… Mientras nos besábamos con mi amiga travesti Sele, Angi, la pendeja, aprovechó para desplegar sus encantos:
- Chicos, ¿qué les parece esta partecita mía para darme sus dos pedazos? – dijo, mostrándonos su culito.
Relato
Vivo con una linda pendeja ninfómana (II)
… Mientras nos besábamos con mi amiga travesti Sele, Angi, la pendeja, aprovechó para desplegar sus encantos:
- Chicos, ¿qué les parece esta partecita mía para darme sus dos pedazos? – dijo, mostrándonos su culito.
Sele tiene 27 años, aspecto adolescente; mide 1,70 cm de altura, pelo corto rubio rojizo; ojos color miel; un femenino rostro, agradable. Sus principales atractivos: tetas redondas, duras; un culito prominente y apetecible, largas y esbeltas piernas. Y además, un pene grande.
Cogemos de todos los modos posibles y también nos pajeamos, en mi cuarto del placer: alrededor de la cama de dos plazas, hay una pantalla de tv led de 32 pulgadas por cada pared; además de espejos grandes; en el techo también otra pantalla rodeada de espejos. Cada pantalla reproduce distintas imágenes, por lo que puedo disfrutar de cinco películas o fotos diferentes. En una esquina está la computadora con una pantalla gigante.
Angi, aunque parece de 16 años, tiene 21; es una chica preciosa, rubia natural, ojos claros, delgada pero un cuerpito sabroso, concheta. Sele la vio en el bar donde consigue clientes. Se la llevó a su casa y escuchó y comprobó que la nena es ninfómana. Proviene de una familia de dinero, de Santa Fe, de donde la echaron porque se cogía a todos. Le mandan plata, pero levanta hombres o chicas para tener, como mínimo, tres orgasmos por día. Cuando no coge, se pajea.
Ya en casa, entramos a mi habitación del placer.
- Chicas, mientras yo preparo tragos y pongo las películas, ustedes recuestensé en la cama, pongansé cómodas; si quieren, usen el baño… - les dije.
- Poné en un vaso de litro una cerveza para todos; ¿te parece Angi? – sugirió Sele.
- De acuerdo – respondió ella.
Obedecí el pedido; dejé la bebida en una de las mesas de luz y les di la espalda a las nenas para dedicarme a elegir los videos. Para la pantalla del techo puse una peli en donde dos travestis pijudas cogen con una pendeja; en la pantalla de la pared izquierda, video con dos lesbianas; a la derecha, cogida entre dos travestis; en la pantalla de la cabecera de la cama, sucesión de fotos de pendejas putas y pornstars; y en la del frente, video de pajas grupales.
Al darme vuelta, vi un espectáculo más caliente que las pornos de las pantallas: Sele y Angi, desnudas ambas, estaban haciendo un 69 ardiente. Mi amiga trava comía con su lengua la conchita depilada de la muñequita rubia, usándola como si fuera un consolador, separando los labios vaginales, chupando el clítoris, babeando esos muslitos de ensueño. Yo conocía hasta el delirio la lengüita de Sele; sabía que podía hacer gozar hasta un muerto.
Por su parte, Angi, que estaba arriba de la travita, demostró ser una experta en chupar pija. Parecía increíble que esa boquita pequeña se abriese para tragar el pedazo de carne erecta de mi amiga; 18 de largo, gruesa, y sus labios pintados de rosa llegaban hasta los testículos depilados. Además de tragarla completa, vi como su lengüita recorrían el tronco, rodeaban el glande, respiraba encima, excitadísima, agitando su esbelto cuerpito, juntando los juguitos que largaba para llevarlo a su boca y mezclarlos con los que largaba la pija de Sele.
Y lo que decía. La puta más ordinaria parecía una profesora de literatura comparada con la pendeja concheta:
- ¡Qué flor de poronga, sos una puta con pija, arrastrada de mierda, y yo petera de travas, puta sucia reventada, atragantarme con tu leche!
Sele, que no era ninguna mojigata, sólo gemía, sumergida en gozo.
