En un sinfín de ocasiones le había pedido a mi novia que hiciéramos un trío, con alguna amiga suya. Mientras que Jazmín quizás por joder, me decía que lo hiciéramos con algún amigo mío. Cosa que en más de una ocasión, estuve a punto de decirle que sí, solo que me daba vergüenza, y no me atrevía a invitar a uno de mis amigos, para que nos acostásemos con mi novia.
Relato
Pero cierto fin de semana en que planificábamos irnos de juerga desde bien temprano, mi novia me dijo que su prima Ivana, la que vivía en New York, nos acompañaría. Yo lo único que sabía de la tal Ivana, que era medio loca, la oveja negra de la familia, que cambiaba de novios o maridos, como yo me cambio de medias y de slip, y eso es a diario. La verdad es que cuando vi por primera vez a la tal Ivana, me desilusione un poco, rubita, delgada, con cara de pendeja, de tetas pequeñas, además vestida de negro, parecía más una chica gótica de revista, que una loca fumadora de marihuana. Que es lo que Jazmín me decía, cada vez que me hablaba de su prima. Bueno los tres salimos, a pasarla bien, y visitamos varios Pub, y cervecerías. Pero ya cerca de las dos de la mañana, mi novia me dijo, que tal si nos íbamos a su apartamento. Yo la verdad es que dude en decirle que si de inmediato, pero fue cuando la tal Ivana comentó algo que me debió haber hecho sospechar. Ya que me dijo, que si yo quería pasarla bien en compañía de mi novia y ella, debía obedecerlas a las dos ciegamente. Sin negarme hacer, lo que Jazmín o ella me exigieran. Yo como ya les dije sin pensarlo, les dije que sí. Y apenas llegamos al apartamento de mi novia, Jazmín me ordenó que me quitase toda la ropa, mientras que Ivana me dio a beber, un fuerte trago, de no sé qué. No bien había terminado de tomarme aquel fuerte trago, cuando Jazmín insistió en que me quitase toda la ropa, cosa que yo como un tonto, lo comencé hacer. A medida que mi novia, y su prima, se encontraban en la habitación, quitándose la ropa también, por lo que cuando regresaron a donde yo estaba, ya me encontraba completamente desnudo, pero ellas dos cargaban puestos algo así como unos sostenes o corsés negros, además de las dos tener puestas unas botas negras que les llegaban hasta sus rodillas, pero lo que realmente me llamó la atención fue que no tenían sus bragas, y sus coños estaban completamente al aire. Yo me encontraba tan mareado, o mejor dicho borracho, que al verlas así me puse a reír, hasta que Jazmín mi novia, me dijo. Bueno cariño, querías hacer un trío, en el que participara una amiga mía, bueno en lugar de una amiga, le dije a mi prima. Yo estaba súper contento, y deseoso de que comenzáramos, pero había bebido tanto, que lo que yo estaba haciendo era el ridículo, al tratar de penetrar tanto a mi novia como a su prima, incluso hasta mi novia se puso a mamarme la verga, pero nada de nada. Por lo que ellas dos, no dejaban de reírse, y de manera descarada, se burlaban de mí. Mientras que yo completamente frustrado, hacía todo lo imposible para que mi verga se tonificase. Hasta que Ivana comentó que ella conocía una manera de que se me parase la verga, que si yo quería lo podíamos intentar. Yo nuevamente sin pensarlo mucho les dije que sí, aun desconociendo por completo que era lo que Ivana pensaba hacer. Yo me quedé esperando, mientras que Jazmín y su prima regresaron a la habitación, y al volver donde yo estaba ambas cargaban puestos unos arneses, y frente a sus coños, cada una tenía una especie de verga de goma o plástico, la de mi novia de color negro, y la de su prima de color blanco. Yo no supe ni que decir, hasta que Ivana me dijo, ahora te vamos a violar, y a ver si así se te para. Yo en medio de mi borrachera, pensé en decirles que no, pero cuando ya vine a darme cuenta, tanto mi novia como su prima estaban fumando marihuana, y tras dejar que yo también fumara un poco, hicieron que me arrodillara, y fue mi novia la primera que me puso a mamar aquella cosa, que era más grande y gruesa que mi propia verga. Mientras su prima me decía, ensalívala bastante, para que cuando te lo meta no te vaya a doler. Yo sumisamente hice lo que ellas dos me ordenaban, así que por un corto rato les mamé aquellas cosas de plástico, hasta que Ivana colocándose tras de mí, y mientras que yo seguía mamando la verga de Jazmín, comenzó a penetrarme por el culo. Lo cierto es que fui sintiendo como aquella cosa blanca, larga, y gruesa, me la fue enterrando entre mis nalgas. Cosa que al principio me dolió algo, pero ya al poco rato, como que me había acostumbrado a eso. Mientras que Jazmín, a medida que yo seguía mamando su juguete, me decía que yo era un maricón, que me gustaba que me dieran por el culo. Lo raro era que, a medida que Ivana me seguía clavando aquella cosa, y que mi novia me insultaba, mi verga nada que se paraba, pero no por eso me sentía mal, es más como que comencé a disfrutar lo que ellas dos me estaban haciendo. Ya que en ningún momento me quejé, o les pedí que se detuvieran. Y así después de un rato Jazmín e Ivana cambiaron de lugar, por lo que mientras yo volví a mamar la blanca verga de Ivana, Jazmín me enterraba por el culo, su dura verga negra, sin que yo me opusiera. La verdad es que mi verga, nunca se llegó a poner dura, pero en lugar de eso, el que ellas dos me penetrasen de la manera en que lo estaban haciendo, me provocaba un gran placer. Y cuando me insultaba, diciéndome cosas como maricón mueve esas nalgas, o sigue mamando, yo gustosamente les obedecía sumisamente. Hasta que finalmente, mi novia me ordenó que me vistiera, y al terminar de hacerlo, me dijo, creo que hemos terminado, así que por favor no me llames, más nunca. Yo salí de su apartamento, con el culo bien abierto, triste, y con ganas de seguir bebiendo para ahogar mis penas. Fue cuando escuché a Ivana decirle a mi novia, vez te lo dije, el tipo tenía pinta de maricón. Yo no entendía que había pasado, me había portado bien, es decir les hice caso. Pero cuando iba por la calle, llorando y lamentando mi mala suerte, entré a un bar, y seguí bebiendo. Al poco rato me puse a charlar con un par de tipos, que cuando les conté lo que me había pasado, no sé cómo me convencieron de que les demostrase como había sucedido todo. Bueno al día siguiente cuando desperté, en el callejón de tras del bar, estaba completamente desnudo, con el culo abierto como una ponchera, y lleno de leche por todas partes. La verdad es que me acuerdo de como aquellos dos tipos me pusieron a mamar sus vergas, para luego darme por el culo salvajemente. De mi ex novia, y de su prima, no he sabido más nada, pero en cambio me he vuelto un buen cliente de aquel bar, en el que ocasionalmente le cuento a alguien lo que me pasó por hacer un trío pervertido.
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131391 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:48) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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