Un día caminando por el centro de la ciudad bastante atareado con unas diligencias me tope de casualidad a José un viejo amigo de la secundaria el cual tenía muchos años de no saber nada de él, nos paramos a platicar como una hora para ponernos al corriente, sin pensarlo intercambiamos números y antes de despedirnos me dijo que nos reunamos este fin de semana como en los viejos tiempos, él nos invitaba a su ranchito que estaba a las afueras de la cuidad, dijo que el llevaría a la chica con la que estaba saliendo desde hace un tiempo para que la conociera, sería un fin de semana de piscina carnes asadas y cerveza lo cual me parecía genial.
Relato
Un día caminando por el centro de la ciudad bastante atareado con unas diligencias me tope de casualidad a José un viejo amigo de la secundaria el cual tenía muchos años de no saber nada de él, nos paramos a platicar como una hora para ponernos al corriente, sin pensarlo intercambiamos números y antes de despedirnos me dijo que nos reunamos este fin de semana como en los viejos tiempos, él nos invitaba a su ranchito que estaba a las afueras de la cuidad, dijo que el llevaría a la chica con la que estaba saliendo desde hace un tiempo para que la conociera, sería un fin de semana de piscina carnes asadas y cerveza lo cual me parecía genial.
Cuando llegue a la casa de inmediato le conté a mi mujer la invitación de José para el fin de semana, a ella le pareció muy buena idea, ese sábado nos levantamos temprano para preparar las cosas y nos fuimos rumbo rancho, ya cuando estábamos a punto de llegar vimos como pasaba un auto a toda velocidad pero no le dimos importancia, al llegar al rancho nos enteramos que era la novia de José, ellos se habían peleado muy fuerte poco antes por cosas de pareja y decidió mejor retirarse.
Él no quería arruinar el día por ningún motivo, además ya tenía la piscina llena y todo preparado para pasarla bien, el plan seguía en pie, nos invitó a pasar al jardín donde estaba todo, sacamos unas cervezas frías de la hielera, pusimos una carnes al asador con sus respectivos acompañamientos, empezamos a recordar viejos tiempos de nuestras épocas de escuela, contábamos todas nuestras aventuras y las veces que nos metimos en problemas, ya como a las 3 de la tarde el calor estaba sofocante, mi esposa se levantó para ir a cambiarse de ropa a dentro de la casa, ya no aguantaba las ganas de echarse un chapuzón en la piscina, mientras José y yo seguimos platicando, él ya estaba ligeramente borracho, teníamos varias horas tomando, cuando se sintió con más confianza empezó a platicarme de su novia la cual le traía muchos disgustos, ni siquiera el sexo era muy bueno con ella, me decía lo afortuna que era al haberme casado con mi esposa, se le escapo decir que le parecía muy atractiva y que le traía muchas ganas desde que se la presente la primera vez hace años.
A los pocos minutos el reacciono y se dio cuenta de lo que me acababa de decir, me pidió disculpas dijo que era todas las cervezas las que estaban hablando, yo le conteste que no había problema estoy consciente que mi esposa le parece atractiva a otros hombres, solo me reí para cortar la tensión, Inmediatamente cambie el tema, le dije que nos metiéramos a la piscina, el calor estaba muy fuerte, me quite la camisa, me baje los pantalones y me lance a la piscina en bóxer, el me siguió haciendo lo mismo.
Nos pusimos a echar relajo en el agua, a los pocos minutos mi esposa regreso con un traje de baño nuevo que había comprado unos días antes, la verdad se le veía muy bien era azul fuerte de una sola pieza con tirantes blancos, un poco escotado como le gustan, resaltaba muy bien su figura y sus senos.
Cuando ella se dio cuenta que nos metimos en bóxer se carcajeo por lo flojos que habíamos sido al no entrar a cambiarnos, ella rápidamente bajo las escaleras de la piscina para unírsenos con otra ronda de cerveza fría, hablamos por un buen rato mientras seguíamos bebiendo, yo empecé a notar como José dirigía más y más la vista al escote a mi mujer, casi se le salían los ojos, la verdad es que los senos se le veían suculentos con ese traje de baño, esa situación me puso muy cachondo empecé a sentir como se me ponía dura, yo estaba parado atrás de ella, la tenía abrazada de la cintura, seguramente sintió mi pene duro entre sus nalgas porque sentí como empezó a moverse frotándose contra mi pene, tratábamos de disimular la calentura por José estaba en frente de nosotros, en ese momento muchísimas ideas me pasaron por la cabeza sobre lo que podía pasar, discretamente baje un poco más el escote de mi esposa para que se le vieran más los senos, seguramente era todo un paisaje para él, fue ahí cuando empecé a meter temas cachondos a la conversación, cosas que había leído o habíamos hechos, José respondió con sus propias historias sexis, la plática se puso más caliente, cuando me di cuenta a él ya se le notaba una clara erección, el también vio que me di cuenta, se veía un poco apenado, yo me sentía súper caliente, riendo le respondí que no había problema que se relajara un poco, no era nada del otro mundo traerla bien dura teniéndola a ella enfrente, a mí me pasa siempre lo mismo cuando la veo desnuda.
