En eso se le empezó a parar de nuevo ese monstruo, yo la seguía manoseando, era una sensación hermosa,
Relato
Nunca me anime a contar esta historia, pero como la voy a publicar en forma anónima lo hago.
Tengo 49 años, me llamo Angela y estoy casada hace 25 años con mi esposo Ariel que tiene 59 años. Tenemos 2 hijos, pero ya hace un tiempo abandonaron el nido y estamos solos en la casa.
Nuestra vida es tranquila, ahora disfrutamos de viajes al interior del país y algunas veces ahorrando al exterior. Somos felices y estamos apurados en ser abuelos así el ruido de niños vuelve a revivir la casa.
En cuanto al sexo, ya tenemos problemas, lo hacemos muy pocas veces, puedo decir que una vez al mes e incluso a veces con problemas. Muchas veces estamos teniendo sexo y a mi esposo se le baja y ahí en silencio, sin hablarnos hasta el otro día queda la cosa. Sé que mi esposo queda muy mal, pero a mí en realidad no me importa, no es lo más importante el sexo para mí, somos muy buenos compañeros, nos queremos mucho y por lo menos yo estoy muy feliz. En realidad, puedo confesar que incluso antes, cuando no teníamos problemas yo pocas veces llegue a tener un orgasmo, pero igual me gusta tener esos juegos sexuales, me excita y me siento bien.
Nuestra actividad social no es mucha, pero tenemos un matrimonio amigo, Diego y Patricia más jóvenes que nosotros, ella tiene 32 y el 36, y con ellos hacemos comidas, tomamos unos vinos, tanto en casa como en la de ellos, o salimos a cenar afuera o a algún boliche a tomar algo y escuchar música en vivo. En esas veces que nos juntamos, vemos a Diego y Patricia besarse, son más desinhibidos que nosotros, y tienen varios añitos menos. A mi marido me parece que le da cosa verlos. A veces hemos hablado de sexo, nosotros nos hacemos como si no tuviéramos ningún problema y opinamos, pero en realidad queremos salir del tema. Ellos disfrutan hablando de eso y muchas veces insisten en el tema, se les ve muy liberales y cero prejuicios.
Una noche llegamos a casa luego de una cena, en la que tomamos una copita de más, se habló de sexo, nos reíamos de los comentarios de Diego, él siempre con la picardía en la cabeza, y Patricia le festeja todo. La verdad no sé si por el alcohol, que creo que sí y los comentarios de Diego, que le da color a todo, llegue a casa medio calentita. Mi esposo entro al baño y luego se vino al dormitorio a acostar, luego fui yo, siempre voy de último porque tengo mis vueltas antes de ir a acostarme, me cambié en el baño, me saqué la ropa y me miré al espejo, observé mi cuerpo y la verdad no me parecía muy feo, la verdad que todavía me quedaba algún encanto. Siempre me cuide mucho de no engordar, no voy al gimnasio, pero salgo a trotar, o algunas veces bicicleta. A decir verdad, luego de mirarme desnuda, me gusté. Me puse el piyama, sin sostén y me fui al cuarto, mi esposo ya estaba dormido, me acosté y como estaba un poquito acelerada, lo moví un poquito a ver si no estaba durmiendo, me mira y me pregunta - ¿qué querés?, eso me hizo desistir de mis intenciones de tener juegos eróticos esa noche, - Nada le dije, le di un beso y le dije hasta mañana. Yo no me podía dormir, en verdad no sé lo que me pasaba, pero estaba excitada, me empecé a tocar los senos, me pellizcaba los pezones, y luego baje la mano, debajo de la tanga llegue a la vagina y me empecé a acariciar. Me tocaba el clítoris y así estuve un rato, con mi mente a mil pensando en que tenía sexo con alguien, me calentaba más todavía hasta que llegué a un orgasmo. Me quedé quieta, con miedo a que Ariel se hubiera dado cuenta, y esbocé una sonrisita por la picardía que me había mandado, hacía mucho que no tenía un orgasmo.
