Cuando mi marido me invitó a que fuéramos a cenar con un viejo amigo de él, y de manera muy discreta, me pidió que me pusiera una corta falda tipo escocesa, algo dentro de mí me decía, que me preparase para hacer lo que me diera la gana.
Relato
Bueno ocasionalmente Federico mi marido, le da por ser una persona, no tan solo de mente abierta, sino que en varias ocasiones, también es de los que les gusta dejar que también le abran el culo. Cosa que yo no le critico, siempre y cuando él no critique, cuando a mi me da por hacer, lo que me da mi real gana.
No es que seamos unos depravados, pervertidos, sin el menor sentido de lo que es la moral. No que va, yo por lo menos siempre me cuido mucho, y no soy de las que se acuesta con cualquiera, por el solo hecho de hacerlo, o de ver correr la leche, saliendo de mi coño. Por lo general pueden, y hasta he pasado varios meses, sin que me den las ganas de volverme loca. Tanto en mi oficina como entre nuestras amistades, la fama que tengo es de mojigata, incapaz de hacer nada atrevido.
Pero regresando a esa noche, siguiendo la solicitud de mi esposo, me puse la falda que tanto le agrada, ya que por lo general, cuando me la pongo, aparte de que es bien corta, no uso braga. Es el tipo de falda que nada más de respirar, basta para que cualquiera se dé cuenta de que no llevó nada abajo. Esa noche en el restaurante al que fuimos, cada vez que me levantaba de la mesa, sentía las miradas tanto de hombres como de mujeres, clavadas entre mis nalgas. Seguramente preguntándose, si realmente no llevaba nada puesto, o si las pantis que debería tener puestas, eran del tipo hilo dental.
Pero lo más que me agrado fue el conocer a Rey, el amigo de mi esposo. Un tipo agradable, sin pelos en la lengua, simpático, y con un sentido del humor único. Bueno tras comer y beber un rato, fue Rey, a quien se le ocurrió que fuéramos a bailar. Cosa que yo encantada de la vida, apoye. Por su parte Federico, apenas me escuchó, dijo bueno no hay más que hablar, vamos a bailar. Y al igual que en el restaurante, en el Pub al que fuimos, todas las miradas se clavaron en mis nalgas. Máxime cuando a medida que bailaba con Federico, él de manera descarada me agarraba las nalgas, haciendo que la corta falda que estaba usando esa noche dejase que todos vieran tanto mi culo como mi coño. Sin que yo hiciera el menor esfuerzo por evitarlo.
Pero cuando me tocó bailar con Rey, yo que pensaba que se iba a controlar un poco, fue tan o más hijo de la gran puta que mi marido. Ya que no se conformó con dejar que me vieran el culo, sino que en medio de la pista hasta sentí sus dedos manoseando mi clítoris. Cosa que aunque no lo vayan a creer, me encanta. Ya que a medida que sus dedos exploraban mi coño, yo veía a todas las personas a mí alrededor, como se sorprendían, por dejarme hacer eso en el medio de la pista. Bueno hasta que finalmente, fui yo la que les pidió que nos fuéramos a casa. Fue cuando Rey nos invitó a su apartamento, supuestamente para mostrarnos su colección de objetos de arte moderno.
Apenas entramos que ambos me han saltado encima, y entre besos y caricias, me despojaron de mi blusa únicamente, ya que tampoco esa noche estaba usando sostén. En cosa de breves segundos, ya mi marido, Federico me lo estaba clavando por el culo, mientras que yo de manera viciosa me mamaba su verga a Rey. Yo creo que el más sorprendido de todos fue el mismo Rey, que seguramente no esperaba que yo actuase de la manera en que lo hice. Ya que esa noche hasta lo dejé que me diera por el culo, ya que el sentir su grueso y largo miembro, enterrándolo entre mis nalgas al mismo tiempo que mi marido me daba una tremenda mamada de coño, es algo que me dejó loca y sin ideas.
Y así como en esa ocasión, cuando me vine despertando, recibí nuevamente y sin compasión alguna otra revolcada por parte de mi marido y su amigo, que al parecer no les bastó con todo lo que me hicieron la noche anterior.
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131200 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:47) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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