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TE TENGO MIEDO, PERO TAMBIÉN TE TENGO GANAS (rompiendo barreras)

pinkdemon Relato enviado por : pinkdemon el 06/01/2017. Lecturas: 7411

etiquetas relato TE TENGO MIEDO, PERO TAMBIÉN TE TENGO GANAS (rompiendo barreras)   Zoofilia .
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Resumen
Continua esta fijación enfermiza


Relato
¿Cuanto tiempo estuve inconsciente?, no lo se…. Desperté de repente al sentir un pequeño pinchazo en mis piernas y otro y otro… el escozor era tremendo, la luz se había quedado encendida y la ventana ¡entreabierta¡ entonces pude constatar que los pinchazos provenían de las pulgas que Hermilo había soltado en mis blancas sábanas y que decir de los mechones de pelo regados por uno y otro lado, eso sin contar que alguien me hubiera escuchado gritar, ¡que horror!, rápidamente me puse una bata y envolviendo las sabanas las tiré a la basura, después traté de arreglar y desinfectar la recamara, de echo también entré a ducharme para quitarme por completo el sudor y la picazón de las pulgas y….los restos de mi humedad que aun resbalaban en mis piernas temblorosas.
Pasaron dos semanas, curiosamente, Milo, que así le puse después, no se había aparecido por el lugar, era raro ver el patio limpio, la calle sin el, diariamente al sentarme en el comedor por las mañanas inconscientemente lo buscaba pero….nada, por las tardes igual…algo había pasado, mi libido se alimentaba de las imágenes de los novios o amantes al pasar abrazados por la calle, besándose, manoseándose, algo que no me había pasado antes en la vida, mi cuerpo me exigía ser atendido, me empecé a masturbar por las noches pero nada… no era igual, necesitaba volver a experimentar lo vivido aquella noche, pero el protagonista principal era Hermilo!!!
No pude mas, venciendo mi soberbia me atreví a preguntarte a su dueño por el, no quería aceptar lo que estaba ocurriendo en mi, solo quería sacarme la duda, ¿lo habría echo con intención? O ¿solo había sido un hecho aislado?
Obviamente no me dijo donde encontrarlo, ni siquiera me prestó atención cuando traté de preguntarle.
Enojada y frustrada empecé a desquitar mi coraje con quien se me pusiera al frente, tratara de quien se tratara, las cosas no me estaban gustando, asi que empecé a tomar pequeños paseos en mi auto para olvidar el hecho, al mismo tiempo me servía para conocer un poco mas a la comunidad, un dia al pasar por una especie de cuevas, producto de las minas de arena que había en el cerro de enfrente del barrio, ¡lo vi¡ ahí estaba sentado sobre sus patas traseras justo a la entrada de uno de los enormes recovecos, detuve el auto para comprobar que efectivamente era el, lo llamé, pero solo conseguí que se metiera al lugar sin siquiera hacerme caso, me quedé en el auto, era tarde, faltaba poco para que oscureciera mi mente se llenaba de ideas, a parte había consultado en la internet algunas páginas de zoofilia y bestialismo y no se me hacia ya tan raro y absurdo el sentimiento que se había despertado en mi, de volver a experimentar un orgasmo similar al ocurrido con Hermilo, decidida encaminé mi auto hacia el lugar, llegando ahí voltee hacia todos lados para constatar si estaba sola y al confirmarlo empecé a subir hacia la cueva, con mi falda hasta el tobillo se me hacia difícil subir pero al fin lo logré, empecé a llamarlo sin embargo salieron a mi encuentro de forma amenazante 4 hembras, dos de raza pequeña y dos de raza mediana, una de ellas con sus cachorritos alrededor, todos del color de piel de milo, quise ser amigable sonriéndoles pero empezaron a caminar hacia mi de forma amenazante, justo cuando me di vuelta para empezar a correr apareció Hermilo, ladrando fuertemente apaciguando a su pequeño harem, sus ladridos retumbaban en la cueva haciendo un ruido ensordecedor, tuve que taparme los oídos con las manos para vitar que me dejara