TE TENGO MIEDO, PERO TAMBIÉN TE TENGO GANAS (el inicio)

Mi historia no es muy diferente a las que se cuentan en este tipo de sitios, mujer, directora escolar, 28 años, exageradamente bella e interesante, blanca, 1.65 mts de estatura, rubia natural, ojos bonitos de color azul cielo, una bella sonrisa que cubre unos hermosos y perfectos dientes aperlados, poseedora de un cuerpo maravilloso, de pechos grandes pero no enormes, una cintura bien conservada plana y reducida, un trasero espectacular y unas piernas muy bien torneadas, en fin la envidia de las mujeres y el sueño de todo hombre. Sin embargo mi estricta educación religiosa en un convento, me había convertido en una mujer déspota, insensible, vanidosa y soberbia, quizá por eso mi matrimonio había fracasado unos meses atrás, decidida a dejar atrás ese amargo capitulo en mi vida había solicitado mi cambio a otra zona dentro de la ciudad, sin embargo, no sé si fue venganza o karma, que me enviaron a un lugar extremadamente violento y sucio, un barrio donde el tiempo se había detenido, borrachos y drogadictos en cada esquina, pandilleros viejos y andrajosos de pelo largo pantalones de mezclilla y chamarras sucias y desgarradas, todo complementado con música de rock a altos volúmenes, en fin, acostumbrada a los retos, me instalé en lo que parecía lo mejorcito del barrio, la única casa de concreto que había ya que las demás eran de cartón o madera, no era difícil adivinar el por qué los antiguos dueños del lugar habían dejado la casa tan barata, es de un solo piso, el comedor queda en una esquina por lo que se puede ver el paso de la gente por un ventanal amplio que abarca toda la pared, que al mismo tiempo le da luz a la casa, cada mañana acostumbro tomar mi desayuno antes de irme al trabajo, por consiguiente me doy cuenta de las actividades del grupillo de malvivientes que se reúne en la contra esquina que al parecer, no tienen vida social, se emborrachan y se drogan durante todo el día, espantando y violentándose unos a otros y a los transeúntes…… en especial uno, el cual observo en este momento y el me observa a mi sin bajar la mirada, aun a pesar de la cortina que nos divide y que no permite ver de afuera hacia adentro, su aspecto es sucio y desgarbado, delgado tirando a flaco, viejo, lleva un chaleco de piel sucio y andrajoso lo que deja al descubierto su pecho fuerte y recio, lleno de canas y cicatrices, reflejo de sus glorias pasadas, me imagino, en fin, todo esto sonaría cursi y quizá hasta aburrido si no fuera porque del tipo que les estoy narrando es un PERRO!!! Si!!! Un PERRO!

Déjenme les cuento, todo comenzó desde el primer día en que llegué después de haber hecho los arreglos necesarios para poder habitar el lugar, desde el mismo instante de bajar de mi auto mis zapatillas se ensuciaron de su excremento, al parecer el sabía la forma de como entrar a la casa ya que todos los días a primera hora el patio amanecía sucio ya sea de sus heces o de su orina, a pesar de haber compuesto las bardas no había día en que no hiciera el coraje de mi vida viendo sus suciedades y sus pelos tirados y embarrados en mi patio, mis plantas etc, decidida a terminar con esto fui con los tipos de la esquina a reclamarles y resulta que el dueño era un adolescente regordete y ñoño que al igual que los otros se la vivía en la vagancia era obvio que no se haría responsable de su mascota, por el contrario éste al notar mi enfado, se puso furioso ladrándome amenazadoramente, tuvieron que controlarlo entre varios ya que estaba muy violento, su hocico despedía espuma y su único ojo, ya que es tuerto, destellaba una mezcla de odio y coraje, ahí supe que se llamaba HERMILO porque asi le decían para calmarlo, quise denunciarlos o llamar a la perrera pero para mi sorpresa ni la policía se atrevía a entrar a este barrio que ni siquiera aparece en los mapas de la internet, resignada a que asi iban a ser las cosas, empezó a hacerse una rutina el verlo siempre por las mañanas a la hora del desayuno, ya con mas calma supe que es un pastor alemán dorado o una cruza de éste ya que es mas bajito que los que muestran las fotografías

Habían transcurrido dos meses de estar en ese lugar, era primavera y a través de la ventana veía pasar a las parejas sonriendo y besándose, manoseándose uno a otro, mi cuerpo empezaba a experimentar las consecuencias de mi soledad, mi libido empezaba a alimentarse de esas visiones cotidianas, mi mente escrupulosa chocaba con mis deseos carnales, esa noche decidí romper mis tabúes, recostada en mi cama en medio de las canciones de rock a todo volumen de mis vecinos me dediqué a buscar pornografía en mi lap, y justo encontré una página de autosatisfacción, de inmediato me quité la pijama y empecé a hacer lo que la actriz porno iba haciendo, tumbada boca arriba con las piernas abiertas al máximo, separé con mis deditos mis labios vaginales y empecé a frotar el pequeño bulbito que sobresale al separarlos, la temperatura y ritmo de mis sobadas iban en aumento al igual que los de la actriz, la palma de mi mano ya subía y bajaba de mi vagina con fuerza mientras que con la otra mano me pellizcaba mis pezones color durazno, después de un tiempo considerable la actriz se colocó en 4 y empinando su cuerpo hacia el frente empezó a tallarse la vagina con la mano izquierda con fuerza, yo hice lo mismo, me coloque a 4, empiné mi cuerpo hacia el frente y comencé a frotarme con fuerza, justo en ese momento y antes de explotar en mi nariz entró ese olor fétido de todas las mañanas, _¡pinche perro! Grité, no iba a detenerme por una tontería así, por lo que continué con mi rica masturbación aún a pesar del nauseabundo olor y fue justo en ese momento-…instantes….segundos que justo al iniciar mi orgasmo sentí una extraña presión en mi vagina y ano…una presión fuerte….decidida y firme ,,,la cual me hizo explotar de una forma que nunca había experimentado mi piel se erizó de pies a cabeza, mi temperatura empezó a subir, sentía mis mejillas calientes muy calientes, los pezones me dolían de lo hinchados que estaban, mi cuerpo se retorcía en medio de convulsiones espasmóticas muy violentas, a tal grado que empecé a gritar y gemir como poseída, algo que no había echo nunca sentía al corazón salírseme materialmente por la vagina comprimiendo mi ano que latía a la par, en medio de un éxtasis interminable y delicioso y haciendo un esfuerzo sobrehumano logré voltear la cabeza solo para darme cuenta que era ¡HERMILO! El cual había abierto su hocico al máximo colocando los dientes frontales de su maxilar superior en mi ano y los de su maxilar inferior en mi vagina comprimiéndolos y atrayéndolos con firmeza sin llegar a lastimarme como si supiera lo que estaba haciendo, lamia con su lengua larga y húmeda el espacio que quedaba entre mi vagina y mi ano provocándome el mas rico placer que hubiera experimentado hasta el momento, no supe mas de mi, lo ultimo que recuerdo de ese momento es que caí desmadejada, completamente rendida en el mullido colchón, con el cuerpo sudoroso y tembloroso, me había desmayado de tanto placer……..

CONTINUARA……