Tan sólo quiero, que no me lo cuenten, quiero vivirlo

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Estaba en la cama con mi novio, cuando ya no aguantando más le dije la verdad. Realmente no era algo tan grave, simple y sencillamente era la verdad, Antonio a medida que yo comencé hablar, como de costumbre, poca atención me prestó, hasta que me escuchó decir que me encantaría realizar un trío, de inmediato dijo. Ok pero que sea con una negrita. Fue cuando le dije, no mi amor, yo quiero realizar un trío, pero con otro tipo, aparte de ti, digo si quieres participar, si lo que deseas es ver eso es cosa tuya.


Antonio se quedó boquiabierto, sin saber que responderme, por lo que de inmediato le continúe diciendo. Mira lo nuestro es temporal, tanto tu como yo lo sabemos, a ti te falta mucho por terminar medicina, mientras que yo estoy por terminar mi carrera, así que no nos engañemos. Los dos nos la llevamos de maravilla pero solo en la cama, pero ahí es en lo único que estamos de acuerdo. Además tú me has sido infiel en infinidad de ocasiones, de la misma manera en que yo también te he sido infiel en infinidad de ocasiones, lo bueno es que tanto tú como yo lo sabemos, pero como en realidad eso no nos importa, no nos molestamos.


Antonio parecía no salir de su asombro, aunque me miraba como dándome toda la razón en lo que yo le había dicho. Después de un corto rato de silencio, nada más me preguntó. ¿Y qué mosca te pico? Nada solo quiero, que no me lo cuenten, quiero vivirlo. Lo siguiente que me dijo, con una picara sonrisa, fue. Bien y en quien has pensado, para hacer el trío.


Realmente no tenía a nadie en mente, pero como cuando yo comencé la conversación el me dijo que una negrita, se me ocurrió que bien el tercero en el trío podría ser un negro, y de momento me vino a la mente el nombre de Joel. Aparte de ser compañero de clases de Antonio, es todo un adonis negro, y por lo que le escuche decir a una compañera de ellos dos, el tal Joel poco le faltaba para ser un fenómeno de circo, aparte de ser bastante mujeriego.


Cuando se lo comenté a Antonio, me dijo. La verdad es que tú estás loca, y lo demás es cuento, pero si un trío con Joel quieres, eso tendremos. No sé qué le habrá dicho Antonio a Joel, pero cuando llegó a nuestro apartamento, su blanca sonrisa contrastaba con lo oscuro de su piel. Como mi idea no era desnudarnos y ponernos a follar como animales, preparé aparte de una ligera cena, unos cuantos cigarrillitos de marihuana, ya que tanto Antonio como yo los disfrutamos, y cuando Joel los vio, no tenía cara de que le desagradasen en lo más mínimo.


A medida que cenábamos, cosa que yo no esperaba, tanto Joel como Antonio, poco a poco se dedicaron a ir tocándome primero los muslos, y mientras tanto, adivinen cual fue su tema de conversación preferido. Si de sexo, única y exclusivamente sobre sexo. Yo me sentía algo incomoda al principio, no era lo que realmente esperaba, pero a medida que continuamos comiendo, bebiendo, y dejándome tocar ya casi por completo todo mi coño, continuábamos hablando se sexo, en especial, de aquellas cosas que más nos gustaban a cada uno de los tres. Lo cierto es que me comencé a sentir bien excitada y caliente, deseosa de ser follada, sin compasión, por cada uno de mis orificios, fue cuando me di cuenta, de que eso era, lo que yo buscaba. Entonces fue que las cosas cambiaron.


Al levantarme de la mesa, simplemente solté el broche de mi falda, así que cuando me levanté de la mesa, la falda se quedó en la silla y mientras caminaba, de inmediato sentí sus ojos clavados en mis nalgas y encendí uno de los cigarritos, tomé asiento en el sofá de la sala, y con mis piernas bien abiertas, sin pudor alguno me dediqué acariciar mi coño por sobre las pantis, hasta que de la manera más natural me las he quitado frente a ellos dos, que no perdieron tiempo en sentarse a mi lado.