La escena era tan caliente que, sin pensarlo, me arrodillé en la cama y con la mano izquierda acaricié la colita perfecta de la rubiecita, mientras que con la derecha tomé mi polla dura y empecé a pajearme. Angi me detuvo con sus burdas palabras:
- ¡¿Qué hacés pajero, puto?te vas a mover esa chota por tu cuenta?; ¡chupame el marrón, lamemeló, cógeme con tu lengua, come ahí, que eso me da más orgasmos!
Me sorprendí obedeciendo a la pendeja y fui con mi boca a su culito; no tenía ni un pelito, era suave, terso, olía a perfume, y a flujo de hembra. Angi era tremenda, largaba jugos como si fuese líquido preseminal, el agujerito, estrecho pero elástico (era evidente que ese lugar tenía mucho tráfico) hervía, palpitaba… Apenas había lamido durante dos minutos cuando sentí que la putita tenía un orgasmo, y otro, y otro…
De pronto se incorporó, tomó la cerveza, su mochila, y fue caminando lentamente hasta el baño. Desde adentro gritó:
- ¡Che, putas, no se atrevan a pajearse!; yo estoy sacándome la mierda para dejar el camino libre…
Sele me miró, sonrió, e hizo un guiño.
- Yo te dije: es putísima, ninfómana, no le hace asco a nada en el sexo; nos gana a vos y a mí… -comentó en voz baja.
- ¡A mí me encanta!; vos sabés que yo todos los días estoy alzado…
- Bueno, entonces, empezá a tomar vitaminas y viagra…
En ese momento salió Angi del baño. Olía a perfume caro. Se había puesto otra bombacha, de calidad, rosa transparente. Estaba irresistible. Parecía un sueño que una pendeja hermosísima estuviese en mi habitación, dispuesta a coger sin cobrarme. Las veces que una chica llegó a mi cama tuve que pagar mucho dinero, y el tiempo era limitado.
- Apenas tuve cuatro orgasmos, y todavía no me cogieron ni me enlecharon; ¿qué hacemos ahora?; puedo proponer alguito…? – exclamó Angi.
- Si nena, sorprendenos…; pero antes, ¿te puedo preguntar cuestiones íntimas? – consulté.
- Decime…
- ¿Desde cuándo empezaste a tener sexo?
- A los trece años, después de mi primera menstruación, en tres meses, me desarrollé. Y empecé a tener ganas, no sabía de qué, hasta una noche que no podía dormir me levanté para ver si mi hermano mayor, que tenía 19 años, estaba despierto y me dejaba usar la computadora que estaba en su cuarto. Yo era inocente todavía y salí con un camisón, sin bombacha ni corpiño, descalza. Abrí la puerta sin hacer ruido, pero Fabio no estaba durmiendo ni acostado; lo encontré desnudo, delante de la computadora, mirando mujeres y hombres desnudos. El no me escuchó así que me puse detrás de él y después de ver en el monitor lo que después supe eran orgias, vi que mi hermano, con su mano derecha, se apretaba la pija, la movía, y que ese pedazo era gigante. Sentí calor, cosquillas, y ganas de tocar esa cosota, y de tocarme, pero no tuve tiempo de nada porque mi hermano lanzó un quejido y empezó a largar chorros blancos de su pito…
- ¡Tremenda paja se estaba dando!; ¿y qué hiciste al ver la acabada de un machito? – le pregunté.
- No hice nada, pero empecé a reírme, me parecía lindo, pero Fabio se dio cuenta que no estaba solo, se paró y me vio…
- ¿Y…?
- Se quedó mudo, mirándome; pero estaba desnudo, y todavía le salían gotitas de su pija. Y sin pensarlo estiré mis manos y la agarré la chota, se la apreté, sentí ese líquido espeso entre mis dedos y me los llevé a la boca, y me gustó, y en segundos vi que ese pedazote olía a crecer…
- ¿Pero que hizo, que dijo tu hermano? – apuró Sele.