Llegó el 24 de agosto, La noche de la Nostalgia en Uruguay, ese día salen todos los veteranos del país, es nuestro día, se pasa música de los 70, 80 y se toma mucho alcohol. Para que tengan una idea, esa noche en Uruguay se bate récord de venta de ropa de femenina, de lencería sexi, todos los veteranos copamos la noche Montevideana. Ya teníamos todo organizado, teníamos reservadas entradas en un rancho, cena y consumición libre. Yo me compre un vestido negro, escotado y medio corto, un pañuelo rojo al cuello y medias transparentes negras y tacones, arriba un tapado porque hacía frio. Llego la hora de salir, cuando bajo del cuarto, me ve mi marido y quedó mudo. – Como estoy? Le pregunto dándome una vueltita sexy y dándole una vuelta al pañuelo y una sonrisa provocadora. – Estás preciosa, me contesta él, estaré bien arreglado yo para esa mujer tan hermosa, - estas bárbaro mi amor, le conteste, y la verdad que así era, se había puesto ropa algo juvenil que le quedaba muy bien.
Pasamos a buscar a Diego y Patricia, cuando sale ella, la verdad que mataba, tenía una minifalda que le quedaba muy bien, la verdad que ella tiene un cuerpo fabuloso, el vestido estaba muy pegado, estaba muy hermosa, cualquier hombre que la viera quedaría a mil revoluciones. Diego sale muy orgulloso de su esposa, le agarra los dedos de la mano derecha y le hace dar una vueltita, nos reímos todos. Él me dice, - pero señora, que hermosa está Ud. la verdad impresiona, cuídala Ariel esta noche porque se te vuela la paloma, y meta carcajadas. La noche comenzó de fiesta.
Llegamos al rancho, un mundo de gente, luces de la época, globo de espejo, luces de colores, música de la época, nos sentamos en una mesa con una ubicación linda, daba poca luz, y estaba contra una pared, medio lejos de la pista.
Llego el mozo con Whisky y comenzamos con eso, la música medio alta conversábamos levantando la voz porque si no nos sentíamos. Salimos a bailar todos, la pista estaba llena, la verdad para mi gusto mucha gente, nos pechábamos, pero muy alegre. Dábamos pasitos de la época, mucho movimiento, risas joda, nos cambiábamos de pareja bailando rock, tomados de las manos de lejos y los pasos típicos, estaba buenísimo.
Volvimos a la mesa, conversación a los gritos, a esa altura cenamos y pasamos al vino.
Debido al ruido me inclino a decirle algo de la conversación a Patricia y veo a Diego observando mis senos, que al inclinarme se veían por el escote. Me incorporé, me sonrojé y Diego esbozó una sonrisa socarrona. Yo quede maquinando qué pensaría Diego, no habrá pensado que lo hice adrede, pero se me paso. Seguimos las charlas las risas el vino. Ya habíamos comido, menos mal porque si no ya estaríamos borrachos. Volvimos a la pista, en una Diego me agarra de la cintura, para iniciar un trencito, Patricia atrás de Diego y después Ariel, se sumó mucha gente al mismo, cuando veo la cola me empiezo a mover las caderas al son de la música ya que yo era la que comandaba la batuta. Cuando frenaba porque había gente adelante y tenía que esquivarlos, Diego se daba contra mí y se apoyaba fuerte en mi cola, eso me inquietaba, pero pensaba que era porque todos se empujaban unos a otros y con el impulso parecía un acordeón y se apretaban todos. Seguían las frenadas y a mí me parecía que Diego se refregaba, me daba vergüenza de que se diera cuenta Patricia o Ariel y no sabía si dejar y salir del tren o seguir. Prestando atención, la verdad que el bulto de Diego se me pegaba en la cola, yo estaba nerviosa, pero a decir verdad algo me gustaba era morboso. Se cambió la música y volvimos a la mesa, nos vamos al baño con Patrice, y en el pasillo un tipo, muy borracho me dice “Que veterana divina, ¿estás sola?”, no le di bola y seguí, Patricia se reía a carcajadas.
Cuando llegamos a la mesa nos sentamos yo estaba sentada entre Diego y Patricia y Ariel entre Patricia y Diego. Quedaba como las parejas cambiadas. Patricia hizo el comentario del incidente del borracho con tono burlón, Diego se ríe y comenta, es que hoy está matando la doña, ja, ja.