Ella se sonrojo un poco, me interrumpió y riendo dijo que se sentía muy alagada por mi comentario que ojala siempre sienta lo mismo aun cuando la gravedad haga lo suyo, la jale de la cintura y apreté mi pene sobre sus nalgas con más fuerza, luego empecé a besarle el cuello porque sabía que eso la dejaba muy excitada, al principio le sorprendió pero tampoco se opuso, parecía disfrutarlo bastante.
José no sabía que decir yo notaba que cada vez le costaba más trabajo disimular su erección mientras yo acariciaba el cuerpo de mi esposa, le dije que como somos amigo desde hace mucho tiempo le teníamos mucha confianza, si lo deseaba podía mirarnos a mí no me molestaba en lo absoluto y a mi mujer parecía no importarle en lo más mínimo en ese momento, ella se viró hacia mí para darme un tremendo beso apasionado, ya con esa señal le baje lentamente los tirantes para descubrirle completamente los senos, empecé a acariciarlos suavemente con mis manos, sentía sus pezones muy excitados, ella sola se sacó completo el traje de baño por debajo del agua quedando completamente desnuda frente a ambos, mientras yo la seguía besando con mucha lujuria, me agarro el pene sobre el bóxer mientras yo le apretaba las nalgas.
José solo abrió otra cerveza y se sentó en el borde de la piscina mientras se tocaba suavemente sobre el bóxer mirando fijamente las nalgas de mi mujer, aproveche la calentura de mi mujer para susurre al oído que lo invitáramos a que se divierta con nosotros, ella acepto moviendo la cabeza, se dio la vuelta y lo tomo de la mano, los tres salimos de la piscina para irnos hasta la casa.
Al entrar pasando por la cocina ella lo tomo de la cara para darle un gran beso en la boca, entramos al primer cuarto que vimos, ella se recostó sobre la cama viéndonos con una mirada que nos invitaba a tomarla, yo me puse de rodillas, le abrí suavemente las piernas y empecé a besarle poco a poco la vagina hasta que mi lengua estaba sobre el clítoris, ella se puso muy húmeda rápidamente, escuche como llamo a José mientras jadeaba, le pidió que se acercara a ella, metió las manos a su bóxer para sacar su pene aun un poco flácido, lo acaricio hasta ponerlo bien duro, luego se lo puso en la boca pasando lentamente su cálida lengua sobre la cabeza, José ponía una expresión de tremendo placer, luego me puse de pie frente a ella, me quite el bóxer y acomode sobre ella para penetrarla, sentí lo húmeda que estaba su vagina en ese momento, empecé a penetrarla con todas mis fuerzas mientras veía como ella se metía todo ese pene a la boca, ella estaba gimiendo de placer cuando pido que José también la penetrara, quería sentir su pene dentro de ella, acepte gustosamente ya que es una de mis grandes fantasías, con rapidez nos cambiamos de lugar, él se acostó sobre ella, empezó a acariciarle los pechos suavemente, pasaba su lengua sobre sus pezones mientras la penetraba lentamente, ella tenía una cara de un tremendo placer desbordante.
Yo me pare junto a ella le di un beso en la boca y le dije lo mucho que estaba disfrutando esto, ella tomo mi pene para masturbarme un poco mientras seguía gozando, después se lo metió a la boca apretándolo fuerte con sus labios, unos minutos después ella puso una cara de placer absoluto, se estremeció completamente cuando tuvo uno de los mejores orgasmos que una mujer puede llegar a tener, ni él ni yo aguantábamos mucho tiempo más y nos venimos casi al mismo tiempo, el término dentro de ella mientras yo acababa en su boca, mi mujer quedo con una sonrisa de satisfacción por lo que fue una de las noches más excitantes de nuestras vidas.
Después de eso ellos se levantaron de la cama, mi mujer nos tomó a ambos de la mano, salimos corriendo desnudos de la casa para tirarnos a la piscina, abrimos otras cervezas y nos quedamos platicando sobre esta experiencia tan gratificante que habíamos tenido.
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131231 veces
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PAREJA_RELLENITA
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:39) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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