La pileta de casa nos permitio estar juntos y el juego se fue de las manos. La emperné hasta el tronco y a partir de ese momento, quiere que se la ponga casi todos los días.
Relato
Soy adolecente de 16 años. Sofía tiene solamente 11Dos lindas piernas, aunque un poquito rellenitas y un culito gordito relleno y firme porque hace mucho deporte.
Yo soy flaco, 1 ,80 de estatura, y la verdad que muy bién dotado para mi edad, mi herramienta tiene unos 20 cms de largo por unos buenos 5 cms de lomo. La cabeza parece una ciruela grande, de esas color borrabino.La verdad a primera vista impacta.
Era domingo, casi las tres de la tarde, un calor sofocante como de 38 grados a la sombra.
Yo estaba en casa solo, todos se habían ido al club con otros parientes, por lo tanto metido en el agua hasta el pecho trataba de soportar el calor y el sol.
Suena el portero, y cuando atiendo, es la empleada de casa, que tiene cosas que hacer y me pide si le puedo cuidar a Sofía hasta las 7 de la tarde, hora en que regresará. No pongo objeción y la nena se queda en casa cuando su madre se va.
La invito a la pileta pero me dice que no trajo la malla, a lo que yo contesté diciéndole que podíamos bañarnos los dos sin ropa ya que no hay mas gente en la casa, a lo que ella con mucha verguenza accede.
Y allá fuimos, ella y yo en bolas al agua. La piba miraba de costado mi entrepierna y se tapaba su conchita con ambas manos. Eso me permitía mirar sus dos pequeñas tetitas con un par de pezones que estaban paraditos.
Yo me metí al agua hasta el cogote y ella se quedó en la parte menos profunda de la pileta. Al rato empezó a tomar confianza y comenzó a nadar de u lado al otro, se le veía el culito afuera del agua, paradito y morochito. Y claro, yo pendejón empecé a hacerme la croqueta y a tocarme la pija bajo el agua. A los cinco minutos tenía la verga muy erecta. Me latía la cabeza de la calentura que llevaba.
Entonces haciéndome el boludo, me fui acercando a ella, diciendiole que estaba muy bonita, muy crecida, que que hermoso cuerpo tenía, y ella colorada solo se sonreía.
Entramos más en confianza hasta que se acercó a mí, en ese momento mira por el agua y ve mi verga totalmente parada, y se la queda mirando, se fue aproximando más y más hasta que estirando su mano, me agarra el nabo.
Me quedé perplejo, pero ella seguía con su mano en mi pija y mirándome a los ojos, me confesó que ella estaba enamorada de mí. Sin dar crédito a lo que escuchaba, pensé: que suerte, está recaliente conmigo, algo puedo hacer con ella.
Entonces le pedí un beso de novios y ella me besa en la boca con lengua y todo, y eso me lanzó a mil.
La abracé y le apoyé la verga en la panza casi en las tetitas por la diferencia de altura, así nos fuimos a la parte menos profunda del agua.
La volví a acercar a mi y comencé a tocarle las tetitas, el culito, la conchita y ella se dejaba hacer con una sonrisa en los labios.
Luego de haberla franeleado un rato y tenerla con los pezones parados, reduros, yo tenía mi badajo de un tamaño impresionante. La venas parecían querer salirse del tronco.
Le pedí que me chupara la pija, lo que comenzó ha hacer enseguida. Claro la cabeza apenas le entrabaen la boca, pero se las arregló para tragarse la mitad de la misma.
Yo estaba recaliente y ya no razonaba bién, y pensé yo se la meto toda.
La puse arrodillada en cuatro patas en el escalón del medio de la pileta, y le apyé la cabeza entrelos labios de la vagina, ella corcoveó y quiso escapar pero sin dejarla, agarrandola por los dos hombros, se la empecé a enterrar. La pobre Sofi gritaba, que le dolía, que era muy grande, pero yo ya estaba a full por lo que la emperné hasta que la cabeza de mi pija empezó ha hacer tope contra sus ovarios. Estuve así un rato sin moverme y luego comencé a moverme despacito en vaivén, le sacaba toda la pija y se la volvía a meter, ya la pendeja no se quejaba, con los ojos cerrados se bancaba la cojiga. Cuando estaba por acabar le saqué la verga, la hice darse vuelta y abrir la boca, le metí la cabeza hata la garganta y le acabé en el fondo, nunca hasta ese momento había largado tanta leche junta. La piba se ahogaba pero no dejó escapar nada.
Luego la abracé y le dije que eramos novios, ella conforme dijonque le dolía la conchita y que sangraba. La convencí de que eso se pasaría en un ratito.
Nos metimos nuevamente al agua y comenzamos a jugar, yo no perdía oportunidad de tocarla por todos lados, la abrazaba de atras y le apoyaba la verga en su culito. Y obviamente habiendo probado el dulce, mi pedazo comenzó a ponerse duro nuevamente. Y pensé ya que estamos, vamos por ese culito. Y así comencé el trabajo de ablande nuevamente.
La llevé a la habitación de mis viejos con el pretext5o de que debíamos besarnos y hacer lo que se hacen los novios. Ella accedió, también llevada un poco por la calentura de pendeja enamorada.Nos acostamos desnudos sobre la cama y la hice subirse a caballito de mi pija, pero sin metersela, solamente se frotaba con ella y empezó a levantar temperatura hasta que me pide que se la meta pero despacito porque le duele mucho.
Entonces la hice ponerse derecha en cunclillas arriba de mit tronco y comenzó a enterrárselo ella misma. Cuando le llegó al fondo todavía quedaba un buien pedazo afuera, y en ese momento se empezó a mover como loca, saltaba y se quería enterrar toda la tripa hasta que de repente largando un grito acabó tremendamente, los jugos resbalaban por la chota hacia afuera. Claro yo no pude acabar, y se lo dije, con lo que le pedí quese pusiera en cuatro patas. En esa posición se la metí en la vaginita que estaba muy abierta ya por mi badajo, la pendeja en cinco minutos se hechó tres polvos. Yo seguía muy caliente y se me ocurrió meterle el dedo gordo en el culo. Entró totalmente sin problema. Estaba toda relajada y su culito dilatado.
Busqué entonces en la mesita de luz de mi vieja que se que tiene lubricante anal.
Unté mi verga con mucho gel lubricante, le metí dos dedos en el culo a la piba con mucho gel y cuando se quiso dar cuenta ya tenía la cabeza apoyada en el agujero, entonces empujé y comenzó a entrar, costó que entrara la cabeza, pero Sofía aguantaba sin quejarse, solo mordía la almohada.
Cuando la pija ya estaba adentro por la mitad, se la zampé toda, los 20 cms de un solo saque.La pobre piba casi se muere. Pegó un grito que se debe haber escuchadoi en el barrio. Pero empezó a moverse ella hacia mi como queriendo metersela más adentro.
La verdad es que apenas podía mover la pija de tan apretado que estaba ese culo, y cuando comencé a acabar, con chorros largos, ella se vino en un nuevo orgasmo. Cuando se la saqué del culo, este parecía el crater de un volcán.
Nos bañamos, y tomamos la merienda. A las ocho la madre vino a buscarla, me dió las gracias y me dijo que a lo mejor, durante la semana tenía que dejarla nuevamente en casa con nosotros por trabajo.
Sofía se fue rengueando, luego me llamó a la noche por teléfono para decirme queme ama.
Espero con ansias la semana que viene.