Una puta despedida

Una puta despedida
Estábamos para salir de la ciudad, mi esposo estaba siendo transferido a otra y la Compañía nos instaló en un buen hotel por unos días.
La víspera de viajar, terminamos relativamente temprano y decidimos no hacer nada más ese día. Viendo la tele, me dijo:
Que te parece si pedimos algo a room service, simulo estar en el baño y lo recibes como estás. Estaba usando dos prendas, un baby doll pequeño lleno de bordados, y pantaletas haciendo juego. Me sonreí y acepté sin dudar pensando:
Ya estamos con cochinadas, quiere que sea una zorra, una perra en celo, queriendo verga, esto que estoy vistiendo no esconde nada, que bueno que lo pensó, me gusta la idea. ¡A ver como se me queda viendo el que venga!
Llamó pidió algo y esperamos. Cuando tocaron la puerta, se metió al baño y abrí. Después le conté:
Llegaron dos hombres trayendo lo que pedimos; no se recataron para verme, algo muy fácil, que yo facilitaba enseñando y buscando “distraerme”. En particular cuando fui a “buscar la propina” al buró, me agaché para enseñar las nalgas. Cuando se las entregué, uno de ellos me dijo que las flores encima del mueble no tenían agua, y se iban a secar. Si yo quisiera él podría traer un recipiente con agua.
Acepté pensando: ¡Ahhh baboso! tú quieres otra cosa… ¡lo que quieres es cogerme cabrón…! ya sé lo que va a pasar, vas a regresar, te voy a abrir las piernas vas a meterme el palo y mi amorcito me va a ver siendo jodida… espero…
Con eso quedamos muy excitados los dos, pensando que iríamos a hacer, decidió salir al balcón y ver por una rendija de la cortina, de donde tenía una vista total. Repasamos la ropa, me la subí algo más, dejando cubiertos, muy apenas los pezones y se veía claramente el nacimiento de las nalgas. ¡Estaba lista para darlas!
¡Ya estoy lista amor! ¿Lista para qué? Para coger… ese tipo me va a meter la verga…Parezco (y soy) puta, estoy más provocativa que si estuviera desnuda…)
Con eso ya estábamos preparados, cuando oímos el toque en la puerta rápidamente se colocó en posición.
Que bien se escondió el Gordo, no se ve dónde está. Abrí la puerta y lo recibí con una sonrisa: Pasa… puedes colocar el florero aquí, y comencé a poner las flores con el hombre junto, muy junto viéndome sin tapujos. No tardó en tomarme de la mano y decirme que era muy bonita, que estaba muy interesante, etc., etc. De la mano pasó a la cintura, y como estaba muy “entretenida” acomodando las flores, tomó mi silencio por un sí, lo que era verdad. Su mano se pasó a mi cintura, y se “resbaló” a las nalgas sin oposición, yo no estaba dejando ninguna duda, era un pase libre.
¿podemos ir para la cama? Preguntó educadamente. Solo asentí con la cabeza y dejé de manosear las flores para que él me manoseara mejor. Me besó, metió la mano a los senos, con los pezones muy duros y entró al baño a cambiarse. Salió desnudo, no tenía la menor duda.)
Mi marido me contó después que desde el balcón vio bien la manoseada a su puta. Cuando el individuo se metió al baño, me quité la ropita le hacía señas de burla y sonriendo me acostó reclinada en la cabecera de la cama de piernas abiertas y rodillas levantadas ¡una zorra lista para la metida de pepino, ofreciendo el coño ya muy mojado!
Cuando el hombre salió se me fue encima sin ninguna duda y me cogió de una buena vez, levanté un poco más las piernas y aprovechando los movimientos me moví un poquito, lo suficiente para quedar de frente la ventana, mostrándole como tenía la verga bien metida… ¡que viera el coño jodido muy claramente! ¡Bien putísima! Pensando:
¡que sabroso me está cogiendo este guey! ¡Y con público! ¡Qué sabroso esta! ¡Quiero más… más… más verga! ¿Estás viendo bien como se está cogiendo este pendejo a tu puta?
Cuando el tipo se vino, rápido de lo caliente que estaba, yo también completé. Él salió de la cama sin decir palabra, se vistió y salió sin más. Es lo habitual y lo que corresponde, no era romance, era solo cogerse otra zorra.
Mi marido salió del balcón riéndome, nos abrazamos y felices echamos otro palo, y me decía:
Que putota estuviste amor, que putota cabrona… me cae de madre que diste las nalgas como profesional. Vi muy bien como tenías esa vergota jodiéndote sabroso
Pensé repetirlo al día siguiente, pero era la víspera del viaje y estábamos muy cansados. Me quedé pensando en que habría sido muy bueno que la segunda noche hubieran subido los dos empleados para hacerle un trío.