- Me dijo: “Angi, sos mi hermana…”. Y yo le contesté, sin ninguna malicia, que le agradecía, pues era mejor aprender esas cosas con alguien de la familia y no alguien desconocido… Y él asintió y me dijo, “si, es mejor”
- ¿Y qué pasó después? – le pregunté.
- Se acercó, me abrazó, apoyó su pijota en mi pancita, me besó en la boca y me desnudó. Empezó a chuparme las tetas, me llevó hasta su cama y me preguntó si quería sentir cosas ricas como las que él se daba…
- Y vos le dijiste que si… - completé.
- Me hizo acostar y puso su boca en mi conchita, y me lamió y yo empecé a sentir las sensaciones más lindas que había sentido, pensé que me estaba orinando, pero Fabio me tranquilizó haciéndome probar lo que el chupaba…
- Primera vez y tuviste orgasmos… ¿te metió la verga? – requirió Sele.
- Esa noche no, pero dos noches después sí. Y cogíamos todos los días, de noche en su cama o la mía; y a la siesta si no había nadie…
- ¿Durante cuánto tiempo? – consulté.
- Casi un año, hasta que él se fue a estudiar; entonces, como no podía estar sin coger, le pedí al jardinero, un hombre de 30 años, si quería cogerme. El le comentó a sus amigos, así que todas las noches tenía pija segura. Organicé turnos, les dejaba la ventana abierta, y una vez que se confundieron y entraron dos, probé, me encantó y entonces entraban a mi cuarto dos o tres. Después me cogí a todo el secundario, y en cuarto año a todos los profesores… Pero una vez nos descubrió la celadora culeando con el viejo de Geografía, en el baño de chicas; llamó a mi mamá y a mi padrastro. Por plata no me echaron del colegio. Y una semana después, a las dos de la mañana, entró mi padrastro y me cogió por todas partes. Tenía linda pija, sabía aguantar. Pero nos descubrió mi mamá… Y por eso ahora estoy acá…
- O sea que ya conocés casi todo en sexo, pero qué es lo que no hacés? – preguntó Sele.
- Con animales, borrachos, no. Y tampoco la onda sado.
- ¿Y con chicas, lesbianas, con travestis? – indagué.
- Lo hice con todos y todas…
- ¿Aparatitos? – continué.
- Como yo necesito disfrutar cuando me despierto, y no siempre hay alguien al lado, todos los días me hago la paja; En la mochila tengo tres consoladores, dos vibradores, bolas chinas…
- ¿Y te gusta esta onda de estar ahora con una travesti hermosa como Sele y un bisexual como yo?
- ¡Me encanta!; por eso, ¿me dejan decir como lo hacemos ahora?
- Pida nomás… - le animé.
- Vos tirate de espalda, quiero comer tu pijota, pero en vez de chuparme la conchita quiero que Sele me la meta por el culito, y de ese modo vos le das con tu lengua y dedos en el culazo de ella… ¿les parece?
- ¡Está genial! – exclamó Sele.
- Yo también quiero cogerte por atrás… - protesté.
- Amorcito, recién empezamos; depende del aguante de ustedes. Nos faltan cinco modos diferentes, y el último quiero las dos pijas juntas dentro de mi conchita, y con leche… - anunció la pendeja hermosa y putísima.
EL ESPOSO DE LETICIA ESTABA FUERA DE LA CIUDAD LO QUE APROVECHAMOS PARA FORNICARLA TODA AQUELLA NOCHE, LE DIMOS POR ELCULO BAÑANDOLE EL ROSTRO DE ESPERMA.
Relato erótico enviado por Anonymous el 28 de October de 2008 a las 00:14:11 - Relato porno leído 97995 veces
UN GRUPO DE ALUMNOS SE FOLLAN A MI MUJER HASTA QUE QUEDA EXHAUSTA DE CANSANCIO Y PLACER
Relato erótico enviado por Anonymous el 30 de January de 2009 a las 23:17:53 - Relato porno leído 72059 veces
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Alber69
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:22) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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