Les cuento el inicio de una Semana Santa muy caliente
Relato
Mi nombre es Elisa tengo 38 años, esta semana santa un amigo me invito
a pasar los días santos en su casa de Cuernavaca, su nombre en
Alejandro y tiene 40 años, pase por el y nos encaminamos a la Carretera, yo iba
manejando y comenzamos a hablar de temas cachondos, el me preguntaba de
mis novios anteriores y de cómo tenía sexo con ellos, la plática me fue
calentando y el empezó a acariciarme, primero las piernas, luego en mi
abdomen, subió a mis pechos, lo deseaba, hace tiempo que nadie me
acariciaba de manera tan exquisita.
Había transito sobre Insurgentes a la salida y yo tenía
pena de que de otro auto fueran a ver como me acariciaba, bajo y frotó
mi panocha sobre mi pantalón, me puse a mil y deseaba que continuará,
desabrocho mi cinturón y bajo el cierre de mi pantalón, me levanté un
poco del asiento para permitir que me bajara mis pantis. Su mano recorrió
mis tupidos vellos y colocó un dedo en mi clítoris, movió su dedo en
círculos, yo empecé a sentirme en la gloria, nos acercamos a la caseta y
le pedí que me dejará cubrirme, no me dejaba, pero finalmente lo hizo
poco antes de pagar al cobrador.
Ya en plena carretera me volvió a bajar mi pantalón y
esta vez lo dejo más abajo, primero me metió un dedo y con el otro
estimulaba mi clítoris, estaba muy excitada y húmeda, quise sentir su miembro
y lo toque sobre el pantalón, estaba grande y duro, se me antojo, así
entre cachondeos llegamos a su casa en Cuernavaca.
Estaba muy caliente, arregle mi ropa y me pidió que
tocara el claxon, nos abrió un amigo de Alex, Miguel el cual me encanta, ya
había tenido sexo varias veces y tiene una verga enorme y aguantadora.
Metí el auto y llegaron a saludarnos otros dos amigos mutuos, Raúl y
René con ellos también había tenido algunas aventuras. Alex me indicó que
estaríamos en la habitación principal, subimos y al fin pude estar a
solas y en manos de Alejandro, me desnudo completamente y comenzó a
chupar mis pechos, fue bajando poco a poco y se detuvo en mi ombligo,
introdujo su lengua y sentí un cosquilleo muy agradable, bajo su lengua y
me la metió completamente en mi panochita, no pude más y me vine, el
chupo mis líquidos.
Me pidió que abriera mis piernas, se bajo su boxer y pude
ver por su miembro duro como el acero, le pedí queme lo metiera pero se
puso a chuparme mis pantorrillas, le suplique, me lo medio de un golpe,
fue delicioso, se empezó a mover poco a poco, duro un tiempo que me
pareció una eternidad, terminó llenándome de su semen. Quede exhausta, me
recuperé, su leche escurría de mi interior, me limpies y me puse mi
coqueto minibikini negro. Nuestro tres amigos nos esperaban en la alberca,
por sus caras parece ser que les gusto verme, soy morena chaparrita,
tengo senos pequeños pero bonitos y un trasero que se que trae muertos a
los hombres.
Estaba muy cansada y tendí una larga toalla sobre el
pasto y me acosté boca abajo, dejando a la vista de todos mis atractivos.
Miguel se ofreció a ponerme bronceador y darme un masaje. Soy
diseñadora y había tenido una semana muy complicada, hago diseños de boxers para
hombre con motivos eróticos, eso siempre me calienta, pero en estos
días había tenido mucho trabajo y el masaje de Miguel empezó a relajarme,
sentí como liberó el broche de mi top y me empecé a quedar dormida,
descansé profundamente.
Cuando desperté estaba completamente desnuda, mi traje de baño había
desaparecido, mis cuatro amigos me rodeaban, desnudos y con sus vergas
bien paradas, yo ya había tenido sexo con todos pero me asuste al
verlos a todos desnudos y rodeándome. Intenté escapar pero Raúl me detuvo,
llevó su mano a mi panocha y me metió un dedo, René me acarició el
trasero, hicieron que me hincará y que se la mamará a Miguel, esto si me
gusto y me excité mucho, René me penetró por mi culo, tenía dos vergas
dentro de mí, Raúl se acomodó y me la metió por la panocha, ya eran tres y
Alex comenzó a chuparme los pechos, los cinco nos movíamos al unísono
fue una cogida estupenda, todo se vinieron dentro de mí.
Ya recuperada fui a buscar mi ropa para ponerme algo, me
escondieron todas mis pertenecías, me quede los cuatro días no tan
santos entre ellos cogiendo de muchas maneras que les contare en otra
historia.
EL ESPOSO DE LETICIA ESTABA FUERA DE LA CIUDAD LO QUE APROVECHAMOS PARA FORNICARLA TODA AQUELLA NOCHE, LE DIMOS POR ELCULO BAÑANDOLE EL ROSTRO DE ESPERMA.
Relato erótico enviado por Anonymous el 28 de October de 2008 a las 00:14:11 - Relato porno leído 98145 veces