Por el volumen de la música Diego me habla alguna cosa al oído, apoya su mano en mi pierna y creo que observa mis senos. Me hace sentir incómoda porque me da miedo que vea Ariel o Patricia, van a creer que soy cómplice, pero a esta altura creo que si se está pasando. Para mis adentros pienso y siento algo de ego, tengo 49 años, no soy una niña y Diego con la mujer que tiene me está cortejando a mí, la verdad me gusta todo esto, me hace sentir linda, se me pudrió el bocho.
Siguió la fiesta, bailamos, tomamos en la pista, nos abrazábamos, el alcohol subía a la cabeza y en una estábamos bailando con Patricia con los brazos de una en el hombro de la otra, haciendo movimientos eróticos, Diego y Ariel se reían y al soltarnos Patricia pasa la mano por mi cola, me moví impresionada y Patricia siguió bailando como si nada. Tal vez yo exagere, fue movimiento involuntario y nada más, pero ella también me miraba como Diego con una mirada seductora. Yo me dije, aquí hay algo raro, creo que el alcohol nos está pegando mal y le propongo a todos irnos, ya era de madrugada. Pincha globo decía Diego riéndose, pero dijeron, está bien ya es hora.
A la salida había varios taxis, tomamos uno, en esta fiesta se llena de taxis porque nadie maneja, por el alcohol y los inspectores de tránsito se multiplican en todo Montevideo. Ariel va adelante luego Diego yo y Patricia atrás en ese orden. Íbamos apretados y Diego empezó a refregar su pierna contra la mía, yo ni me movía, a decir verdad, cualquier cosa pensarían que por el vino no me daba cuenta de nada, pero me gustaba. Patricia apoyo la mano en mi pierna, me acariciaba y comentaba de la noche, de cómo bailaban los vecinos de mesa y otras cosas. Yo no entendía nada, a estos con el alcohol se les dispara la cabeza, pero yo estaba disfrutando. En una Diego me pone la mano de él en la pierna y yo por miedo a que me vieran Patricia o Ariel por el espejo, ya que pasábamos por una luz moví la pierna.
Llegamos a casa, hoy si yo estaba caliente, ya me imaginaba en la cama con Ariel, hacemos todo, vamos al baño, nos aprontamos y yo de último con todos mis preparativos me acuesto. Ariel no se ha dormido, me acuesto sobre el brazo de él, conversamos de la fiesta, giro y comienzo a besarlo. Nos acariciamos, nos damos besos fogosos, me métela mano en las tetas, yo ya estaba húmeda, le meto la mano dentro les bóxer, le manoseo el pene, se le para. El me manosea la vagina, me toca el clítoris, me mete un dedo, después otro, les da movimiento y yo con una calentura bárbara lo masturbo, me quedo acostada, él se sube me la va poniendo, va entrando yo mojada empieza a meter y sacar, está buenísimo y de repente se le baja. Se acuesta boca arriba, se la toca, se masturba, me toca el clítoris y me mete un dedo, lo masturbo y nada. Nos quedamos quietos, le digo no te preocupes, para mí no es importante ya sabes, yo lo hago por vos. Me levanto, voy al baño orino, me lavo y me vuelvo.
Tirados los dos, callados, la verdad que yo quedé caliente, por eso me mojé con agua la vagina para enfriarme. En eso Ariel habla: - Angela, me dice, yo voy a consultar a una clínica y si esto sigue así, nos separamos. -¿Qué decís?, Vos estás loco, ya te he dicho que para mí el sexo no es lo más importante, yo estoy bien, ¿o es culpa mía que te pasa esto? – No mi amor, soy yo, ya he tomado pastillas y sigo con el problema, no sé si es psicológico, la edad o alguna patología, pero así no puedo seguir.- Dale bobo, dormite y mañana pasa todo, hoy estamos pasados de copas.