Entre los jalones del primer cigarrillo y las manoseadas que me dieron por todas partes, la blusa y el sostén que tenía puestos me los han quitado entre ellos dos, sin que yo les diera la menor ayuda. Así que cuando comencé a sentir nuevamente los dedos de ellos hurgando divinamente dentro de mi rasurado coño, agarré la primera verga que tuve a mano y sin demora alguna me puse a mamar.


Me sentía de lo mejor, aunque no me considero una mamadora, por lo visto a Antonio le encantó lo que yo comencé hacerle, mientras que Joel, separó mis piernas y seguramente recordó todo lo que dije en la mesa, sobre cómo me encantaba que me chupasen el coño, ya que de inmediato se dedicó a mamar en especial mi clítoris. En cosa de segundos ya los tres nos encontrábamos desnudos, pero por un buen rato ellos dos continuaron, tocándome por todas partes, mientras que yo manipulaba sus vergas, en ocasiones con mis manos y en momentos con mi boca.


Mientras que Joel me introducía divinamente sus dedos y gran parte de una de sus manos dentro de mi coño, Antonio comenzó a pasar sus dedos ensalivados por sobre mi esfínter, y poco a poco me lo fue dilatando, al punto que en cierto momento ya tenía dentro de mi culo gran parte de una de sus manos.
Ya en esos momentos me encontraba de lo más caliente, deseosa de que ellos me clavasen indiscriminadamente sus respectivas vergas. La manera en que yo gemía y de placer me quejaba, fue lo que les indicó a ellos dos que hacer. Así que a los pocos segundos, la verga de Antonio se fue abriendo paso dentro de mi culo, mientras que el vergón de Joel, comenzó a penetrar mi coño divinamente.


En mi vida había disfrutado tanto de lo que había estado haciendo, hasta esos momentos. Las vergas de ellos dos entraban y salían una y otra vez de mi cuerpo, mientras que yo aparte de seguir gimiendo de placer, movía mis caderas. Joel me chupaba las tetas, de manera bien salvaje, mientras que Antonio, mordisqueaba completamente todo mi cuello, al tiempo que sabrosamente continuaba clavándome por el culo.


Los múltiples orgasmos que disfruté, me dejaron completamente loca y sin idea, deseosa de continuar. Ya que después de que tanto Joel como Antonio se separaron de mi cuerpo, y tirados los tres sobre el sofá, Antonio me dijo, que le gustaría ver como yo misma me autosatisfacía. De inmediato Joel dijo que eso era muy buena idea, por lo que sin esperar más, tirada sobre la alfombra de la sala, separé mis pierna lo más que pude, y ante la mirada de ellos dos, con mi propia mano comencé a masajear todo mi coño.

En muchas ocasiones yo misma me había auto satisfecho, pero la mayor parte de las veces me encontraba sola. Pero en esos momentos sabía de sobra que estaba siendo observada, al principio continué nuevamente acariciando todo mi coño, de la manera más vulgar. Para luego pasar a ir introduciéndome todos los dedos de mi mano izquierda, hasta donde me fuera posible, mientras que con los dedos pulgar e índice de mi mano derecha, me apretaba divinamente yo misma todo mi clítoris. Pasé unos cuantos minutos haciendo todo eso frente a las miradas de Antonio y Joel, disfrutando tanto de lo que yo misma me hacía, como disfrutando de las caras de ellos dos, como me miraban, las cosas que me decían, en fin como ya creo que les dije, estaba completamente loca y sin ninguna otra idea en mi mente que no fuera seguir deleitándome de todo.


Joel como qué se excitó más que Antonio, ya que al poco rato de estar tirada sobre la alfombra, metiéndome dedo yo misma. Él se paró a mi lado y colocando su inmensa verga frente a mi boca, sin demora me dediqué a mamársela, de la manera más fuerte que pude, introduciéndome casi por completo su verga dentro de mi garganta.

Pero al poco rato la extrajo, dura caliente y bien parada. No tuvo que decirme nada, que casi de inmediato me puse en cuatro, y comencé a sentir como su vergón entraba dentro de mi recién dilatado culito. No es que yo sea de baja estatura, la realidad es que Joel en altísimo y me sentí como si fuera una muñeca de pastico entre sus manos, metiendo y sacando casi del todo, toda su verga. Mientras que Antonio, acostado a todo lo largo del sofá, veía como Joel me clavaba salvajemente por el culo, al mismo tiempo, suave y de manera lenta, Antonio se raspaba una paja.

