¿Una cita con el Diablo? ( CON fotos)

Además de lo frustrada que me sentía, porque varias de mis amigas, me lo habían advertido, y yo no les hice el menor caso. Hasta que el muy desgraciado, en la fiesta de navidad de la oficina, me presentó a su muevo amor.

De más está decirles que caí en una crisis, pero en lugar de aceptar lo sucedido. Seguí tratando de retener a Octavio, fuera como fuera, aparte de que comencé a beber como una loca, y al ver que él ni caso me hacía. Caí en la estupidez de creer en que una santera espiritista, que comenzó por echarme las cartas, y decirme lo que ya todas mis amistades, y compañeros de trabajo sabían.

No se cuantos brebajes me hizo beber, ni idea de cuantos baños me hizo tomar completamente desnuda frente a ella, y nada de nada. Hasta que finalmente, al verme tan desesperada, me dijo que mi ex marido tenía un fuerte conjuro protegiendolo, y que lo único que yo podía hacer, para lograr que mi marido regresara conmigo, era un pacto con el mismo Diablo.

Al principio pensé, que era otra tomadera de pelos de la tipa esa. Pero justo antes de salir de su casa, me dijo. Si quieres intentarlo, ve hoy que es luna lena, a la media noche, a un solitario cruce de camino, y justo a las doce de la noche, debes quitarte toda la ropa, para así llamar al Señor de las tinieblas por su nombre. Y decirle que es lo que quieres. Luego te vuelves a vestir, y te vas a tu casa, o a donde tú quieras, para esperar.

Después si el Señor del mal, se interesa, de seguro se pondrá en contacto contigo. No importa como se te presente, lo vas a reconocer de inmediato a penas lo veas. Yo aunque al principio, no pensé en hacer nada de lo que me dijo la bruja esa. Pero no se si sería lo mucho que pensé en todo eso. Que salí de la ciudad, y tras agarrar por viejas carreteras, al fin pude encontrar un solitario cruce de caminos.

Ya cerca de las doce de la media noche, me comencé a desnudar, dentro de mi auto. Así que apenas faltaban dos o tres minutos, salí corriendo hasta el cruce. Y como una verdadera loca, me puse a llamar a Lucifer, completamente desnuda. Luego aun gritando dije lo que yo deseaba. Así que apenas terminé, regresé a mi auto, me vestí, y arranqué de regreso a la ciudad, diciéndome a mi misma. Estoy loca, como me atreví hacer eso, y si alguien que me conoce, me hubiera visto, que vergüenza habría pasado.

En realidad pensaba ir a casa, pero de momento me dieron unas gana tremenda de beber, así que tras estacionar mi auto, ni tan siquiera entré a casa, sino que me fui a pie, a un bar que se encuentra a una calle de casa.

Como de costumbre, comencé a beber sola. Aunque varios tíos se me acercaron. Pero yo les decía que esperaba a un amigo intimo, y se marchaban. Fue cuando lo vi aparecer en la puerta del Bar. Un negro de cómo dos metros de alto, su manera de verme. No me dejaron lugar a dudas de que se trataba del mismísimo Diablo en persona.

Cuando él se fue acercando a la barra, en la que yo estaba sentada, me hizo señas, para que lo acompañase en una mesa. Obediente, y de manera sumisa le hice caso. Y al sentarme, le dije. Ya sabía que ibas a venir. Él solo se limitó a responderme de manera incrédula un ¿siiii? Por lo que yo de inmediato comencé a repetirle todo mi deseo, diciéndole. Estoy dispuesta a hacer lo que me pidas, a cambio de que mi marido regrese conmigo, Sr. Diablo.

Por un corto rato me estuvo observ ando, y sin dejar de verme, me dijo. Ya sabes que todo trato de este tipo requiere que firmemos un pacto. Yo algo asustada le respondí que si. Esperando que en cualquier momento, me hiciera un corte en algunos de mis dedos, para que yo firmase con sangre.