sorda, hasta ese momento recordé que me había atacado en nuestro primer encuentro al reclamarle a su dueño asi que no me quedaba de otra que escapar arrepentida de mis deseos insanos, por consiguiente el con suma agilidad se colocó frente a mi cerrando el paso, las hembras retrocedieron y yo empecé a hacer lo mismo con Hermilo al frente mío, mostrándome sus fauces entre abiertas gruñendo amenazadoramente, trastabille cayendo de espaldas, el seguía avanzando, un pequeño montículo cerca de la pared de la húmeda caverna detuvo mi aterrada huida, el se acercaba mas, cerré los ojos llorando pensando lo peor pero…..entonces sucedió, de repente un silencio sepulcral inundó el lugar semi oscuro,
un tremendo escalofrío empezó a recorrer mi cuerpo al sentir el hocico de Milo debajo de mi falda olfateando, recogí las piernas por instinto, pero su mirada, esa mirada penetrante que tiene a pesar de solo contar con un ojo me hizo empezar a entrar en confianza por un momento contemple ese color café claro de su ojo y la cicatriz que cruza su ojo izquierdo de seguro el también estaba perdido en el azul de mi mirada tratando de adivinar mis mas íntimos pensamientos e intenciones, las barreras se derribaron y los prejuicios se estaban quedando atrás, la falda tiene botones al frente, asi que sin dejar de mirarlo empecé a desabotonarlos uno a uno, sin prisa, quedando ésta como mantel debajo de mi, entonces su hocico se apoyó con firmeza en mi pubis olfateando una y otra vez, lo observé tratando de quitar esa prenda que obstruía lo que el estaba buscando asi que me la quité de inmediato, luego su rosada, larga y rugosa lengua empezó a recorrer mis muslos en forma larga y pausada. Tiernamente empecé a acariciar su cabeza sucia llena de caspa, guiando sus avances hasta mi vagina, el de inmediato empezó a olfatearme toda la zona apoyando sus gruesas patas en la tierra, con mis deditos separé mis labios vaginales para recibir en ellos su lengua áspera, tosca, su ritmo era cadencioso siempre desde abajo hacia arriba . alternadamente de mi vagina a mis piernas una y otra vez, empapando los vellos de mi pubis y mis piernas de su saliva tibia y viscosa, los lametones sobre mi clítoris producían una deliciosa y placentera descarga haciendo que cerrara los ojos y me dejara llevar por mi inusual amante, de repente me acordé de la posición en la que me había echo experimentar tan rico orgasmo, separándolo con delicadeza me voltee de tal forma para ponerme a 4 patas sobre mis rodillas, de la misma forma que la vez anterior empiné mi cabeza sobre mi falda y empecé a tocarme con la mano izquierda, sobando con firmeza mi vagina ya inflamada por el placer, mi cuerpo se sacudió de pies a cabeza al sentir la nariz fría y húmeda de milo olfateando mi ano, mis nalgas, despacio, sin prisas, levanté un poco las caderas para animarlo, me imagino que el espectáculo de mi blanca piel le estaba gustando ya que el comenzó a lamer mi vagina de abajo hacia arriba, de mi útero a mi ano umnnnnnnnn, empecé a gemir de placer, la punta de su lengua en mi pequeño orificio anal me hicieron pegar un pequeño respingo de alegría y satisfacción, pensé que volvería a hacer lo mismo de la vez anterior, mi cuerpo ya estaba preparado, listo…pero…las intenciones de Milo eran otras, nunca dentro de mis calenturas enfermizas me hubiera imaginado lo que iba a suceder, de nuevo estaba desestimando al animal,
Un escalofrío acompañado de temor me recorrió la espina dorsal al sentir al animal colocando sus patas delanteras sobre mi cadera, deslizándolas un poco mas arriba, señal inequívoca de que me iba a penetrar, voltee a verlo tratando de intuir el siguiente paso que daría.
Hasta ese momento me di cuenta del enorme pene que le colgaba de entre las piernas, .. jamás había visto algo parecido, cilíndrico, cónico en la punta, largo…demasiado diría y ancho, ligeramente grueso a la mitad, venoso, terso.