Joel finalmente volvió a venirse, pero en esa ocasión, por completo dentro de mi culo. Antonio seguía masturbándose viéndonos a nosotros, pero ya los movimientos de su mano, eran más fuertes y rápidos. Por lo que me acerqué a él y comencé a mamársela nuevamente. Cosa que a los pocos segundo, Antonio se vino dentro de mi boca, mientras que yo me chupaba y me tragaba la mayor parte de todo su semen.

Nos quedamos aun con bastantes ganas, de seguir. Por lo que después de que descansamos y bebimos por otro buen rato, comencé nuevamente a mamarle la verga a los dos pero alternándome. En ese momento mi mayor deseo era el que las dos vergas me entrasen juntas por mi coño. Y cuando se lo dije a ellos, se rieron y de inmediato aceptaron, y así aparte de acostarme con dos hombres al mismo tiempo, también logré que me lo metieran los dos por mi coño, al mismo tiempo también. En eso momentos en que disfrutaba de esas dos vergas, ellos de lo excitados que estaban comenzaron a decirme un sinfín de cosas, que quizás a otra chica en esos momentos la hubiera hecho sentir mal, pero yo al escucharlos decirme. Que me partirían el coño y el culo en dos. Me gusto eso, y que me llamasen puta.


Cuando ya después del medio día nos levantamos, yo me di un buen baño, y de inmediato tras despedirme de Antonio y Joel, salí de compras, me sentía tremendamente alegre, pero al llegar a mi auto me di cuenta de que había dejado las llaves en el apartamento, así que no tardé casi ni diez minutos en regresar, pero al abrir la puerta, que me encuentro a Antonio, clavándose por el culo a Joel. Eso me sorprendió, ya que no pensé nunca que Joel y Antonio se entendieran de esa manera, además era la primera vez que veía a un hombre clavándose a otro. Y ver como los dos actuaron, de la manera más natural del mundo. Me sorprendió mucho más todavía.


Pero la sorpresa se transformó en excitación al verlos a los dos desnudos, moviendo sus cuerpos y mientras uno empujaba su verga dentro de las nalgas del otro, Joel le restregaba sus nalgas contra el cuerpo de Antonio. Sentí de golpe el profundo deseo de estar con ellos, por lo que prácticamente arrancándome las pantis yo misma, me subí la falda y coloqué mi coño frente a la cara de Joel, quien de inmediato se dedicó a mamar mi coño, al tiempo que Antonio le continuaba dando por el culo.


Por un largo rato, Joel paso su lengua sobre mi clítoris, me lo chupó, y me lo mordisqueó divinamente, hasta que yo disfruté de un fabuloso y mojado orgasmo, que le baño por completo la cara a Joel. Pero cuando Antonio comentó, que era una lástima que yo no tuviera una verga, para que se la clavase a él. De momento me acordé que entre mis juguetes, si tenía una. Así que sin decirle nada, busqué en una de mis gavetas, y saqué ese juguete, que tenía tiempo que no usaba, ya que solo me lo había puesto, cuando ocasionalmente me acostaba con una amiga.


Cuando Antonio comenzó a sentir, que me le había puesto por dé tras de él, y después de que pasé mis dedos embadurnado en vaselina por su culo, separé sus peludas nalgas, y casi de inmediato con esa cosa dura comencé a penetrarlo, Antonio dio un grito, no sé si de alegría, de dolor, o del susto, pero apenas pude, se lo enterré todo de un solo golpe. Antonio ya no tan solo continuaba clavándose a Joel, sino que al mismo tiempo disfrutaba de lo que yo le estaba haciendo. Mientras que yo al estar penetrando a mi novio de turno, tuve la agradable sensación de poder.


Esa tarde volvimos a tener sexo como loco los tres, después de esa ocasión, hemos vuelto a invitar a Joel y a otros amigos de ellos dos, para que se acuesten con nosotros, y para yo también disfrutar de clavarme a alguno de ellos por el culo, con mi juguete.