Al otro día nos levantamos, merendando me dice: - Angela, te voy a decir algo, pero no te vayas a ofender. Si algún día se te pasa por la cabeza tener sexo con otro, si me lo dices y sos honesta conmigo yo no tendría problema, me refiero a si se tratara solamente de sexo. Yo quede muda con lo que dijo y el siguió hablando, - Creo que sería sexo solamente, sé que me quieres, que sería solo para saciar la necesidad de sexo, vos sos joven, bonita y yo no soy quien para prohibir que disfrutes si yo no puedo complacerte, o si nos separamos, no te va a faltar nada y nos vemos seguido. – Ariel, le dije, la verdad es que estoy preocupada, veo que estas muy mal, que estás muy angustiado, Ya te dije que para mí no era importante, que con lo que hacemos en la cama yo me siento bien, disfruto, vos no te preocupes, si quieres que te ayude en algo te ayudo, pero yo ya estoy con unos cuantos años arriba, quiero terminar mi vida con vos, desayunando juntos y disfrutar de los nietos si llegamos a tenerlos.
Me dice, sos atractiva ya ves cómo te miraba Diego, ellos son muy liberales, si algún día se da que tengas algo con ellos, yo no tendría problemas, pero si estamos juntos por favor me gustaría saberlo. – Ya con tono de enojada le digo, pero vos sos loco, vos no pensas, que diría Patricia si yo tengo sexo con Diego, ayer él las miraba a todas, con el pedo que tenía hasta mi madre era linda, se terminó la conversación y no se habla más de esto.
Se fue a trabajar y yo quedé pensando en lo que dijo, en Patricia cuando me toco la nalga y luego acariciaba mi pierna en el Taxi delante del marido, ¿Qué sería eso? Y Diego que se me refregaba en mis nalgas cuando el trencito, me refregaba la pierna y me la acariciaba en el taxi, mi cabeza no daba más, me imaginaba cosas, como sería tener sexo con Diego, él era muy apuesto, pero era mucho más joven que yo, ¿la tendría grande? ¿Patricia, seria bisexual? Con todo esto en mi imaginación yo ya estaba húmeda, ahí mismo sentada en la mesa de la cocina me empecé a masturbar, fantaseaba me tocaba el clítoris, agarre una banana de la frutera, la pele, me la fui metiendo me imaginaba que estaba con Diego, entre la banana y mi dedo que masajeaba el clítoris estaba chorreando y imaginaba el tamaño de la verga, nunca conocí en vivo otra que no fuera la de mi marido, el poder de la imaginación hizo que llegara a un hermoso orgasmo.
Yo sabía que, con todas estas conversaciones, cosas que habían pasado, charla con mi marido algo me estaba pasando, yo no era así.
Al otro día estoy con mi marido conversando de cosas, luego del trabajo, yo no lo veo bien, y suena el celular, es Patricia para decirme que estaba pronta para la caminata, salimos un par de veces a la semana a trotar, yo ya estaba con el equipo deportivo puesto, pronta para salir. Le comento a mi marido, le doy un beso, me abraza fuerte y se sonríe como si fuera cómplice de algo. Me dejo pensando y preocupada. En el camino a lo de Patricia iba pensando y me daba manija, que es lo que quería decir con ese abrazo, era como que me daba permiso, me daba una lástima bárbara, él es tan bueno, pensaba sugerirle un psicólogo, que yo lo acompañaría. La verdad que yo estaba muy preocupada y en eso toco el timbre, abre Patricia, hace un gesto y dice: - que te está pasando? Vos no estás bien? pasá. En eso le hago una cara como que la cosa no está bien, veni veni, vamos al living dejemos el trote para después, vos no estás bien, cuéntame. Al entrar al living veo a Diego, de short y musculosa, la verdad que la musculosa le resalta los hombros lo hace atractivo. Hola Diego como estas? La loca de tu mujer me busca cosas. Me abraza fuerte, y nos dice, ¿tomamos algo? buena idea dice Patricia cuando Diego ya estaba sirviendo unos Wiskys. Patricia insiste en que me ve mal y ahí me aflojo y se me cae una lagrima. Ella me abraza y me dice: -pobrecita, que le está pasando? Cuéntame. Miro a Diego como diciendo, no puedo está él. Ella me dice:- no seas boba, entre nosotros no hay secretos y él es muy comprensivo y abierto. Empiezo a contar algo de que mi esposo no está bien, el wisky me hace relajar y me anima a seguir contando y les cuento: -quiere que nos separemos, Ellos quedaron impresionados, que paso, tiene otra? No, no y les fui contando todo, me fui animando y ellos intervenían con algunos comentarios, al final les digo, - el no está bien, como me va a decir que tiene problema si tengo una experiencia sexual fuera siempre y cuando se lo cuente, además con que viejo con la edad que tengo, no se da cuenta que estoy vieja y quiero seguir envejeciendo con él. En eso salta Diego y dice- Para, para, lo que estás diciendo es una locura, está bien que quieras seguir la vida con él, pero que estas vieja no lo vuelvas a decir, ni lo pienses. Sos una mujer muy hermosa, muy agradable, joven y medio en broma dice además con ese cuerpazo déjenme a mi esa vieja un rato y se ríe, se ríe Patricia y me hace reír a mí. – Vos sos siempre el mismo Diego, gracias por el piropo, me lo vas a hacer creer. – Mira Angelica, te voy a decir una cosa, yo te quiero mucho a vos y a Ariel, (en eso Patricia que está sentada al costado mío me abraza desde atrás y rodea mi cuello con sus manos delante y yo de frente a Diego) y te lo digo en serio, ya lo hemos comentado con Patricia de lo linda que sos, tenes un cuerpo precioso, sos una veterana que cualquiera querría cogerte, a mí me haces calentar mucho e incluso se lo he dicho a Patricia que no me deja mentir. Cierto dice ella, sos preciosa y haces desear a cualquiera. Esas cosas me cayeron como caricias al alma, yo me estaba sintiendo linda, tomaba wiski y me estaba gustando yo misma. En eso de frente me abraza Diego y quedo en medio de los dos, me acaricia la espalda me aprieta con su cuerpo contra su pecho, me relajo, suspiro me hace sentir bien y él me dice, sos una mujer hermosa y te mereces todo. Yo observo su entrepierna, disimuladamente miro su bulto y desde atrás Patricia va bajando sus manos hacia mis senos, eso sí me impresiona y quedo inmóvil, nunca en mi vida me imagine en una relación con otra mujer, y ahí Patricia saca sus manos y me suelta como no abuzando y que quedara en una cosita delicada. Diego me aprieta y comienza a acariciarme las piernas, me da algo que haga eso delante de Patricia, pero ella no dice nada. Me dejo llevar, me acaricia la espalda me mete la mano por debajo de la remera y masajea mi espalda, Se siente tan bien, me está haciendo relajar, llega hasta mi cuello y me siento volar, por debajo de mis brazos llega a mis senos, los acaricia sobre el sostén, me quedo quieta y ahí me entregue. Patricia desde atrás me da besitos suaves en el cuello, Diego desprende el sostén y toma como suyas a mis tetas, las aprieta, me encanta, me empiezo a humedecer. Hago movimientos involuntarios y ahí si Patricia empieza a besarme el cuello más apasionadamente, Diego baja una mano y la ubica entre mis piernas, me acaricia la parte interna del muslo bien al lado de la vulva, me siento en otro mundo, mete su mano entre mi pantalón e incluso dentro de mi tanga y toca mi sexo, cosa que me hace escapar un gemido. Toca mi clítoris lo masajea, quiere meter un dedo y le resulta incómodo, el también caliente se saca la musculosa, muestra ese pecho hermoso y depilado y comienza a tirar de mi pantalón para sacarlo, quedo en tanga, me da un poco de pudor y sigue, no dice nada y saca la tanga, mete su cabeza en mi sexo y me arqueo hacia atrás. Nunca me habían hecho eso, me dejo hacer, con su lengua toca los labios externos de mi vulva, llega a mi clítoris, lo toquetea con la punta de la lengua, baja por los labios menores, su lengua entra a lo profundo, Patricia desde atrás me apoya en sus piernas y acaricia mis tetas. Los dos para mí, él me lame más y más fuerte, me ahogo en un gemido gutural dejando libre y que salga a voluntad, espasmódicamente un orgasmo como nunca tuve. No paraba de gozar, era un placer nunca sentido, me quede descansando con la cabeza sobre las piernas de Patricia. Diego se baja el short y deja salir su verga, ya semi parada, no sé cómo explicarles, era enorme, tenía un glande prominente, me impresiono tanto el tamaño, no les miento, más del doble que la de mi marido, me senté inmediatamente a observarla, la acerca a mí, la toco y me da una sensación indescriptible, no