Fue cuando él me dijo, además es necesario que vayamos a un lugar más intimo, en el que no seamos interrumpidos. Yo de inmediato, deseosa de que se cumplieran mis deseos, le propuse que fuéramos a mi casa.

Ya en casa lo que me dijo, fue. A diferencia con los hombres, con las mujeres, prefiero que el contrato lo firmemos en carne. Yo no entendía, lo que él me quería decir con eso, pero aun mucho más asustada yo estaba.

Fue cuando me ordenó que me desnudase completamente. Cosa que sin dudar hice, a pesar de lo borracha que me encontraba. Pero al terminar de desnudarme, y voltear a verlo. Me llevé el susto de mi vida. El Diablo estaba frente a mi, completamente desnudo, y con una inmensa verga como yo jamás había visto nunca.

En ese momento me dijo, si realmente quieres que tu marido regrese contigo, sellaremos el pacto de tres maneras diferentes. Yo la verdad, no dejaba de ver su inmenso miembro, y al él tomarme entre sus brazos, y hacer que me agachase frente a él, por la manera en que miraba mi boca, supe de inmediato, que una de las tres maneras, de sellar el pacto sería mamando su enorme verga.

Así que sin pensarlo mucho, y a pesar del miedo que eso me dio, comencé a mamar la verga del Diablo. Yo casi me ahogaba, con aquella monstruosidad, dentro de mi boca. Hasta que de momento la sacó, diciéndome, ahora sellaremos el pacto por delante. Y sin darme ni tiempo a respirar, sentí como aquella enorme cosa, penetró bruscamente mi coño. AL principio me sentí algo aturdida, pero apenas el Diablo comenzó a meter y sacar todo su inmenso rabo de mi coño. Yo comencé actuar como si estuviera poseída, moviendo mis caderas, y pidiéndole que me diera mucho más duro.

Hasta que llegué al punto, que disfruté de un enorme orgasmo, tan fuerte fue, que mis ojos se quedaron en blanco por un buen rato. Hasta que comencé a recuperarme, y volví a sentir su enorme verga otra vez dentro de mi boca.

Yo sin detenerme a pensar en lo que sucedía, seguí, mama que mama, hasta el momento en que el Diablo, me dijo ahora sellaremos el trato por de tras. Cosa que realmente me asustó, debido al gran tamaño de su cosa. Pero a pesar de ello, paré mis nalgas, estaba más que resuelta a que mi marido regresara conmigo, sin importarme mucho, los sacrificios que tuviera que hacer.

Cuando él comenzó a penetrarme por de tras, no les miento si les digo que bajé al mismo infierno, por el dolor que me provocó, a medida que la enorme cabeza de su gruesa verga, se abría paso dentro de mi apretado culito.

Yo chillé, como una perra, lloré como una Magdalena, pero terminé culeando como toda una puta, una vez que comencé a sentir como su verga entraba, y salía de entre mis nalgas, sin problema alguno, al mismo tiempo que de manera diabólica me agarraba y apretaba mi coño con una de sus grandes manos.

Yo en esa noche no hubo cosa que él no me obligara hacer. Al volver en mi, ya que en cierto momento, quizás por lo borracha que andaba, o por el mucho esfuerzo que hice, perdí el sentido. Bueno cuando volví a despertar, me encontraba otra vez con su gran verga dentro de mi boca, y fue cuando lo escuché decirme. Al momento en que se venía sobre mi cara. El pacto está sellado. Yo en mi desespero, terminé tragándome una gran cantidad de su semen.

Luego tal como apareció, prácticamente también desapareció, bueno realmente fue que volví a perder el sentido, y él se habrá marchado.

Bueno después de eso, al siguiente día me encontré con mi ex, y apenas me vio me dijo que había venido a despedirse, ya que él y su nueva esposa se iban de viaje.

Bueno la verdad es que de seguro algún hijo de la gran puta se aprovechó de mi borrachera, y del estado en que me encontraba, pero eso lo vine a entender meses después al darme cuenta de que aquel Diablo me había dejado embarazada….