Mi rostro hervía, sentía mis mejillas calientes, mi cuerpo empezaba a sudar, entonces apoyándose y empujándose a la vez sobre sus patas traseras me sujetó fuertemente por la cintura con sus patas delanteras, encajando sus codos en mi pelvis, paralizando mi cuerpo por completo, con movimientos copulatorios empezó a buscar la entrada de mi vagina, sus punteadas sobre mis nalgas eran fuertes, deliciosas
hasta que al final atinó a la entrada, empezando a meterla lentamente suavemente, con delicadeza y firmeza a la vez, moviéndose con dificultad ya que había aumentado de tamaño al sentirse atrapado por las paredes de mi útero, AHHH……. había llegado al final desapareciendo por completo dentro de mi, quedamos asi por unos segundos, adaptándonos uno al otro, entonces comenzó a fornicarme con golpes fuertes y lentos con algo de dificultad ya que no tenia espacio suficiente dentro de mi por su tamaño, después de unos momentos quizá reponiéndose de la sorpresa de tener a alguien como yo sometida a sus deseos empezó el vaivén mas rápido y con mas fuerza y yo también colaborando con el, paré mi cadera para que la pudiera aferrar mejor, el lo entendió ya que sujetándome con firmeza me guiaba con exactitud hacia su pene perruno una y otra vez, colocando por completo su cuerpo sobre el mío, como pude, me zafé la blusa y el brasier para sentir su gruesa y cálida piel obre la mía, la sensación era deliciosa, su pene dentro de mi batiendo mis entrañas con fuerza, su piel dorada y áspera sobre mi blanco cuerpo, sus toscas patas sujetado mi pelvis y su cabeza posándose en mi hombro colocándola a la altura de la mia, jadeaba con la lengua de fuera, su hocico apestada a suciedad, pero su fornicada era tan rica que no sentía nada de asco, al contrario, sujetando su grueso cuello con mi mano atraje su cabeza a mi cara asi de perfil y sacando mi lengua empecé a rosar la suya ,masajeándola, saboreándola, besándola, compartiendo mi delicada saliva con sus babas formando un delicado y delicioso manjar que bebía una y otra vez embriagándome de el,
sus movimientos empezaron a hacerse mas rápidos y fuertes a tal grado que tuve que detenerme con fuerza sobre el piso para no caerme por sus poderosas embestidas, unos ligeros gruñidos lastimeros empezaron a salir de su garganta, estaba disfrutando, entonces lo acompañe con los mejores gemidos que ni siquiera mi marido había sido capaz de sacarme, gemidos que me salían del alma _¡Aaay, así, así!
_ ahha ahhh ahhgg ayyyy ahha mas ahhh ahhh
asiiii deme mas recio mi amor, ahhhhhh
ummggnnnnggg, siiiiiiiii, asiiiiiii
Mi orgasmo se avecinaba, el corazón empezó a latirme con mas fuerza, mis gritos eran desgarradores, sinceros, honestos…gritos de….¿¿amor?? mis emociones llegaron al limite al sentir como las dos hembras medianas se acercaban y lamian el pene de milo al salir y entrar y la otra mi vagina mientras las dos pequeñas se acercaron a lamerme la cara, ya no pude mas exploté fuerte y poderosamente, desmadejándome sobre mis codos disfrutando mis convulsiones al mismo tiempo que Milo expulsaba su esperma dentro de mi útero invadiendo mis entrañas, mi vientre, de nueva cuenta un tremendo orgasmo se activó y explotó en todo mi cuerpo, invadiendo sobre todo mi cabeza, al sentir los chorros de esperma invadiéndome la vagina, estaba a punto de desmayarme de nuevo, pero gracias a ese sexto sentido que tienen los perros no sucedió, ya que las hembras empezaron a ladrar alrededor mío evitándolo, pasado un lapso de tiempo las sensaciones se calmaron un poco empezando a recuperar el sentido y las fuerzas, lentamente empecé a desprenderme de mi perruno amante quien seguía encima de mi lamiendo mis hombros, al final, pude liberar mi vagina de su inmenso pene deslizándome con delicadeza saliendo de sus peludos brazos, mientras me vestía, voltee para admirarlo, ya no importaba que me hubiera pegado sus pulgas o dejado sus pelos en mi piel, le sonreí mientras acomodaba mi pelo, sus espermatozoides tibiecitos salían aun de mi vagina resbalando por mis piernas me acerqué para darle un tierno besito en el hocico, tomando mis llaves me dispuse a salir de la cueva, acompañada de mis nuevas amigas y sus pequeños, lanzándole un último beso al aire con mi mano despidiéndome de ellas.
Continuara………

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:41) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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