se explicar lo que se siente tener un miembro carnoso así entre mis manos, lo masturbo, lo gozo, Diego se acerca más y más hacia mi cara como diciendo dale un beso, yo lo beso, nunca había hecho eso, le doy otro beso y el presiona más el pene sobre mi boca, yo la abro un poco queriendo chuparlo pero con miedo de algo que nunca hice, entra de apoco el glande en mi boca, le cuesta, es muy grande, apenas entra la cabeza, es una sensación esplendida, super agradable, la agarro con las dos manos, chupo el tronco, agarro los huevos que también son grandes, me desespero y chupo todo. En eso paro y Patricia me dice, Angelica ya es hora que te desvistas de tus prejuicios y te des permiso para gozar. En eso la abracé, ella ya estaba desnuda, tenía un cuerpo hermoso, toque sus tetas, estaba descontrolada sino nunca habría hecho una cosa así, volví a la pija de Diego, la chupaba y se estaba poniendo tan dura y grande que no lo podía creer, era algo hermoso, una verga hermosa yo la chupaba, en eso el me abre las piernas, tira de ellas hacia él, mi sexo queda mirándolo como preguntando ¿qué vas a hacer?, mi corazón late muy fuerte, el glande se posa en la entrada de la concha como queriendo entrar a su guarida, me da temor por el tamaño, hace pequeñas presiones para ir entrando, me duele un poco, me duele más, va entrando, no me importa el dolor, estoy deseando que entre toda, estoy caliente me penetra y se me escapa un grito de dolor, placer, no sé qué es pero me encanta, en eso Patricia me besa apasionadamente en la boca, yo la acompaño y me cuelgo a su nuca, la verga entra y sale, ya no me duele, me encanta tener toda la cavidad bien llena, en ese mete y saca patricia me lame el clítoris, no aguanto más y antes de acabar la saca de nuevo, yo me quedo como molesta como si fuera la dueña de esa pija, me pone boca abajo en el piso, levanta mis caderas y quedo hincada y la empieza a poner desde atrás en la vagina. Patricia pone su sexo en mi cara para que yo lo chupe, lo recorro con mi lengua le meto un dedo tocando el punto G, ella se tira hacia atrás, los brazos también y quedan sus tetas apuntando al cielo como dos volcanes. En el mete y saca, ya no aguanto más, el clima, la situación es incontrolable para mí, y en eso se vienen unas contracciones en mi interior, tengo miedo, que es lo que me pasa, revienta un orgasmo que me hace gritar de tanto placer, digo estupideces, -Dios ¿porque me estás haciendo esto? ¿Me lo merezco? No se cómo explicar, es algo que nunca en mi vida sentí, siguen las contracciones y sigo gritando, gracias, gracias, y parafraseando las palabras del Fausto de Goethe, grito – ¡!!!!! detente instante que eres tan bello !!!!!! , Patricia larga también sus sabrosos jugos en mi boca y gime, Diego descarga su leche dentro de mi vagina y algo en mi espalda, caigo rendida boca abajo, con mi colita al aire, que siente un fresquito después de tanta calentura. Me quede un momento así y luego me siento en el sofá, al lado Diego me abraza y del otro lado Patricia. Yo callada, solo esperando mi cuerpo reaccione, feliz, feliz, no quiero que mi mente se aparte de esto, que no se vaya a otro lado , que no desperdicie todo este placer, en eso me dice Patricia al oído, - ¿Estuvo bueno?, como para romper el silencio, - estuvo espectacular, le contesto. – ¿Te gusto la verga de Diego? y se rio, me reí a carcajadas y no dije nada. Mientras les daba las gracias, ellos se reían porque no podían entender porque dar gracias por eso, Diego dice el que tendría que dar las gracias seria yo, siempre me quise comer esta veterana y se me dio. Ahí me reí yo y mi mano izquierda se posó en su miembro nuevamente para no despreciar los minutos que quedaba y que ya no lo tendría más para mí. Le pregunto a Diego, ¿eso que decís es cierto? – Pregúntale a Patricia si no le digo a cada rato que me quiero coger a Angelica, que esta divina, que ese lomo sea para mí, que te quería dar por todos los agujeros. Me quede pensando ¿por todos los agujeros?, este está loco si con esa verga me la quiere meter por el culo. Yo nunca había tenido una experiencia de sexo anal ni siquiera con mi esposo que la tenía chiquita.
