, camino a mi casa él estaba muy atento y me comentó: ¿sabes? Te extrañé mucho, yo asentí con la cabeza y le dije, yo también, y… ¿qué hicieron? Pues sólo vimos una película, y con una cara de ternura me dijo, no te vuelvas a quedar con tus amigos, la verdad estuve celoso toda la tarde y… la pasé mal sin ti, siento lo que hice en casa de mi primo, ¿te confieso algo? Lo miré a los ojos y le dije, te escucho, mientras de sus labios salía un: me estoy enamorando de tí…
EL ESPOSO DE LETICIA ESTABA FUERA DE LA CIUDAD LO QUE APROVECHAMOS PARA FORNICARLA TODA AQUELLA NOCHE, LE DIMOS POR ELCULO BAÑANDOLE EL ROSTRO DE ESPERMA.
Relato erótico enviado por Anonymous el 28 de October de 2008 a las 00:14:11 - Relato porno leído 97982 veces