Un trío muy rico… ( CON fotos)

Quién de inmediato, dirigió una agresiva mirada, al tipo eso. Pero antes de que yo le dijera, que no le hiciera el menor caso, Iñaqui se dirigió hacia él. En ese instante pensé, Julia la cagaste, mejor hubiera sido no decirle nada. Mi temor de que se fueran a los golpes, aumentó desmedidamente, al tiempo que veía como mi delgado novio, se acercaba aquel mastodonte, en plan de pelea. Desde donde me encontraba, por la fuerte música, y todo el ruido del ambiente, no pude escuchar lo que Iñaqui le decía al tipo ese. Además para colmo, había tantas personas que apenas, y los podía ver. Y cuando en cierto momento, los vi a los dos forcejeando, o por lo menos eso me pareció a mí. Me dije, la única culpable de lo que le pase a tú novio, eres… En ese justo instante, dejé de verlos, y para cuando los volví a divisar, prácticamente estaban a mi lado, de lo más sonrientes los dos. Yo me encontraba entre sumamente asustada, temerosa de que fueran a golpear a mi novio, sorprendida, y confundida al ver la forma en que ambos, se encontraban riéndose, y parcialmente abrazados. Iñaqui en ese momento, me sacó de mi confusión, presentándome a Rodrigo. Su amigo del alma en la adolescencia, que tenía tiempo que no veía. Del cual mi novio me había hablado un sin número de veces. Contándome sus travesuras, y de las veces que mutuamente se ayudaron, para salir de algún apuro. Rodrigo nos invitó a su mesa, y nos presentó a otras parejas, incluyendo a su novia Marion, una chica bastante alta, rubia, de ojos azules, que por lo que entendí es azafata, holandesa. La que al poco rato, comenzó a despedirse, ya que tenía que tomar un vuelo a Ámsterdam, y para eso debía madrugar. Luego de la partida de Marion, Iñaqui y Rodrigo estuvieron bailando conmigo, mientras de cuando en cuando, nos tomábamos alguna bebida. Ya antes de marcharnos, me di cuenta de que Rodrigo, le decía algo en secreto a mi novio, quien muerto de la risa, le dijo. Por mí no hay problema. Lo que me llamó la atención, y les pregunté de forma bien indiscreta de que se reía Iñaqui. Fue mi novio quien, me dijo. Aquí Rodrigo, quiere que le haga un pequeño gran favor. Y mientras Rodrigo, algo avergonzado, le decía a mi novio. Explícale que es una sorpresa, para cuando regresé Marion. Iñaqui sin dejar de sonreír, se me acercó para que no fueran a escuchar las otras personas de la mesa. Y al oído, me dijo. Rodrigo me está invitando hacer un trio, para cuando regresé su novia, como regalo de cumpleaños para ella. Aunque soy de mente abierta, y en ocasiones he tenido sexo con otros hombres, estando ya de novia con Iñaqui, eso en parte me sorprendió. Lo cierto es que no soy para nada celosa, y como sé que de todas maneras, Iñaqui si se le presenta la ocasión también se acuesta con otras mujeres, sonriendo le dije, que por mi estaba bien. Y durante el resto de la noche no volvimos a tocar el tema. Hasta que pidieron la cuenta para irnos a casa, fue cuando a mí se me ocurrió preguntarle a Iñaqui, en broma. Qué por qué él, no me daba una sorpresa como esa a mí también, en algún momento. Al principio mi novio, pareció no entenderme, pero cuando, le dije. La misma sorpresa que Rodrigo le quiere dar a su novia. Iñaqui se me quedó viendo, con una cara de entre asombro, y satisfacción. De inmediato se lo comentó a su amigo del alma, quien sin dejar de sonreír nerviosamente, le dijo a mi novio, que cuando nosotros dos quisiéramos. Y casi al mismo tiempo, tanto Iñaqui como yo, dijimos. Vamos a casa. Rodrigo nos siguió en su auto, mientras que mi novio, y yo hablamos de todo, menos de lo que pensábamos hacer al llegar a nuestra casa, los tres. Apenas entramos, sin decirnos nada, me comenzaron a besar, al tiempo que ellos dos me fueron quitando toda mi ropa, hasta dejarme del todo desnuda. Al principio yo era el centro de atención de mi novio, y de su amigo. Pero a medida que ellos dos continuaron besándome, y acariciando todo mi cuerpo, me di cuenta que en ciertos momentos, tanto el uno como el otro, a medida que también se fueron desnudando, también se acariciaban, y mientras mi novio comenzó a mamar divinamente todo mi coño, vi como su amigo, le acariciaba las nalgas, pegando su parado miembro contra el cuerpo de Iñaqui, sin que mi novio, se opusiera, dijera o hiciera algo por evitarlo. Cosa que al mismo tiempo que deliciosamente Iñaqui, hizo que yo disfrutase de un salvaje orgasmo. Probablemente por el morbo, que me produjo el ver, como mi novio se dejaba agarrar por las nalgas, por su amigo, que también lo mordisqueaba por la nuca. Yo no sé si fue lo mucho que los tres bebimos, y nos empolvamos las narices, y no precisamente para maquillarnos, pero cuando terminé de disfrutar aquella sabrosa mamada de coño, que me dio Iñaqui, cuando me vine a dar cuenta. Era Iñaqui quien estaba penetrando a Rodrigo, por el culo. Para mí fue impresionante ver, como se reflejaba la satisfacción, en los rostros de ellos dos. Por lo que pensé, que definitivamente no era la primera vez que eso sucedía. Yo estaba súper excitada viéndolos a ellos, cuando Rodrigo, agarrando una de mis manos, hizo que me agachase, y cuando tuve su ya parada verga, frente a mi cara. No dudé ni por un segundo, en ponerme a mamársela, al tiempo que mi novio, penetraba a su mejor amigo, una y otra vez. Al rato volvimos a cambiar de lugares, y fue a mí a quien gustosamente los dos penetraban a u mismo tiempo, así que mientras Rodrigo, colocado tras de mí, me daba divinamente por el coño, Iñaqui me puso a mamar, su verga. Yo estaba como loca de tanto placer que entre ambos me daban, ya que en cierto momento, Rodrigo sacó su miembro de mi coño, para penetrar gustosamente mi culo, mientras que mi novio, sacando su verga de mi boca, me la enterró por el coño. Así estuvieron los dos, un buen rato, llegando hacer que disfrutase de otro caliente, y loco orgasmo, hasta que por puro gusto, cambiamos nuevamente de lugar, y fue cuando vi con algo de asombro, como la verga de Rodrigo, penetraba el culo de Iñaqui, quien sin vergüenza alguna movía sus nalgas, placenteramente mientras que yo nuevamente le mamaba su verga. Ya después de eso, perdí la noción del tiempo, si sé que en algunos momentos, mientras Rodrigo nuevamente me penetraba, yo le mamaba su verga a Iñaqui. Y en otros momentos, cuando Iñaqui me penetraba, gustosamente yo le mamaba la verga a su amigo. Al día siguiente, después de que Rodrigo se marchó de casa, le dije a Iñaqui. Ya sabes cuándo le vayan a dar la sorpresa a Marion, me llevas. Quiero comprar un juguete nuevo. Que seguramente tanto tú, como Rodrigo, y Marion lo vais a disfrutar, a plenitud.