En eso se le empezó a parar de nuevo ese monstruo, yo la seguía manoseando, era una sensación hermosa, en eso se levanta y le empieza a chupar la vagina a Patricia, yo los miro, disfruto viéndolos, me pregunto ¿harán esto todos los días? ¿gozaran así todos los días? Si fuera mío no lo dejo descansar. Le comienzo a tocar las tetas a Patricia mientras miro, las tiene duritas, me encanta sentirla, le toco los pezones, les paso las mejillas, con mi lengua toco los pezones y comienzo a chuparlas, ella no dice nada, disfruta, ¿cómo es posible que yo esté haciendo esto y disfrutando a otra mujer? Me encanta todo, el entorno, el clima, todo y en eso ella se viene fuertemente y larga un sonido desde la garganta como para adentro, tiene un hermoso orgasmo y disfruto de solo verla, le veo la pancita moviéndose, esos músculos contrayéndoseles. En eso Diego me pone mi cabeza en el sofá, quedo arrodillada con mi cuerpo fuera y en eso siento su lengua en mi vagina de nuevo, me caliento de nuevo, pensé que todo había terminado y sin embargo sigue, me gusta que siga, quiero ver si se puede sentir nuevamente lo que sentí, sube la lengua y se para en el esfínter de mi ano, me contraigo, las manos de Diego masajean mis caderas, sigue con si lengua en el orificio y la quiere hacer entrar, la sensación es linda, mete más la lengua, la mete y la saca, me pregunto ¿es otra forma de tener sexo que nunca tuve? Me gustaba y de repente mete un dedo, me arqueo, como para retirar mi cuerpo, pero no me deja, lo moja en mi vagina y lo mete en mi culo, va entrando, es lindo, me da vergüenza quedarme quieta y dar a entender que me gusta, saco mi cuerpo y en eso Patricia dice – Permítete gozar, disfruta todas las sensaciones que aparezcan, goza no seas boba. Ahí no más me afloje, ella tenía razón, tenía que aprovechar todo lo que estaba experimentando, que me estaba haciendo sentir lo que nunca sentí. Sacó su dedo, metió dos en mi vagina, los movió, me mojaba y eso mojaba los dedos, los lubricaba y los metía en mi culo, ahora eran dos, me dolía un poco, entraba despacio , no quería hacerme sufrir, Diego quería que goce y yo creo que el gozaba también de verme así, así siguió otro, ese sí que me dolió, los daba vueltas y mi agujero se fue ablandando, se iba dilatando me gustaba, en eso los saca y siento que se apoya la cabezota de la verga y grito ¡!!!no por favor!!! – tranquila, vamos despacio, te va a gustar, y haciendo movimientos suaves fue empujando y en un momento siento ¡ploc! y entra la cabeza y el dolor fue brutal, grito ahhhh, nooooo, se queda quieto, la deja así un ratito omienza a moverla bien suave, Patricia escupe el cuerpo carnoso de la verga de Diego, lo lubrica y va entrando de apoco, muy suave. Comienzan movimientos suaves de entrada y salida, se va aliviando el dolor, se va sintiendo placer, parece que entro toda pero sin embargo sigue, me gusta, con mi mano tanteo atrás para tocar los huevos y me doy cuenta que todavía falta para entrar, me hago de coraje y digo – dale, métela. Ahí Diego empieza a presionar más hasta que entra toda, me encanta, no les puedo decir que es lo que se siente, mete y saca, que placer, hay dale. Diego me pregunta si me gusta, siiiiiiiiiiiiiiiii, patricia se mete de cabeza desde arriba hasta llegar a mi concha y empieza a lamer, que placer, en esa posición yo se la chupo a ella y le masajeo las tetas, Diego mete y saca y me agarra las tetas desde atrás, Patricia le toca las bolas, esto es una enfermedad, estamos enredados en forma circular como si fuéramos una rueda de placer, todos gozamos, lo mío es indescriptible, hay dale más, dale más, soy una puta, me cogen por el culo, soy puta, soy puta, dale más fuerte hay, hay los quiero, los quiero no me dejen nunca, en eso comienzo a sentir retorcijones en el recto, en el abdomen, se contraía el abdomen, algo iba a pasar, algo iba a explotar dale seguí, no me dejes, gracias Arieeeellll, en eso siento un chorro de semen en mi interior que no terminaba de salir, Patricia gritaba desesperada, se sentía el ahhhh de Diego y a mi algo se me venía, seguí, seguí, y en eso se me aprieta todo el cuerpo, como que me lo escurrieran, se mueve todo y todo mi cuerpo se funde en un orgasmo, mi cuerpo se derrite, siento los latigazos espasmódicos de ese orgasmo brutal y ahhhh, ahhh, gracias, gracias los dos, gracias por esa pija, los amo, que no se termine, quiero gozaaaaaar, hayyyyy, vuelo, ¿qué es esto? Esto no es normal, no puede existir tanto placer, ahh, ahhh, ahhh, divino, gracias Dios, soy putasa, que placer, ah, ah, me gusta tanto, que no se detenga, y en eso se vino el silencio, mi respiración se sentía en toda la pieza, mi corazón parecía reventar y mi cuerpo se dejó caer, no había más fuerzas, caí con todo mi cuerpo muerto en el piso, Diego me miraba y sonreía, Patricia sonreía, y yo con mis ojos entrecerrados esbozaba una sonrisa profunda y todavía sentía cosquillitas en la vulva y un ardor en el culo, que creo me va a durar varios días, descanse, disfruté de la quietud hasta que se desvanezca todo resabio de sensaciones.
Nos vestimos, tomamos otro trago, conversamos, yo me quería ir, quería ir a casa y acostarme y recordar todo el placer que sentí, quería que no se borrara nunca.
En eso me Diego, te escuchaste lo que decías? Decías soy una puta, me puse colorada y Patricia dice es lindo ser puta. Ahí le digo, si esto es ser puta, quiero ser la más puta del mundo y reimos todos.
Me despido y me voy, agradezco, les pido por favor que cuiden la pija de Diego, se ríen nos damos besos y me voy. Me dicen antes de irme, si para la próxima quieres invitar a Ariel no hay problema, lo decimos en serio. Pensé sobre eso en el camino y les digo la verdad, me gustó la idea de que Ariel me viera gozar como goce este día, la verdad sería agregarle más placer al placer.
Llego a casa, abro la puerta, Ariel esta levantado, me sorprendo y se ve que se me nota todo, que no puedo ocultar nada, que mi cuerpo no me deja, me vende y le digo: - Ariel, tengo que contarte algo. Ariel se ríe y me dice cuéntame.
Nos quedamos sentados en el living, le conté todo con lujo de detalles, todo lo que sentí, todo lo que hice y me hicieron, vi cómo se le paraba el pene, le contaba y se lo sacaba, le conté que tuve sexo con Patricia, con Diego, por todos lados y le saque la verga, se la chupe hasta que se chorreo en mi boca tanto como nunca. Me dice, me alegra que hayas disfrutado y gracias por esto. – Ariel Patricia y Diego me dijeron que si en otra oportunidad vos queres participar podes hacerlo. - En serio dijeron eso? – Si en serio. -¿Y a vos que te parece? ¿que vaya?, - a mí me encantaría ¿y a vos? – A mí me encantaría verte gozar así como me cuentas, sería feliz verte bien, verte disfrutar, verte gozar, me encantaría.
Lo abracé muy fuerte, lo apreté y le dije, gracias, sos el amor de mi vida, esto nos llevará a envejecer juntos, te amo más que nunca.
Me quedé pensando, morbosamente, en que me estén re cogiendo como hoy y Ariel mirando, ¿es morboso, ¿no?
Yo lo disfrute mucho, me gustaría me preguntaran algo, o que opinaran, me haría sentir bien, recordar ese primer momento, esa primera vez
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131200 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:18) dice:
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